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Una visión positiva del Imperio
Otra potencia mundial ha fracasado en Afganistán. Llaman a ese país “el cementerio de los imperios”. Varios imperios han fracasado allí y han entrado en decadencia. Ahora la superpotencia estadounidense ha fracasado dramáticamente. Todos los imperios humanos acaban muriendo.
El fin del dominio mundial de EE UU sigue al del Imperio Británico que lo precedió. Aunque estas naciones afines hicieron mucho bien al mundo, los británicos y los estadounidenses se avergüenzan hoy de su historia como grandes potencias.
De lo que no se dan cuenta es que estas dos naciones en realidad apuntan a un imperio que va a durar para siempre ¡y que va a traer la paz al mundo entero!
Lo ocurrido en Afganistán ha provocado la desesperación de mucha gente. Pero apunta a una esperanza inspiradora que este mundo necesita urgentemente.
La motivación de Churchill
El historiador Martin Gilbert escribió en siete volúmenes la biografía oficial del primer ministro británico Winston Churchill. ¡Este gran hombre logró la asombrosa hazaña de salvar al mundo occidental de la tiranía nazi! Se podría pensar que revelar la motivación de Churchill ocuparía un volumen entero. El primer libro que escribió el propio Churchill trataba sobre el tema que le motivó tan poderosamente. Sin embargo, Gilbert escribió poco sobre el propósito más elevado de Churchill. Al parecer, no comprendió o se mostró receloso de ofrecer el panorama general: la motivación de Winston Churchill.
La estrella polar que guio las acciones de Churchill fue su deseo de mantener el Imperio Británico.
Lord Moran, el médico de Churchill durante los últimos 25 años de su vida, dijo: “Si Winston ha creído en algo en el curso de su larga vida, ha sido en el Imperio Británico y en todo lo que representa”.
Tan fuerte era esta motivación que cuando Gran Bretaña se impuso y terminó la II Guerra Mundial, y el mundo pudo ver el papel de Churchill en su salvación, él se sintió como un fracaso. La razón era que, aunque Gran Bretaña había sobrevivido y ganado la guerra, él sabía que el Imperio Británico se estaba derrumbando.
¿Por qué el imperio era tan importante para este hombre? No se trataba sólo de ganar riqueza, estatus, poder o esplendor para su nación. Kirk Emmert resumió la opinión de Churchill de esta manera: “La gloria del Imperio Británico fue su servicio a una causa que trascendía a Gran Bretaña, que trascendía a la historia, que trascendía al propio tiempo, que actúa para elevar la vida humana desde la barbarie y el salvajismo hacia la civilización y la excelencia humana” (Winston S. Churchill sobre el Imperio).
¡Es una visión realmente motivadora e inspiradora! Mire a su alrededor y sabrá que este mundo está lleno de “barbarie y salvajismo”. Afganistán, bajo el gobierno talibán, es un ejemplo perfecto. Hay una razón por la que la gente estaba tan desesperada por escapar cuando los talibanes rodearon Kabul. Un imperio que aleja la vida humana de semejante degradación y “hacia la civilización y la excelencia humana” es realmente bueno. ¡Este mundo necesita ese tipo de imperio!
Piense en las terribles prácticas culturales que las naciones humanas han ideado. Piense en las cosas atroces que los dictadores hacen a su propio pueblo, por no hablar de sus enemigos. Piense en las naciones que aterrorizan al mundo con bombas suicidas y que están trabajando para conseguir misiles nucleares. ¿No quiere usted formar parte de un imperio que detenga esos males con un poder y una fuerza abrumadores? ¿No quiere ayudar al mayor número posible de personas que sufren? Eso se puede hacer con un imperio.
Churchill se dio cuenta del valor de un imperio y de lo mucho que puede lograr si todo el mundo está detrás de éste. Era un propósito elevado y noble en su mente. El Imperio Británico trabajaba con pueblos que habían languidecido en la pobreza y bajo prácticas bárbaras. Para millones de personas, el imperio proporcionaba prosperidad, libertad y una dirección que civilizaba sus vidas. Churchill estaba dispuesto a renunciar a todo, incluso a su propia vida, por esa causa.
En palabras de Emmert, Churchill creía en “el fomento de la civilización como el propósito más elevado del imperio”. Más allá de eso, decía que “el imperio civiliza tanto a los gobernados como a sus gobernantes”. Sí, el pensamiento del imperio ennoblece a quienes creen en éste, como sucedió con Churchill. James Anthony Fraude escribió en Oceana: “Un hombre (…) que forma parte de una institución, que se ha consagrado a una causa, o que es ciudadano de una potencia imperial, se expande al alcance y la plenitud del organismo mayor (…) Sus pensamientos son más amplios, sus intereses menos egoístas, sus ambiciones más amplias y nobles”.
El primer ministro británico del siglo xix, Benjamín Disraeli, afirmó en una famosa frase: “Me he esforzado por desarrollar y fortalecer nuestro imperio, creyendo que la combinación de logros y responsabilidad eleva el carácter y la condición de un pueblo”. ¡Desarrollar y fortalecer un imperio de la manera correcta construye el carácter de las personas! Un imperio trasciende el individuo, el yo; trasciende la política y las divisiones mezquinas. Esa motivación fortalece a los líderes y convierte a los seguidores en líderes. Y si su imperio es una fuerza para el bien en el mundo, ¡es increíble lo que usted puede lograr!
Una visión perdida
Sin embargo, si miramos a EE UU y a Gran Bretaña hoy en día, está claro que este noble sentido de la causa está ausente. Cada vez son menos los que están dispuestos a dedicar o perder su vida por lo que nuestras naciones defienden. En conjunto, nuestros pueblos ni siquiera pueden ponerse de acuerdo sobre cuál debe ser nuestro propósito.
El propio concepto de imperio ha sido atacado ferozmente. Ese pensamiento infectó al Imperio Británico durante décadas y condujo a su disolución y caída. Después de la Segunda Guerra Mundial, la gente empezó a utilizar la palabra “mancomunidad” para describir a Gran Bretaña en lugar de “imperio”. Sólo a las naciones que quieren construir un imperio les gusta esa palabra. (A Alemania, por ejemplo, le encanta). ¡Ese cambio reveló un giro total y un retroceso de todo lo que hizo que el Imperio Británico tuviera tanto éxito! Y hoy en día, incluso se acusa a la mancomunidad británica de ser una institución racista y opresora; una acusación ridícula, ignorante y sin fundamento.
¿Sabía usted que DIOS fue quien dio a Gran Bretaña su imperio y quien hizo de EE UU una potencia tan dominante? Esto debería ser motivo de gran orgullo para nuestras naciones, ¡no de vergüenza!
En cuanto a las naciones con derecho de primogenitura que descienden del gran patriarca Abraham, Dios prometió que haría de una (Gran Bretaña, el actual Efraín) un imperio y de la otra (EE UU, el actual Manasés) la mayor nación que jamás haya existido (Génesis 35:11). Prometió darles puertas marítimas estratégicas que los protegerían y les permitirían vencer a sus enemigos (Génesis 22:17). Cuando Dios quiere convertir una nación en un imperio, ¡realmente puede hacerla grande!
Gran Bretaña y EE UU hicieron una enorme cantidad de bien en el mundo, en comparación con otros imperios de la historia. ¡Sin embargo, incluso su poder y beneficencia es sólo un pequeño anticipo de lo que Dios va a lograr con Su Imperio, el Reino de Dios!
Un tipo de Imperio diferente
Dios reveló al profeta Daniel una visión de un tipo de imperio diferente. Profetizó cuatro imperios que gobernarían el mundo y que se levantarían y caerían a lo largo de la historia.
Daniel le explicó esto al rey del primero de esos imperios, Nabucodonosor de Babilonia: “Tú, oh rey, veías, y he aquí una gran imagen. Esta imagen, que era muy grande, y cuya gloria era muy sublime, estaba en pie delante de ti, y su aspecto era terrible. La cabeza de esta imagen era de oro fino; su pecho y sus brazos, de plata; su vientre y sus muslos, de bronce; sus piernas, de hierro, sus pies, en parte de hierro y en parte de barro cocido” (Daniel 2:31-33).
¡Esta profecía ofrece un panorama impresionante de la historia del mundo! Daniel explicó que la cabeza de oro de la estatua representaba el gobierno del Imperio Babilónico (versículos 37-38). Este imperio sería superado y sucedido por el Imperio Medo-persa, que posteriormente sería reemplazado por el Imperio Griego, que luego sería superado por el poderoso Imperio Romano.
Daniel describió ese imperio: “Y el cuarto reino será fuerte como hierro; y como el hierro desmenuza y rompe todas las cosas, desmenuzará y quebrantará todo” (versículo 40). ¡Qué descripción tan adecuada de Roma en su apogeo imperial! Estos imperios gentiles pueden ser verdaderamente brutales. Aunque tuvieron algunos logros asombrosos, ¡en su peor momento trajeron terrible sufrimiento y opresión! Su legado es muy diferente al de los imperios de los descendientes de Abraham.
Observe cómo la calidad del metal de la estatua degenera a medida que avanza, simbolizando cómo estos cuatro imperios sucesivos degeneran en su dignidad y cultura con el paso del tiempo. La humanidad no mejora.
Mire la historia, y mire lo que está sucediendo en este mundo y lo malvada que puede ser la gente entre sí. En Daniel 7, una profecía complementaria, estos cuatro imperios sucesivos están simbolizados por bestias, ¡bestias feroces que aman matar!
Observe brevemente también los detalles registrados sobre ese último imperio: con dos piernas (que simbolizan la división de Roma en dos partes, con capitales en Roma y Constantinopla), pies de hierro y barro, y terminando con 10 dedos (Daniel 2:41-43). Junto con otras profecías, reconocemos que esto describe la resurrección moderna de ese antiguo Imperio Romano, reunido en la Europa actual. Está desunido como el hierro mezclado con el barro, y finalmente incluirá 10 reyes (p. ej., Apocalipsis 17:12).
La gran mayoría de esta extraordinaria profecía ya se ha cumplido, ¡paso a paso! Por lo que podemos estar seguros de que los detalles restantes ciertamente se cumplirán.
Fíjese en lo que ocurre a continuación. Daniel 2:34-35 muestra una gran piedra que aplasta toda la estatua, ¡haciéndola pedazos y reduciéndola a polvo que se lleva el viento! Entonces la piedra creció hasta convertirse en una gran montaña que llenó toda la Tierra. El versículo 44 explica el simbolismo: “Y en los días de estos reyes [los 10 reyes europeos en el tiempo del fin] el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido (…) desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre”.
¡Estamos viviendo en los últimos días antes de que se establezca este magnífico Imperio de Dios! Dios está a punto de romper en pedazos todos estos otros imperios. ¡Podemos agradecer a Dios por eso! ¡Observe los acontecimientos mundiales, y rápidamente se dará cuenta de que no querrá otra cosa que este resultado!
La historia de los imperios y las naciones nos enseña que los hombres no pueden gobernar sobre los hombres. Sólo Dios puede gobernar con justicia. Él está a punto de establecer Su Imperio en lugar de los gobiernos de este mundo. Y Él está ahora mismo preparando un gobierno organizado de líderes que gobernarán como Él guía y dirige.
¡Cuando ese Imperio se establezca, traerá una belleza a este mundo y al universo que será verdaderamente impresionante!
Preparación y entrenamiento
La Biblia está llena de detalles maravillosos sobre el gobierno de este Imperio venidero. Realmente elevará la vida humana lejos de la barbarie y el salvajismo, ¡y hacia una civilización trascendente como esta Tierra nunca lo ha visto!
Herbert W. Armstrong escribió un folleto titulado The Wonderful World Tomorrow-What It Will Be Like (El maravilloso mundo de mañana: cómo será). ¡Sus descripciones basadas en la Biblia de ese Imperio son verdaderamente inspiradoras! Con gusto le enviaremos un ejemplar gratuito si lo solicita [disponible sólo en inglés].
Ese gobierno venidero será implementado por Jesucristo, supervisando a siervos de Dios resucitados y glorificados como el profeta Daniel.
Sí, al darle responsabilidades e incluso al ponerlo en contacto estrecho con reyes poderosos, Dios estaba realmente preparando a Daniel para gobernar en este Imperio venidero. Después de escuchar la profecía de Daniel, “el rey Nabucodonosor se postró sobre su rostro y se humilló ante Daniel, y mandó que le ofrecieran presentes e incienso. (…) Entonces el rey engrandeció a Daniel, y le dio muchos honores y grandes dones, y le hizo gobernador de toda la provincia de Babilonia, y jefe supremo de todos los sabios de Babilonia” (Daniel 2:46, 48). ¡Daniel fue realmente entrenado y preparado para la realeza!
También los amigos de Daniel, Sadrac, Mesac y Abednego, fueron exaltados (versículo 49). Pasaron a dar un poderoso testimonio de Dios, enfrentándose a uno de los líderes más poderosos y terribles de la historia del mundo sin inmutarse (Daniel 3). Usted puede estar seguro de que ellos también calificaron para un alto cargo en el Reino de Dios.
Estos hombres recibieron cargos altos incluso dentro de los reinos físicos durante esta era del hombre. Dios sabe que con hombres que responden a Él de esa manera, hombres que creen en la noble causa de Dios lo suficiente como para sacrificar cualquier cosa por ella —incluso morir por ella— ¡Él puede hacer grandes cosas! ¡Puede utilizar su ayuda para construir un imperio que realmente cambie el mundo!
A través de los tiempos, este mismo escenario se ha desarrollado en las vidas de docenas, cientos y muchos miles de santos a los que Dios ha llamado a salir de este mundo: Abraham y Sara, Isaac, Jacob, José, Moisés, Josué, Ana, Samuel, David y tantos otros. ¡Dios preparó a estas personas para el gobierno imperial! ¡El apóstol Pablo y todos sus ayudantes, Bernabé, Silas, Timoteo, Tito, Lucas, Marcos, Filemón, fueron preparados específicamente para gobernar a los gentiles! Y lo harán con una autoridad y un amor que realmente serán una bendición para aquellos que gobiernen.
En su folleto El mundo de mañana, el Sr. Armstrong escribió acerca de todos los santos a través de las edades que están próximos a ser resucitados para ocupar altos cargos en el Imperio de Dios venidero: “Cada uno de estos hombres fue liberado de los grilletes de la enseñanza pagana, la tradición, el conocimiento erróneo, el falso sentido de los valores y las costumbres paganas. Cada uno fue entrenado en el camino de Dios, basado en la ley de Dios, y los principios de esa ley. Fueron entrenados en los caminos de la justicia. Llegaron a ser hábiles en la aplicación de los principios de los mandamientos, leyes, estatutos y juicios de Dios”.
A lo largo de esta era del hombre, con toda su barbarie y salvajismo, Dios ha estado construyendo el liderazgo del Mundo de Mañana. ¡Hay personas que están calificando ahora mismo para un trabajo en ese Imperio de Dios!
¡El Reino de Dios es la única esperanza de este mundo! Y la Iglesia de Dios está hoy en las fases finales de preparación para su establecimiento en la Tierra. ¡La Iglesia es, de hecho, ese Imperio en embrión! Dios ya “nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre” (Apocalipsis 1:6).
¡Cualquiera que tenga esa “visión de imperio” vivirá su vida con un gran propósito! Cualquiera que tenga ese objetivo, el de construir el Imperio de Dios y todo lo que éste representa, estará muy motivado para hacer la obra de Dios, sea cual sea la necesidad.
En el año 70 d. C., cuando los judíos estaban a punto de ser destruidos, creyeron que estas profecías de Daniel se iban a cumplir en su tiempo. ¡Así que lucharon ferozmente porque creían que el Mesías iba a venir!
Si usted tiene esa esperanza en su mente, si sabe que Jesucristo está a punto de venir y quiere ayudarle a traer la justicia, la civilización, la prosperidad, la libertad y la esperanza a toda la gente, entonces va a ser un feroz guerrero espiritual. ¡Eso realmente lo hará levantarse por Dios!
¡Ésa es una visión que lo cambia a usted! ¡Destruye su egoísmo, expande su pensamiento y hace que sus ambiciones sean más amplias y nobles! Eleva su carácter y condición. ¡Convierte a las personas humildes en grandes personas, y las transforma de seguidores a líderes!
Ponga esta visión en su mente. Vea lo que Dios está por lograr, y lo motivará en cualquier dificultad o prueba que pueda enfrentar. ¡Esto trasciende todo en esta Tierra!
¡Viene un imperio que nunca será destruido! Traerá el gobierno amoroso de Dios a cada ser humano en la Tierra y más allá. Dios le está ofreciendo la oportunidad sin igual de ser parte de eso. ¡Responda a Él, obedézcalo, defiéndalo, y permita que Él comience su entrenamiento imperial hoy mismo! ▪