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Por qué los educadores se sienten atraídos por el comunismo

Dominio público

Por qué los educadores se sienten atraídos por el comunismo

¿Ha pensado alguna vez por qué la gente educada se siente tan atraída por el comunismo? ¡En cada lugar que ese sistema ha sido implementado, ha sido un fracaso horrible y rotundo! ¿Qué está causando que estas personas se involucren tanto en él?

Herbert W. Armstrong abordó esta misma pregunta. En 1968 él escribió: “Tengo frente a mí un importante libro titulado Witness (Testigo), escrito por Whittaker Chambers, quien, tal como recordarán, era un notable comunista que se volvió en contra del comunismo. Él denunció supuestas actividades de Alger Hiss, un hombre prominente en el Departamento de Estado, por lo cual tuvieron un juicio que fue famoso en todo el mundo. Whittaker Chambers escribió sobre ello”.

“Lo importante es que él explica, probablemente como nadie más lo había hecho, por qué la gente educada (entre ellos cientos de profesores universitarios) se vuelve comunista”.

“¡Esto es importante para usted! El comunismo, de hecho, ¡es malvado! Pero, ¿se unen las personas a él porque desean ser malos y hacer maldades? ¡Ciertamente que no! ¡Se unen porque ven que este es un mundo enfermo! Porque pierden la fe en los gobiernos existentes, en la sociedad existente, en los sistemas económicos y de negocios existentes”.

“Chambers explica cómo la crisis actual del mundo fue el resultado del ‘impacto de la ciencia y la tecnología en la humanidad” (carta a los colaboradores, 29 de septiembre de 1968; énfasis mío en todo). En el pensamiento moderno, la ciencia y la tecnología son aclamadas como un beneficio absoluto para la humanidad.

“La ciencia y la tecnología aparecieron en el mundo presentándose a sí mismas como un dios que resuelve todos los males del mundo”, continuó el Sr. Armstrong. “Lo que Chambers no menciona es que la ciencia y la tecnología expulsaron a Dios y a la Biblia fuera de la educación e introdujeron una evolución atea…”. Se suponía que la ciencia y la tecnología nos salvarían, pero solo han empeorado las cosas; simplemente sacaron del panorama a Dios y la Biblia. Por eso tenemos tantos problemas hoy día. Hasta ese momento mucha gente tenía fe en Dios, ¡pero ya no es así!

La ciencia y la tecnología “incluso hicieron que las iglesias dudaran de Dios, dudando que Cristo era el Hijo de Dios, dudando de la verdad de Dios. Pero la ciencia y la tecnología no lograron resolver los problemas del mundo. Los problemas se multiplicaron e intensificaron, produciendo una crisis mundial”.

“Las guerras mundiales son la expresión militar de la crisis, dice Chambers. Las recesiones mundiales son su expresión económica. La desesperación universal, estudiantes universitarios perdiendo toda esperanza en el futuro, son su expresión espiritual. Y este, es el clima para el comunismo, afirma él”.

“Las personas con educación ven estas condiciones. ¡Ellos ven que vivimos en un mundo enfermo! Entonces, explica Chambers, ‘los filósofos le han explicado al mundo que ¡es necesario cambiar el mundo!’ ¡El comunismo es una nueva fe! Muchas personas han perdido la fe en esta sociedad enferma del mundo occidental. Así que sienten que deben tener una fe por la cual vivir. Ellos tienen una convicción, debemos cambiar al mundo”. Ellos quieren cambiar el mundo pero, como ya deberían saberlo, con el comunismo se va a volver mucho peor.

“Estas personas están ciegas a cualquier fe en Dios”, continuó el Sr. Armstrong. “Ellos están apartados de Dios; Él simplemente no existe en sus pensamientos. Ellos no ven ninguna fe en la ‘democracia’, no ven ningún propósito nacional en Estados Unidos; ¡ellos quieren tener su parte en cambiar al mundo!”

“En realidad, el comunismo es como saltar de la olla a las llamas. ¡Es ir de mal en peor! Pero ellos solo ven que el estado actual de las cosas es malo. El comunismo asegura ser capaz de cambiar al mundo. Ellos suponen que el cambio será bueno. ¡Es la ilusión a la que se aferran!”

Este mundo realmente necesita ser cambiado. Está enfermo por cualquier lado que se le vea. Pero es profundamente ilusorio creer que sus problemas se pueden resolver con el comunismo. 

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