Protocolos secretos alemanes sobre el coronavirus exponen mentiras
Hace más de cuatro años, se cerraron guarderías y escuelas, se prohibieron las visitas a la abuela y los encierros fueron impuestos arbitrariamente. La revista digital alemana Multipolar quería saber cómo se habían originado estas decisiones. Después de dos años de litigio, consiguió acceder a más de 1.000 páginas de discusiones internas del equipo alemán de crisis del coronavirus, las cuales publicó el 22 de marzo.
“Los documentos sobre la pandemia de coronavirus podrían ser políticamente explosivos”, comentó la cadena pública alemana zdf Heute el 24 de marzo.
Los minutos de una reunión interna del equipo de crisis del coronavirus del Instituto Robert Koch (rki, por sus siglas en inglés) “revelan que los asesores más importantes del gobierno sabían más sobre el virus y las medidas de lo que dijeron al público”, señaló Bild. Durante años, el rki mantuvo los documentos en secreto hasta que un tribunal los obligó a revelar una versión en gran parte censurada con tachones. Los documentos arrojan algo de luz en un oscuro capítulo de la política.
El 17 de marzo de 2020, el rki elevó el riesgo de salud para la población de “moderado” a “alto”. En el acta de la reunión celebrada un día antes se lee: “Se ampliará esta semana. La evaluación de riesgos se hará pública en cuanto [redactado] dé una señal”.
“La actualización de la evaluación de riesgos fue, como se vio después, la base jurídica de todas las medidas contra el coronavirus”, concluyó Multipolar. “Todas las cortes que rechazaron demandas presentadas por los afectados por las medidas posteriormente la invocaron”.
Comparando los informes con los debates políticos de la época, Merkur.de concluyó que queda “la impresión de que el Instituto Robert Koch adaptó en parte sus evaluaciones con las de los políticos en el poder”.
A menudo se ignoraba la ciencia y se enterraban los hechos. Por ejemplo, un informe del 30 de octubre de 2020 muestra que el rki cuestionó la eficacia de los llamados tapabocas ffp2, diciendo: “No hay pruebas del uso de los tapabocas ffp2 fuera del ámbito de la salud y la seguridad en el trabajo; esto también podría ponerse a disposición del público”. Y: “Su uso debería limitarse a la seguridad laboral de las personas que trabajan con pacientes contagiosos”.
Esta evaluación nunca se hizo pública; el público fue obligado a usar tapabocas bajo diversas regulaciones gubernamentales.
La compra de máscaras por parte del gobierno fue un gran escándalo en Alemania. El gobierno compró cientos de millones de mascarillas ffp2 a un precio elevado, y varios políticos recibieron miles de dólares ayudando a llevar a cabo los acuerdos.
Los informes muestran además que se sabía que la gripe mata a más gente y que los que morían a causa del virus ya superaban la mayoría de las expectativas de vida. Marginar a los que no se vacunaron no tenía ninguna base científica; cerrar las escuelas no ayudaría a acabar con la pandemia. Pero los políticos enfatizaron argumentos opuestos.
Las consecuencias negativas de los encierros también eran conocidas e ignoradas. El 16 de diciembre de 2020, el equipo llegó a la conclusión de que “los encierros a veces tienen consecuencias más graves que la propia covid” y que cabía esperar “un aumento de la mortalidad infantil”. Aun así, el gobierno decretó encierros y cerró escuelas. Como resultado, algunos de los que no tenían por qué temer al virus murieron por otras causas.
Bild preguntó: “¿Eran las medidas más peligrosas que el virus?”.
Al principio de la pandemia, el redactor ejecutivo de la Trompeta, Stephen Flurry, declaró enfáticamente: “La cura nos está matando”. Explicó que las medidas “están teniendo un costo incalculable para nuestras economías, nuestras formas de vida, nuestros derechos y libertades civiles, nuestra cohesión social, incluso nuestra salud mental y física”. De muchas formas, parece que las ramificaciones de la reacción al coronavirus eclipsarán y durarán mucho más que el propio virus”.
La pandemia nunca tuvo que ver con la ciencia. Se utilizó para empujar al mundo en una dirección más autoritaria. El redactor jefe de la Trompeta, Gerald Flurry, explicó la verdadera razón de las medidas frente a la pandemia en “Coronavirus y el Sacro Imperio Romano”.