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WIKTOR SZYMANOWICZ/FUTURE PUBLISHING VIA GETTY IMAGES

Viendo los crímenes de China, Alemania se preocupa por su economía

Los archivos policiales de Xinjiang han corroborado lo que muchos sospechaban: China reprime a su población uigur de forma violenta y desafiando los derechos humanos. El matutino Spiegel escribió el 24 de mayo: “Alemania se ha hecho económicamente dependiente de una dictadura brutal”.

Periodistas de 14 medios de comunicación de todo el mundo analizaron los datos, entre ellos la BBC británica, Le Monde de Francia y El País de España, SPIEGEL de Alemania y Bayerischer Rundfunk. Aunque los detalles de los campos de tortura y reeducación nunca se han sido ilustrados tan vívidamente, desde hace años se conocen las grotescas violaciones de los derechos humanos. Aun así, Alemania, que tiene su propia historia de tener un estado policial, discriminación racial y campos de concentración, optó por intensificar su dependencia económica con China.

“Los expedientes policiales de Xinjiang también confrontan al gobierno alemán en Berlín con preguntas incómodas”, comentó Spiegel. “Hace poco, la brutal guerra de agresión del presidente ruso Vladimir Putin demostró que la estrategia alemana contra Rusia de la última década ha fracasado. Moscú proporcionó energía barata, pero al mismo tiempo socavó la seguridad y la libertad de Europa y siempre mantuvo un proyecto imperialista. En febrero, quedó claro lo dependiente que el gobierno alemán, bajo Angela Merkel y los grandes [socialdemócratas], se había vuelto del gas ruso en el pasado”.

Tanto Rusia como China han sido expuestos. Pero cuando se observa a Alemania, muchos ven a un inocente socio comercial y la mayor acusación que se le puede hacer es que Alemania se empeñó demasiado en creer lo mejor.

Pero ¿es este el caso?

En The Nazis Go Underground [Los nazis pasan a la clandestinidad], Curt Riess escribió en 1944: “Los industriales alemanes hacían negocios y querían hacer negocios. Pero lo hicieron del mismo modo en que los generales actúan para ganar una guerra. Utilizaron muchos trucos, como todos los hombres de negocios; pero esto era para ellos sólo una cuestión de táctica. Detrás y por encima de todas estas tácticas había una estrategia común definida y que nunca cambia, cuyo objetivo era conquistar el mundo entero. Primero con mercancías. Después (…) los industriales alemanes han sido tan imperialistas como los generales alemanes, tal vez más”.

Una y otra vez, Alemania ha aprovechado todas las ventajas que ha podido para ascender hasta convertirse en una de las principales economías del mundo. Ha creado una Unión Europea que utiliza el euro para explotar a las naciones más débiles. Ha creado una fuerte dependencia económica de China para hacer crecer sus negocios. Se ha apoyado en China para hacer avanzar su industria. Alemania se ha convertido en un gigante económico no por casualidad, sino por cálculo.

Ahora Alemania se enfrenta a la elección de asumir el golpe económico y enfrentarse a sus socios comerciales o revelar sus propias ambiciones imperialistas. Sus relaciones con Rusia tienden a demostrar lo segundo.

Para entender las ambiciones imperialistas de Alemania, por favor lea Surgiendo de la clandestinidad alemana

Este artículo corto fue publicado primero como un Boletín de Trompeta. Si le gustaría recibir actualizaciones diarias en su correo, suscríbase aquí.


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