Una historia problemática: Volkswagen

Volkswagen (VW) fue fundada por los nazis el 28 de mayo de 1937, como parte de la visión de Adolfo Hitler de permitir que cada familia alemana tuviera su propio automóvil. Originalmente operada por el Frente Alemán del Trabajo, Volkswagen explotó a más de 15.000 trabajadores esclavos de los campos de concentración cercanos. En 1944, un ingeniero de la planta de VW viajó a Auschwitz para seleccionar a 300 obreros metalúrgicos judíos calificados para fabricar vehículos militares para el Reich.

Cuando la Segunda Guerra Mundial llegaba a su fin, Volkswagen envió a dos representantes (los Dres. Ellenmayer y Kardos) a reunirse con el S.S. Obergruppenführer Dr. Scheid y otros industriales nazis para planificar la recuperación económica de Alemania tras la derrota definitiva de Hitler. Los espías aliados descubrieron este plan para reconstruir el imperio nazi, pero aun así los políticos estadounidenses decidieron convertir a Volkswagen en el centro de sus esfuerzos para resucitar la industria automovilística alemana.

VW sigue siendo una empresa gigantesca hasta el día de hoy, y conserva una influencia considerable en el gobierno alemán.

En 2017, Estados Unidos acusó a los fabricantes de automóviles alemanes Volkswagen, Daimler AG, bmw, Audi y Porsche de llevar a cabo una estrategia coordinada de falsear los resultados de las emisiones para hacer más competitivos los automóviles diésel dentro y fuera del país. Violaron la ley antimonopolio de EE UU. En la Unión Europea, varias de estas empresas fueron acusadas de trabajar juntas como un cartel.

Der Spiegel informó que, a partir de 2006, Daimler, bmw, Audi y VW celebraron reuniones secretas para acordar una estrategia común para engañar a las agencias medioambientales del gobierno estadounidense. Muchas pruebas indicaban que estas empresas, de las cuales la principal era Volkswagen, hacían trampas (a costa de emitir más dióxido de carbono) para obtener una ventaja competitiva.

El gobierno alemán habla sin cesar de la necesidad de proteger el medioambiente. Sin embargo, estas empresas se libraron con un castigo leve. La industria automovilística alemana, claramente la mayor en Europa, mantiene 800.000 puestos de trabajo en Alemania y representa el 5% de la producción económica total del país.

En principio, se habría prohibido la circulación de 5 millones de automóviles diésel por no cumplir el objetivo de dióxido de carbono. Pero en vez de eso, los fabricantes de automóviles y el gobierno acordaron que bastaría con una actualización de software. Spiegel Online señaló que esta solución es “la más barata para los fabricantes de automóviles y la peor para los pulmones humanos”.

El gobierno alemán dejó que VW se librara con castigos leves. En EE UU, VW vendió 580.000 vehículos afectados y fue obligada a pagar 25.000 millones de dólares en multas, sanciones y otros daños. En Europa, vendió 8 millones de vehículos, pero Alemania sólo le impuso una multa de 1.100 millones de dólares.

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