¿Se convertirán las dos chinas en una?
El 7 de noviembre, cuando los presidentes Ma Ying-jeou de Taiwán y Xi Jinping de China vinieron cara a cara para darse un apretón de manos, ellos se estiraron desde sendos extremos de una fisura que ha separado a las dos naciones por más de 75 años.
La reunión presidencial fue la primera en la historia de los dos países. Ésta tiene un profundo significado porque los lazos entre Taiwán y China han estado congelados desde que los dos surgieron como naciones separadas.
¿De dónde vino Taiwán?
La separación fue el resultado de una guerra civil sangrienta entre el partido Comunista y el partido gobernante en ese tiempo, el Kuomintang. La guerra se desató en la parte continental de China desde 1927 hasta 1950.
Alrededor de 1949, el Comunismo había derrotado al Kuomintang, forzando a sus miembros a huir a la isla de Taiwán. Desde entonces, China, bajo el partido Comunista, ha reclamado activamente ser propietaria de Taiwán. China ve a Taiwán como un tipo de provincia rebelde cerca a la costa y a menudo ha prometido utilizar la fuerza para dominar a Taiwán. Lo que casi no se publica en la prensa de Occidente es que los taiwaneses también afirman que el continente de China les pertenece.
Durante décadas los taiwaneses han vivido con el temor de ser invadidos por las fuerzas chinas. Pero esa pequeña isla se ha mantenido independiente gracias al equipo militar, al apoyo político y a una promesa de un aliado que también sucede que es una súper potencia: Estados Unidos.
Un pronóstico audaz
Pero el apoyo de Estados Unidos a la independencia de los taiwaneses ha disminuido. En 1998, Bill Clinton se convirtió en el primer presidente de Estados Unidos que públicamente se opuso a la independencia taiwanés. El editor en jefe de Trompeta Gerald Flurry dijo que eso significaba que era solamente cuestión de tiempo antes que Taiwán llegara a estar bajo el control de China.
El Sr. Flurry escribió:
“Los líderes chinos presionaron al Presidente y a Estados Unidos para que hablara en contra de nuestros amigos [en Taiwán] amantes de la libertad (…) El pueblo de Taiwán teme por su futuro. Ellos se sienten traicionados. (…) Reitero, Estados Unidos ha exhibido su voluntad quebrantada al mundo entero. (...) ¿Cómo podría alguien no ver que Taiwán está destinado a convertirse en una parte del continente de China? Estos 21 millones de personas van a ser forzados a entrar al molde chino; y eso va a suceder por una razón: debido a que Estados Unidos está lamentablemente debilitado. ¿Realmente tan poca cosa significa la libertad para nosotros?” (Trumpet, Agosto de 1998, disponible en inglés).
Durante el tiempo en que fue escrita, la idea de que Taiwán fuera integrada a China pudo haber parecido probable solamente para el distante futuro. Pero no ahora.
Los votos de Ma hacia China
Desde que fue elegido en el 2008, el presidente Ma ha tenido como mayor prioridad mejorar las relaciones de Taiwán con China. Eso ha sido equiparado por muchos como rendirse ante Beijing.
“Los dos lados del estrecho de Taiwán no deben pelearse”, dijo Ma en 2011. “En lugar de ello deberíamos enfocarnos en estimularnos y ayudarnos mutuamente a crecer…”.
Muchos taiwaneses se preocupan por las capitulaciones de Ma hacia China. Cientos de miles se tomaron las calles para protestar en contra de los pactos comerciales que él ha hecho con China en razón de que ellos ejercen sobre Taiwán una ventaja política peligrosa.
Pero a la luz del historial que tiene Estados Unidos de una política exterior débil, especialmente bajo la administración de Obama, las acciones de Ma son lógicas. Él ve a Estados Unidos retirándose de su papel como el estabilizador global. Él ve a Estados Unidos abandonando a sus aliados y doblegándose ante sus enemigos. Y él pudo haber concluido muy bien que las garantías de seguridad de Estados Unidos son inútiles, y que es prudente apaciguar a China.
Sea o no ésa su deducción, las acciones de Ma han envalentonado a los chinos. En 2013 el presidente Xi le dijo a un oficial del gobierno taiwanés que, cuando se trata de cumplir con las metas de Beijing de unir a Taiwán con el continente, “estos temas no pueden pasarse de generación en generación”.
Xi está ansioso de traer a la “provincia rebelde” bajo el control chino y él también ve que Estados Unidos ya no tiene la fuerza de voluntad para defender a Taiwán.
Ahora, Ma ha ido al grado de reunirse con el presidente chino, dando un paso profundamente simbólico. Xi dijo que la reunión marcó “un nuevo capítulo en las relaciones a través del estrecho”, añadiendo que la separación “ha causado pena y dolor profundo en innumerables familias”.
Dando un guiño positivo al comunismo, Xi se dirigió a Ma como “camarada”, y dijo que la sangre que conecta a ambos lados “es más espesa que [el] agua” que los separa.
¿Y después de Ma?
El mandato presidencial de Ma termina el 16 de enero de 2016. Y su partido puede muy bien perder ante el partido Progresista Democrático (dpp siglas en inglés). Cuando el dpp estaba previamente en el poder, éste tomó una postura opuesta a la de Ma, impulsando agresivamente una agenda a favor de la independencia. Si éste retorna al poder, probablemente seguiría el mismo camino, tratando de echar marcha atrás a los pasos que Ma ha dado hacia China.
¿Toleraría Beijing un Taiwán que es menos cooperativo de lo que ha sido bajo el mandato de Ma? Probablemente no. Este pudiera ser el momento cuando China reaccione y absorba a Taiwán. Si eso sucede, como dijo el Sr. Flurry: “va a suceder por una razón: debido a que Estados Unidos está lamentablemente debilitado”. ▪