Salmo 113
Transcripción de La Llave de David
“Así que hay algunos salmos que nos llevan fuera de los salmos, y ya les he hablado de ellos antes, y realmente añaden profundidad a lo que estamos hablando y a lo que nos interesa. Si hay, digamos, una repetición como la que les mostré antes, y están diciendo esencialmente lo mismo que lo que se dice en otro libro de la Biblia, y hay algo que Dios nos está diciendo allí, es una gran manera de mejorar nuestro estudio de la Biblia, y realmente tenemos que aprovechar la oportunidad.
Noten el Salmo 113 en verso 1: “Alabad a [el Eterno]. Alabad, siervos de [el Eterno], alabad el nombre de [el Eterno]” [vkj]. “Alabad” está tres veces en ese verso, así que a Dios le interesa ese tipo de actitud, hermanos. Si de verdad conocemos a Dios, le alabaremos y le daremos las gracias. Surge de nuestro propio entendimiento, y Dios quiere que lo hagamos para nuestra propia felicidad y entendimiento, realmente nos ayuda a crecer espiritualmente, y mantiene nuestra mente en Dios.
Verso 2: “Sea el nombre de [el Eterno] bendito desde ahora y para siempre. (3) Desde el nacimiento del sol hasta donde se pone, sea alabado el nombre de [el Eterno]”. ¡Su nombre sea alabado! ¡Es obvio! ¡Simplemente alabamos Su nombre!
Pero ¡oh, cómo alababa David el nombre de Dios, y cómo algunos de esos grandes hombres de la Biblia sabían de verdad alabar a Dios! Pero aquí tenemos algo que dice que del amanecer al atardecer debemos alabar a Dios, desde el amanecer hasta el atardecer debe alabar a Dios; es una forma de vida, una forma de pensar. Es una forma de tener la mente de Dios en su mente. Se nos señala hacia afuera, pero tanto así es como Dios quiere que Le alabemos, y lo hacemos en nuestra mente o no lo hacemos lo suficiente, y ahí todos necesitamos mejorar, eso es seguro.
El verso 4 dice: “Excelso sobre todas las naciones es [el Eterno], sobre los cielos su gloria. (5) ¿Quién como [el Eterno] nuestro Dios, que se sienta en las alturas, (6) que se humilla a mirar en el cielo y en la tierra?”. ¡Hay mucha alabanza aquí!
Verso 7: El levanta del polvo al pobre, y al menesteroso alza del muladar. Si mira el verso 7 y va a I Samuel 2 en verso 8, es exactamente lo mismo, excepto [en inglés] por una palabra. En vez de ‘menesteroso’, es ‘mendigo’ que sale del muladar. Él toma a la gente más humilde de la Tierra y la saca del muladar, y este salmo repite ese mismo verso, ¿y de qué se trata y de dónde viene?
Luego, el verso 8: “Para hacerlos sentar con los príncipes, con los príncipes de su pueblo”. La primera parte de esto es la misma que la del verso 8 de I Samuel 2.
Luego, el verso 9: “El hace habitar en familia a la estéril, que se goza en ser madre de hijos. Aleluya”. Esto es algo especial, e incluso la referencia dice: “Vea I Samuel 2 en verso 5”, pero también debería apuntar al verso 8, porque la mayor parte del texto está en el verso 8. Pero al menos le llevan de vuelta a la oración y profecía de Ana, así que incluso gente con mente carnal puede entenderlo. Pero aquí hay mucha profecía. Y Ana tiene una profecía que impresionaría a cualquiera, y creo que el capítulo de Los profetas anteriores dedicado a ella es uno de los mejores que he escrito. Hay algo ahí a lo que el autor quiere remitirle, o hacer un gran anuncio, y decir: Mira, estoy plagiando estos otros versos de I Samuel 2. En realidad, Dios nos está diciendo que podemos ir allí y decir: ¿Qué es esto? Bueno, debe ser un ejemplo, porque este capítulo trata de alabar a Dios. Así que si vamos a Ana y su ejemplo aquí en I Samuel 2, encontramos un ejemplo de que realmente sabía cómo alabar a Dios, y queremos aprender de ella. Si repasamos este salmo y no lo entendemos tan bien como quisiéramos, y si nos encanta ese tema —y a todos nos debería entusiasmar— entonces podemos pasar a I Samuel 2.
Entonces déjenme leerles de nuevo el 7, 8 y 9. Dice: “Él levanta del polvo al pobre”, y escuchen lo cerca que está de lo que voy a leerles en 1 Samuel 2. El verso 7 dice: “Él levanta del polvo al pobre”, o al mendigo del polvo, “Y al menesteroso alza del muladar, para hacerlos sentar con los príncipes…”, y luego el verso 9: “El hace habitar en familia a la estéril, que se goza en ser madre de hijos. Aleluya”. ¿De qué podría estar hablando? Dice que hace a la mujer estéril capaz de habitar en familia y ser una feliz madre de hijos. ¿De qué está hablando Dios realmente? Está hablando de que tengamos una visión muy amplia y nos aseguremos de poder ser una madre feliz de ¡miles de millones de hijos! De eso se trata, ¿y cómo puede entenderlo? Bueno, requiere mucho estudio, mucha oración e investigación y buscar a Dios.
Bien. I Samuel 2 en verso 8, vamos allá. Esto es lo que dice: “El levanta del polvo al pobre, y del muladar exalta al menesteroso, para hacerle sentarse con príncipes y heredar un sitio de honor. Porque de [el Eterno] son las columnas de la tierra, y él afirmó sobre ellas el mundo”. ¡Vaya! ¿Llamaría eso alabanza para Dios? Piénselo. Se trata de usted, ¡se trata de prepararnos para ser la madre de miles de millones de hijos! Así lo dice la Biblia. De eso se trata. ¿Cómo podemos hacer eso con toda esta gente si Dios no nos ha enseñado? De verdad, hermanos, ¡requiere una educación que está más allá incluso de nuestra imaginación! Y por eso estamos aquí, para prepararnos para eso. Eso es lo que el Sr. Armstrong trató con tanto empeño que su gente viera, pero no lo hicieron. Pensaban que sólo estaban aquí para ser salvados porque, bueno, Dios quería que algunas personas estuvieran en Su Reino, pero no es eso para nada. Estamos aquí para prepararnos para ser una madre, una madre, una madre amorosa para todos estos hijos que Dios va a llamar y traer a Su Familia. Sabemos que van a necesitar una educación que nos costaría entender porque son tan corruptos y tan malvados en muchos casos que llevará mucho tiempo desaprender lo que han aprendido. Y tendremos que ser una madre amorosa para querer servir a estas personas, a todos ellos. ¡Qué visión! ¡Es simplemente maravilloso!
Ahora el verso 5, que también es parte del 7, 8 y 9 del Salmo 113. El verso 5 dice: “Los saciados se alquilaron por pan, y los hambrientos dejaron de tener hambre; hasta la estéril ha dado a luz siete”; ésta es la oración de Ana y su profecía. Ella habla de “la estéril ha dado a luz siete”, “y la que tenía muchos hijos languidece”. Ella ve a lo largo de estas siete eras, ¡y muchos hijos son débiles! ¡Son débiles y no se dejan educar! Esto molestó mucho a Ana, y pueden verlo en el verso 9 del Salmo 113. Pero tienen que comparar después, hermanos, estos versos y ver de qué se trata, y ver qué profecía tiene ella aquí, ¡y cuán ejemplar la considera Dios! Es una de las mejores profecías de la Biblia. Acababan de salir del periodo de los jueces, y fue un tiempo muy sangriento, el más sangriento que ha habido en Israel. Y todos los sacerdotes… bueno, el sacerdote Elí era corrupto, y sus hijos eran corruptos, se aprovechaban de la gente. Y aquí estaba una mujer que vio todo esto, y era tan dedicada a Dios porque Él le dio un hijo, y ella dijo: ¡Si haces esto por mí, lo entregaré a Silo y al tabernáculo, y a Tu servicio para siempre! ¡Esa era su meta para su hijo! Ella vio lo que estaba sucediendo en Israel y lo que ella podía hacer para ayudar a cambiar la situación. Así que quiso que Samuel entrara en escena, y lo entrenó tan bien que tuvo mucho que ver con que se convirtiera en profeta. Ella sabía cómo enseñar a un niño. ¿No necesitamos todos trabajar en eso, hermanos? ¿Enseñar a esos niños a ser lo mejor que puedan ser? No podemos obligarles a seguir este camino si eligen otro; desde luego, no podemos impedírselos.
Pero repito, lo que no me parece una coincidencia es que todo esto esté vinculado ¿a qué? Pues a los profetas anteriores. Así que tiene que haber habido un profeta o un apóstol para recibir esto. Y también tiene que haber seguidores para llegar a este mundo. Y tenemos que saber de esos profetas anteriores; son para esta última hora, principalmente.
El Sr. Armstrong no dijo mucho al respecto. Porque todo esto se está cumpliendo hoy principalmente, ahora mismo en esta última hora.
El Salmo 113, versos 7 al 9, en mi opinión, un excelente anuncio. Bueno, si quiere profundizar en el tema de alabar a Dios, este autor dice: Bien, aquí hay un modo de aprender mucho más al respecto. Puede profundizar más. ¿Cómo puede no aprender de lo que ella dice? Ella dice que Dios va a poner al mundo sobre pilares; ¡eso es usted! ¡Él va a poner el mundo sobre nuestros hombros! ¿Y cuán emocionante puede ser eso en nuestras mentes? ¡Se trata de la Obra de Dios y de la familia de Dios! Y si no lo hacemos juntos, no podremos hacer gran cosa. No es un tema menor.
Si repasan el verso 1: “Aleluya. Alabad, siervos de [el Eterno], alabad el nombre de [el Eterno]”. Pueden ver que ese es el título aquí, simplemente alabar al Eterno. No es natural pensar así, andar de sol a sol, alabando a Dios. No se ve mucho de eso en el mundo, hermanos, realmente no se ve.
Con sólo mirar, creo que la palabra “alabanza” se menciona al menos cinco veces en este pequeño salmo de nueve versos.
Déjenme volver a Ana. El capítulo 4 es “El origen de los colegios de Samuel”. Si quieren leer ese capítulo, déjenme decirles que es uno de los más interesantes que he escrito, como dije antes, y es sin duda una revelación que realmente necesitamos. Muestra dónde está la Obra de Dios, si lo miran muy de cerca. Si lo estudian, les digo que es uno de los mayores ejemplos en la Biblia de alguien que alabó a Dios, y luego mostró hechos de cómo eso alabó a Dios. No estaba sólo en su mente. Ella actuó poniendo a su hijo en el tabernáculo en Silo. Ella fue allí una y otra vez. Ella quería que su hijo fuera tan especial que pudiera ayudar a Israel a volver a Dios como era antes. Y está ahí en los profetas anteriores, y es principalmente para nosotros; para esta última hora.
¿Y qué creen que hizo ella para que Samuel levantara tres colegios? Habría que decir que ¡Ana tuvo mucho que ver! Tres colegios, y mucha gente llama a Samuel el padre de la profecía porque institucionalizó la profecía. ¡Eso es lo que hacemos nosotros! ¡La institucionalizamos! ¡Y le decimos al mundo exactamente lo que va a suceder! ¡Y les damos la oportunidad de arrepentirse! ¡Y de entregarse a Dios!
Examinémoslo un poco más. Quizá también recuerden que Samuel preparó el camino al gran rey David. Según la tradición, Samuel sólo tenía trece años cuando Dios se le apareció por primera vez. ¿Qué piensan ustedes, adolescentes? ¡Trece años! ¡Y Dios se le apareció! ¡Iba por buen camino! ¡Es espectacular! Tuvo que crecer muy deprisa. ¡Qué madre la que preparó a un niño para eso! ¡Es increíble!
Sabemos que era un caso especial y que no todos podemos estar a su altura, pero sin duda podemos dejar que Dios nos dé todo el poder que quiera para hacer todo lo posible por producir hijos que realmente miren a Dios, tanto como podamos hacerlo nosotros mismos. Ciertamente tuvo un padre muy bueno, pero hay que decir que su madre fue realmente la que brilló en ese ejemplo. ¡Y Dios la hizo esperar mucho tiempo antes de que pudiera tener un hijo! Ella deseaba tanto tener un hijo, como suelen desear las mujeres, al menos si aún están en su sano juicio, y deseaba tanto tener un hijo varón, y le dijo a Dios: ¡Mira, si me das este hijo varón, te lo dedicaré en todos los sentidos! ¡Y así lo hizo! Quiero decir, se aseguró de que estuviera allí arriba con el Sumo Sacerdote, que era corrupto, pero seguía enseñando las cosas correctas, y ella estaba muy al tanto de lo que su hijo estaba aprendiendo, ¡y dejó que Samuel empezara a traer vida espiritual y profecía directamente al tabernáculo! ¡Y eso no había sucedido en muchos años! ¡Qué ejemplo! ¡Uno de los mejores! ¿No es ésa la forma de crear grandes naciones, educando a los hijos todo lo posible y haciendo todo lo posible por dedicarlos a Dios? No hay forma de saber lo que pueden hacer, y no nos damos cuenta del potencial que a veces tienen nuestros hijos.
Dios cerró personalmente su vientre, haciendo las cosas más difíciles. Nada de hijos para ti, Ana. Porque vio el potencial de esta mujer, la puso a prueba más que a ninguna otra. ¡Nada de hijos! Era estéril, como muchas de aquellas eras de las que profetizó. Algunas son débiles y estériles; ¡no sirven a Dios ni producen la familia que deberían! ¡No lo hacen! ¡y eso preocupa a Dios! ¡Y debería preocuparnos! Y estoy seguro de que así es.
Noten las cosas terribles que ocurren hoy en nuestra propia Iglesia y de las que tanto oyen hablar. ¿Qué significa esto? ¿Qué nos enseña? ¿Cree que estarían a la altura de lo que hizo Ana? No, no lo estarían, desde luego no lo están en este momento. Pero qué mujer, y lo que hizo merece nuestra atención.
Ella fue al tabernáculo en Silo y oró allí, implorando a Dios que le diera un hijo varón. Fue a Silo y al tabernáculo, y pidió este hijo varón. Cuando por fin llegó, ella realmente lo dedicó a Dios, y dijo que iba a dejarlo allí, ¡para que se presentara ante el Eterno y habitara allí para siempre! ¡Para siempre! ¡Eso es profundidad espiritual! ¡Qué profunda era esta mujer! ¡Y cómo deseaba tener un hijo dedicado a Dios! Ella crio a un profeta, y también se dio cuenta de la pobreza espiritual en la que Israel acababa de pasar, y deseaba tanto ayudar a cambiar eso. Esa fue una parte esencial de cómo crio a su hijo. Estaba horrorizada por algunas de las cosas que estaban sucediendo en todo este período que acababa de terminar, que era el período de los jueces. Hacían lo que era correcto a sus propios ojos; eso es lo que Israel está haciendo hoy, eso es lo que los laodicenos están haciendo hoy. Están haciendo lo que es correcto a sus propios ojos. Y miren lo que está sucediendo. ¡Miren eso! ¡Es triste!
“Cuando Ana entendió lo que Dios estaba haciendo, hizo una oración memorable. Ana debió haber sido una profetisa puesto que Dios sólo revela la verdad a sus apóstoles y profetas. Justo allí en Silo, Ana pronunció ferviente salmo de profecía. ¡Yo pienso que esta es una de las profecías más profundas en la Biblia! Usted puede leerla en I Samuel 2, versos 1 al 10”. Y está lleno, hermanos, de alabanzas a Dios, y se los voy a mostrar.
Démosles un vistazo. Verso 1: “Y Ana oró y dijo: Mi corazón se regocija en [el Eterno], mi poder se exalta en [el Eterno]; mi boca se ensanchó sobre mis enemigos, por cuanto me alegré en tu salvación”. ¡Qué bien! (2) “No hay santo como [el Eterno]; porque no hay ninguno fuera de ti, y no hay refugio como el Dios nuestro”. ¡Qué alabanza! Y qué ejemplo tenía Samuel en su casa y en el tabernáculo. Y ella, lo observaba todo el tiempo, para hacer su trabajo.
Verso 3: “No multipliquéis palabras de grandeza y altanería; cesen las palabras arrogantes de vuestra boca; porque el Dios de todo saber es [el Eterno], y a él toca el pesar las acciones. (4) Los arcos de los fuertes fueron quebrados, y los débiles se ciñeron de poder”. Eso es alabar a Dios.
Los judíos todavía leen este capítulo en Trompetas; es un buen mensaje para Trompetas, y es sobre Ana y lo que ella era y lo que ella estaba haciendo y qué mensaje estaba entregando que Dios le reveló. Quiero decir, no se encuentran muchos ejemplos de eso en la Biblia, y necesitamos aprender más sobre ello. ¿Y cuánto más puede añadir esto al Salmo 113? Nueve versos pueden abrirlo todo si miran el anuncio y dicen: Bueno, quiero comprobarlo. ¡Les muestra algo que necesitan entender! Si realmente quieren entrar en esto, y todos lo queremos, qué bendición poder ampliar nuestra comprensión de esta manera. Verán, creo que estos son algunos de los aspectos más destacados de estos salmos, especialmente de los salmos no davídicos.