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¿Traerá paz a Israel el plan de paz de Trump?
El 28 de enero el presidente de EE UU, Donald Trump, dio a conocer su plan de paz para Oriente Medio. Tenía 180 páginas y cubría una enorme cantidad de detalles. El presidente Trump lo calificó como “la propuesta más detallada jamás presentada” y “el acuerdo del siglo”. Recibió apoyo de Israel: el presidente Trump lo anunció en la Casa Blanca con el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu a su lado. Pero el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, respondió: “Decimos mil veces: No, no y no al acuerdo del siglo”.
¿Alguien realmente piensa que este plan traerá la paz? No creo que mucha gente lo piense.
La Biblia nos dice que tengamos cuidado cuando oigamos mucho sobre paz. El profeta Jeremías escribió acerca de los falsos profetas “diciendo: Paz, paz; y no hay paz” (Jeremías 6:14; 8:11). Isaías el profeta predijo de un tiempo en que “los [embajadores] de paz llorarán amargamente” (Isaías 33:7).
Los diplomáticos corren por todas partes hablando de paz, paz, y paz, pero nunca tenemos paz duradera. Eso ha sido así a lo largo de la historia.
Cuando ellos siguen hablando de paz, uno sabe que estamos a punto de tener guerra, ¡una guerra como nunca se ha visto!
¿Sabía que Jerusalén significa “ciudad de paz”? Uno casi pensaría que es una broma de mal gusto. No ha habido paz duradera en esa ciudad. De hecho, ¡en Jerusalén han fluido ríos de sangre!
¿Por qué siempre fallan los planes de paz del hombre? Hay una razón... una causa que debemos entender. Jerusalén ofrece un ejemplo sorprendente de esta razón. Muchos de los esfuerzos de paz más arduos se han centrado en esta ciudad. Durante años, muchas naciones han trabajado para lograr la paz y han fallado.
Necesitamos desesperadamente entender este punto fundamental. Si alguna vez hubo un momento en que debemos preocuparnos por cómo traer la paz a este mundo, seguramente es ahora. ¡La supervivencia humana es el problema número uno que el mundo enfrenta hoy! Muchas naciones están adquiriendo armas nucleares, ¡y perfeccionando su energía nuclear! ¡Estamos ante una guerra nuclear que deja perpleja la imaginación!
Isaías dijo: “no conocieron el camino de paz” (Isaías 59:8). Hay un camino de paz, ¡pero la humanidad no conoce ese camino! El hombre sigue intentando de alguna manera generar algún tipo de paz, pero nunca puede.
Éste es un tema peligrosamente mortal. Si queremos evitar un gran sufrimiento, debemos entender cómo tener paz. Necesitamos paz no sólo en las naciones, sino en nuestros propios hogares. ¿Cómo tener paz en un hogar?
Hay una manera, y usted puede comprobarlo absolutamente. De hecho, incluso el nombre de Jerusalén, “ciudad de paz”, es profético, y nos dice que tendremos paz; a pesar del hombre, no por causa de él.
Proceso de ‘paz’
Durante casi 30 años, EE UU y Gran Bretaña han presionado a los judíos para que acepten un proceso de paz que ha fracasado repetidamente. Claramente EE UU y Gran Bretaña, como el resto de la humanidad, no conocen el camino hacia la paz.
Los “profetas anteriores” incluyen los libros bíblicos de Josué, Jueces, Samuel y Reyes. Estos libros fueron escritos por profetas y, como casi toda la profecía bíblica, contienen pronósticos destinados principalmente a este tiempo del fin.
Observe esta sorprendente declaración en el libro profético de Reyes. Cuando Dios decidió despojar a Salomón del reino de Israel (debido a sus terribles pecados), dijo: “Pero no romperé todo el reino, sino que daré una tribu a tu hijo, por amor a David mi siervo, y por amor a Jerusalén, la cual yo he elegido” (1 Reyes 11:13). Dios ha elegido a Jerusalén. No ha elegido a ninguna otra ciudad en el mundo; sólo Jerusalén.
¡Esto tiene todo que ver con que tengamos paz en este mundo!
Cuando el Estado moderno de Israel inició en 1948, los árabes atacaron de inmediato. Los judíos no tenían un ejército real. En tres semanas, estaban perdiendo la guerra. Luego, los árabes extrañamente hicieron una tregua temporal promovida por las Naciones Unidas. Esto era justo lo que Israel necesitaba para rearmar y entrenar a sus soldados fatigados, muchos de ellos civiles portando armas. Poco después, los árabes comenzaron a atacar nuevamente. Pero esta vez los judíos estaban bien preparados y rápidamente ganaron la guerra. Fue un milagro de Dios.
Los judíos experimentaron muchos milagros en los años siguientes. La Guerra de los Seis Días en 1967 fue un importante enfrentamiento entre la nación judía y Egipto, Jordania y Siria. En ese breve pero intenso conflicto, los judíos capturaron todo el Sinaí (la península), el Canal de Suez, Jerusalén Oriental, Cisjordania [The West Bank] y los Altos del Golán, ¡en seis días! Estudie esa historia y verá que los judíos fueron ayudados por milagros.
A fines de 1973, los árabes atacaron nuevamente, esta vez en la solemne festividad judía de Yom Kippur [Día de Expiación]. Con mucha ayuda de Estados Unidos, los judíos ganaron la guerra en tres semanas; otra liberación milagrosa.
Sin embargo, en algún momento, los judíos decidieron dejar de buscar ayuda en Dios. Inducidos por EE UU y Gran Bretaña, ellos decidieron buscar su seguridad negociando con las mismas personas que querían destruirlos.
En 1993 el primer ministro israelí, Yitzhak Rabin, y el líder palestino, Yasser Arafat, hicieron un pacto en el que Israel cedió territorio por promesas de paz. Antes de liderar a los palestinos en el proceso de paz, ¡Arafat era el terrorista número uno en Oriente Medio! ¿Tiene sentido que de alguna manera se pueda lograr la paz haciendo un trato con un terrorista confirmado? ¡No hay lógica en eso!
Incluso cuando Arafat hablaba de paz a los israelíes y al mundo, en privado a menudo le contaba a la gente su plan de apoderarse de Israel, y destruir a los judíos por completo. ¡Esa fue siempre su ambición! Sin embargo, de alguna manera pensamos que simplemente darle territorio lo ablandaría o lo convencería de abandonar ese objetivo. Tal razonamiento muestra una terrible debilidad y sólo alienta a un enemigo que piensa así. El intercambio de territorio por paz, nunca ha traído la paz.
El peligroso plan de Trump
Desde el comienzo de ese proceso de paz, los judíos han entregado a los árabes Gaza, Jericó, Belén y otras partes de Cisjordania. Piense en eso: ¡los árabes atacaron a los judíos en múltiples ocasiones con el objetivo de aniquilar a cada uno de ellos! ¿En qué parte de la historia puede uno encontrar una guerra en la que los vencedores devolvieron el territorio a los agresores que intentaron borrarlos del mapa?
El plan del presidente Trump difiere en un área crítica de los intentos anteriores de lograr la paz, como los Acuerdos de Oslo y la retirada unilateral de Gaza en 2005. En esos casos, se alentó a Israel a renunciar a territorio por la promesa de paz. Como dijo la comentarista israelí Ruthie Blum, el plan de Trump es “paz por paz”. En éste, un Estado palestino sólo se establecería si los palestinos renuncian a la financiación y la glorificación del terrorismo, dejan de pagar los salarios de los terroristas condenados que se sientan en las cárceles israelíes y muestran otras pruebas de que ya no quieren destruir al Estado judío. El plan le da a la Autoridad Palestina cuatro años para promulgar éstas y otras reformas. Tan pronto como lo hagan, conseguirán su Estado.
A fin de cuentas, este plan todavía tiene como objetivo crear un Estado Palestino no sólo al lado de Israel, sino justo en medio de Israel. Los palestinos podrían obtenerlo incluso si sólo aparentan, a corto plazo, hacer estas concesiones.
¡Pensar que darles a los palestinos un Estado los inspirará a abandonar los planes para destruir a Israel es delirante!
Para convencer a Israel de que siquiera considere un acuerdo de este tipo, EE UU apoya el reclamo de Israel sobre el 30% de Cisjordania casi de inmediato. Esto incluye gran parte de Jerusalén Oriental y el Valle del Jordán, un área crítica en el flanco oriental de Israel que limita con Jordania. Muchos en Israel apoyan el acuerdo porque recibirán reconocimiento de estos territorios de inmediato, mientras que el Estado palestino está condicionado a que la AP (Autoridad Palestina) promulgue reformas que la mayoría de los israelíes no creen que los líderes palestinos acepten de todos modos. En el peor de los casos, en cuatro años Israel estaría justo donde está ahora, excepto con más de Cisjordania declarada como territorio soberano israelí.
Según esta lógica, muchos israelíes aceptan el acuerdo porque confían en que los palestinos lo rechacen como lo han hecho tantas veces antes.
Pero, ¿qué si estuvieran equivocados? ¿Qué pasa si los palestinos comienzan a negociar el acuerdo de Trump?
Algunas señales sugieren que el apoyo árabe al rechazo palestino del proceso de paz está disminuyendo. En febrero, una delegación palestina encabezada por Mahmud Abbas acudió al Consejo de Seguridad de la ONU, con la esperanza de ver una votación de consenso que condenara el plan de paz. Pero los palestinos se dieron cuenta de que su moción carecía de suficiente apoyo, y la votación ni siquiera ocurrió. Fue un golpe para los palestinos. Un miembro de la delegación dijo: “La sensación es que volveríamos con el rabo entre las patas”. La delegación palestina dijo que los Estados árabes, incluidos los emiratos del Golfo, Egipto y Arabia Saudí, los trataron con frialdad.
A diferencia de otras iniciativas de paz, el mundo árabe parece estar presionando a los palestinos para que negocien con el presidente Trump. Si los líderes palestinos ceden, Israel se sentirá obligado a seguir el proceso. Pero esto, resultará ser desastroso.
¡La paz nunca se ganará cediendo territorio a los palestinos!
La gente a menudo olvida que los israelíes ya se han retirado de más del 80% del territorio que ganaron en la Guerra de los Seis Días. Sin embargo, el plan de paz de Trump incluye un mapa mostrando que gran parte del territorio israelí, se está convirtiendo en un nuevo Estado palestino. Este plan es una solución de dos Estados en el que Israel renuncia a reclamar el 70% de Cisjordania. Esta área es el corazón de la historia bíblica: ¡las tierras de Abraham, Isaac y Jacob! ¿Qué pensará Dios al respecto, cuando Israel cede el territorio que Él les dio a través de victorias milagrosas?
Si se implementa, este plan pone a un Estado palestino en las puertas mismas de Jerusalén y alrededor de casi todos los asentamientos judíos en Cisjordania. No crea dos Estados uno al lado del otro con una frontera continua: es una serie de carreteras, túneles y pasos a desnivel que conectan islas de comunidades judías en Cisjordania, cada una rodeada por un pueblo históricamente hostil.
David Ha’ivri vive en una de esas comunidades judías dentro de Cisjordania. El 3 de febrero, David habló sobre lo que este acuerdo le hace a él, y a otras comunidades de Cisjordania: “El presidente Trump dice que, en su plan, ningún israelí o palestino se verá obligado a abandonar sus hogares. Sin embargo, también enumera 15 ciudades israelíes que se convertirían en enclaves aislados dentro del Estado palestino propuesto”, escribió para la Agencia Telegráfica Judía. “Algunos se consuelan erróneamente al pensar que el plan enumera sólo 15 pueblos pequeños que serían aislados y desconectados de Israel. Una mirada más de cerca al mapa de Trump, revela que otras 40 ciudades israelíes más grandes, incluida la mía, comparten un destino muy similar. Se encontrarán como puestos de avanzada aislados, conectados al resto de Israel por pasillos muy estrechos, rodeados por un espacio controlado por los palestinos”.
Tal arreglo no traería la paz. ¡Realmente crearía una herida peligrosa para los judíos!
¡Estos planes de paz son una ilusión mortal! ¡Deberíamos ver ahora que no funcionarán! Cada vez que hemos tratado de dar territorio por paz, o negociar con terroristas para lograr la paz, ¡solo ha traído más guerra!
La historia lo demuestra —y también la profecía bíblica.
La llaga de Judá
El libro de Oseas fue escrito como profecía para el tiempo del fin. La nación llamada Israel hoy es realmente Judá bíblica. Oseas incluye profecías específicas sobre Judá.
“Y verá Efraín su enfermedad, y Judá su llaga; irá entonces Efraín a Asiria, y enviará al rey Jareb; mas él no os podrá sanar, ni os curará la llaga” (Oseas 5:13). El estudio de este versículo en el hebreo original revela que tanto Efraín (Gran Bretaña) como Judá van a Asiria (el término profético para la Alemania moderna; para probar esto, solicite nuestro folleto gratuito Alemania y el Sacro Imperio Romano ).
¿Por qué ir a Alemania? ¿Y cuál es la “llaga” de Judá? La Concordancia de Strong define la palabra llaga como “en el sentido de unir: un vendaje, es decir, un remedio”. El Lexicón hebreo-caldeo de Gesenius lo define como “presionar junto, unir una herida; aquí se usa figurativamente de un remedio aplicado a las heridas del Estado”. En otras palabras, ¡el remedio es la llaga!
Otra palabra para llaga aparece en Abdías 7: “Todos tus aliados te han engañado; hasta los confines te hicieron llegar; los que estaban en paz contigo prevalecieron contra ti; los que comían tu pan pusieron lazo [llaga] debajo de ti; no hay en ello entendimiento”. El Lexicón de Gesenius define esta “llaga” como “falsedad; por lo tanto, fraude, trato insidioso (…) red o trampa”. Tiene la misma raíz que la palabra usada en Oseas 5:13. ¡En Abdías la herida está directamente relacionada con ser engañado por un pacto de paz!
Llaga en Oseas significa vendaje. Es como si un vendaje se aplicara sin remedio, a una herida abierta. Desde el comienzo del proceso de paz, los judíos han buscado ayuda en los hombres, a menudo sus enemigos, no en Dios. Esa es la llaga invisible.
Tan poca confianza en Dios... ¡tanta confianza en sus enemigos!
La verdadera herida es espiritual. Es una falta de fe en Dios. Los judíos siguen tratando de sanarse haciendo pactos de paz. Ellos eran fuertes cuando confiaban en Dios.
Finalmente, los israelíes verán que su acuerdo de paz con los palestinos ha fracasado. Realmente sólo ven el efecto de su herida, no la causa. ¡Es por eso que recurren a Alemania por otro pacto de paz, depositando su confianza en un enemigo aún más grande! Una vez más dejarán de confiar en Dios. Esto conducirá al peor desastre en la larga historia de sufrimiento de los judíos.
A esto es donde conduce, este plan de paz.
¿Dónde está su fe?
Algo está terriblemente mal con el razonamiento del hombre. “No conocieron camino de paz”. Los hombres están tratando de resolver el problema ellos mismos, ¡e incluso están buscando a sus enemigos para hacer un pacto de paz! ¿Pero cuánto están buscando a Dios?
¡La verdad es que nadie puede traer paz a una familia o a una nación estando separado de Dios! Dios debe estar involucrado para que tenga paz real. Usted nunca tendrá paz de otra manera.
¡Estos líderes parecen tener más fe en sus enemigos que en Dios! ¿Cuánta fe tenemos en Dios Todopoderoso que instantáneamente podría traernos paz si lo buscáramos a Él? ¡Eso nos muestra cuál es el verdadero problema!
¿Cuán ofendido debe estar Dios cuando los hombres confían en alguien como el principal terrorista de Oriente Medio, en lugar de confiar en Él?
Jeremías 17:9 dice que la mente humana es “engañosa (…) más que todas las cosas, y perversa”. Ésa es la naturaleza humana, y nunca podremos tener paz mientras tengamos la naturaleza humana. ¡El hombre debe deshacerse de ésta antes de que podamos tener paz!
Irán ha creado una presencia e influencia en Gaza, el Líbano y Siria. Ha rodeado a los judíos y los odia más que a nadie en Oriente Medio. Sin embargo hoy, ¡Israel está ofreciendo un pacto de paz con, esencialmente, un títere de Irán! ¡Eso nunca funcionará!
Cualquiera debería poder entender eso. Pero cuando usted mira la profecía bíblica, el peligro involucrado se vuelve aún más claro.
Zacarías 14:2 dice que en el tiempo del fin, los árabes capturarán la mitad de Jerusalén: “Porque yo reuniré a todas las naciones para combatir contra Jerusalén; y la ciudad será tomada, y serán saqueadas las casas, y violadas las mujeres; y la mitad de la ciudad irá en cautiverio, mas el resto del pueblo no será cortado de la ciudad”.
¡Sí, los esfuerzos para hacer las paces con los palestinos están profetizados a fracasar catastróficamente!
Este acuerdo de paz podría alentar a los árabes a tomar el control de la mitad de Jerusalén. ¡Zacarías dice que terminarán tomándola por la fuerza!
Yo explico esta profecía en el Capítulo 3 del folleto Jerusalén en profecía , y ésta es una profecía crucial del tiempo del fin para entender. Pero note: en este contexto, Dios dice que todas las naciones se reunirán “para combatir contra Jerusalén”. Muchas otras profecías proporcionan detalles sobre esta batalla culminante. ¡Todas estas naciones, con todos sus ejércitos, se reunirán en Armagedón antes de marchar sobre Jerusalén! ¿Y qué pasará entonces?
“Después saldrá [el Eterno] y peleará con aquellas naciones, como peleó en el día de la batalla” (versículo 3). ¡Jesucristo va a regresar personalmente para luchar contra ellos! Apocalipsis 14:18-20 muestra que esta batalla será tan feroz, ¡que la sangre de estos ejércitos fluirá tanto como para que por más de 300 kilómetros se eleve al nivel de las bridas de los caballos en el Valle de Josafat al pie del Monte de los Olivos!
Este choque en Jerusalén será la batalla decisiva en la guerra más sangrienta de la historia humana. Muchas profecías muestran que el número de muertos será horrible en toda la Tierra. La Biblia advierte seriamente que los horrores de la Segunda Guerra Mundial (con los campos de exterminio de Alemania, los gulags de Rusia y otras pesadillas, incluyendo a las bombas nucleares que incineran ciudades enteras), ¡fueron solo un ensayo de la tribulación que viene!
¿Por qué tanta carnicería y guerra? ¡Porque esto es lo que necesitará Dios para llamar la atención del hombre! ¡Tenemos que reconocer y admitir que resulta un desastre cuando tratamos de resolver nuestros problemas por nuestra cuenta, sin Dios!
¡Y esto es lo que traerá la paz a este mundo!
La paz ya viene
A pesar de la falta de paz en Israel hoy, ¡numerosas profecías nos dicen que Dios nos dará la paz!
Levítico 26:6 dice que si usted se vuelve a Dios, “[Y]o daré paz en la tierra”, “y no habrá quien os espante”, y “la espada no pasará por vuestro país”. ¡Esto es lo que Dios dice si usted hace lo que Él dice! ¡Qué promesa tan grandiosa!
Zacarías 1:17 dice que Dios “escogerá todavía a Jerusalén”. ¡Y hará que todo el mundo mire a Jerusalén! Traerá paz a toda la humanidad en unos pocos años.
“Y vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, y subamos al monte de [el Eterno], a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará sus caminos, y caminaremos por sus sendas. Porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de [el Eterno]” (Isaías 2:3). ¡Claramente esto no ha sucedido todavía! Es una profecía que está a punto de cumplirse.
Isaías 66:10 y 12 dice: “Alégrate con Jerusalén, y gozaos con ella, todos los que la amáis; llenaos con ella de gozo, todos los que os enlutáis por ella (...). Porque así dice [el Eterno]: He aquí que yo extiendo sobre ella paz como un río...”. ¡En lugar de un río de sangre, habrá un río de paz que fluirá desde Jerusalén! Dios traerá la maravillosa paz y alegría que el hombre ha buscado durante 6.000 años pero que nunca ha podido encontrar porque no ha mirado a Dios.
¡Vigile a Jerusalén! ¡Muchas cosas van a pasar allí! Los eventos son graves y aleccionadores, pero al mismo tiempo, ¡están llenos de la esperanza de Dios!
Qué esperanza da Dios a través de Su plan de paz. ¡Qué visión es ésta! ¿Cómo se compara eso con el plan de paz del presidente Trump?
Henry Kissinger dijo una vez que no hay otra opción que el proceso de paz. ¡Eso es terriblemente incorrecto! Eso no es elegir la vida.
Moisés escribió que hay dos caminos ante nosotros: la vida y la muerte. ¡Elija la vida! (Deuteronomio 30:19). El hombre está eligiendo el camino equivocado. Estamos eligiendo el camino en el que Dios no está involucrado. Dios nos dice lo que deberíamos estar haciendo, pero no estamos siguiendo Sus instrucciones. Eso necesita cambiar, y cambiar rápidamente.
¡Más de cien Escrituras le dicen cómo traer la paz! Necesitamos fe en Dios. ¡Podríamos evitarnos mucho sufrimiento si escuchamos a Dios hoy y nos volvemos a Él! Dios dice: “[V]olveos, volveos de vuestros malos caminos; ¿por qué moriréis, oh casa de Israel?” (Ezequiel 33:11). Él quiere que usted elija la vida, elija Su camino y confíe en Él. Cuando usted lo haga, Él le dará paz en su vida individual, y en su nación. ¡Y muy pronto, Él le dará paz a este mundo entero! ▪