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Qué significa para Asia el regreso de Trump

BRENDAN SMIALOWSKI/AFP VIA GETTY IMAGES

Qué significa para Asia el regreso de Trump

Un asombroso cambio está realineando el equilibrio de poder en Oriente.

Trump 2.0 está sacudiendo a Estados Unidos, pero también está repercutiendo en todo el mundo, impactando a amigos y enemigos en todas las regiones. En Asia, los adversarios de EE UU pueden estar preparándose para caminar más sutilmente (al menos por un corto tiempo) y los aliados contemplan un futuro en el que la región podría ser pasada por alto por el eterno policía global.

RUSIA Tras la victoria de Trump, el presidente ruso, Vladimir Putin, le felicitó y le describió como “valiente” y “un hombre de verdad”. El aliado de Putin, Dmitri Medvedev, dijo que la victoria de Trump será “útil” para Rusia. El político ruso Alexander Dugin fue un paso más allá y escribió: “Así que hemos ganado. El mundo nunca será como antes. Los globalistas han perdido su combate final. Por fin se abre el futuro. Estoy realmente feliz”.

No es difícil entender estos sentimientos que emanan de Moscú. Durante su campaña, Trump dijo que planea levantar las sanciones que EE UU impuso a Rusia como castigo por su guerra contra Ucrania, y que pretende poner fin rápidamente a la guerra haciendo que Ucrania entregue tierras y personas al control del Kremlin. En febrero de 2023, el Sr. Trump dijo: “Hay ciertas zonas en donde se habla ruso, cierto, (…) pero podrían haber llegado a un acuerdo”. Estas palabras deben haberle agradado a Putin y a sus camaradas.




Los rusos también son optimistas porque desprecian la Organización del Tratado del Atlántico Norte, que une a EE UU y Europa como aliados militares, y saben que Trump tiene recelos al respecto. Si Trump sigue reprendiendo a Europa por no gastar lo suficiente en defensa e impone aranceles a los productos europeos, como ha amenazado con hacer, debilitará a la otan. Una otan más débil equivale a una mano más libre para que Rusia haga la guerra a las naciones que desea conquistar.

Por otro lado, los rusos recuerdan bien que fue Trump quien bloqueó el Nord Stream 2 durante su primer mandato, imponiendo sanciones al gasoducto que habría duplicado las exportaciones de gas natural ruso a Alemania. Ese fue un paso notable cuyo objetivo era reducir el poder ruso sobre Europa. Y si los rusos realmente pensaban que Trump 2.0 les daría una victoria fácil sobre Ucrania, probablemente sufrieron un sobresalto el 11 de noviembre de 2024, cuando designó al congresista Mike Waltz como su asesor de seguridad nacional. Waltz, exboina verde, aboga por sanciones aún más severas contra Rusia y quiere dar a Ucrania pleno permiso para utilizar armas estadounidenses para atacar en lo más profundo de Rusia y poner fin a la guerra.

Al nombrar a Waltz —y a otros como Marco Rubio y Pete Hegseth para dirigir el Departamento de Estado y el Departamento de Defensa, respectivamente— puede que Trump esté demostrando que sus comentarios sobre obligar a Ucrania a ceder tierras y personas a Rusia eran alardes de campaña. Puede que esté señalando su intención de desafiar la agresión de Rusia con más determinación que antes.

También debemos recordar la observación de Winston Churchill de que Rusia es “un acertijo, envuelto en un misterio, dentro de un enigma”. Comentarios como los anteriores de Putin, Medvedev y Dugin no pueden tomarse al pie de la letra. En muchos casos, los astutos rusos buscan dividir a los estadounidenses, por lo que dicen lo que creen que les permitirá alcanzar sus objetivos. Putin y otros rusos saben cómo son percibidos por la mayoría de los estadounidenses. Para sembrar la discordia, a menudo utilizan la psicología inversa, la psicología doblemente inversa y otros subterfugios retóricos y engaños.

A pesar de sus palabras, es probable que los líderes rusos estén inquietos por el regreso de Trump, y más con cada nombramiento de línea dura que hace. Esto podría intensificar la guerra en las próximas semanas, ya que tanto Rusia como Ucrania luchan por mejorar sus posiciones antes de que comience cualquier negociación. Y después de la toma de posesión de Trump, Rusia podría pisar más suave durante un tiempo para mantenerse fuera de su radar. Pero no espere que los objetivos imperialistas a largo plazo de la nación cambien en lo más mínimo.

china Durante la llamada de felicitación del secretario general chino, Xi Jinping, a Trump el día después de las elecciones, dijo que espera que EE UU y China “se respeten mutuamente” y “coexistan pacíficamente”. Tal declaración sería alentadora si Xi la respaldara con pasos para fomentar la paz, como poner fin al apoyo de China a la guerra de Rusia, los incesantes ciberataques a EE UU, el robo sistemático a empresas estadounidenses y el acoso a Filipinas, Taiwán, Japón y otras naciones aliadas estadounidenses. Pero Xi no tomó tales medidas. En su lugar, pidió respeto y paz mientras seguía llevando a China a enemistarse con el mundo de innumerables maneras.

Aunque las palabras eran huecas, tiene sentido que Xi intentara engatusar al nuevo líder estadounidense para que se mostrara indulgente con China. EE UU es el principal destino de la economía china, que depende de las exportaciones, y que sufre tasas de endeudamiento agobiantes, desaceleración del crecimiento y desempleo juvenil en aumento.

Algunas de estas dificultades se deben a que la administración de Biden nunca puso fin a la guerra comercial que Trump inició durante su primer mandato. Joe Biden dejó en vigor los aranceles de Trump e incluso los aumentó con nuevos aranceles sobre el acero chino, las celdas solares y los vehículos eléctricos. Biden también puso en marcha una serie de controles a la exportación llamados Ley de chips y ciencia, cuyo fin es paralizar la capacidad de China para fabricar semiconductores avanzados que son vitales para las tecnologías de vanguardia.

Cuando Trump tachó de excesivamente cara la Ley de chips y ciencia durante su campaña, habría sido música para los oídos de Xi y otros líderes del Partido Comunista Chino. Por otra parte, Trump también habló de aumentar los aranceles durante su segundo mandato, lo que podría incluir un arancel del 60% sobre las importaciones chinas. Un golpe así a la ya frágil economía china podría recortar su crecimiento previsto cerca de un 2,5%.

A pesar de las amenazas de Trump, es posible que algunos líderes chinos hayan aplaudido su regreso debido a su opinión sobre Taiwán, la nación insular que reclaman ilegalmente y amenazan rutinariamente con invadir. Lo único que ha evitado tal invasión es la asociación de EE UU con Taiwán, y Trump tiene dudas sobre ella. “Creo que Taiwán debería pagarnos por la defensa”, dijo a Bloomberg Businessweek en junio de 2024. “No somos diferentes de una compañía de seguros y Taiwán no nos da nada”.

Tales declaraciones, junto con la campaña de Trump de “EE UU primero” y su aversión a la guerra, han dado a los chinos la esperanza de que haga la vista gorda, o al menos entrecierre los ojos, ante su planeada toma de Taiwán. Pero estas esperanzas quizá se hayan desvanecido en octubre, cuando un periodista del Wall Street Journal preguntó a Trump si defendería a Taiwán si Xi lo invadía. “No tendría que hacerlo”, respondió, “porque él me respeta y sabe que estoy… loco”. Trump añadió que una amenaza de aranceles de hasta el 200% evitaría que los chinos lo intentaran.

También es notable que días después de la victoria de Trump, Taiwán comenzara a responder con celo a sus quejas de que no compran suficiente armamento estadounidense para salvaguardar su libertad. El enorme paquete de armas estadounidenses que han pedido incluye 60 cazas F-35 y 400 misiles Patriot. Son malas noticias para Xi, ya que aumentan significativamente la cantidad de sangre que tendría que derramar para conquistar Taiwán.

En general, parece que el Partido Comunista Chino está nervioso por Trump 2.0. Es probable que Xi y los demás se comporten algo mejor bajo su vigilancia, al menos durante un tiempo. Pero eso no significa que haya un cambio significativo en el belicoso latido del corazón chino.

japón, corea del sur La situación con aliados de EE UU como Corea del Sur y Japón es similar a la que afrontaron durante el primer mandato de Trump. Sus líderes recuerdan que Trump daba poco valor a las alianzas que sus predecesores en la Casa Blanca habían construido con sus naciones y que a menudo les castigaba por no pagar lo suficiente por las bases militares estadounidenses en su suelo. El enfoque transaccional de Trump respecto a las alianzas aterrorizó a los líderes de estas naciones que durante décadas habían contado con la firme protección benevolente estadounidense.

Corea del Sur y Japón esperan que sus alianzas con Washington no se vean interrumpidas durante Trump 2.0. Pero dado el enfoque de Trump de “EE UU primero”, creen que contar con EE UU es demasiado arriesgado para ser su único plan de protección. Ambas naciones están aumentando su poder militar e incluso considerando el desarrollo de las armas más poderosas del planeta. “La reelección de Trump es una oportunidad para que Corea del Sur cree sus propias armas nucleares”, escribió el analista político surcoreano Cheong Seong-Chang el 8 de noviembre de 2024. “La desconfianza en EE UU es cada vez mayor”.

Por su parte, el primer ministro japonés, Shigeru Ishiba, ha propuesto “que EE UU comparta las armas nucleares o que las introduzca en la región”.

Corea del Sur y Japón son la quinta y la séptima potencias militares más fuertes del mundo, respectivamente. Si siguen preparándose para un futuro en el que ya no estén seguros de la protección de EE UU ni del cobijo bajo su paraguas nuclear, su potencia de fuego alcanzará niveles estratosféricos.

Los ‘reyes del oriente’

Queda mucho por saber sobre los detalles de la política de Trump en Asia y sobre cómo su regreso afectará a la región a corto plazo. Si Trump, en su enfoque de poner a EE UU primero, hace que el país sea menos policía mundial, el ascenso de Rusia y China se acelerará, y países como Corea del Sur y Japón acelerarán su rearme y buscarán nuevas alianzas.

De lo que podemos estar seguros, basándonos en la profecía bíblica, es de un cambio masivo que resultará en un realineamiento del equilibrio de poder de Asia. Apocalipsis 9:16 describe un ejército de 200 millones de soldados que pronto se formará de esta región, una fuerza 15 veces mayor que cualquiera jamás reunida en la historia de la humanidad. Apocalipsis 16:12 se refiere a esta alianza como “los reyes del oriente”, lo que significa que será una coalición de múltiples países asiáticos. Ezequiel 38 y 39 revelan que Rusia será la nación principal, con China en una posición de liderazgo secundaria, y que múltiples naciones asiáticas más pequeñas, incluyendo probablemente a Japón y Corea del Sur, se verán obligadas a unirse a ellos, en gran parte porque EE UU ya no es relevante en la región.

Está claro que sobrevendrán tiempos oscuros y violentos en Oriente y en el mundo. Pero la Biblia deja claro que la oscuridad no durará mucho. A los pueblos de Rusia, China, Japón, Corea del Sur y de todos los países les espera un futuro radiante.

RUSIA Y CHINA EN PROFECÍA

La posición de Estados Unidos como la única superpotencia mundial se está desvaneciendo rápidamente. Otras naciones y grupos de naciones están en la disputa por llenar ese vacío. Desde el oriente, está surgiendo un bloque de poder con un potencial enorme, tanto en número de hombres como en influencia económica y poderío militar. Su creciente presencia está intensificando la competencia global por los recursos y la influencia geopolítica. ¿A dónde conducirá esta tendencia? ¡Usted puede saberlo! ¡La profecía bíblica provee una extraordinaria y aguda visión por anticipado del futuro de Asia!