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Una tormenta de deuda formándose
Una tormenta se está formando. No de vientos ni olas, pero de dinero y deuda. Estado Unidos es el cumulonimbo relampagueante y oscuro de una tormenta sobrecargada de deuda. Actualmente de 20 billones [veinte más doce ceros, de dólares americanos] en deuda federal, y acumulando más a razón de 3.000 millones diarios.
Ahora, EE UU va a ser liderado por un hombre que tiene mucha experiencia con deudas, aunque podría sorprenderle que él personalmente no deba ni un centavo. Pero no se deje engañar. Las compañías que le pertenecen sí deben. De acuerdo a una investigación del New York Times, las compañías de Trump probablemente deben más de $650 millones. Pero Donald Trump también es dueño parcial de muchos negocios, tales como un edificio de oficinas en la avenida de Las Américas en Manhattan, que carga la deuda de $950 millones del Banco de China. Técnicamente, algo de esa deuda es de Trump también.
Donald Trump ha tomado prestados miles de millones a lo largo de su carrera. Con mucho de este dinero él ha obtenido ganancias, con otro no.
El presidente Trump se auto describió como el “rey de la deuda”. ¿Dará él la vuelta en “U” cambiando la trayectoria de esta tormenta?
En la actualidad la deuda federal es de más de $61.000 [dólares] por ciudadano. Esto es, $61.000 por cada madre, cada padre, y cada infante, abuela, tío desempleado, por cada vecino despilfarrador y cada primo en ayuda social en EE UU. La mayoría de los norteamericanos simplemente no pueden contribuir gran cosa de nada para pagar esta deuda. La página Web de Bankrate.com dice que el 56 por ciento de los norteamericanos con edad de poder trabajar no pueden ni siquiera ahorrar $1.000 dólares para alguna emergencia.
La deuda es lo mismo que… ¿qué?
Amigo pesimista y negativo, no exagere esto fuera de proporción… la deuda no es una amenaza, es una herramienta. El 14 de enero de 2016 Forbes lo explico así: “De hecho, la conclusión y deducción correcta es que esta gente son de clase media en un país con un sistema financiero en buen funcionamiento. Debido a eso, ellos no necesitan ahorros porque tienen acceso al crédito” (énfasis añadido).
¡Usted puede ser parte de la clase media sin ni siquiera mil dólares de ahorro, siempre y cuando pueda acumular deuda!
Continuó Forbes diciendo que, “honestamente el crédito y los ahorros son la misma cosa económicamente. (…) Que la mayoría de los norteamericanos no tenga $500 de ‘ahorros’ como comúnmente se definen, eso simplemente no importa”.
El crédito es lo mismo que los ahorros. Y eso es hablar “honestamente”. “Como siempre sucede en el estudio de todo lo relacionado a la economía, el consumismo es el punto importante de todo ello” (ibíd.).
¡Ahí lo tienen! ¿Para qué sacrificarse esperando a ahorrar un fondo de emergencia, o ahorrando para comprarse un carro, o para pagar su colegiatura cuando (funcionalmente hablando) el resultado es supuestamente lo mismo que usar una tarjeta American Express? Realmente no importa cómo lo pague usted; lo que realmente cuenta es poder ser un consumidor.
Se oye muy parecido a lo que dijo el Vicepresidente Dick Cheney en 2004, que el “déficit del presupuesto no importa”. Cuatro años después, en 2008, la tormenta fiscal azotó.
La administración de Bush acumuló $4.900 millones de deuda. La de Obama le añadió $9,3 billones a eso. La deuda del gobierno federal está casi en $20 billones, y se está aproximando al valor total de todas las compañías representadas en la bolsa de valores del New York Stock Exchange, la Bolsa más grande del mundo.
¿Le dará la administración de Trump marcha en reversa a esta tendencia? ¿Cesará la creciente tormenta de deuda o al menos se tranquilizará durante su presidencia?
En el mundo real que está más allá de Washington, el crédito no es lo mismo que ahorros, ni las deudas pueden borrarse simplemente consiguiendo más tarjetas de crédito. El analista Wolf Richter escribió que, “ya estamos sobrecargados de tanta deuda que yo creo que es muy difícil de siquiera respirar por la economía. Mucha gente por todos lados está preocupada por esto” (PeakProsperity.com, Oct. 16, 2016).
No obstante, los líderes norteamericanos siguen tratando de resolver el problema de tener mucha deuda, con más deuda. Richter escribió: “Lo que quiero decir es que la Fed [la Reserva Federal] aún está diciendo, Nosotros crearemos más dinero gratis y ustedes solo necesitan seguir tomando dinero prestado, y esa es la solución de tener demasiada deuda. Esto es una locura, analizándolo bien”.
La deuda federal de EE UU resulta ser más de $166.000 dólares por cada ciudadano que paga impuestos.
Existen otros $3 billones de deuda estatal y local que también debe pagarse a fin de cuentas. Eso resulta en $25.000 más de deuda para cada contribuyente. Pero los norteamericanos no tienen ahorros. Pero sí tienen mucho de otra cosa: ¡deuda! Añádale al cálculo la deuda personal y corporativa, y el monto global de deuda en EE UU es de $67 billones. Y esto ni siquiera incluye las promesas de beneficios sociales de Medicare y Medicaid [seguros de atención médica] a las futuras generaciones.
Dependiendo de cómo uno lo calcule, EE UU tiene compromisos fiscales por encima de los $100 billones. Laurence Kotlikoff de la Universidad de Boston dice que ese monto es más cercano a los $200 billones.
La magnitud de esta tormenta latente es tan enorme que es virtualmente imposible de sondear. Olvídese de aquellas promesas porque no serán pagadas. No totalmente. Esto va a dañar a mucha gente que está confiando en el gobierno para tener apoyo en su jubilación.
Pero aun la parte de la deuda que los analistas piensan que el gobierno podría pagar está sobrepasando rápidamente la capacidad que tiene EE UU para sostenerla. En su totalidad, la economía de Estados Unidos está en casi los $18 billones, lo cual equivale al 110 por ciento de proporción entre su deuda y el pib [producto interno bruto] del país. En 2011 esta proporción era del 100 por ciento.
Hace tan solo ocho años la deuda federal era de $10 billones. Durante la presidencia [de Obama] ésta subió casi al doble. Y en la administración anterior subió al doble de lo anterior. ¿Es sostenible esta tasa de crecimiento de la deuda?
No.
¿Significa esto que los políticos van a volverse sensatos y que la tormenta cesará?
No.
De hecho la tormenta de la deuda probablemente se intensificará antes que azote de lleno. En marzo pasado, la deuda total por familias en EE UU era de un gigantesco $12, 25 billones. Pero eso es aun el 3,3 por ciento menor al ápice previo a la crisis financiera de 2008. Todavía tiene espacio para correr. Los préstamos a estudiantes, los financiamientos para autos y la deuda nueva de tarjetas de crédito, siguen creciendo. Podemos nombrarlos la triple amenaza de los $3 billones de dólares.
Lo que el presidente Trump hará
Los líderes estadounidenses piensan que la deuda es buena. El 14 de diciembre la Reserva Federal subió la tasa de interés del 0,5 al 0,75 por ciento; es solo el segundo incremento minúsculo en 10 años. El propósito implícito de la Fed es de estimular la actividad del consumidor. ¿Es por esta razón que la Fed está manteniendo la tasa de interés ridículamente baja, para alentar el endeudamiento?
El presidente Trump ha sido percibido como una persona disruptiva. ¿Va él a ser disruptivo contra este espiral huracanado de la deuda?
No.
Donald Trump ama la deuda; ¡él lo admite! El 5 de mayo de 2016 él dijo lo siguiente en cnbc: “Sí, yo pienso que… miren, yo he tomado dinero prestado sabiendo que se puede pagar con descuentos. Claro que estaba arriesgándome y todo lo demás pero me fue bien a mí. En verdad el estar endeudado, siempre fue interesante para mí. Ahora estamos en una situación diferente con el País. Pero yo sí tomaría dinero prestado sabiendo que si la economía colapsara, uno podría llegar a algún acuerdo. Y si la economía resulta buena, todo sale bien. Por lo tanto, uno no puede perder. Es algo así como llegar a un acuerdo antes de un juego de póker, lo cual hace que los riesgos sean mucho menores”.
El 11 de agosto le dijo esto a cnbc: “Estamos en un buen tiempo para tramitar un préstamo, uno que sea a largo plazo para tener lo suficiente para reconstruir nuestra infraestructura”. De acuerdo al Sr. Trump nadie conoce el endeudamiento como él. “Yo soy el rey de la deuda. Me encantan las deudas”, dijo a cnn el 4 de mayo de 2016.
En una entrevista en cbs el 22 de junio de 2016 dijo: “Soy el rey de la deuda. Soy buenísimo con las deudas; nadie conoce las deudas mejor que yo. He amasado una fortuna con el uso de la deuda, y si las cosas no salen bien, simplemente hago una renegociación del préstamo. Reitero que es inteligente hacer eso, no una tontería”.
¿Y qué sucedería si la Nación tomara más dinero prestado de lo que pudiera pagar? El Sr. Trump también tiene cubierta esa posibilidad: “uno regresa al prestamista y le dice, ‘¿sabes qué? La economía acaba de colapsar. Te voy a pagar solamente la mitad” (ibíd.).
De acuerdo a la Institución Brookings de investigaciones la deuda de EE UU bien pudiera crecer durante la presidencia de Trump tanto como lo hizo bajo el presidente Obama. Brookins estima un aumento de $9,5 billones de deuda adicional en los siguientes 10 años.
Esas proyecciones serán mayores. Algo que Estados Unidos ha demostrado en su historia reciente es que sabe muy bien como subestimar sus gastos.
Y mientras Estados Unidos se embarca en su mayor parranda de endeudamiento, una tormenta de proporciones épicas se estará formando costa afuera. En tierra todo pudiera parecer soleado y tranquilo. El endeudamiento pondrá la Bolsa al alza; el consumismo dará la apariencia de prosperidad; trabajos temporales serán creados.
Y luego, un día la tormenta entrará. En un abrir y cerrar de ojos los cielos se ennegrecerán. El viento soplará. El torrencial caerá y las enormes olas azotando arrasarán el sistema económico de EE UU basado en la deuda.
Antes que eso pase, usted puede escoger como la mayoría de los norteamericanos quienes construyen sus casas financieras sobre la arena. O puede escoger construir sobre una Roca sólida. Comience leyendo, Solve Your Money Troubles . ▪