Sitio nuclear del Reino Unido jaqueado por grupos vinculados a Rusia y China
Grupos vinculados a Rusia y China jaquearon la instalación nuclear más peligrosa del Reino Unido, según informó el diario The Guardian el 4 de diciembre. El emplazamiento nuclear de Sellafield posee el mayor almacén de plutonio del planeta y es un vertedero de residuos nucleares procedentes de armas y de décadas de generación de energía atómica.
Las brechas en los sistemas informáticos de Sellafield se detectaron por primera vez en 2015. Los expertos encontraron un "programa maligno durmiente", un programa que permanece al acecho en los sistemas para robar datos o lanzar ataques. Esto significa que algunas de las actividades más sensibles de Sellafield -como el transporte de residuos radiactivos, la vigilancia de fugas de materiales peligrosos y la realización de controles de incendios- podrían haberse visto comprometidas.
Un ciberataque contra Sellafield tendría consecuencias devastadoras.
Encubrimiento: la investigación descubrió que el personal superior de Sellafield no informó del problema a los reguladores nucleares durante años en un aparente encubrimiento. El problema sólo se reveló cuando el personal de un centro externo descubrió que podía acceder a los sistemas de Sellafield e informó de ello a la Oficina de Regulación Nuclear.
Actualmente se desconoce el alcance de la pérdida de datos o los riesgos que corren los sistemas.
Ciberamenazas: el ciberespionaje por parte de Rusia y China es una de las mayores amenazas para el Reino Unido, según los responsables de seguridad. En los últimos años han aumentado los ciberataques contra Estados Unidos, Gran Bretaña y sus aliados.
Talón de Aquiles: la dependencia de la tecnología es una vulnerabilidad de Occidente que a menudo se pasa por alto y que será explotada por naciones como Rusia y China. El redactor jefe de la Trompeta, Gerald Flurry, escribió por primera vez sobre este tema en 1995, citando al analista de defensa Joseph de Courcy, quien escribió:
La dependencia informática es el talón de Aquiles del mundo occidental, y dentro de unos años esta debilidad podría ponerse a prueba al máximo.
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