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Traición en la Colina del Parlamento
ONTARIO, CANADÁ
Funcionarios electos de todo el país están trabajando para la China comunista. Un informe con abundantes censuras revela que funcionarios municipales, provinciales y federales han sido comprometidos por gobiernos extranjeros. El informe del Comité de Seguridad Nacional e Inteligencia de Parlamentarios del 3 de junio revela que los funcionarios electos han estado utilizando los poderes que les confió el pueblo canadiense para promover las agendas de nuestros adversarios.
En muchos sentidos, este informe es impactante, pero en otros aspectos pone de relieve la traición que se apoderó del gobierno canadiense hace generaciones. Este informe es solo la punta del iceberg.
En el centro de la controversia está el primer ministro Justin Trudeau. Desde al menos 2018, las agencias de inteligencia han estado haciendo sonar la alarma sobre la interferencia extranjera por parte de actores malintencionados, pero no se ha hecho nada.
El gobierno de Trudeau ha hecho la vista gorda ante la traición porque eso es precisamente lo que le ha permitido al primer ministro permanecer en el poder. Este escándalo expone el fraude detrás del espejismo de la integridad de Trudeau y de la democracia en Canadá. También está relacionado con algunas profecías bíblicas explosivas que se están cumpliendo ahora mismo.
Alegaciones censuradas
En el informe de 84 páginas, la frase más común es: “Se eliminó contenido para omitir información perjudicial o privilegiada”. Se han eliminado todos los ejemplos específicos para “proteger fuentes y métodos”. Pero incluso el material general no censurado muestra que el gobierno de Trudeau está plagado de interferencias extranjeras.
“En primer lugar, un agente extranjero ofrece al influyente canadiense dinero u otros favores”, afirma el informe. “Esto puede incluir pagos directos, efectivo, contribuciones de campaña en especie, inversión en su región, viajes con todos los gastos pagos al país extranjero, o promesas de una oportunidad de empleo o un puesto remunerado que requiera poco o ningún trabajo después de dejar el cargo público. Esto tiene como objetivo generar un sentido de deuda o reciprocidad. En segundo lugar, una vez que el canadiense acepta el dinero u otro favor del gobierno extranjero, el agente extranjero lo usa como ‘moneda de cambio’ para ganar influencia sobre su objetivo”.
Si esto le suena familiar, es porque La Trompeta ha estado exponiendo a la familia de Joe Biden y otros políticos de Estados Unidos que se han enriquecido a través de exactamente los mismos procesos. La interferencia extranjera es más eficaz no oponiéndose abiertamente a los intereses y a los líderes canadienses, sino enriqueciendo o coaccionando a los líderes canadienses para que se opongan a los intereses canadienses.
Aquí están algunos puntos destacados del informe:
• Principales fuentes de interferencia extranjera: China, India, Pakistán e Irán
• Al menos un miembro del Parlamento se reunió deliberadamente con un agente extranjero para divulgar información de inteligencia importante.
• Las agencias de inteligencia extranjeras, incluido el Frente Unido del Partido Comunista Chino, crearon “redes clandestinas” en torno a figuras políticas, empresarios, empleados y donantes para alterar políticas y otras decisiones.
• Agentes del gobierno chino estuvieron en contacto con al menos 11 candidatos y 13 miembros del personal de campaña durante las elecciones de 2019.
• Hay evidencia de que al menos un miembro del personal político pasó información de inteligencia al Partido Comunista Chino.
• En elecciones en las que es muy probable que gane un partido político, los agentes extranjeros han propuesto a ciertos candidatos preferidos para que sean nominados por el partido y, por lo tanto, incluidos en el Parlamento.
• Las misiones del Partido Comunista Chino también han intentado manipular a los funcionarios electorales y sus finanzas para alterar los resultados electorales después de la emisión de los votos.
• El gobierno de Trudeau fue informado por primera vez sobre estas acusaciones en 2018, pero no tomó ninguna medida, lo que permitió que las personas comprometidas permanecieran en el Parlamento.
Estas actividades representan una profunda infiltración en los procesos democráticos, principalmente por parte del Partido Comunista Chino. ¿Por qué Trudeau se niega a desenmascarar a los conspiradores? ¿Cómo sabe que su representante en el Parlamento no está comprometido? ¿Cómo sabe que las dos últimas elecciones federales no fueron fraudes masivos? ¿Por qué el ganador de las elecciones, Trudeau, no tomó ninguna medida para detener la interferencia extranjera china? Estas preguntas vitales necesitan respuesta porque esto es traición.
El informe hace esta increíble admisión: “Estos son ejemplos particularmente preocupantes de la conducta de algunos parlamentarios. Algunos pueden ser ilegales, pero es poco probable que conduzcan a cargos penales, debido a que Canadá no ha abordado el problema, pendiente desde hace tiempo, de proteger la información y los métodos clasificados en los procesos judiciales” (énfasis añadido). ¡No esperen justicia bajo el régimen actual!
A pesar de la amplia aceptación del hecho de que se está cometiendo traición, la afirmación es que estas acciones no cumplen con el umbral legal de traición de Canadá, que requiere la intención de causar violencia, guerra o cambio de régimen. Otros castigos legales bajo la Ley de Seguridad de la Información, el artículo 121 del Código Penal (sobre la “influencia indebida”) y la Ley de Conflictos de Intereses equivaldrían a un tirón de orejas. Lo mejor que veremos es que los miembros traidores del Parlamento opten por no presentarse a la reelección o, como mucho, sean expulsados.
Esto contrasta marcadamente con la represión autoritaria de Trudeau contra los conservadores y los canadienses comunes como los manifestantes del Convoy de la Libertad, por ejemplo. Si suena la bocina y protesta contra los edictos de Trudeau, ha superado el umbral legal de amenaza existencial nacional. Le congelarán la cuenta bancaria, la policía lo golpeará y lo encarcelará sin orden judicial. No así para los miembros del Parlamento que trabajan activamente para China.
Este documento informativo cubre sólo el período de 2019 a 2024. La verdad es que la interferencia extranjera infectó la democracia canadiense desde mucho antes.
Legado de traición
China y Canadá tienen una relación que se remonta a la década de 1880. Los misioneros cristianos de Canadá, especialmente de la Iglesia Metodista y Unida de Canadá, fueron prolíficos en China. Vivieron allí; sus hijos nacieron allí. Esa generación misionera de canadienses (“Mish Kids”) hablaba mandarín con fluidez, entendía la cultura china y, lo más importante, era amiga de los fundadores del Partido Comunista Chino. Algunos de los Mish Kids más importantes fueron Oskar D. Skelton (fundador de Asuntos Exteriores de Canadá), Lester B. Pearson (embajador y primer ministro), Vincent Massay (gobernador general) y Hume Wrong (embajador en Estados Unidos). Algunos fueron embajadores en China, como Ralph Collins, Charles John Small, Chester Ronning y Arthur Menzies. Desde el comienzo mismo de la trayectoria de la política exterior de Canadá, China ha tenido una influencia significativa.
En la Segunda Guerra Mundial, muchos Mish Kids ocupaban puestos de poder en el gobierno canadiense. Casi sin ayuda de nadie, condujeron a Canadá hacia unas relaciones cálidas con los chinos comunistas. Muchos de ellos ayudaron activamente a Mao Zedong a conquistar China.
Esto se intensificó cuando Pierre Elliott Trudeau se convirtió en primer ministro en 1968. Había visitado la China de Mao en 1949 y regresó con una gran admiración por ella; el escenario estaba preparado para que Trudeau se convirtiera en la herramienta más importante de Mao. Cuando Trudeau reconoció oficialmente a la China comunista en 1970, fue parte de una estrategia más amplia de los comunistas para ayudar a convencer al presidente estadounidense Richard Nixon de un acercamiento.
Paul Lin, un intelectual chino, era profesor de la Universidad McGill y un conocido agente del Partido Comunista Chino. Este se hizo amigo de Ivan Head, el asesor de política exterior de Trudeau. ¡Head llamaba a Lin para pedirle consejo y luego llamaba al primer ministro para aconsejarlo!
Sin embargo, el eje central de la injerencia extranjera fue la creación del Consejo Empresarial Canadá-China. Fundado por Paul Desmarais Sr., el multimillonario más importante de Canadá, así como por Pierre Trudeau y el Partido Comunista Chino, fue y es una herramienta para aumentar los lazos económicos con China. En la práctica, ha dado al Partido Comunista Chino influencia sobre el Partido Liberal de Canadá, cuyos altos cargos tienen vínculos financieros con el Consejo Empresarial Canadá-China. Hay miles de millones de dólares en juego en esta asociación económica.
Desmarais era amigo personal de muchos miembros del Politburó de China, incluido Zhou En-lai. Como fundador y director ejecutivo de Power Corp., Desmarais construyó una empresa con diversidad internacional que vale miles de millones de dólares. Durante 50 años, la familia Desmarais ha sido la influencia dominante en la política canadiense. Paul Desmarais ejerció su poder para intimidar a miembros del Parlamento e incluso a presidentes estadounidenses (Bill Clinton y George W. Bush), para ayudar a Nicolas Sarkozy a ganar la presidencia francesa e influir en cinco primeros ministros de Canadá para que adoptaran una agenda a favor del Partido Comunista Chino. Por eso Canadá fue la primera nación en normalizar las relaciones con China después de la masacre de la Plaza de Tiananmen. Desmarais es el George Soros de Canadá.
Justin Trudeau es el elegido de la élite laurentiana, la clase dirigente de Ontario y Quebec, para continuar con este lucrativo modelo de negocio de traición.
Patrón de traición
La familia Desmarais no sólo ha traído la influencia china a la élite gobernante de Canadá, sino que también ha ayudado a importar una forma mucho más siniestra y letal de interferencia extranjera.
Cuando Justin Trudeau se postuló por primera vez al cargo de primer ministro, se introdujo en Canadá un nuevo sistema político. Gerald Butts, el asesor principal de Trudeau, trabajó con el equipo de campaña de Barack Obama para establecer un “patrón Obama” de elecciones. El Partido Liberal adoptó el perfil y la selección sistemática de votantes que Obama utilizó en 2008 y 2012. Desde la victoria electoral de Trudeau en 2015, Obama ha tenido varias reuniones con el primer ministro y ha seguido apoyando a Trudeau a través de su miríada de escándalos: la cara negra, el caso SNC Lavalin, WE Charity y más.
La familia Desmarais respaldó a Canadá 2020, un grupo de expertos que llevó a Obama a Canadá en 2019 para ayudar a establecer las políticas gubernamentales de Trudeau. El modelo de Obama se ha convertido en un sello distintivo del gobierno de Trudeau, adoptando y persiguiendo los mismos objetivos ideológicos que el ex presidente estadounidense. Esta tendencia fue evidente en el discurso de Obama ante el Parlamento el 29 de junio de 2016, en el que abogó por que tanto EE UU como Canadá tengan fronteras abiertas: “Las fronteras significan algo. Pero en momentos como este, estamos llamados a vernos a nosotros mismos en los demás, porque todos fuimos una vez extraños. (…) Así que, como estadounidenses y canadienses, seguiremos recibiendo refugiados, y podemos asegurarnos de que lo estamos haciendo de una manera que mantenga nuestra seguridad. Podemos y haremos ambas cosas”. Desde ese discurso, Trudeau ha aumentado drásticamente la inmigración a niveles históricos. Obama terminó con la declaración de la transformación social: “Qué afortunados, qué privilegiados somos de tener la oportunidad de ahora, nosotros mismos, de reconstruir este mundo de nuevo”. Obama y Trudeau quieren construir este mundo de nuevo.
El informe sobre injerencias extranjeras revela que el Gobierno de Trudeau comenzó inmediatamente a dar forma a las agencias de inteligencia de Canadá para que operaran exactamente igual que las de Obama en 2016: “La respuesta estratégica de Canadá a la interferencia extranjera en los procesos e instituciones democráticos debe entenderse en el contexto que puso el tema en primer plano. Como se señaló anteriormente, Rusia llevó a cabo una campaña de influencia dirigida a EE UU en las elecciones presidenciales de 2016 con el objetivo de socavar la confianza pública en el proceso democrático estadounidense y desacreditar la candidatura de Hillary Clinton. (…) Este esfuerzo de influencia se complementó con ataques cibernéticos selectivos y la publicación de materiales perjudiciales para la campaña de Clinton”.
La verdad es que los rusos no atacaron la campaña de Clinton ni interfirieron en ella en 2016. Toda esa narrativa es una mentira. La administración Obama interfirió en las elecciones de 2016 con el engaño Trump-Rusia, y las agencias de inteligencia desempeñaron un papel fundamental. El informe afirma: “Estos acontecimientos dieron forma a los primeros esfuerzos de Canadá para contrarrestar la interferencia extranjera en sus elecciones”.
Este pasaje es revelador. Significa que Trudeau y las agencias de inteligencia canadienses apoyan incondicionalmente el golpe de Estado traicionero de Obama contra Donald Trump. También significa que todas las medidas de interferencia extranjera y las directivas de inteligencia dadas por Trudeau al Servicio Canadiense de Inteligencia de Seguridad y a la Real Policía Montada de Canadá no tenían como objetivo detener la traición, sino asegurarse de que reforzaran su control del poder. Los acontecimientos posteriores demuestran que esto es exactamente lo que ha sucedido.
Éste es el modelo de Obama. Es un modelo de traición.
Por eso Trudeau permite que China lo ayude a ganar elecciones y por eso es probable que esté planeando robar las próximas elecciones federales, fijadas para octubre de 2025. Después de todo, eso es lo que Obama haría y todavía está trabajando para lograrlo. A pesar de que los conservadores tienen una ventaja de 20 puntos y de que el 68% de los canadienses piensan que Trudeau debería dimitir, ¿quién necesita votantes cuando hay traidores en las altas esferas?
¡La Biblia nos advierte de estas condiciones! “En los postreros días vendrán tiempos peligrosos” (2 Timoteo 3:1). ¿Qué los hace tan peligrosos? “Traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios” (versículo 4). Dios nos ha advertido de los traidores arrogantes que aman el beneficio personal más que cualquier atisbo de temor a Dios. A la vanguardia de estos tiempos traicioneros y peligrosos está el profetizado Antíoco (lea Estados Unidos bajo ataque para obtener más información). El patrón de traición de Barack Obama se extiende más allá de las fronteras de EE UU. Él ha liderado la transformación fundamental del mundo occidental.
La interferencia comunista de Obama, Trudeau y China está causando amarga aflicción en las naciones modernas de Israel. La izquierda radical está perdiendo su control del poder. Tiranos como Obama y Trudeau han evadido la rendición de cuentas durante años, pero eso está cambiando. Dios está exponiendo esta traición para mostrar cuán desesperanzados son los gobiernos del hombre. Todo en Canadá está roto para enseñarnos que sólo el gobierno de Dios puede darnos verdadera paz, justicia y prosperidad. Estos tiempos peligrosos terminan con el regreso de Jesucristo para establecer un Reino de esperanza y reemplazar el modelo de traición con uno de rectitud.