Bavarian Alps
Revitalizando el orgullo nacional y el amor por la patria
El término alemán heimat, que significa “patria”, tiene una fuerte connotación emocional. Es más que el lugar donde uno vive o incluso la cultura asociada. El término evoca nostalgia, sentimientos y emoción asociados al hogar. Durante la época de Adolfo Hitler, estos sentimientos se utilizaron para unir al pueblo germanoparlante para defender su patria y expandir el reino. Muchos alemanes temen volver a expresar tales sentimientos. El político izquierdista Gregor Gysi y la antigua estrella política Karl-Theodor zu Guttenberg pretendieron cambiar esta situación en su podcast Deutschland del 26 de julio.
Guttenberg inició el podcast hablando sobre la vehemente oposición que la izquierda manifiesta contra este término. Gysi relató la historia del nacionalsocialismo, y ambos coincidieron en que es hora de superarlo, preguntándose: Si otros países pueden tener sentimientos de patriotismo, ¿por qué deberían detenernos unos años terriblemente oscuros?
Los dos señalaron los intentos pasados de revivir el término, como cuando Horst Seehofer se convirtió en ministro del Interior de Alemania y añadió a su título el de ministro de heimat. La gran oposición de entonces impidió un progreso real.
Guttenberg relató cómo el término heimat adquirió significado ante sus ojos después de trasladarse a Estados Unidos. Empezó a añorar su patria, que ahora define como “Europa, Alemania, Baviera, Franconia” y más ampliamente “la cultura europea”. También la definió como la propia patria territorial, la familia y el yo interior que cada uno tiene que encontrar.
Ambos hablaron de cómo las nuevas tecnologías y el ejemplo de la pandemia pueden ayudar a revitalizar el sentimiento de patria. Por ejemplo, trabajar desde casa podría reforzar el vínculo con el pueblo natal y podría hacer que más jóvenes eligieran pueblos más pequeños en lugar de ciudades. La soledad, señaló Guttenberg, podría superarse reforzando la cultura de club combinada con nuevas realidades virtuales similares al Metaverso diseñado por Mark Zuckerberg. Además, ambos hablaron de revivir las películas nostálgicas de las décadas de 1950 y 1960 y los programas que Alemania Oriental tenía bajo el dominio soviético.
Desde la crisis de los refugiados de 2015-2016, este tema ha sido muy debatido en Alemania y Europa. Por ejemplo, la banda alemana Frei.Wild cantó: “No toleraré ninguna crítica a esta tierra sagrada, nuestra patria. (…) La lengua, las tradiciones y la religión son los valores de la patria. Sin ellos nos hundiremos”.
En 2018, Guttenberg habló sobre el tema en la tradicional fiesta austriaca “Día de San Leopoldo”. Los antecedentes históricos asociados muestran lo cargado que está el término heimat.
Leopoldo iii, gobernante de Austria de 1095 a 1136, estableció a la fuerza el bastión católico. Fundó varios monasterios y contribuyó al desarrollo de ciudades clave como Krems, Klosterneuburg y Viena. El monasterio de Klosterneuburg es el sitio donde está enterrado Leopoldo iii. Está marcado por una impresionante corona de hierro en su tejado que representa la corona del Sacro Imperio Romano.
Las raíces católicas más antiguas de Alemania y Austria se remontan aún más atrás, a la época en que Carlomagno guerreó durante 45 años para conquistar y unir a los pueblos germánicos en un solo reino. Llevó a la muerte a todo aquel que se negara a convertirse a su religión. Los reyes posteriores del Sacro Imperio Romano se esforzaron por seguir sus pasos, y ese imperio destruyó millones de vidas. Eso forma parte de cómo surgió la cultura europea y cómo se definieron las fronteras de la patria.
¿Puede esta historia servir como fundamento para un patriotismo sano?
Un pueblo sin identidad ni patrimonio está perdido. Sin unas raíces culturales fuertes, decaemos en la depravación moral. Pero la Biblia revela que las raíces culturales erróneas y las tradiciones equivocadas pueden ser igual de peligrosas. Daniel 2 y Apocalipsis 17 hablan sobre los imperios y reinos de este mundo, que Dios Mismo destruirá y reemplazará con Su Imperio.
Nuestro libro Alemania y el Sacro Imperio Romano muestra cómo se ha abusado de la cultura europea para causar algunos de los mayores sufrimientos del mundo, y revela que volverá a ocurrir. Por eso Dios llama a aquellos dispuestos a escuchar: “Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas” (Apocalipsis 18:4). Dios ama al pueblo alemán y quiere que abandone los caminos de este mundo y le siga a Él y a Su cultura.
Todo nuestro mundo está engañado (Apocalipsis 12:9). Por eso algo tan hermoso como la sensación de estar en casa puede ser objeto de abuso por parte de un dictador malvado, y por eso debemos ser advertidos para que no se repita esta historia.