Rick Wilking/AFP/Getty Images
Revelado: un acuerdo basado en mentiras
En enero, agentes del Mosad [Agencia de Inteligencia de Israel] encontraron la información que estaban buscando. Aseguradas dentro de cajas fuertes en un contenedor de almacenaje en una bodega de un suburbio al sur de Teherán había cientos de kilos de archivos relacionados con el programa nuclear de Irán. Los agentes israelíes infiltraron el lugar y extrajeron los archivos. Con los iraníes persiguiéndolos, trasladaron exitosamente la memoria caché con más de 100.000 archivos a Israel.
En un dramático anuncio ante el Ministerio de Defensa de Israel en Tel Aviv, el 30 de abril, el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu reveló públicamente el “archivo nuclear iraní”.
Gran parte de la información contenida en el archivo no era sorpresa. Como lo notó el Times of Israel, la mayoría de éste ya era una nota de pie de página en un reporte del Organismo Internacional de Energía Atómica (oiea, por sus siglas en inglés) en 2011.
Entonces, ¿por qué es tan importante la revelación de este caché nuclear?
Porque aún hay oficiales del gobierno en Irán y en Estados Unidos y otros países que insisten en que el programa nuclear de Irán tiene propósitos pacíficos. Pero como Netanyahu resaltó en su presentación, los “archivos prueban definitivamente que Irán está mintiendo descaradamente cuando dice que nunca tuvo un programa de armas nucleares” (énfasis añadido en todo). Esta es una montaña de evidencia innegable que expone el hecho de que, para ganar el apoyo necesario para firmar el acuerdo nuclear, Irán mintió. Y esto revela que la administración del expresidente Barack Obama también mintió, por la misma razón.
Netanyahu proyectó un video del ministro de relaciones exteriores iraní Mohammed Yavad Zarif, el hombre que negoció el acuerdo nuclear con la administración Obama. Zarif dijo, “Nunca quisimos producir una bomba”. Zarif dijo eso el 22 de abril. ¡Irán aún está mintiendo sobre su programa nuclear!
“Sí, ustedes lo hicieron”, respondió Netanyahu. “Ustedes lo hacen. Y el archivo atómico lo prueba”.
Como dijo Netanyahu, parado cerca del tesoro de documentos nucleares, “[E]l acuerdo de Irán, el acuerdo nuclear, está basado en mentiras. Está basado en mentiras iraníes y en engaño iraní; 100.000 archivos justo aquí prueban que ellos mintieron”.
Si los iraníes “nunca quisieron producir una bomba”—si el programa siempre ha sido para propósitos pacíficos—entonces ¿por qué todo el engaño y las mentiras?
Mentiras iraníes
Cuando el presidente Obama anunció el Plan de Acción Integral Conjunto (comúnmente conocido como el acuerdo nuclear de Irán) el 14 de julio de 2015, dijo que los inspectores del oiea “tendrían acceso a cualquier instalación sospechosa”. Él dijo que “el oiea también había alcanzado un acuerdo con Irán para tener el acceso que necesitara para completar su investigación en las posibles dimensiones militares de la investigación nuclear pasada de Irán”.
Ahora es claro que el oiea nunca recibió tal acceso. Claramente, el programa de armas nucleares de Irán generó pilas de documentos. Estos documentos fueron puestos en un almacén secreto, y sólo fueron encontrados en una operación clandestina de la inteligencia israelí. Éstos fueron almacenados en una instalación diseñada a propósito para mantenerlos secretos de los inspectores internacionales.
Esto respalda lo que el editor en jefe de Trompeta, Gerald Flurry, dijo en enero de 2016 en el programa La Llave de David, “El acuerdo nuclear de Estados Unidos con Irán”: [Los líderes de Irán] han mentido y engañado acerca de cualquier promesa importante que ellos han hecho o cualquier acuerdo que alguna vez hayan alcanzado. No hay acceso sin restricciones para todos los lugares militares. Eso es lo que Occidente quería, pero no lo tuvieron. Oh, no, manténganse alejados de nuestros lugares militares. ¿Por qué? ¡Porque esto es una farsa! Se supone que pasarían 10 años sin construir una bomba, pero ¿cree usted que eso va a pasar? ¡Le diré que no es así! La profecía bíblica dice que no es así”.
No debería sorprendernos que Irán mintiera acerca de su “pacífico” programa nuclear y acerca de estar limpios para el oiea. Sin embargo, el tesoro de documentos enfatiza el hecho de que, como Netanyahu y mi padre han dicho, el acuerdo nuclear dependía de estas mentiras.
Pero estos documentos prueban un escándalo aún más grande que ese. Muestran que, a fin de conseguir el acuerdo, ¡la administración Obama también mintió!
Mentiras estadounidenses
Cuando el presidente Obama fue investido en enero de 2009, un novelista aspirante llamado Ben Rhodes se convirtió en uno de sus consejeros más importantes en política exterior. Él fue fundamental en convencer a la gente de que la primera vez que la administración Obama contactó a los oficiales iraníes fue en 2013.
Mire lo que escribió el New York Times el 5 de mayo de 2016: “La innovadora campaña de Rhodes para vender el acuerdo de Irán es posible que sea un modelo de cómo las futuras administraciones explicarán la política exterior al Congreso y al público. La manera en la que la mayoría de los estadounidenses ha escuchado la historia del acuerdo con Irán presentada (que la administración de Obama comenzó a comprometerse seriamente con oficiales iraníes en 2013 a fin de tener ventaja de una nueva realidad política en Irán, la cual cambió de rumbo por las elecciones que trajeron a moderados al poder en ese país), fue principalmente fabricada con el propósito de vender el acuerdo”.
Para vender el acuerdo nuclear al Congreso y al pueblo estadounidense, este “chico maravilla”, como lo llamó el Times, creó la falsa narrativa de que los nuevos moderados en el poder en Irán estaban dispuestos a desmantelar su programa nuclear y hacer la paz. Pero como el Times lo resaltó, “los consejeros más cercanos de Obama siempre lo entendieron [a Obama] de estar ansioso por hacer un acuerdo con Irán más atrás en 2012, e incluso desde principios de su presidencia”.
¡Eso es sorprendente! ¿Realmente fueron ellos así de mentirosos y deshonestos? ¿Realmente dijeron tantas mentiras audaces?
“Hoy día, después de dos años de negociaciones”, dijo el presidente Obama en ese mismo discurso del 14 de julio de 2015, “Estados Unidos, junto con nuestros socios internacionales, han logrado algo que décadas de hostilidad no han logrado”.
¿Por qué dijo él, “dos años de negociaciones”? Él estaba vendiendo la narrativa. Los iraníes votaron por los supuestos “moderados” a mediados de 2013. Así que la administración Obama no estuvo negociando con el viejo Irán, sino con una clase de Irán más nuevo, más amable y más gentil.
Esta falsa narrativa convenció a suficientes líderes estadounidenses y a suficientes personas estadounidenses de que los compromisos de Obama con el régimen iraní de “Muerte a Estados Unidos” eran legítimos.
El gobierno de Irán no fue ni es moderado, por supuesto, porque éste es liderado por el radical líder supremo Ayatola Alí Jamenei. Pero aún más importante, la administración Obama había estado negociando con Irán por varios años. Ésta no tuvo la idea sólo después de las elecciones de Irán. Las negociaciones formales en el acuerdo nuclear comenzaron después de las elecciones iraníes, pero como escribió el Times, “la parte más significativa de las negociaciones con Irán han comenzado desde mediados de 2012, muchos meses antes de que Rouhaní y el ala “moderada” fueran elegidos…” (op. cit).
A medida que progresaban las negociaciones formales con los iraníes, Rhodes dijo que un montón de expertos aparecieron en los medios “diciendo cosas que validaban lo que nosotros les habíamos dado para que dijeran”. ¡Él admitió que estos “expertos” estaban usando los puntos de discusión de la administración Obama! Éstos fueron luego ampliados por los periodistas, quienes en líneas generales apoyaban, y aún apoyan, a Obama. Todos trabajaron juntos a partir de la narrativa que creó el “chico maravilla”.
Como escribió mi padre en su folleto Grande otra vez, ellos se cubrieron con un manto de engaño. En algunos casos, incluso presumieron de sus mentiras.
Cómo respondió la izquierda
Cuando Netanyahu se presentó con los 100.000 documentos exponiendo todos estos hechos, ¿cómo reaccionó la izquierda?
Una estrategia fue enfatizar que los documentos contenían información antigua principalmente. Trita Parsi, jefe del Consejo Nacional Iraní Estadounidense, dijo que esto era como si el Mosad simplemente “allanara el oiea y no Teherán”. Por supuesto, eso evade la pregunta de si Irán y Obama mintieron.
Otra estrategia fue enfatizar que ninguno de los documentos mostraba que Irán había continuado con su programa nuclear. De nuevo, esto evita la pregunta. (Mientras tanto, el acuerdo nuclear provee beneficios para Irán en el corto plazo, luego le permite continuar con un arma nuclear).
Otra estrategia en respuesta a la revelación de Netanyahu fue declarar que Obama sabía que los iraníes eran deshonestos, y es por eso que necesitaba que firmaran un acuerdo. Hace sólo tres años, eso no fue como Rhodes y Obama vendieron el acuerdo al público. En aquel tiempo la narrativa era, ¡Los moderados están en el poder ahora! ¡Ellos quieren negociar y desmantelar su programa nuclear!
En junio de 2009, las calles de Irán estaban agitadas con el Movimiento Verde. Fue lo que algunos dicen, la protesta iraní más grande desde la Revolución de 1979, una protesta mayor contra el régimen y las elecciones fraudulentas. Las sanciones internacionales contra Irán estaban teniendo efecto. Otros regímenes a través de Oriente Medio y el norte de África comenzaron a ser desafiadas y remplazadas. Pero en lugar de apoyar al pueblo iraní, ¿de qué lado estuvo el presidente Obama? De los mulás iraníes. Ahora es claro por qué. Él había estado trabajando en un acuerdo con ellos. Si usted escucha sus discursos desde principios de 2009, era claro que eso era prioritario en su agenda al asumir el cargo.
Mire los términos del acuerdo. Estados Unidos le dio a Irán 150 mil millones de dólares; 1,7 mil millones de dólares en efectivo. La administración Obama también gestionó un intercambio de prisioneros que liberó a criminales peligrosos, y luego le mintió al público, diciendo que en realidad no eran tan peligrosos.
Ésa fue la clase de engaño que tuvo a la gran mayoría de los estadounidenses insatisfechos con la administración Obama y las políticas engañosas de Washington. Cuando Donald Trump hizo campaña por la presidencia, recibió mucho apoyo por exponer tal engaño y criticar el acuerdo de Irán en particular. Indudablemente esto ayudó a impulsarlo al cargo en 2016. Una semana después de la revelación de Netanyahu, el presidente Trump abandonó el acuerdo.
Voluntad quebrantada
A principios de la presidencia de Obama, mi padre enfatizó que el punto de vista de Obama era extremadamente radical y que su administración perjudicaría activamente a la nación. Luego surgió que el presidente Obama estaba buscando una solución que involucraba armas nucleares con el mayor patrocinador del terrorismo en el mundo, el cual se refiere a Estados Unidos como “el gran Satanás”. Luego, Obama de hecho forzó el acuerdo.
¡Mi padre llamó a ese acuerdo el peor desastre en política exterior en la historia de Estados Unidos! En su artículo de septiembre de 2015, “Negociando la supervivencia humana”, él advirtió, “Aunque muchos no se dan cuenta aún, el mundo occidental, y especialmente Estados Unidos, han sido humillados por este acuerdo. La reacción iraní debería ser suficiente para proclamar ese hecho…”.
“Estados Unidos y Gran Bretaña no tienen la voluntad para detener a Irán. La Biblia profetiza el colapso completo de la voluntad y el poder en Estados Unidos y Gran Bretaña. En Levíticos 26:19, Dios dice que quebrantará el orgullo del poder de Israel. La capitulación de Estados Unidos en estas negociaciones es un excelente ejemplo del cumplimiento de esta profecía”.
Con unos pocos años de perspectiva—y 100.000 archivos de evidencia—se vuelve más y más obvio que las advertencias de Trompeta sobre la administración Obama estuvieron bien fundadas. Estas advertencias no vienen de un gran departamento de periodistas o agentes extranjeros o de una gran cantidad de fondos o incluso de una visión inusualmente inteligente. Éstas vienen de la Biblia y sus profecías. ▪