Renuncia la presidenta de Harvard, Claudine Gay

Tras un mes de críticas, Claudine Gay renunció a su cargo de presidenta de Harvard el 2 de enero. En su carta de renuncia no reconoció haber cometido ningún acto ilícito, pero dijo que renunciaba “para que nuestra comunidad pueda atravesar este momento de extraordinario desafío centrándose en la institución más que en cualquier individuo.”

Plagio: la renuncia de Gay se produjo tras semanas de crecientes acusaciones de que había plagiado partes de sus trabajos académicos, incluida su tesis doctoral de 1997 en Harvard. Las últimas acusaciones se publicaron el lunes, sumándose a otras 40 publicadas anteriormente.

Antisemitismo: su dimisión también se produce un mes después de que ella y otros dos dirigentes de prestigiosas universidades se negaran a decir que los llamados al genocidio del pueblo judío violan las normas del campus.

En lugar de disculparse, Gay se hizo la víctima. Dijo en su carta de renuncia que era “aterrador ser objeto de ataques personales y amenazas alimentadas por la animadversión racial”.

Se libró fácilmente: Gay permanecerá en la facultad, donde seguirá ganando alrededor de 900.000 dólares anuales, si no más. La decisión de dejarla permanecer en el cuerpo docente fue recibida con fuertes críticas.

Es inaceptable que, cuando en Harvard hay estudiantes que serían expulsados por plagio, se permita a un miembro de la facultad que tiene casi 50 casos de plagio en su escasísima producción académica. Es absurdo y todo el mundo lo sabe. Harvard también lo sabe.

—Elise Stefanik, presidenta de la Conferencia Republicana de la Cámara de Representantes y graduada de Harvard

La Trompeta dice: la vergonzosa presidencia de Gay y su castigo leve exponen una enfermedad en la educación superior de Estados Unidos. Esta decadencia moral es el resultado de una guerra espiritual mayor que es cada vez más evidente en nuestro mundo. Lea “Decadencia moral en Gran Bretaña y Estados Unidos”.