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Revelado: Alemania instrumentalizó a Pfizer contra Trump

JUSTIN TALLIS - POOL / GETTY IMAGES

Revelado: Alemania instrumentalizó a Pfizer contra Trump

En el periodo previo a las elecciones presidenciales de 2020 en Estados Unidos, el presidente Donald Trump acusó a Pfizer de ocultar los resultados de las vacunas hasta después de las elecciones. Ahora, documentos internos del equipo alemán para la crisis del coronavirus han demostrado que tenía razón.

En respuesta a las presiones legales, el Instituto Robert Koch, que estuvo en contacto permanente con el gobierno alemán y la Organización Mundial de la Salud, publicó el 30 de mayo las actas de sus reuniones relativas a la pandemia con algunas redacciones. Las actas dicen: “No se desea la aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos (fda, por sus siglas en inglés) antes de las elecciones estadounidenses, ni tampoco de las autoridades europeas, lo que significa que no habrá resultados iniciales antes de noviembre”.

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La fda opera en EE UU; Alemania y la Unión Europea tienen sus propias agencias. Pero ambos lados del Atlántico coincidieron en que los resultados iniciales de la vacuna no debían publicarse hasta después de las elecciones estadounidenses. Esto tenía que ver con la política, no con la ciencia.

Esto indica que el gobierno alemán probablemente sabía sobre el aplazamiento. Y hay pruebas de que no fue un simple espectador.

La narrativa de la época era que Donald Trump estaba administrando mal la crisis, sin aportar ninguna solución a la pandemia. Se exageró el número de muertes por la covid-19 para asustar a la gente. Trump esperaba que los resultados favorables de los estudios sobre la vacuna mejoraran su imagen pública, pero sospechaba que los resultados se habían retrasado a propósito para perjudicarlo.

El 22 de agosto de 2020, Trump tuiteó: “El Estado profundo, o quien sea, en la fda está haciendo que sea muy difícil para las compañías farmacéuticas conseguir personas para realizar pruebas de vacunas y tratamientos terapéuticos. Obviamente, esperan aplazar la respuesta hasta después del 3 de noviembre. ¡Deben enfocarse en la rapidez y en salvar vidas!”.

Pocos días después de las elecciones, la vacuna se consideró eficaz en un 90%.

Trump escribió en Twitter: “Como he dicho desde hace tiempo, Pfizer y los demás sólo anunciarían una vacuna después de las elecciones ya que no tuvieron el valor de hacerlo antes. Asimismo, la fda debería haberla anunciado antes, no con fines políticos, ¡sino para salvar vidas!”.


Pero esa no fue la única forma en que Pfizer trató de dañar la imagen pública de Trump. Trump declaró el 20 de noviembre:

Las grandes farmacéuticas invirtieron millones de dólares en anuncios negativos contra mí durante la campaña, que por cierto gané. (…) Tuvimos a las grandes farmacéuticas contra nosotros. Teníamos a los medios de comunicación en nuestra contra. Teníamos a las grandes empresas tecnológicas en nuestra contra. Teníamos mucha deshonestidad en nuestra contra. (…)

Y Pfizer y otros incluso decidieron no evaluar los resultados de su vacuna; en otras palabras, no sacar una vacuna hasta justo después de las elecciones. (…)

Así que esperaron y esperaron y esperaron. Y pensaron que saldrían con ella unos días después de las elecciones. Y probablemente habría tenido un impacto. ¿Quién sabe? Quizá no lo hubiera tenido. Estoy seguro de que habrían encontrado las papeletas en algún sitio: los demócratas y el grupo.

En julio de 2020, Trump tuiteó: “Las grandes farmacéuticas están sacando anuncios de televisión tratando de argumentar que estoy subiendo los precios de los medicamentos recetados a los ancianos. ¡El anuncio es mentira! Lo que he hecho conducirá a una reducción del 50% en los precios, como mínimo, y las grandes farmacéuticas no están contentas con ello”.

El director ejecutivo de Pfizer, Albert Bourla, dijo que las órdenes ejecutivas de Trump causarían “reducciones de empleos y sumarían a la ansiedad económica y de salud que ya se siente ampliamente en nuestro país”.

La industria farmacéutica también apoyó a la oposición de Trump con donaciones.

Según OpenSecrets, Joe Biden ha sido el principal receptor de donaciones de la industria farmacéutica desde 1990 hasta 2024. El 2020 fue un punto de inflexión significativo: ese año, la industria rompió la tendencia de favorecer al Partido Republicano en sus donaciones y, en su lugar, apoyó abrumadoramente a los demócratas y al candidato presidencial Joe Biden.

Pfizer no fue una excepción. Sus empleados y comités de acción política afiliados favorecieron enormemente a los demócratas frente a los republicanos en la campaña electoral. El principal beneficiario —con 418.399 dólares en contribuciones— fue Joe Biden.

“Joe Biden tiene a las grandes farmacéuticas (así como a las grandes empresas tecnológicas y a los grandes bancos) en el bolsillo porque ha trabajado para ellas durante casi 50 años, y no para el pueblo estadounidense”, dijo Samantha Zager, portavoz de la campaña de Trump en 2020.

La publicidad negativa y el aplazamiento del anuncio de las vacunas para la covid fueron sólo una parte de lo que Joe Biden calificó como “la organización de fraude electoral más amplia e inclusiva de la historia de la política estadounidense”. Después de las elecciones, todos los medios de comunicación fueron de repente “patrocinados por Pfizer” y el robo de las elecciones fue un tema prohibido.

Pero un hecho poco discutido es que este robo fue en parte propiciado y patrocinado por Alemania.

Pfizer fue fundada por inmigrantes alemanes en EE UU, y su reciente desarrollo de vacunas fue posible en gran medida gracias al gobierno alemán. En 2018, la empresa alemana BioNTech empezó a cooperar con Pfizer, lo que les permitió ofrecer una de las primeras vacunas contra la covid-19. Alemania financió a Pfizer desde el principio. Bloomberg escribió: “La financiación de la vacuna de Pfizer vino de Berlín, no de Washington”. A continuación, Pfizer financió a los medios de comunicación estadounidenses para que atacaran a Trump y promovieran mentiras. Más o menos al mismo tiempo, Alemania se convirtió en el mayor patrocinador de la Organización Mundial de la Salud.

Dadas todas las pruebas y la oposición del gobierno alemán contra Trump, habría que concluir que Pfizer era una extensión de esa oposición. Pero hay más pruebas de que Alemania estaba involucrada en los ataques en contra de Trump.

A principios de 2020, el virólogo alemán Christian Drosten discutió el origen de la covid con su homólogo estadounidense, Anthony Fauci, y como resultado se encubrieron los orígenes de laboratorio del virus. Trump habló abiertamente de que se había producido una fuga en el laboratorio, y la comunidad científica se unió contra él, retratándolo como un ignorante que niega la ciencia.

El gobierno alemán también le dio forma a la narrativa. Bild reveló en 2023: “En el primer verano del coronavirus, cuando la ola pandémica disminuyó y aumentó el descontento hacia las medidas, el gobierno convocó una reunión secreta con las mayores redes sociales Facebook (incluyendo Instagram, ahora con el nombre de Meta) y Google (incluyendo YouTube). (…) Tema de la cumbre: ‘La pandemia de coronavirus y la difusión de información errónea, información falsa y desinformación en este contexto”.

Alemania no sólo estuvo a bordo de la propagación de la histeria sobre el brote del coronavirus y defendiendo las medidas anticientíficas contra el coronavirus, sino que formó parte de la configuración de la narrativa y de la censura de las narrativas opuestas. El hecho de que también le interesara a las “autoridades europeas” retrasar la aprobación de una vacuna revela que había una motivación política.

Los estudios han revelado que el 98% de la cobertura informativa alemana es negativa hacia Trump. Muchos políticos alemanes le han criticado y etiquetado como uno de los mayores riesgos para nuestro mundo. Se acumulan más pruebas de que Alemania lo intentó todo para sacar a Donald Trump de la Casa Blanca.

Es importante recordar lo crucial que fue la pandemia para sacar a Trump de la presidencia. El redactor jefe de la Trompeta, Gerald Flurry, escribe en Estados Unidos bajo ataque :

Y lo que es más importante, las drásticas medidas adoptadas por el gobierno, que sólo fueron posibles por el temor al coronavirus, revolucionaron las elecciones en Estados Unidos. El impulso del voto por correo y otras flexibilizaciones o rupturas ilegales de normas electorales de larga tradición que protegen contra el fraude sólo podrían haber ocurrido por la fuerte promoción del miedo al virus. La covid-19 permitió al Partido Demócrata presentar un candidato presidencial que no podía soportar los rigores de una campaña nacional y que hacía campaña electoral a través de llamadas de Zoom desde su sótano. La covid-19 hizo posible que Joe Biden organizara un número limitado de “mítines” a los que asistieron personas elegidas a dedo y sentadas en un número escaso de sillas muy separadas entre sí. La covid-19 garantizó una campaña históricamente extraña y unas elecciones sin precedentes que instalaron en la Casa Blanca a la persona escogida por Barack Obama para la presidencia.

Alemania, China y el Estado profundo dirigido por Obama cooperaron en este robo. Aunque cada uno tenía sus propios intereses, compartían un enemigo común: Trump.

Si no está familiarizado con la forma en que se robaron las elecciones en Estados Unidos y cómo esto coincide con la profecía, solicite un ejemplar gratuito de Estados Unidos bajo ataque.

ESTADOS UNIDOS BAJO ATAQUE

La profecía bíblica le ayudará a entender la traición en nuestro país. Gerald Flurry, autor del libro de 2013 Estados Unidos bajo ataque, ha expandido considerablemente el libro a 208 páginas, incluyendo apéndices, un glosario y un índice. El nuevo libro todavía no está disponible en español, pero abajo usted puede solicitar su ejemplar por adelantado. Conforme traducimos cada capítulo, los publicamos en laTrompeta.es. Usted puede encontrar la primera parte aquí. Haga clic aquí y suscríbase para recibir nuestros correos con las traducciones más recientes.