Revelando a los dos testigos (Transcripción)
Transcripción de La Llave de David
El capítulo 11 del libro de Apocalipsis en la Biblia habla y explica sobre los dos testigos, y probablemente casi todo mundo ha estado expuesto a alguien que decía ser uno de los dos testigos. Yo ciertamente lo he visto. Pero si uno mira el elemento tiempo, aquello sucede en el futuro. Ni siquiera se les ha sido asignada la misión todavía, así que eso es para un tiempo futuro cuando ellos dan la advertencia de Dios en aquel tiempo, y tienen todo ese poder sobrenatural y son usados de manera poderosa por Dios para entregar un mensaje. Y luego, después que el mensaje se entrega, hay una “bestia” que los mata, los manda matar. Así que su obra es un trabajo muy difícil y pueden leer sobre eso en los capítulos 13 y 17 de Apocalipsis, y el 2 y 7 de Daniel.
Entonces, después de estos dos testigos, viene el último ay, o la séptima trompeta, y los dos testigos pasan por algo que es realmente espectacular, ante los ojos de todos sus enemigos.
Ahora, si miran hacia atrás cuando el libro de Apocalipsis fue realmente dado, era un libro misterioso y cerrado; eso es lo que era, y fue sellado con siete sellos. Daniel habla de algo muy similar y de hecho es la misma profecía en estos versos que les mencionaré. Pero Daniel habla de que su libro está cerrado y sellado hasta el tiempo del fin. Y la traducción de Moffat lo vierte como “hasta la crisis del fin”, hasta la crisis del fin, ¡una crisis mundial del fin! Ahora bien, ese es el tiempo en el que estamos viviendo ahora mismo, y uno puede entender Daniel porque es el tiempo del fin, y se puede entender Apocalipsis porque es el tiempo del fin, y eso es lo que necesitamos entender. Les digo: este es el tiempo en el que los siervos de Dios tienen que entregar un mensaje perturbador al mundo. No es algo que queramos tomar a la ligera, por supuesto.
Si miran la palabra “Apocalipsis”, es una palabra en español traducida de la palabra griega original apocalypse. ¿Saben lo que significa apocalipsis? Significa revelar, no ocultar ni sellar... ni sólo ponerlo donde no se pueda ver, sino que es realmente una revelación.
¡Pero en el principio sí estaba sellado! ¿Pero cómo fue revelado? Bueno, Jesucristo dijo que lo abriría... y lo hizo. Y si uno lee en el capítulo 5 de Apocalipsis, éste habla del León de la tribu de Judá que lo abre todo, y Él ya ha hecho eso... ¡Ese es Cristo! Y Él lo ha revelado.
Ningún hombre en el cielo ni en la Tierra, o ningún otro lugar, jamas podría revelar este libro. Y este es el problema: que muchos hombres tratan de interpretar la Biblia, pero no pueden. Tiene que ser revelada por Jesucristo mismo. La palabra griega para “Apocalipsis” simplemente significa revelar, abrir, desenvolver. Dios quiere que entendamos este libro (y especialmente en este tiempo final) porque el 90% de las profecías ya se cumplieron —bueno, incluso más que eso en este libro— pero el 95% de las profecías en general, se cumplen en este tiempo final.
Si miran la revelación de los dos testigos, que es de lo que quiero hablarles hoy, encontrarán que están conectados con el “librito” de Apocalipsis 10. Tenemos un folleto sobre ‘el librito’ que les enviaremos si no lo tienen, y les explicará todo eso, y también verán que los dos testigos entran en contacto con el poder de la bestia, un poder aterrador en la escena mundial en ese momento. Y también, verán que los dos testigos provienen de una división en la propia Iglesia de Dios... ¡si pueden imaginar eso!
Y luego, otro punto más: los dos testigos conducen directamente a la séptima trompeta (el último ay, o sea el tercer ay). Les mostraré un gráfico en la pantalla... el flujo de la historia del libro de Apocalipsis es este: los sellos, los siete sellos cubren toda la profecía. Sello número uno: falsos profetas; número dos, Guerra, Hambre, Pestilencia, Tribulación; número seis: Señales Celestiales; número siete: Trompetas. Hay siete trompetas de este último sello, y luego... pues... las últimas tres de ellas son llamadas ayes —el primer ay, el segundo ay, y el tercer ay que son las siete últimas plagas— así que eso también sería la quinta, sexta y séptima trompetas. Así que al final del segundo ay, los dos testigos salen de la escena y Jesucristo regresa con Sus santos ángeles. Él regresa con ellos, y en presencia de esas siete plagas.
Este es un tiempo en el que Dios expresa su gran ira a causa de los pecados de nuestro pueblo, y eso ciertamente incluye a Estados Unidos y Gran Bretaña y a la nación judía en Oriente Medio.
Pero miren el verso 10 de Apocalipsis 1. El tema es el Día del Señor; de eso trata este verso. “Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta”. Una trompeta. Se trata de una alarma de guerra; de eso se trata. ¡Pero hay algunas personas que interpretan esto como un día de la semana! Como un día del Señor, como que tal vez Juan lo escribió en sábado o domingo, ¡pero no tiene nada que ver con un día de la semana! Pueden leer 30 profecías en la Biblia que hablan sobre este Día del Señor como el gran y terrible Día del Señor... día terrible, algo de lo que todos deberíamos estar conscientes y preocupados. Son profecías aterradoras pero su conclusión es la mejor noticia que uno podría escuchar.
Si, hace más de 1,900 años Juan fue traído adelante y vio en visión exactamente lo que está sucediendo hoy y lo que está conduciendo al Día del Señor. Juan vio todo eso. De eso se trata el Día del Señor. El Día del Señor es después de la Gran Tribulación; y entonces, el Día del Señor viene, y Jesucristo mismo viene en la trompeta final, la séptima trompeta... la trompeta del último sello.
Así que tenemos folletos que les daremos que explicarán todo esto.
En el capítulo 9 habla del quinto ángel que sonó la trompeta, y este es el primer ay. Y entonces, el verso 12 del capítulo 9 en Apocalipsis dice: “El primer ay pasó; he aquí, vienen aún dos ayes después de esto”. Y luego, pasa a hablar del segundo ay.
Y aquí en el verso 16 del capítulo 9 dice: “y el número de los ejércitos de los jinetes era doscientos millones; yo oí su número”. Eso significa un ejército de 200 millones de hombres de Rusia y China, y eso es una parte del segundo ay. Pero antes que el segundo ay termine, hay un inserto aquí sobre el librito. Se relaciona con los dos testigos, y... necesitamos darnos cuenta que este librito es muy importante porque está justo en medio de esos tres ayes, o sea, realmente las tres últimas trompetas de plagas (las tres últimas trompetas) y por supuesto, la última trompeta tiene esas siete plagas.
Pero noten lo que dice en el capítulo 10 de Apocalipsis y verso 1: “Vi (…) a otro ángel fuerte”, y habla de que tenía la cara como si fuera el sol.
Y el verso 2: “Tenía en su mano un librito…”.
Y luego, en el verso 6 habla de que, bueno, no habrá más demora. Aquí: “el tiempo no sería más”, debería decir “no hay más demora”. Estamos en un tiempo en el que los eventos se están precipitando como nunca antes visto, y se debe a esta profecía. Dios dice que ese tiempo está llegando. ¡Ya está aquí ahora! Hace apenas dos años, no pueden ni siquiera imaginar lo diferente que era en Estados Unidos, Gran Bretaña y la nación judía, estas tres especialmente. Dios las señala porque son las naciones de la primogenitura y la nación del cetro; Dios les ha dado un gran honor, y no está para nada complacido con como han manejado su responsabilidad. Pero los eventos apuran.
Y luego en el verso 9 y el 10 hablan del librito. Después, el verso 11 dice que es necesario “profetizar otra vez”. ¿Por qué el pueblo de Dios tiene que profetizar de nuevo? Pues, debido a una división de la Iglesia, y eso es un tiempo triste en la propia Iglesia de Dios.
Fíjense en el verso 1 del capítulo 11: “Entonces me fue dada una caña semejante a una vara de medir, y se me dijo: Levántate, y mide el templo de Dios, y el altar, y a los que adoran en él. (2) Pero el patio que está fuera del templo déjalo aparte, y no lo midas, porque ha sido entregado a los gentiles; y ellos hollarán la ciudad santa cuarenta y dos meses”. O sea, tres años y medio. La mayoría del pueblo de Dios es puesto en el patio exterior porque se han vuelto tibios, el 95% de ellos.
Ahora bien, si hay un patio exterior, sabemos que hay uno interior. ¿Qué los separa? Bueno, en el interior [corte interna] está la presencia de Cristo y la presencia de Dios. Ellos están en esa corte interna, en ese lugar santísimo, y ahí es donde todo el pueblo de Dios debería estar, pero el 95% se ha alejado de eso, se han convertido en la era laodicena.
Pero ahora, noten que habla de los dos testigos justo después de estos dos versos. Apocalipsis 11, versos 3 y 4: “Y daré [poder, dice la V. inglesa] a mis dos testigos que profeticen por mil doscientos sesenta días, vestidos de cilicio”. Es decir, tres años y medio.
Verso 4: “Estos testigos son los dos olivos, y los dos candeleros [lámparas, debería decir; ‘candeleros’ realmente deberían ser ‘lámparas’] que están en pie delante del Dios de la tierra”. Así que aquí hay dos lámparas que traen luz al mundo, pero el mundo no lo ve así. Ellos quieren matarlos, y finalmente los matan.
Verso 5: “Si alguno quiere dañarlos, sale fuego de la boca de ellos, y devora a sus enemigos; y si alguno quiere hacerles daño, debe morir él de la misma manera”. Es decir, es verdadero poder el que Dios les ha dado. ¿Por qué les da todo ese poder?
Bueno, noten el verso 6: “Estos tienen poder para cerrar el cielo, a fin de que no llueva en los días de su profecía; y tienen poder sobre las aguas para convertirlas en sangre, y para herir la tierra con toda plaga, cuantas veces quieran”.
Pero fíjense en el verso 7. Aquí está el por qué Dios les da ese poder: “Cuando hayan acabado su testimonio, la bestia que sube del abismo hará guerra contra ellos, y los vencerá y los matará”. Ahora, miren, los dos testigos tienen todo este poder. ¿Por qué Dios les dio todo este poder? Porque ellos tienen que terminar Su Obra y llevar este mensaje al mundo, y Él les da todo este poder. Y después que ellos terminan su trabajo, Dios les permite matar a los dos testigos.
Ahora... pueden ver la importancia del mensaje de Dios, pero Dios dice que si Él abre una puerta, ningún hombre puede cerrarla, ningún ejército puede cerrarla, ¡ningún ejército de 200 millones o diez de esos ejércitos nunca podría cerrar una puerta si Dios dice que Él va a abrirla y mantenerla abierta! Ese es el poder que Dios le da a Su pueblo si le obedecen, si hacen Su Obra, esto es lo que Él hace por ellos y les da gran honor.
Pero aquí, si siguen, entraremos en el tiempo de esas últimas plagas, las últimas siete plagas, y todas ellas ocurren mientras Jesucristo y los santos ángeles y Sus santos están regresando con Él... un tiempo bastante majestuoso en este mundo cuando esa Realeza viene a la Tierra.
Pero Dios, en este momento, está lleno de ira a causa de Su pueblo y lo que están haciendo.
Verso 8: “Y sus cadáveres estarán en la plaza de la grande ciudad que en sentido espiritual se llama Sodoma y Egipto, donde también nuestro Señor fue crucificado”. Es decir, Jerusalén.
(9) “Y los de los pueblos, tribus, lenguas y naciones verán sus cadáveres por tres días y medio, y no permitirán que sean sepultados”. Pues, ¿no es eso sorprendente? Aquí los enemigos ven esos cadáveres, ¡y quieren que se queden ahí afuera! Quieren que todos vean a aquellos enemigos... y la gente alrededor de ellos van a celebrar esto, se van a regocijar en ello porque fueron atormentados por esos dos testigos, y ahora los tienen muertos. Ahora Dios permite eso porque tiene otra razón para ellos (para los dos testigos) que el mundo no ve.
Verso 10: “Y los moradores de la tierra se regocijarán sobre ellos y se alegrarán, y se enviarán regalos unos a otros; porque estos dos profetas habían atormentado a los moradores de la tierra. (11) Pero después de tres días y medio entró en ellos el espíritu de vida enviado por Dios, y se levantaron sobre sus pies, y cayó gran temor sobre los que los vieron”. Ahora, ¡eso es bastante espectacular! Ciertamente los estaban atormentando, y por eso los mataron y los dejaron allí tres días y medio, y luego Dios simplemente los levantó en las nubes y los llevó a Él y los traerá de vuelta a la Tierra para ayudar a acabar con toda la rebelión contra Dios. Eso es lo que dice la Biblia. ¡Pero es un miedo espantoso el que van a tener! ¡Van a ver que esto tiene que ser de Dios! Seguramente muchos de ellos van a tener que ver eso, de alguna manera, uno pensaría. Pero Dios es un Dios de juicio, y va a juzgar a este mundo.
Sin embargo, fíjense en las buenas noticias. Verso 12: “Y oyeron una gran voz del cielo, que les decía: Subid acá. Y subieron al cielo en una nube; y sus enemigos los vieron”. Así que ahí es donde los dos testigos dejan la escena.
Verso 13: “En aquella hora hubo un gran terremoto, y la décima parte de la ciudad se derrumbó, y por el terremoto murieron en número de siete mil hombres; y los demás se aterrorizaron, y dieron gloria al Dios del cielo. (14) El segundo ay pasó”; así que los dos testigos desaparecen, justo al final del segundo ay o de la sexta trompeta. Y luego, ¿qué pasa? “He aquí, el tercer ay viene pronto”. Ese es el verso 14.
Verso 15: “Y el séptimo ángel tocó la trompeta”; esta es la última trompeta de la que estamos hablando aquí, la séptima y última parte de ella. “El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes voces en el cielo, que decían: Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos”. ¿Pueden imaginar eso? ¿Ven? Justo después de esos dos testigos, Jesucristo regresa a esta Tierra y toma las riendas del gobierno y gobierna esta Tierra y el universo para siempre, y no habrá más que paz y abundancia y alegría. ¡Qué futuro tenemos ante nosotros!
Pero cuando se habla de esta séptima trompeta, o tercer ay, quiero decir después de todo, esas trompetas están llenas de ¡ay, ay, ay! Es algo que nunca ha sucedido en la Tierra. “¡Ay!” Y... este último ay es la ira de Dios mismo porque Él esta muy furioso hacia estas naciones y esas naciones de Israel que han tenido todas las bendiciones y no han estado llevando a cabo sus responsabilidades que Dios les ha dado junto con esos mensajes, o esas grandes bendiciones que Él les dio. Ellos no han llevado a cabo sus responsabilidades.
Y luego, en Apocalipsis 14 y verso 10, se los leeré rápidamente, dice que estas siete últimas plagas deben ser “vaciadas…” delante de los santos ángeles y del Cordero”. ¡Es decir, Jesucristo! Y entonces, en ese momento estos santos mortales de Dios se van a convertir en inmortales y compartirán el mero trono de David con Jesucristo, ¡como Su Esposa! Ellos estarán allí gobernando con Él como Seres Espirituales y le ayudarán a gobernar la Tierra y a traer al resto de la humanidad a Su Familia si quieren estar allí.
Así que pueden ver nuestro gráfico de nuevo, y les enviaremos una copia de ello, junto con los folletos que tenemos que explicarán todo eso. Pero sólo piensen en esto: Este es el cuerpo literal de Cristo regresando a la Tierra, ¡y está a punto de gobernarla! Ahora, hay un centenar de profecías sobre esto en la Biblia, y ¿por qué la gente no lo menciona más? ¿Por qué los ministros no hablan más sobre esto? Si es que acaso lo mencionan, que es lo que suele ocurrir.
Pero qué final tan glorioso, ¡y esto es la realidad! Esta es la realidad de la que estamos hablando aquí.
Y déjenme volver a leer esos versículos que conducen a los dos testigos. Apocalipsis 11 verso 1 dice: “Entonces me fue dada una caña semejante a una vara de medir, y se me dijo: Levántate, y mide el templo de Dios, y el altar, y a los que adoran en él. (2) Pero el patio que está fuera”, hay una corte externa y hay una corte interna. Bueno, ¿quién va a presidir en ese atrio interior? Dios el Padre y Jesucristo. La presencia de Dios está en ese atrio interior, pero no en el atrio exterior, y ahí es donde la mayoría de Su pueblo está ahora mismo, y el cincuenta por ciento de ellos se va a arrepentir; ¡Pero el otro cincuenta por ciento de ellos nunca se arrepentirá! Eso es lo que dice la profecía. Esa es una tragedia terrible y francamente, es la peor tragedia en la Tierra, ¡la peor! “Pero el patio que está fuera del templo déjalo aparte, y no lo midas, porque ha sido entregado a los gentiles”, esa es la Gran Tribulación, los tiempos de los gentiles. No son los tiempos de Israel ahora, son los tiempos de los gentiles, “y ellos hollarán la ciudad santa [que es Jerusalén] cuarenta y dos meses”. Tres años y medio.
Ahora, estas son ciertamente profecías graves. ¿Quién puede estar en desacuerdo con eso? Profecías muy graves, ¡y hay muchas profecías como ésta! Sin embargo, la gente generalmente sabe muy poco sobre ellas.
Fíjense en los versos 3 y 4: “Y daré [poder] a mis dos testigos que profeticen por mil doscientos sesenta días, vestidos de cilicio”. Son personas humildes. Tienen que serlo para servir a Dios. Ellos simplemente obedecen a Dios, y son sumisos a Dios, y simplemente hacen lo que Él dice porque lo aman y aman Su modo de ser, que les da abundante alegría y felicidad y cosas materiales y todo lo demás que los hombres realmente necesitan, y Dios quiere dárselos, y lo hará. Muy pronto, Él se lo dará a todos.
Pero dice que, (4) “Estos testigos son los dos olivos, y los dos candeleros [lámparas] que están en pie delante del Dios de la tierra”. ¡Las dos lámparas! ¡Piensen en eso! ¡Van a convertirse en la propia Esposa de Jesucristo! Ellos compartirán el trono de David con Cristo para siempre, gobernando sobre la Tierra y luego el universo, y por siempre y para siempre, y embellecerán la Tierra y la harán florecer como una rosa, y van a embellecer el universo y hacer que se vea como el Jardín del Edén, cuando Dios comenzó todo esto con Adán y Eva. ¡Qué profecía tan maravillosa es esta!
Y dice que su esposa se ha preparado. ¡Aquellas personas llamadas y usadas por Dios hoy y que se entregan a Dios y hacen Su Obra van a ser Su Esposa muy pronto porque se han preparado! Ellos se han preparado para hacer Su Trabajo en el futuro.