¿Trasladará Hungría su embajada israelí a Jerusalén?
Han circulado rumores de que el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, trasladará la embajada de su país en Israel a Jerusalén. El 3 de marzo, el periódico Times of Israel , citando fuentes anónimas del Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel, afirmó que el plan de Orbán es dar a su aliado, el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, una victoria diplomática en medio de su controvertida batalla para reformar el Tribunal Supremo de Israel.
Movimientos audaces: sólo unos pocos países tienen sus embajadas en Jerusalén: Estados Unidos, Guatemala, Honduras y Kosovo. Debido a las reclamaciones palestinas sobre la ciudad, el resto del mundo tiene embajadas en Tel Aviv. Si Hungría traslada su embajada a Jerusalén, sería el primer país de la Unión Europea en hacerlo.
El Ministerio de Asuntos Exteriores húngaro no confirmó ni negó la noticia. La presidenta húngara, Katalin Novák, dijo que “aún no se ha tomado una decisión”. Pero según Politico, “una persona familiarizada con los planes, que habló bajo condición de anonimato debido a la naturaleza sensible del traslado, confirmó que el cambio se producirá”. Al parecer, el traslado está previsto para algún momento de abril.
Bruselas no está satisfecha: Peter Stano, portavoz de política exterior de la Comisión Europea, dijo que Bruselas no estaba informada de las intenciones de Orbán. Dijo en una conferencia de prensa el 3 de marzo:
Nosotros recordamos la resolución 478 de 1980 del Consejo de Seguridad [de las Naciones Unidas], que pedía a todos los miembros de la ONU que retiraran de Jerusalén sus misiones diplomáticas en Israel. Todas las embajadas de los Estados miembros de la UE, así como la Delegación de la UE en Israel, se encuentran en Tel Aviv.
¿Aliados naturales? Orbán y Netanyahu son, en muchos sentidos, aliados naturales. Ambos llevan más de 15 años en el poder. Ambos quieren reforzar la seguridad de sus naciones y aumentar la influencia religiosa en el Estado. Ambos son populistas conservadores impopulares entre la comunidad internacional. Y ambos buscan amigos con ideas afines para apoyarse mutuamente.
Pero las sociedades que Orbán y Netanyahu están construyendo tienen bases fundamentalmente diferentes. El principal objetivo de Netanyahu durante todo su tiempo en la política ha sido construir un Estado judío fuerte y seguro, protegido de sus vecinos. Orbán, por su parte, se inspira en el papel de Hungría en el reino de los Habsburgo. Los Habsburgo eran una dinastía de origen austriaco que gobernaba, entre otros territorios, el Sacro Imperio Romano, una superpotencia europea dirigida por católicos que perseguía a los judíos.
El futuro: el Sacro Imperio Romano ha sido, durante siglos, el eterno enemigo del pueblo judío. Los países que hoy intentan revivir su legado no seguirán siendo “judeófilos” por mucho tiempo. El gobierno israelí confía peligrosamente en personajes como Orbán. Para saber más, lea “El hombre fuerte, el pontífice y el antiguo imperio”.
