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Edición especial: ¡Él tenía razón! (vigesimocuarta parte)

Jerusalem seen from the Mount of Olives by Dan on flickr/CC by 2.0/Cropped from the Original

Edición especial: ¡Él tenía razón! (vigesimocuarta parte)

¡Él tenía razón!: Antiguo, y futuro campo de batalla

Continuación de Edición especial: ¡Él tenía razón! (vigesimotercera parte)

Cómo podría alguien pronosticar lo que pasará en una región tan imprevisible como el Oriente Medio? ¡Durante la mayor parte del siglo 20, esa región fue caótica con sus cambios! Los imperios la han desmenuzado, sus límites han sido establecidos y restablecidos, los gobiernos derrocados, poblaciones enteras desposeídas. ¿No sería una locura presumir poder pronosticar el destino de esta región?

Pues durante más de 60 años, primero La Pura Verdad y ahora Trompeta de Filadelfia han hecho precisamente eso, con exactitud asombrosa. Sus escritores estuvieron allí para informar, analizar, comentar, profetizar y advertir sobre lo que había, y aún habrá de ocurrir allí.

¿Cómo? Usando la Biblia como su guía.

Sobre el Oriente Medio, la Biblia es completamente clara en ciertos datos de profecía. ¡El señor Herbert W. Armstrong era enfático al puntualizarlos, y algunos ya han ocurrido! En otros puntos, él y los otros escritores basaron sus valoraciones y proyecciones en los principios establecidos en la profecía. Muchos de éstos también fueron bastante exactos. El tiempo está dando más claro relieve a estos detalles específicos; eventos de los cuales Trompeta ha informado en los últimos diez años y han dado más detalle aún a nuestra comprensión de cómo la profecía cumplirá su papel en el Oriente Medio.

Permítanos mostrarle algunos de esos pronósticos notables, asociándolos con su cumplimiento subsiguiente en sucesos actuales.

Los judíos toman Jerusalén

“He aquí yo pongo a Jerusalén por copa que hará temblar a todos los pueblos de alrededor contra Judá, en el sitio contra Jerusalén” (Zacarías 12:2). La traducción judía da la última parte de ese versículo, así: “Y sobre Judá también le tocará estar en el sitio contra Jerusalén”.

En mayo de 1963, La Pura Verdad hizo esta interesante declaración: “La Jerusalén antigua hoy está casi completamente en manos del Reino de Jordania. Pero ésta profecía revela un forcejeo por la posesión de Jerusalén por parte de Judá — los judíos”. También, Zacarías 14:2 indica que la mitad de Jerusalén sería conquistada antes del regreso de Cristo; eso significa que los judíos tendrían que controlar toda la ciudad antes de ese momento. Basado en éstas y otras escrituras, los editores de La Pura Verdad creyeron que estaba profetizado que los judíos tomarían por completo a la ciudad de Jerusalén.

El 1º de mayo de 1967, el Sr. Armstrong luego de regresar de un viaje a Ammán y Jerusalén, estaba hablando a una asamblea en el campus del Colegio Ambassador en Inglaterra. En aquel discurso presentado en cinta grabada, dijo: “Ahora, cualquier día, ustedes pueden esperar que los israelíes, del país que se le nombra ‘Israel’, inunden con una invasión militar la mitad jordana de la ciudad dividida de Jerusalén …"

“Una vez que los israelitas tomen el sector jordano de Jerusalén, al instante las Naciones Unidas y los principales poderes individuales: Estados Unidos, URSS, Gran Bretaña, Francia, probablemente impedirán que la ocupación de los judíos se extienda a más territorio árabe … Pero a los judíos se les permitirá indudablemente retener la antigua ciudad de Jerusalén”.

Sólo cinco semanas después, Palestina explotó en guerra, tal y como el Sr. Armstrong lo había pronosticado. El pequeño Israel se lanzó al ataque y durante seis días empujaron las fronteras de su país virtualmente en toda dirección, tomando también a Jerusalén. Fue una pasmosa derrota para los países árabes vecinos, acabando en un cese al fuego.

Sin embargo, no iba a ser una paz permanente.

En julio de 1967 La Pura Verdad informó, “Aquí en el lugar de Jerusalén, unos días después del cese al fuego, nadie se preocupa por otra guerra. Los israelitas están exuberantes, seguros, orgullosos”. Pero note la declaración que siguió: “El aire está lleno de una tensa excitación; los judíos esperan que grandes eventos ocurran pronto. Y de hecho ocurrirán … ¡pero no en la manera que el mundo espera!” Mientras los judíos anticipaban un futuro más estable después de su victoria, La Pura Verdad predijo lo contrario.

El proceso de paz

Incluso en esa temprana fecha, éstas eran las predicciones específicas de La Pura Verdad sobre las consecuencias de la guerra de 1967: “Primero, Israel muy probablemente devolverá algún territorio. Es decir, Israel usará la tierra conquistada que realmente no desea para negociarla por los beneficios que fervientemente quiere” (Ibíd.). Seguidamente el artículo presentó una lista de las parcelas más factibles que Israel devolvería: la Península de Sinaí, la Franja de Gaza; el territorio capturado de Siria salvo los Altos del Golán. Sin embargo, los Altos y Cisjordania, les parecía, con toda probabilidad permanecerían en manos de Israel.

La “negociación” por la paz predicha por este artículo empezó 11 años después, con el acuerdo de Camp David en 1978. Israel devolvió el Sinaí a Egipto a cambio de una promesa de paz. Esa fue la primera vez que Israel intentó negociar por su seguridad en lugar de luchar por ella. He aquí el análisis del señor Gerald Flurry de esa transacción, publicada en Trompeta de noviembre de 1996: “Cuando los judíos le devolvieron la península del Sinaí a Egipto probablemente incluía el monte Sinaí, donde Dios le dio los Diez Mandamientos a Moisés. ¡De éste evento de la montaña ardiente nació la nación de Israel! …"

“Para devolverle el Sinaí a Egipto, los principales en presionar a Judá [el Israel moderno] fueron Estados Unidos e Inglaterra, aún cuando el linaje de ambos países también es parte de Israel cuando la ley de Dios se les dio en el monte Sinaí”.

“Las naciones de Judá [‘Israel’], Efraín (Inglaterra) y Manasés (ee uu) — sus nombres bíblicos — juntas van a ser conquistadas antes del regreso de Cristo. Así que la nación judía tuvo que ser establecida por Dios para que esa profecía se cumpla (Oseas 5:5). Tuvo que realizarse un milagro de Dios”.

“¿Por qué estas tres naciones tienen problemas tan serios hoy? ¡El haberle devuelto a Egipto el Sinaí está al centro de sus problemas! Si Dios me diera el Sinaí, yo nunca lo devolvería a menos que Él mismo me lo ordenara; estoy bastante seguro que Él nunca lo haría. Ni el mundo entero me podría convencer u obligarme a hacerlo”.

“Para conseguir la paz, esas tres naciones están confiando en hombres y no en el gran Dios del monte Sinaí. ¡No le dan importancia a su historia con Dios! … Las naciones de Israel van a caer debido a esa falta de fe”.

Hoy día, las “negociaciones” continúan, incluso sobre aquellas zonas que nadie pensó que Israel cedería: Gaza, Cisjordania, Golán. Las ardientes guerras que estallaron varias veces desde que Israel se declaró Estado (guerras en las que se defendió para ganar territorios críticos para su seguridad) han dado vía a este doloroso, prolongado, proceso de “paz”, marcado por la violencia terrorista en la que Israel está haciendo concesiones territoriales trozo a trozo.

¡Este proceso, de hecho está preparando la vía para los “grandes eventos” predichos por La Pura Verdad en 1967!

Gerald Flurry escribió en Trompeta de abril de 1996 sobre los peligros espantosos para Israel, de seguir esta fórmula de ceder tierra por paz. “Judá tiene miedo de ser duro aun en las áreas árabes que ellos controlan. Temen que el proceso de ‘paz’ se pare. ¡Lo que la mayoría de ellos no sabe es que el proceso de paz es una fantasía mortal! Es una herida que va a causar la muerte, si ellos no se arrepienten. ¡Es como un cáncer incurable!”

El señor Flurry en el mismo artículo, dijo: “Los israelitas están casi rogándole a Siria que tomen los Altos del Golán … Los israelitas piensan que devolver el Golán traerá paz. Realmente, sólo hace a los árabes más agresivos …"

“Por medio del proceso de paz Judá se ha vuelto vulnerable al enemigo, con muy poca libertad para defenderse … Pronto el mundo entero verá lo que los árabes siempre vieron: ¡que el proceso de paz era una herida de la que Judá nunca se recuperaría”! (Ésa es una referencia a la “llaga” de la cual habla Oseas 5:13).

El señor Flurry ha pronosticado que el proceso de la paz concluirá con la pérdida de la mitad de Jerusalén, en cumplimiento de Zacarías 14:2. En Trompeta de noviembre de 1996 escribió: “Cuando la mitad de Jerusalén sea tomada en cautiverio, [Israel] verá que todo pasó como parte del proceso de paz del Oriente Medio. Su llaga, o el proceso de la paz, principalmente le causará perder la mitad de Jerusalén”.

“Dios le dice a Judá que Alemania no puede ‘sanarla o curarle de su herida’. ¿Por qué dice Dios eso? Porque Judá cayó en ese enredo por confiar en el hombre. Ahora están intentando salir del cenagal confiando en el hombre. ¡Los judíos nunca encontrarán una cura ni sanidad hasta que confíen en Dios!” Nuestros lectores harán bien en recordar estas declaraciones conforme el proceso de paz avance e Israel ponga en la palabra de sus vecinos árabes, su confianza y, ni más ni menos, su seguridad. ¡Mantenga en mente que ese proceso de paz es un preludio que llevará a Israel hacia problemas mayores!

No obstante, cuando estos tratados fallen, los “hombres” en los que Israel finalmente confiará serán Europa, con Alemania al mando.  

Continúa en Edición especial: ¡Él tenía razón! (vigesimoquinta parte)

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