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Quién está detrás de la guerra contra Netanyahu

EMMA MOORE/TROMPETA; AMIR LEVY, AHMAD GHARABLI/AFP, DEBBIE HILL/POOL/AFP VIA GETTY IMAGES; ARIAN ZWEGERS, OSEVENO, ALPHA BAKEMONO VIA WIKIMEDIA COMMONS

Quién está detrás de la guerra contra Netanyahu

Los ataques contra el jefe de Estado israelí pueden trazarse a un hombre.

I srael está luchando por su vida justo ahora. Tras meses de guerra con Hamás en Gaza, Hamás sigue manteniendo a 100 rehenes israelíes vivos o muertos. Siguen muriendo soldados a diario. Y ahora, Israel se enfrenta a un subsidiario iraní mucho más poderoso en el norte: Hezbolá. Más de 5.000 cohetes, drones y misiles han sido lanzados contra Israel desde el Líbano desde el 8 de octubre. Ahora, llegan más rápidamente: múltiples veces al día, los israelíes corren a los refugios y 100.000 israelíes están desplazados indefinidamente. La probabilidad de una guerra a gran escala con Hezbolá inquieta a los israelíes ante la posibilidad de que más miembros de su familia sean llamados a las filas.

Mientras Benjamin Netanyahu, primer ministro de Israel, se esfuerza por llevar adelante esta guerra, enfrenta sus propias batallas. Los tribunales internacionales lo están atacando, amenazándolo con órdenes de arresto internacionales. En casa, una minoría israelí extremadamente disruptiva sale a diario a la calle, bloqueando carreteras y pidiendo la destitución de Netanyahu. Y dentro de su frágil gobierno, lucha por mantener la unidad mientras los partidos políticos a su derecha amenazan con abandonar la coalición.

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Detrás de escenas hay un enemigo al que Netanyahu e Israel se enfrentan, que ha dado poder a las fuerzas opositoras y ha desempeñado un papel en todas estas batallas.

Ese enemigo es el ex presidente de Estados Unidos Barack Hussein Obama.

Enemistad continua

Desde mayo de 2009, cuando Netanyahu se reunió con el recién elegido Presidente Obama, los dos hombres han estado enfrentados.

“Cuando pasamos al tema palestino”, dijo Netanyahu, “Obama se quitó los guantes”. Obama culpó a Israel del conflicto árabe-judío, exigió una solución de dos Estados e insistió en que no se añadiera “ni un ladrillo” a ningún asentamiento israelí. Netanyahu no estuvo de acuerdo y le dijo al presidente: “Haré lo que sea necesario para defender a mi país”.

En su famoso discurso de El Cairo, un mes después, Obama dejó claro que ambos también discreparían sobre Irán. “Ninguna nación debería elegir qué nación posee armas nucleares”, dijo, señalando que EE UU no se interpondría en el camino de Irán para conseguir la bomba.

La teocracia iraní se opone fundamentalmente a los valores e intereses estadounidenses. Sin embargo, en la política de Obama, con el pretexto de llevar la paz a la región, el empoderamiento de Irán se convirtió en un pilar fundamental.

Los medios de comunicación estadounidenses, el estamento de política exterior y muchos políticos le siguieron la corriente sin inmutarse. Benjamin Netanyahu se convirtió en la principal oposición de Obama.

Netanyahu expuso públicamente cuáles eran las intenciones de Obama, sobre todo en su discurso de 2015 ante el Congreso estadounidense. En última instancia, no consiguió detener el acuerdo con Irán, pero se unió a la oposición y lo convirtió en un tema importante en EE UU. Gracias en parte a la labor del Sr. Netanyahu, Donald Trump, una vez en el cargo, hizo retroceder el acuerdo y le cortó las alas a Irán.

Tanto para la creación del Estado palestino como para el acuerdo nuclear iraní, Benjamin Netanyahu se convirtió en el principal obstáculo de Barack Obama. Así que su objetivo de “buscar personalmente este resultado con toda la paciencia y dedicación que la tarea requiere” exigía deshacerse de Netanyahu.

¿Adiós, Bibi?

Los esfuerzos de Obama por destronar a Netanyahu comenzaron con desaires y críticas públicas. EE UU es el aliado más importante de Israel. Por lo general, los votantes israelíes desean que sus líderes se lleven bien con Washington. Mostrando su desaprobación, Obama esperaba persuadir a los votantes para que derrocaran a Netanyahu.

No lo hicieron, por lo que los ataques se intensificaron.

En el 2015, en las últimas elecciones israelíes antes de dejar el cargo, Obama armó al Departamento de Estado estadounidense contra Netanyahu. Gastó unos 350.000 dólares en financiar un grupo de campaña que promovía la agenda de “cualquiera menos Netanyahu”. Es una suma relativamente pequeña, pero una señal importante de que el gobierno estadounidense respaldaba a este grupo. Uno de los principales estrategas electorales de Obama, Jeremy Byrd, viajó a Israel para asesorar al grupo y suministrarle maquinaria electoral.

Aun así, Netanyahu ganó las elecciones de 2015.

Incluso después de que Obama dejara el cargo, su programa de cambio de régimen continuó. Cuando el presidente Donald Trump asumió el cargo, nombró un nuevo embajador en Israel. Sin embargo, el hombre de Obama, el embajador Dan Shapiro, no volvió a casa. En su lugar, se quedó donde podía seguir tendiendo puentes entre la gente de Obama y los grupos anti-Netanyahu.

A pesar de la oposición política y de las repetidas elecciones, Netanyahu se aferró al poder.

Cuando Joe Biden se movió a la Casa Blanca en el 2021, su mandato se convirtió de hecho en el tercer mandato de Obama. Finalmente, en marzo de 2021, Netanyahu perdió las elecciones y fue sustituido por una nueva coalición.

El problema era que esta nueva coalición sólo estaba de acuerdo en una cosa: querían a Netanyahu fuera. Hecho esto, no tenían nada más en común. Un año después, la coalición se deshizo, y en diciembre de 2022, Netanyahu estaba de vuelta.

La gente de Obama tuvo que idear otro plan. Esta vez se sirvieron de la polémica sobre el Tribunal Supremo de Israel.

Este tribunal se ha arrogado el poder de anular leyes que no le gustan, no con base en razonamientos jurídicos sino porque son “irrazonables”. Netanyahu y sus partidarios han estado luchando contra este abuso de poder. Otros temen que un tribunal paralizado los deje vulnerables a la tiranía. Obama aprovechó la oportunidad para ampliar y explotar esta división. Sacudió el polvo de su caja de herramientas de la Primavera Árabe y promovió protestas callejeras en Israel.

Una vez más, el Departamento de Estado concedió un financiamiento pequeño pero simbólicamente significativo a grupos de protesta como el Movimiento por un Gobierno de Calidad. Las mismas organizaciones “benéficas” que fomentaron el voto masivo por correo en las elecciones estadounidenses de 2020 también se involucraron. El Fondo Nuevo Israel, respaldado por la Open Society Foundations de George Soros, fue un actor clave.

El entonces embajador de EE UU, Thomas Nides, lanzó su apoyo a los manifestantes anti-Netanyahu, diciendo: “Realmente creo que la mayoría de los israelíes no quieren que EE UU se quede fuera de sus asuntos”. También advirtió que el apoyo de EE UU a Israel en las Naciones Unidas estaba basado en la “democracia” y los “valores compartidos”, una amenaza velada de que si Israel no cumplía, Estados Unidos abandonaría a Israel en la ONU.

Guerra

Entonces llegó el 7 de octubre de 2023. La masacre de ese día con toda probabilidad no habría ocurrido sin los miles de millones que las administraciones Obama y Biden enviaron a Irán en reducción de sanciones para que los gastara en sus subsidiarios. Esto no habría ocurrido si el gobierno estadounidense hubiera planteado una amenaza de represalia creíble (como el asesinato por Trump del “super general” iraní Qassem Suleimani). Eso no quiere decir que el 7 de octubre fuera organizado a sabiendas por el “Estado profundo” de Obama y Biden. Pero todo lo que estaba haciendo la administración Biden, incluyendo la renovación del alivio de las sanciones y la reanudación de las negociaciones nucleares, ayudaron a preparar a Irán para atacar a través de su subsidiario Hamás. Y la guerra ciertamente ayudó a la causa de socavar a Netanyahu.

Como líder de Israel, Netanyahu fue el responsable final del mayor fracaso de los servicios de inteligencia en la historia de la nación, que condujo a la mayor masacre de judíos desde el Holocausto. Las encuestas mostraron que un número abrumador de israelíes quería la salida de Netanyahu.

Sin embargo, a pesar de la presión que recibe de todas las direcciones para que dimita o programe nuevas elecciones, Netanyahu ha resistido. Los israelíes apoyan ampliamente que siga en el poder temporalmente para librar la guerra contra Hamás y otros subsidiarios de Irán. Muchos expertos creían que la guerra iría mal para Netanyahu; las Fuerzas de Defensa de Israel se enfrentan a un enemigo urbano atrincherado. Pero aunque no ha salido a la perfección, Israel ha evitado bajas masivas de sus propios soldados y civiles.

Ahora la guerra supone una doble amenaza para la agenda de Obama: Netanyahu puede sobrevivir y Hamás podría quedar paralizado.

Hamás es una herramienta clave para Irán. Si es aniquilada, socavaría el plan de Obama de transformar radicalmente Oriente Medio. Por eso EE UU intentó mantener a Israel fuera de Rafah, por eso Biden retuvo la ayuda prometida a Israel y por eso frenó la respuesta de Israel al ataque con misiles de Irán en abril. La administración Biden también intentó (y fracasó en parte) construir un embarcadero para que personas ajenas pudieran enviar “ayuda” (o armas) a Hamás sin supervisión israelí.

Obama y compañía también han intentado socavar el apoyo estadounidense a Israel. Financiadores vinculados a Obama han respaldado protestas estudiantiles en universidades de todo EE UU. Las protestas estudiantiles en los campus “incluyen a algunos de los nombres más importantes de los círculos demócratas: Soros, Rockefeller y Pritzker”, informó Politico. “Un grupo pequeño de acaudalados pesos pesados desempeñan a menudo un papel destacado en la financiación” del movimiento pro-Hamás.

Los principales partidarios de las protestas fueron Jewish Voice for Peace e IfNotNow. Éstas cuentan con el apoyo de la Fundación Tides, un grupo respaldado por George Soros y, anteriormente, por Bill y Melinda Gates. Nick y Susan Pritzker, que dieron a la campaña de Biden para 2020 más de 300.000 dólares, financian hoy las protestas propalestinas. Susan Pritzker y Obama son viejos amigos.

Las protestas han deformado las percepciones en EE UU. El 80% de los estadounidenses dicen que apoyan a Israel frente a Hamás, según una encuesta realizada el 24 y 25 de abril entre casi 2.000 votantes registrados, pero las protestas crean la impresión de que hay división y mérito en ambas partes.

Tribunales canguro

Netanyahu también ha sido atacado a nivel internacional. La Corte Internacional de Justicia (cij) está investigando a Israel por genocidio y ha emitido sentencias que pintan mal a Israel. El fiscal jefe de la Corte Penal Internacional (cpi), Karim Khan, ha acusado personalmente a Netanyahu, así como al ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, de cometer crímenes de guerra.

Ambas organizaciones están vinculadas a Barack Obama.

Cuando la cij inició su investigación sobre el genocidio, Joan Donoghue era la directora del tribunal. Ella se había trasladado al tribunal directamente desde el Departamento de Estado de Obama, donde ejercía como abogada superior de carrera. “Ella asesoró en la aplicación de la legislación sobre derechos humanos y en la redacción de resoluciones de las Naciones Unidas, así como en la supervisión del trabajo jurídico relacionado con el derecho marítimo y los procesos de aprobación de tratados”, dice una de sus biografías. “También aplicó las órdenes ejecutivas del presidente Obama sobre Guantánamo, incluyendo la detención y el interrogatorio”.

Cuando el mandato de Donoghue terminó a principios de este año, fue sustituida en la cij por Sarah Cleveland, otra asesora jurídica del Departamento de Estado durante los años de Obama. Durante su ejercicio (2009-2011), colaboró en labores jurídicas relacionadas con la guerra, el contraterrorismo y los derechos humanos. No heredó el título de presidenta del tribunal de Donoghue, pero sigue siendo una ex funcionaria de Obama que ahora forma parte de un panel internacional que ataca a Israel.

Mientras tanto, Amal Clooney, esposa del actor y activista George Clooney, fue una de las fiscales de la cpi que recomendó perseguir a Netanyahu. Al parecer, Khan le pidió específicamente que formara parte de este caso.

Los Clooney y los Obama son amigos desde hace mucho tiempo. Desde el 2006, George hizo campaña con el entonces senador Obama en causas como la crisis de Darfur en Sudán. En 2009, el presidente Obama invitó a Clooney a la Casa Blanca para hablar de la política africana, y Clooney le ofreció asesoramiento en política exterior. Recientemente, en 2022, las fundaciones Clooney y Obama, así como la Fundación Bill y Melinda Gates, anunciaron proyectos conjuntos. Los Clooney invitaron a los Obama a su casa vacacional en el lago italiano de Como.

Las personas que ocupan los puestos más altos de estos tribunales pertenecen al círculo social de los Obama. Teniendo en cuenta cuánta influencia le ha dado su gente en Washington, ¿quién puede decir que no ha estado utilizando una influencia similar en foros como la cij y la cpi?

La cij es la que tiene menos poder de las dos, carece de este si el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (unsc) no implementa las sentencias. Pero que una sentencia de la cpi sea aprobada significa que cualquier país que forme parte del Estatuto de Roma (el cual creó a la cpi) estaría obligado a detener a Netanyahu si alguna vez pone un pie en su suelo. Eso incluye a la Unión Europea, el Reino Unido, Canadá, Australia, Japón y muchos otros países influyentes.

La sentencia también sitúa a Netanyahu en compañía ignominiosa. Debido a la falta de mecanismos para hacer cumplir la ley, la cpi suele ser reacia de acusar a los jefes de gobierno en ejercicio. El presidente sudanés Omar al-Bashir, el responsable del infame genocidio de Darfur, fue una excepción en 2009. La cpi lo detuvo en 2020. El año pasado, la cpi emitió una orden de detención contra el presidente ruso Vladimir Putin por su secuestro masivo de bebés ucranianos, que también entra dentro de las leyes de genocidio. Según la cpi, Netanyahu es un criminal como Bashir y Putin.

No todos en EE UU apoyan a la cpi. La Cámara de representantes votó el 4 de junio a favor de una ley que sancionaría al tribunal, pero aún falta la aprobación del Senado. (El Senado, controlado por los demócratas, no tiene prisa por llevar la propuesta legislativa a la plenaria, y Biden dijo que se “opone firmemente” a ella). Biden, por su parte, calificó de “indignantes” las conclusiones de Khan.

Las Naciones Unidas contra Israel

El 31 de mayo, Joe Biden dijo al mundo que Israel había avanzado en un nuevo plan de paz que parecía aceptable para Hamás. Una retirada de Gaza en tres etapas liberaría a los rehenes y pondría fin a la guerra.

Biden mentía. Se trataba del mismo plan de paz fallido que su administración había impulsado durante semanas, disfrazado de una nueva iniciativa israelí. El hecho de que gastara la mayor parte del discurso persuadiendo a los israelíes de que aceptaran el plan que supuestamente habían creado era una pista de que algo andaba mal.

Pero, de nuevo, Joe Biden no es el verdadero impulsor de este plan.

Unos días después, Obama subió a su cuenta en X un post de tres párrafos en el que respaldaba el plan de Biden. Lo calificó de “un plan claro, realista y justo para establecer un cese al fuego inmediato y poner fin a la guerra en Gaza”, que daría a los palestinos “la seguridad, la libertad y la autodeterminación que han buscado durante tanto tiempo”.

El 3 de junio, Estados Unidos propuso un plan de cese al fuego a la unsc basado en la propuesta de Biden. Durante meses, la ONU ha tenido dificultades para organizar una respuesta significativa a la guerra entre Israel y Hamás. Pero el 10 de junio, el Consejo de Seguridad aceptó la propuesta casi por unanimidad. De sus 15 miembros, 14 votaron a favor y Rusia se abstuvo, lo que permitió la aprobación de la medida.

La resolución afirma que Israel ya ha aceptado los términos. A la fecha de redacción de este artículo, Israel aún no ha aceptado públicamente la propuesta de cese al fuego, pero ha sugerido que podría acatarla. En sentido estricto, la resolución no obliga a nada a Israel, y Hamás aún tiene que aceptarla formalmente. Pero es muy posible que sea la resolución respaldada por Obama la que Israel acepte.

Representantes en Israel

Todos estos ataques ponen a Netanyahu bajo presión. Pero para destituirlo, un político local debe empuñar el cuchillo. Mucha gente quiere su puesto, pero, de nuevo, las encuestas muestran que los israelíes quieren mayoritariamente a Netanyahu al menos hasta que acabe con Hamás.

Así que la administración Biden ha intentado animar a sus rivales. El mes pasado, invitó a Benny Gantz a una visita. El Financial Times escribió que fue tratado “como si fuera jefe de gobierno. Orar para que Benny Gantz sustituya a Benjamin Netanyahu como próximo primer ministro del país es ahora la política extraoficial del presidente estadounidense” (8 de mayo).

La administración Biden está intentando claramente dividir a la coalición de Netanyahu. Gaudí Taub escribió en Tablet: “Nunca antes una administración estadounidense había trabajado tan sistemáticamente para socavar la democracia y la soberanía israelíes, un esfuerzo que resulta especialmente chocante en el contexto de una guerra existencial por la supervivencia tras una atroz matanza terrorista a gran escala. Las guerras brindan oportunidades, y parece claro que la oportunidad que la administración Biden vio en los atentados del 7 de octubre tenía menos que ver con garantizar la seguridad de Israel que con sofocar cualquier resistencia que pudiera quedar a la política de integración regional proiraní de Washington” (7 de mayo).

Gantz renunció al gabinete de guerra el 9 de junio. La salida de su irónicamente llamado grupo Unidad Nacional de la coalición de Netanyahu hasta ahora no implica nada. Netanyahu sigue teniendo suficientes escaños en la Knesset para formar gobierno. Pero justo cuando la guerra está llegando a su fin, el hecho de que alguien que está siendo cortejado por EE UU haga este truco político sugiere que algo va mal.

Fin del juego

Obama dijo que iba a “buscar personalmente” la formación de un Estado palestino “con toda la paciencia y dedicación que la tarea requiere”. Ya ha demostrado que está dispuesto a trabajar todo el tiempo que haga falta, dentro o fuera del cargo, para transformar fundamentalmente a EE UU. ¿Hará lo mismo con Oriente Medio?

Lo que Obama quiere es una retirada inmediata y unilateral de Israel de Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este. Nominalmente, la Autoridad Palestina, dirigida por Mahmud Abbas, asumiría el gobierno del nuevo Estado. Pero Abbas es un autócrata corrupto que dirige la mitad de su reino como su feudo personal y ha perdido el control de la otra mitad a manos de grupos terroristas. La mayoría de los palestinos quieren que se vaya. Hamás, por el contrario, está ganando popularidad en la calle. Y cualquier acuerdo de “cese al fuego” legitimaría a Hamás internacionalmente.

Gaza es una espina mortal en el costado de Israel. Pero una Cisjordania gobernada por Hamás sería una pesadilla catastrófica, la próxima guerra en Oriente Medio sería mucho mayor, más larga y más sangrienta. Si se adopta este cese al fuego, Hamás sería capaz de un Holocausto de la misma magnitud que los nazis. Todo el mundo lo sabe. Obama lo sabe.

¿Por qué un dirigente estadounidense impulsaría entonces este alto al fuego?

La Biblia revela la realidad espiritual que se esconde tras los eventos mundiales, la única forma de entender tendencias como ésta. Daniel 8:9-12 y 11:21-31 profetizan sobre un hombre que cerraría el templo en Jerusalén y atacaría a los judíos.

En el siglo segundo a. C., Antíoco iv Epífanes sitió Jerusalén y mató a decenas de miles de judíos. Saqueó el templo, lo profanó e intentó destruir la religión de los judíos. Daniel 11:31 describe este asalto, diciendo que “profanarán el santuario y la fortaleza, y quitarán el continuo sacrificio, y pondrán la abominación desoladora”.

Jesucristo se refiere claramente a este versículo en Mateo 24:15, refiriéndose explícitamente a “la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel”. Pero Él no habla de ello como un acontecimiento pasado, sino como algo que sucederá en el tiempo del fin. Claramente, Antíoco Epífanes no es el cumplimiento principal de esta profecía, es un tipo de más que vendrán, hombres con un odio especial hacia el tabernáculo de Dios y los judíos.

El redactor jefe de la Trompeta, Gerald Flurry, explicó esta profecía en 2016, escribiendo: “Daniel 8 (…) es más que una predicción, ¡es una profecía de Dios sobre lo que Antíoco hará en los tiempos modernos! Dios dice que esta profecía va a prevalecer tres veces diferentes aquí en este último fin. Esta es una profecía para el tiempo del fin, y está en la Biblia del pueblo judío”.

“Tenemos a un Antíoco político moderno dirigiendo nuestra nación [EE UU]. Y ahora, ese Antíoco está interactuando con el [líder] de Judá, ¡la nación judía!”. (la Trompeta, marzo de 2016; disponible en inglés).

¿Por qué Obama odia tanto a los judíos? Porque le influye el diablo, y por la conexión de los judíos con Dios. “Dios hizo una promesa de cetro a los judíos”, explicó el Sr. Flurry. “También fueron elegidos para preservar el Antiguo Testamento y el calendario sagrado, ‘los oráculos de Dios’ (Romanos 3:1-2)” (ibíd.). Este hombre odia a los judíos y los valores bíblicos evidentes en la Constitución estadounidense. Por eso trabaja tan duro por transformar fundamentalmente a EE UU y a Oriente Medio.

2 Reyes 14 proporciona el contexto para lo que estamos viendo hoy en Israel: “Porque [el Eterno] miró la muy amarga aflicción de Israel; que no había siervo ni libre, ni quien diese ayuda a Israel; y [el Eterno] no había determinado raer el nombre de Israel de debajo del cielo; por tanto, los salvó por mano de Jeroboam hijo de Joás” (versículos 26-27).

“La Biblia muestra que antiguamente, Dios levantó el reino de Israel para que Lo representara”, escribe el Sr. Flurry en Estados Unidos bajo ataque. “Satanás atacó a esa nación de todas las maneras posibles. La historia muestra que en un momento dado, en el siglo ix a. C., un enemigo la destruyó casi por completo, pero Dios intervino. (…) Israel estaba en una amarga aflicción, ¡a punto de ser borrado de la existencia! Había un esfuerzo por borrar el nombre de Israel, un objetivo muy satánico”.

El Sr. Flurry continúa en el libro mostrando que esto no es sólo historia antigua. El libro de Reyes es uno de los profetas anteriores, que es profecía principalmente para este tiempo del fin. (Solicite el libro gratuito de Gerald Flurry Los profetas anteriores). 2 Reyes 14 es en realidad una profecía que describe las condiciones de nuestros días. Esto significa que un Antíoco moderno está tratando hoy de lograr el mismo objetivo: borrar el nombre de Israel.

El mundo tuvo una dura visión de lo que significa borrar el nombre de Israel el 7 de octubre. Pero el daño que Hamás hizo desde Gaza, por horrible que fuera, fue limitado. Una Cisjordania controlada por Hamás sería una bomba de tiempo amenazando con una muerte súbita a la nación.

Sin embargo, hay buenas noticias. Las mismas profecías que hablan de “ni quien diese ayuda a Israel” también muestran que Dios ve lo que está sucediendo y tiene un plan para salvar a la nación. Dios tiene la intención de exponer este mal para que todos lo vean. Al hacerlo, dará a las naciones de Israel, incluido pero no limitado al Estado judío de Israel, una última oportunidad de volverse hacia Él.

ESTADOS UNIDOS BAJO ATAQUE

La profecía bíblica le ayudará a entender la traición en nuestro país. Gerald Flurry, autor del libro de 2013 Estados Unidos bajo ataque, ha expandido considerablemente el libro a 208 páginas, incluyendo apéndices, un glosario y un índice. El nuevo libro todavía no está disponible en español, pero abajo usted puede solicitar su ejemplar por adelantado. Conforme traducimos cada capítulo, los publicamos en laTrompeta.es. Usted puede encontrar la primera parte aquí. Haga clic aquí y suscríbase para recibir nuestros correos con las traducciones más recientes.