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El resurgimiento de la Alemania Nazi (segunda parte)
Continuación de El resurgimiento de la Alemania Nazi (primera parte)
El nazismo no murió
En su libro, Brian Connell hizo un resumen de la ridícula situación que se desarrolló, después de la Segunda Guerra Mundial. Él escribió que en la primavera de 1947, “el molesto problema de la desnazificación, que había sido manejado en ese tiempo por las autoridades Aliadas, fue entregado a los alemanes”. Sólo dos años después de su derrota, ¡les dijeron a los alemanes que se desnazificaran a sí mismos!
Más tarde, usando a Baviera sólo como un ejemplo, Connell dijo que el esfuerzo de desnazificación alemana era una farsa, diciendo que “la administración bávara está principalmente en manos de aquellos que la controlaron bajo Hitler”. La investigación de Connell demostró la afirmación que, “Las estadísticas muestran que 20.682 de los 49.445 funcionarios civiles, pertenecieron al partido nazi o sus afiliados. Un total de 14.443 de éstos fueron despedidos, y más tarde reintegrados en el servicio. Casi todos los 11.000 maestros que fueron removidos por razones políticas habían sido designados nuevamente, representando aproximadamente el 60 por ciento del cuerpo docente empleado por el Ministerio de Educación. Sesenta por ciento de los 15.000 empleados en el Ministerio de Finanzas son ex nazis, así como el 81 por ciento de los 924 jueces, magistrados y fiscales en el Ministerio de Justicia”.
Para empeorar las cosas, sólo cuatro años después que los Aliados entregaron el proceso de desnazificación a los alemanes, “el gobierno alemán declaró oficialmente que el procedimiento de desnazificación había sido concluido” (ibíd.). ¡Vaya esfuerzo de limpiarse a sí mismos del virus nazi!
La opinión pública después de la guerra indicaba que el nazismo todavía estaba en toda su fuerza. Roger Eatwell se refirió a estas reveladoras encuestas de opinión en su libro, Fascism: “Aunque sólo cerca del 10 al 15 por ciento de la población fue clasificada como nazis de corazón, los investigadores encontraron que había un fuerte y persistente sentido de racismo. En 1946, el 48 por ciento de los alemanes pensaba que algunas razas estaban más capacitadas que otras para gobernar; pero más notable aún es que en 1949, el 59 por ciento estaba dispuesto a decir que el nazismo fue una buena idea mal realizada (...) Unos pocos afirmaron haber sido oponentes al régimen”.
Varios otros documentos históricos revelados en los últimos años agregan a la evidencia de Connell que los alemanes fallaron en desnazificarse a sí mismos. En 1991, Mark Aarons y John Loftus publicaron un libro titulado Unholy Trinity (La trinidad impía), que narraba la historia de cómo el Vaticano patrocinó ilegalmente las redes clandestinas que sacaron a los líderes nazis fuera del país después de la guerra. Aarons y Loftus basaron sus hallazgos en los documentos de inteligencia norteamericana recientemente revelados que habían sido clasificados [en secreto] por casi 50 años.
En 1996, otro impactante documento de inteligencia fue revelado al público. Éste revelaba que cuando los líderes nazis comprendieron que estaban perdiendo la guerra en 1944, se reunieron con los más altos industriales alemanes para buscar financiamiento para el partido Nazi clandestino, “y así un imperio alemán fuerte podría ser creado después de la derrota”. Este documento de inteligencia, que debería haber enviado ondas de temor a través de toda sala de redacción periodística en el mundo, sólo recibió una escasa cobertura.
Y Martin Lee en 1997, en su fascinante libro The Beast Reawakens (La Bestia vuelve a despertar), reveló que “nunca hubo realmente un claro quiebre con el pasado nazi, dado que el liderazgo original del Bundeswehr de Alemania Occidental fue reclutado directamente de los escalafones superiores del ejército de Hitler. (Sólo tres de los 217 generales del Bundeswehr en 1976 no eran veteranos del Tercer Reich, y 37 bases militares en la República de Bonn fueron nombradas en honor a soldados que forjaron su reputación durante los años de Hitler)”.
A partir de estos hechos documentados y de lo que vemos en Alemania hoy, hay dos temas primordiales que debemos grabar bien en nuestras mentes. Primero, que la transformación casi de la noche a la mañana de Alemania, de ser una nación devastada, reducida a escombros y cenizas, a ser una de las naciones más dominantes y poderosas del mundo, ¡no fue nada menos que milagroso!
Segundo, e igualmente milagroso, ¡es la relativa facilidad con que los líderes nazis prominentes fueron, ya sea sacados y protegidos a través de vastas redes clandestinas, o readmitidos en las mismas posiciones que tenían durante el régimen de Hitler! ▪
Continúa en El resurgimiento de la Alemania Nazi (tercera parte)