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‘¿Qué es la verdad?’

DOMINIO PÚBLICO

‘¿Qué es la verdad?’

Pilato hizo esta pregunta y luego mató al Hijo de Dios. ¿Cuánto desea usted realmente la verdad?

En todo el mundo, la gente dice que quiere la verdad. Sin embargo, todos creen cosas diferentes. Estados Unidos, por ejemplo, está hendido por enormes divisiones políticas. La mayoría dice buscar la verdad, pero discrepan violentamente. Ambas partes del desacuerdo no pueden tener razón.

Si tantos buscan la verdad, ¿por qué no pueden encontrarla?

Vemos una respuesta en una interacción entre Jesucristo y Poncio Pilato, el gobernador romano que lo condenó a muerte.

Jesús dijo: “Tú dices que yo soy rey. Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad. Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz” (Juan 18:37).

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Desde el principio, los seres humanos han andado a tientas en la oscuridad, buscando la verdad. Aquí estaba el Hijo de Dios que se hizo Hijo del hombre y vino al mundo para dar testimonio de la verdad. ¿Cómo reaccionó este gobernador a esta oportunidad extraordinaria?

Versículo 38: “Le dijo Pilato: ¿Qué es la verdad?”.

Esta pregunta ha desconcertado a la humanidad por miles de años. Hoy quizás nos confunde más que nunca. La actitud de Pilato representa a toda la humanidad. La gente tiene curiosidad e incluso un gran deseo por la verdad. Pero al final la verdad debe venir de su Creador.

Note que Jesús no respondió a esta pregunta. ¿Por qué? ¿Qué lección quiere que aprendamos de esto? Él sabía que Pilato quería saber la verdad, pero no la obedecería. Dios registró esto para nosotros porque quiere que sepamos que no nos revelará la verdad a menos que estemos dispuestos a hacer algo con ella.

Cuando el Hijo de Dios vino a la Tierra y dio testimonio de la verdad, ¿cuántas personas escucharon Su voz, se humillaron y obedecieron durante Su vida humana? ¡Sólo 120 personas! (vea Mateo 11:25; Hechos 1:15).

Jesús habría respondido si Pilato hubiera estado dispuesto a actuar de acuerdo con la verdad. Sólo unas horas antes, Jesús había hablado de la verdad con gran profundidad (Juan 17). De hecho, cualquiera en Jerusalén que hubiera querido conocer y seguir la verdad podría haberlo hecho, porque el Hijo de Dios estaba justo ahí enseñándola públicamente. Pero como les dijo a algunos, la gente que no se somete a la verdad es “de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. Él ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira” (Juan 8:44).

No hay absolutamente ninguna verdad en el diablo, y la Biblia revela que él es el dios de este mundo que engaña al mundo entero (2 Corintios 4:4; Efesios 2:2; Apocalipsis 12:9). En realidad, la mayoría de los pocos que han conocido verdaderamente a Dios se han permitido dejar de actuar conforme a la verdad y han seguido al poderoso dios de este mundo y sus “señales y prodigios mentirosos (…) por cuanto no recibieron el amor de la verdad” (2 Tesalonicenses 2:9-10).

Después de preguntar: “¿Qué es la verdad?”, ¿qué hizo Pilato? “Y cuando hubo dicho esto, salió otra vez a los judíos, y les dijo: Yo no hallo en él ningún delito” (Juan 18:38). Sin embargo, ¿qué procedió a hacer? ¡Pilato azotó a Jesús! Esta declaración significa que el gobernador ordenó a los soldados que azotaran a Jesús con un látigo de púas que arrancó trozos de carne de Su cuerpo ¡hasta que se le veían Sus huesos! Lo maltrataron con golpes y lo deshonraron, le pusieron una corona de espinas en la cabeza, y fingieron aclamar “el rey de los judíos”. Después, Pilato llevó a este hombre ensangrentado ante la multitud y dijo: “Mirad, os lo traigo fuera, para que entendáis que ningún delito hallo en él” (Juan 19:1-4).

Cuando los líderes judíos exigieron que Jesucristo fuera crucificado, Pilato respondió: “Tomadle vosotros, y crucificadle; porque yo no hallo delito en él” (versículo 6). ¡Esto suena como si hablara un loco! No halló falta en el Hijo de Dios, como lo dijo tres veces en un breve lapso, y sin embargo, ¡casi en el mismo aliento dio su consentimiento para Su muerte!

Pilato fue culpable de someter a Jesucristo a la mayor deshonra, tortura y muerte. También lo fueron los judíos, y cada ser humano que ha vivido porque todos hemos pecado contra la ley de Dios (1 Juan 3:4). Nuestros pecados Lo azotaron y crucificaron, con tanta seguridad como lo hizo la orden de Pilato.

¿Peca usted también al preguntarse: “¿qué es la verdad?” y se niega a creer, obedecer y actuar de acuerdo con esa verdad? No podemos seguir pecando, seguir crucificando al Hijo de Dios, y esperar que Dios, la única Fuente de la verdad, nos revele qué es la verdad.

Esa es la lección que debemos aprender de Pilato.

La verdad sólo procede de Dios. Isaías 55:9 muestra que Sus pensamientos están tan por encima de nuestros pensamientos como los cielos (que puede significar el universo) están más altos que la Tierra. En comparación, la “verdad” que los hombres buscan es totalmente insignificante. Jesús enseñó que la palabra de Dios es verdad (Juan 17:17) y que usted experimentará las bendiciones de conocer la verdad sólo si cree y “permaneciereis en mi palabra” (Juan 8:31).

Desde el primer hombre y la primera mujer, los seres humanos se han negado a creer y obedecer a Dios, a recibir la verdad y aplicarla. Han creído que pueden encontrarla por sí mismos. Pero como podemos ver cada día más, la verdad sólo viene de Dios, y debemos vivir por cada palabra de Dios si esperamos conocer la respuesta a esa pregunta candente: ¿Qué es la verdad?

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