Reporte expone el peligro del ‘tratamiento’ transgénero
Existen “pruebas notablemente débiles” que apoyan el tratamiento de cambio de sexo en niños, según un informe publicado [ayer] por la Dra. Hilary Cass. La doctora afirma: “Me ha decepcionado la falta de pruebas sobre el impacto a largo plazo de tomar hormonas desde una edad temprana”.
Incremento de consultas: la investigación fue impulsada en parte por el aumento de niños y adolescentes que buscan cambiar al sexo opuesto. De 2011 a 2012, el Servicio Nacional de Salud británico recibió algo menos de 250 derivaciones; de 2021 a 2022, esta cifra aumentó a más de 5.000.
Cass sugirió que el aumento es el resultado de trastornos mentales alimentados por los medios sociales.
No se hacen preguntas: a muchos niños y adolescentes que expresan su interés por cambiar de sexo no se les pregunta sobre sus problemas y razones. Los padres y los terapeutas suelen adoptar el enfoque de la “atención afirmativa”, lo que significa que siguen adelante con los tratamientos sin tener en cuenta los posibles problemas familiares, el acoso y otras experiencias traumáticas.
La Dra. Cass dijo que a los jóvenes se les da un tratamiento radical sin conocer los riesgos y las consecuencias, y sin abordar los problemas subyacentes.
Presión: muchos médicos administran tratamientos apresuradamente porque así lo presiona la izquierda radical.
Existen muy pocos sectores médicos en los que los profesionales tengan tanto miedo a debatir abiertamente sus puntos de vista, donde la gente es denigrada en las redes sociales y donde los insultos se asemejan a los peores comportamientos de acoso escolar. Esto debe acabar.
—Dra. Hilary Cass
Incluso Cass tuvo mucho cuidado, insistiendo en que su informe “no trata de definir lo que significa ser trans, ni de socavar la validez de las identidades trans”.
La raíz del problema: a muchos jóvenes se les hace creer que estos tratamientos los harán felices, pero no podrían estar más equivocados.
El informe Cass expone muchos problemas derivados de este método para ayudar a los niños confundidos. Pero no aporta soluciones duraderas. Sólo la Biblia revela tanto el problema como la solución.
Más información: lea “Presión homosexual”.
