GETTY IMAGES
Una guerra contra el cáncer
El 6 de enero, la empresa farmacéutica BioNTech, con sede en Alemania, anunció sus planes de crear un centro de investigación y desarrollo para terapias contra el cáncer en el Reino Unido. BioNTech lleva años trabajando en una vacuna contra el cáncer, pero últimamente ha concentrado sus esfuerzos, junto con Pfizer, en la vacuna covid-19. El canciller alemán Olaf Scholz visitó la sede de BioNTech el 2 de febrero y los felicitó por volver a concentrarse en las vacunas contra el cáncer.
Sigo agradecido de que hayan cambiado de rumbo y hayan cambiado décadas de investigación que se centraban en la terapia del cáncer y hayan enfocado la dirección hacia este tema sin olvidar el cáncer, porque es ahí donde continúan [su trabajo], como hemos visto muy concretamente hoy.
—Olaf Scholz
El cáncer ha causado más muertes en todo el mundo que la covid-19. Sólo en 2020 causó casi 10 millones de muertes. Por eso la investigación sobre el cáncer ha sido una prioridad para las naciones de todo el mundo. Y Alemania ha estado a la vanguardia de la investigación sobre el cáncer. A principios del siglo xx, la investigación alemana sobre el cáncer era la más avanzada del mundo. El éxito en este campo continuó durante el régimen de Adolfo Hitler, financiado en gran medida por el propio führer.
Los líderes actuales también ven la importancia de luchar contra el cáncer. El ex ministro de Defensa alemán Karl-Theodor zu Guttenberg forma parte del Consejo de Futuros del Proyecto de Vacunas Humanas, que publicó “Un ruta de acción para el desarrollo de vacunas contra el cáncer” en 2016. Ese mismo año, el expresidente de Estados Unidos Barack Obama dijo: “Hagamos de Estados Unidos el país que cure el cáncer de una vez por todas”. En 2019, Joe Biden prometió “curar el cáncer” si era elegido presidente.
El 20 de enero de 2022, el Instituto Nacional del Cáncer de EE UU, patrocinado por el gobierno, escribió que “algunos investigadores creen que el éxito de las vacunas de arnm covid-19 podría ayudar a acelerar la investigación clínica sobre vacunas de arnm para tratar el cáncer”. En abril de 2022, Obama dijo: “Esencialmente hemos probado clínicamente la vacuna [covid] en miles de millones de personas en todo el mundo”. La tecnología de arnm desplegada ahora en la vacuna contra el cáncer fue “probada clínicamente” en miles de millones de personas. Esta es la base del éxito reciente.
El redactor ejecutivo de la Trompeta, Stephen Flurry, señaló en Sudden Deaths Skyrocket as White House Pushes Untested Drugs” [Las muertes súbitas se disparan mientras la Casa Blanca impulsa fármacos no probados]:
La Casa Blanca sigue promocionando la vacuna covid, incluso cuando surgen detalles alarmantes sobre sus peligrosos efectos. Los datos publicados por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades el 18 de noviembre muestran que 1.457.996 personas han experimentado un “efecto adverso” después de vacunarse. Estos “efectos” incluyen defectos de nacimiento (1.185 casos), discapacidades permanentes (60.247 casos), hospitalizaciones (118.445 casos) y muertes (32.295 casos).
Si esa es la base del avance científico reciente, debemos preocuparnos.
El difunto Herbert W. Armstrong señaló que el primer experimento humano tuvo lugar en el Jardín de Edén cuando Eva tomó del fruto prohibido. En ese momento, la humanidad 1) rechazó la revelación, 2) utilizó la observación, 3) utilizó la experimentación y 4) utilizó el razonamiento humano. “¡Y ese es precisamente el método ‘científico’ que utiliza la ciencia moderna hoy en día!”, dijo el Sr. Armstrong.
Como escribió el Sr. Armstrong en El misterio de los siglos, Dios ha apartado a la humanidad de Sí mismo hasta que la humanidad se arrepienta y se dé cuenta de que sus métodos no funcionan. Hoy en día la humanidad busca curar las enfermedades que asolan nuestro cuerpo y nuestra sociedad. Pero las soluciones propuestas son destructivas. Para comprender los orígenes del experimento en el que vivimos y la solución que Dios nos ofrece, solicite un ejemplar gratuito de El misterio de los siglos.