(JOSEPH PREZIOSO/AFP VÍA GETTY IMAGES)
Presión homosexual
El transexualismo se está tragando nuestras escuelas y a nuestros hijos. Las personas con objetivos profundamente retorcidos para nuestros hijos saben que, si los atrapan desde jóvenes, pueden transformar la sociedad… y los están atrapando desde que son jóvenes, en nuestras escuelas.
Banderas y adornos que celebran la transexualidad y otras desviaciones sexuales dominan las aulas y los pasillos. Drag queens actúan en los gimnasios escolares. Los niños hojean libros gráficos en las bibliotecas escolares. Las empresas de planes de estudios dan deberes de masturbación y manuales de sexo a los preadolescentes. Los niños que protestan son ridiculizados, se les dice que deberían ser expulsados de la escuela y se les amenaza con sesiones de propaganda sobre diversidad, igualdad e inclusión. Los profesores se jactan en las redes sociales de que animan a sus alumnos a experimentar con una sexualidad desviada y de que les ayudan a ocultárselo a sus padres.
Desde el centro de este páramo moral, una voz joven ha gritado.
El 8 de febrero, el Daily Mail publicó: “Cómo es ser un alumno hoy mientras la histeria trans se apodera de las escuelas: Habla una niña de 14 años”. Se trata de un informe desgarrador desde el campo de batalla de la guerra cultural, en su caso un colegio público mixto del sureste de Inglaterra.
He aquí un vistazo a la realidad de nuestras escuelas.
Esta chica empezó hablando de cómo los maestros le preguntan a menudo si está “en transición”. A las chicas que llevamos pantalones “nos preguntan a menudo si somos transgénero, sobre todo si llevamos el pelo corto, como es mi caso. El hecho de que a una chica le guste jugar videojuegos, o no le guste la ropa femenina o el maquillaje es suficiente para ser vista como potencialmente trans”. En este entorno que fomenta la confusión de género, 1 de cada 10 niños de su curso se identifica ahora como “trans” o “no binario”.
Bajo la continua “afirmación” y presión de adultos y compañeros, cada vez más jóvenes de 14 años actúan como el sexo opuesto e incluso intentan convertirse en él. Las mentes de toda una generación de jóvenes están siendo presa de la propaganda transgénero dentro de las aulas y los pasillos donde se supone que están desarrollando su inteligencia y su carácter.
La madre de esta niña llamó la atención a un maestro por referirse a su hija con pronombres “elle/ellx”. “El profesor se disculpó, pero explicó que estaba siendo precavido por si yo estaba en transición. Dijo que los profesores se andan con mucho cuidado, temerosos de ser tachados de transfóbicos”.
Transfóbico. Ese es el proyectil que disparan los radicales contra cualquiera que no apoye plenamente este movimiento radical. Definen la transfobia como quieren y obligan a la gente a cumplir sus exigencias, cada vez más drásticas. Para protegerse, los maestros están haciendo todo lo posible para “afirmar” cualquier indicio de señal que pueda enviar un alumno, y están encontrando transexualidad donde no la hay. Esto está creando un clima inimaginablemente tóxico en nuestras escuelas.
“Da la sensación de que sólo se habla de trans”, escribió esta chica de 14 años. “La biblioteca tiene una sección dedicada a libros lgbtqqia+, y en la entrada del colegio hay una exhibición del Orgullo, con banderas arco iris y palabras y términos como ‘no binario’, ‘polisexual’, ‘demichico’, ‘demichica’ y ‘pansexual’. Estas palabras también aparecen en las clases. Ahora estoy en décimo grado, y el otro día una niña de mi clase de inglés preguntó si el dios griego Zeus era hombre o mujer, y el profesor respondió que Zeus podría haberse ‘identificado como no binario’. Más recientemente, otro profesor dijo que Lady Macbeth no era ‘ni hombre ni mujer’. Creo que la mayoría de los padres no tienen ni idea de que esto es lo que les están enseñando a sus hijos”.
¿Sabe qué les enseñan a sus hijos? Si esta inmundicia no está inundando ya su escuela local, pronto lo estará.
Muchos padres están despertando. Ven el poder que estos maestros y los consejos escolares locales ejercen sobre las mentes de sus hijos. Acuden a las reuniones de los consejos escolares, alzan la voz, intentan detenerlo o ralentizarlo. Pero los miembros del consejo escolar no quieren oírlo. ¡Actúan como si tuvieran más derechos sobre esos niños que los padres! Ellos soportan la reunión, a veces expulsan a los padres de alguna manera, desestiman las preocupaciones de los padres y siguen impulsando esta porquería.
Y se intensifica el ambiente escolar obsesionado con lo trans, como el que envuelve a esta niña de 14 años. Ella escribió que si decía algo en la escuela sobre la necesidad de que los padres sepan lo que se enseña a los alumnos, perdería a sus amigos, que son “completamente intolerantes con cualquier cosa que consideren transfóbica”.
Ella se da cuenta de que algo está terriblemente mal y de que la escuela lo oculta. Sin embargo, no quiere revelar su identidad, ni siquiera el nombre del lugar, debido a las amenazas de muerte que otros han recibido en las redes sociales por parte de alumnos de su escuela. Piénselo: los estudiantes han sido tan adoctrinados en este pensamiento divisivo y tóxico que se destrozarán unos a otros para hacer cumplir una norma moral perversa y fraudulenta que aprendieron de los radicales transgénero.
El origen de la tendencia
Es necesario que usted reconozca la fuente de esta tendencia. Esta autodestrucción antihumana proviene de Satanás el diablo. Lo que los jóvenes se están haciendo a sí mismos con el apoyo e incluso el estímulo de educadores, psicólogos escolares, médicos y a menudo incluso de sus padres es tan retorcido, tan carente de lógica y razón, tan incomprensiblemente desquiciado, que demuestra que hay un dios de este mundo que trabaja en sus mentes (vea 2 Corintios 4:4 y Efesios 2:2).
Satanás se aprovecha de los niños. Los odia. Los engaña. Y los está mutilando y destruyendo.
Juan 8:44 resume su carácter: es el padre del homicidio y la mentira. Es el creador de la desviación y la perversión. La Biblia nos advierte en 2 Corintios 2:11 que no ignoremos sus maquinaciones, pues de lo contrario obtendrá ventaja sobre nosotros. El diablo es un acusador y un divisor. Inspira los peores aspectos de nuestra naturaleza humana: autojusticia, vanidad, mojigatería. Anima a la gente a idear sus propias normas de lo que está bien y lo que está mal, y a imponerlas con celo religioso, ignorando lo que realmente está bien y lo que está mal según lo define Dios.
Eso es exactamente lo que está ocurriendo aquí. Este movimiento antifamilia, anti-Dios está transformando a los jóvenes en fanáticos, las tropas de asalto de una religión falsa.
Presión de grupo
Esta chica describió cómo algunos de sus compañeros “transexuales” simplemente han cedido ante la presión. “Daba la sensación de que se unían porque eso significaba que los consideraban geniales. Uno recibe un trato especial si dice que es trans o no binario y de repente se convierte en el centro de atención cuando ‘sale del closet”.
Qué susceptibles son los adolescentes a esa presión social. Están creciendo, cambiando, tratando de entender las cosas, buscando respeto, estatus e inclusión. Es una tormenta perfecta para arrastrar a jóvenes vulnerables a la pesadilla de la disforia de género, de intentar desafiar la biología… de rechazar todo lo que podría ayudarles a vivir una vida feliz, sana y productiva.
Hace más de 40 años, Herbert W. Armstrong escribió en su libro La dimensión desconocida de la sexualidad: “Hay quienes preferirían hacer caso omiso de los hechos. Sin embargo, está en juego el bienestar de nuestros jóvenes. Los adolescentes, dejándose llevar por la corriente de la inmoralidad, están sobrepasando a la generación mayor en la decadencia moral. Hay una tendencia a lo inmoral que se está extendiendo rápidamente por todas partes. Es apenas natural que los jóvenes deseen seguir esta tendencia, pues anhelan la aprobación de sus semejantes. Es hora de enfrentar los hechos honestamente. Los seres humanos son como las ovejas: siguen a la que va adelante hasta el matadero. No saben que van al matadero. Simplemente son un poco tontas. ¡Sí, muy tontas! ¡Pero, aun así quieren pertenecer a la manada! Esto es lo natural, seguir con la corriente”.
Él se refería al sexo prematrimonial. Pero 40 años de decadencia moral después, sus palabras aplican perfectamente al movimiento transgénero. El diablo está alimentando el deseo de aceptación de los jóvenes y aprovechándose de ellos.
Si los padres no están atentos, si la instrucción que reciben en casa no es lo suficientemente fuerte como para contrarrestarlo, o si se dejan acobardar por la escuela o los funcionarios públicos que les dicen que acepten la “transición” de su hijo o que lo pierdan, o si se han tragado la abominable mentira de que este abuso en realidad está apoyando a su hijo, entonces son impotentes para evitar que esto les ocurra a sus propios hijos.
‘Se habla constantemente de transfobia’
Esta chica escribió que, entre sus compañeros, los términos lesbiana y gay ahora “se consideran un insulto”. ¿Por qué? Porque esos estilos de vida —que Dios condena como pecado y abominación— están arraigados en una visión “binaria” del sexo. Para ser una persona buena, ortodoxa y que afirma la transexualidad, debe creer que el género es fluido.
Hasta aquí hemos caído en este extraño abismo. Este movimiento nunca estará satisfecho. Aunque quisiera, nunca podría cumplir plenamente con su estándar, porque se desplaza continuamente hacia una perversidad más profunda.
“Hay un chico hetero que sale con una chica hetero que dice ser trans, así que él ahora tiene que decir que es bisexual”, escribió esta chica. “A menudo mis compañeros de colegio dicen que las chicas trans son ‘mejores’ chicas que ‘otras chicas’. Me parece insultante. Pero los profesores no toman ninguna medida aunque oigan conversaciones así”. Los profesores que oyen cosas así temen no sólo la reacción de los alumnos, sino de todos, desde el director de la escuela hasta el gobierno nacional.
“Se habla constantemente de transfobia y fanatismo”, escribió, “y muchos de los estudiantes que dicen ser trans hablan constantemente de ser ‘víctimas’, siendo cualquiera que no sea trans el perpetrador”. Esta obsesión con el victimismo también es profundamente perturbadora, y satánica. El mensaje es que sus problemas no son culpa suya. La sociedad tiene la culpa de todo lo malo que le ocurra en la vida, sobre todo si puede reivindicar su condición de minoría perseguida. Esto atrapa a la gente en el fracaso y la infelicidad. Garantiza que no mejorarán sus vidas. No se sienten responsables de corregir o incluso reconocer sus propios fallos y, en su lugar, se entregan cada vez más a la queja, el resentimiento y la amargura.
Escribió que su amiga “Kelley” se había “afirmado” como varón. “Tiene graves problemas de salud mental y falta regularmente a clase porque se autolesiona. Kelley hizo la transición socialmente sin que ningún maestro la desafiara. Tiene un nuevo nombre y ahora puede usar los vestidores de chicos”. Es criminal que estudiantes que necesitan ayuda con problemas de salud mental sean empujados en esta dirección, que los destruirá por completo. Debería darles vergüenza a estos educadores por sacrificar a niñas como “Kelley” en nombre de esta ideología retorcida.
“Todos mis amigos creen bastante en la ‘identidad de género’. Los maestros y los alumnos se refieren a las chicas y los chicos como ‘asignada mujer al nacer’ o ‘asignado hombre al nacer’. Esto se abrevia como aman y ahan”. Así es: los maestros no pueden decir “chicos” y “chicas”. Todo se procesa a través de este filtro espeluznante diseñado para mantener constantemente el “género” en la mente de estos jóvenes.
Durante sus años escolares, estos jóvenes deberían pensar en matemáticas, ciencias y lengua. Deberían sentirse estimulados por las lecciones heroicas de la historia. Deberían estar aprendiendo a crecer en sus capacidades, asumiendo nuevas responsabilidades, preparándose para una vida productiva de trabajo, creación y de dar.
El “asignado hombre al nacer” y “asignada mujer al nacer” que se les lanza constantemente hace a un lado todo eso y los reduce a ratas de laboratorio en un experimento grotesco. Fija sus mentes en sí mismos, y en el sexo, y en cosas viles, confusas y perversas.
La educación debería iluminar su mundo y ampliar sus horizontes. En lugar de ello, los destierra a la oscuridad y estrangula su futuro.
La verdad al descubierto
La escuela de esta chica tiene algo llamado club de igualdad, al que ella se unió “porque creo en la igualdad de derechos para todos, luego descubrí que era imposible hablar de cualquier grupo, aparte de las personas trans, que fuera discriminado. Hay una norma que prohíbe llevar insignias en la escuela, pero algunos estudiantes llevan insignias con la bandera y el pronombre trans, y nadie les regaña”. Este grupo supuestamente discriminado y victimizado es tratado en realidad como una clase privilegiada.
“Hasta ahora, me he limitado a seguirle la corriente a la mayoría. Pero hay cosas que no puedo dejar pasar. Por ejemplo, me gusta mucho [la escritora] J.K. Rowling, pero una amiga la llamó ‘terf’ (feminista radical transexual excluyente, en inglés) y me dijo que le rompía el corazón oír que J.K. era ‘antitrans’. Le pregunté de qué manera J.K. era transfóbica, pero esta amiga no pudo darme una respuesta, sólo dijo: ‘Espero que todas las terf caigan muertas’. Me sorprendió su enfado”.
“También ha habido comentarios violentos en las redes sociales hacia los ‘transfóbicos’ con alumnos de la escuela amenazando con estrangularlos”.
La verdad queda al descubierto. Si hay algo con lo que a este movimiento le gusta identificarse es con el amor: aceptación, inclusividad, aceptación de todo el mundo, sea como sea. Sin embargo, los transexuales suelen resentirse incluso con los homosexuales y las feministas radicales. Si no piensa exactamente como ellos, le atacan sin piedad. Este movimiento no se trata de amor, sino que fomenta el odio violento. No se trata de inclusión, sino que demanda conformidad total. No se trata de aceptación, sino de coerción y acatamiento.
El odio, la arrogancia, la intimidación y la violencia entre estas personas provienen de la misma fuente maligna que sus trágicas y terribles perversiones sexuales. Cada día está más claro que se trata de un movimiento satánico.
Es, de hecho, una poderosa evidencia de una verdad sobre la que la Trompeta ha escrito mucho a lo largo de nuestros 33 años de existencia: que estamos viviendo en un tiempo profetizado en la Biblia en el que Satanás y sus demonios han sido arrojados y confinados a la Tierra. “… ¡Ay de los moradores de la tierra…! porque el diablo ha descendido a vosotros con gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo” (Apocalipsis 12:12).
Qué desdicha sufrimos cuando los profesores no utilizan las palabras “él” o “ella” para describir a los alumnos por miedo a ser tachados de transfóbicos. Qué desdicha cuando una biblioteca escolar dedica una sección entera de libros a promover este perverso estilo de vida y decora la entrada de la escuela para celebrarlo. Qué desdicha cuando las escuelas fomentan este comportamiento delirante mientras silencian y amenazan a quienes se oponen a él. ¡Qué desdicha cuando esto se oculta deliberadamente a los padres y se les excluye de la vida de sus hijos, y se sacrifica a toda una generación en el altar de un culto deshumanizado y pagano!
Pero tome esperanza en ese mismo versículo: “Sabiendo que tiene poco tiempo”. Gracias a Dios que este embrutecimiento y destrucción de nuestros niños puede durar sólo un corto tiempo.
Estos problemas se han arraigado tanto que es difícil que los gobiernos de este mundo le den la vuelta a la situación. Debemos ser conscientes y proteger a nuestros hijos lo mejor que podamos. No podemos permitirnos simplemente entregarlos al sistema escolar público.
Para resolver el amplio problema, Dios debe intervenir. Y Él promete hacer exactamente eso. Las profecías sobre el dios de este mundo siendo derribado y corriendo desenfrenado en la Tierra se están cumpliendo, y preceden inmediatamente al profetizado regreso de Jesucristo. Él viene a tomar el control y establecer el gobierno de Dios, el único sistema que puede establecer un maravilloso sistema mundial de educación que construirá familias fuertes y ayudará a cada niño a alcanzar su potencial dado por Dios. Él ya está sembrando las semillas de ese programa educativo hoy dentro de Su verdadera Iglesia.
Necesitamos orar diariamente: “Venga tu Reino”. Ver las crueles realidades de lo que Satanás está haciendo en el mundo debería alimentar la urgencia y el fervor de esa oración.