Terremotos consecutivos sacuden Turquía y Siria
El 6 de febrero se produjo un terremoto cerca de la ciudad de Pazarcik, en el sur de Turquía. El temblor de magnitud 7,8 afectó tanto a Turquía como a Siria y también se sintió en Líbano y Chipre.
Millones fueron impactados: el terremoto impactó especialmente a Gaziantep, una ciudad turca de más de 2 millones de habitantes. “La casa tembló como la cuna de un bebé”, afirmó un residente al Wall Street Journal. “Fue como una pesadilla. Desperté a los niños. Les dije que mantuvieran la calma. Salimos del edificio”.
Mientras tanto, Siria declaró un estado de emergencia. La región del norte afectada alberga a millones de personas desplazadas a causa de la guerra civil siria.
Segundo terremoto: al terremoto de Pazarcik le siguió otro cerca de Ekinozu, en el centro de Turquía. Este terremoto fue de 7,5 grados en la escala de Richter. Los dos terremotos han matado a más de 1.300 personas; más de 900 murieron sólo en Turquía.
¿Por qué los terremotos? El Oriente Medio, con sus continuas guerras, hambrunas y gobierno de regímenes brutales, ya tiene suficientes problemas con los que lidiar. Y las circunstancias han ido de mal en peor con los terremotos. Muchos se preguntan por qué ocurren tales desastres. La Biblia revela que Dios tiene el control sobre el clima (Nahum 1:3-5). Este tipo de desastres no son casualidad, pero Dios no permite que ocurran por maldad o apatía hacia la humanidad. En el fondo, hay un buen propósito detrás de las catástrofes meteorológicas. Para saber más, lea Why ‘Natural’ Disasters? [¿Por qué catástrofes ‘naturales’?; disponible en inglés].