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¿Por qué Joe Biden quiere que las escuelas enseñen que Estados Unidos es sistemáticamente racista?
Pocas personas fuera del mundo académico habían escuchado hablar sobre la teoría crítica de la raza antes de que el presidente Donald Trump prohibiera a los empleados federales la enseñanza de esta “ideología maligna”. Ahora ni siquiera alcanza a pasar una semana sin que se lea algún titular sobre esta filosofía. En su primera tarde en el Despacho Oval Joe Biden anuló la orden ejecutiva del presidente Trump. Biden ahora quiere que se les pague a las escuelas para que enseñen las ideas del Proyecto 1619 del New York Times y del teórico crítico de la raza Ibram X. Kendi.
El 19 de abril, el Departamento de Educación anunció que las autoridades están reservando 5,3 millones de dólares del dinero de los contribuyentes para que desde el jardín de infancia hasta el último año de la secundaria las escuelas enseñen que Estados Unidos es sistemáticamente racista.
Específicamente, el Departamento de Educación quiere enseñar los valores que promueven el Proyecto 1619, el Museo Nacional de Historia y Cultura Afroamericana e Ibram X. Kendi. El Proyecto 1619 dice que Estados Unidos no se fundó en 1776 con la Declaración de Independencia, sino 157 años antes, cuando llegaron los primeros esclavos africanos. El Museo Nacional de Historia y Cultura Afroamericana dice que valorar cosas como “el núcleo familiar”, la “autosuficiencia” y el “pensamiento lineal objetivo y racional” es una manifestación de la “cultura blanca”. Y Kendi dice que Estados Unidos necesita un Departamento de Antirracismo con poder para abolir cualquier ley en cualquier nivel de gobierno que se considere insuficientemente “antirracista”.
Según el Departamento de Educación, estas medidas son necesarias para avanzar en la “equidad racial” y para apoyar de forma más eficaz a las “comunidades desatendidas”. Sin embargo, el líder de la minoría del Senado, Mitch McConnell, y otras tres docenas de republicanos escribieron una carta al secretario de Educación, Miguel Cardona, en la que señalaban que “es el momento de fortalecer la enseñanza de la educación cívica y la historia estadounidense en nuestras escuelas”, y no de “de hacer hincapié en palabras de moda y propaganda divisivas, radicales e históricamente dudosas”, como el Proyecto 1619.
El profesor de la Facultad de Derecho de Cornell, William Jacobson, mantiene el sitio web Criticalrace.org, con una lista de más de 300 colegios y universidades que promueven la teoría crítica de la raza. Y el gobierno de Biden quiere difundir dicha teoría a las escuelas estadounidenses desde el jardín de niños hasta el final de la secundaria. Esta filosofía neo marxista se está convirtiendo rápidamente en la ortodoxia institucional en EE UU. Por lo tanto, es vital que todos los estadounidenses comprendan qué es la teoría crítica de la raza y de dónde proviene.
El marxismo se fundamentó en la teoría del conflicto de clases. Karl Marx creía que la única forma de acabar con la pobreza consistía en que la clase obrera derrocara a la clase capitalista en una revolución violenta. Pero el marxismo sólo se hizo popular en sociedades feudales como Rusia y China, donde la gente estaba tan pobre y desesperada como para arriesgarlo todo en una revolución popular. En las sociedades de libre mercado, como Estados Unidos, la gente podía salir de la pobreza mediante la educación, el trabajo duro y una buena conducta cívica. Así que la teoría del conflicto de clases nunca arraigó en Estados Unidos como lo hizo en Asia, África y Latinoamérica.
En lugar de renunciar a su sueño de una sociedad socialista, los académicos marxistas de EEUU sustituyeron la raza por la clase y trataron de crear una coalición revolucionaria de minorías étnicas contra una mayoría blanca. En 1989, Kimberlé Crenshaw organizó un retiro titulado New Developments in Critical Race Theory (Nuevos avances en la teoría crítica de la raza) que creó efectivamente un nuevo tipo de comunismo en el que el conflicto racial sustituyó al conflicto de clase en la búsqueda por derrocar el capitalismo de libre mercado y sustituirlo por el socialismo.
Por eso Kendi dice: “Para ser verdaderamente antirracista, también hay que ser verdaderamente anticapitalista”. Su ideología no es una forma de derrocar el racismo; es una forma de derrocar el capitalismo. “Una forma de gobierno basada en la equidad significaría el fin no sólo de la propiedad privada, sino también de los derechos individuales, la igualdad ante la ley, el federalismo y la libertad de expresión”, escribió Christopher Rufo en “Critical Race Theory: What It Is and How to Fight It” (Teoría Crítica de la Raza: Qué es y cómo combatirla). “Estos serían sustituidos por la redistribución de la riqueza basada en la raza, los derechos de grupo, la discriminación activa y la autoridad burocrática omnipotente. Históricamente, se ha utilizado en exceso la acusación de ‘antiamericanismo’. Pero en este caso, no es cuestión de interpretación: la teoría crítica de la raza prescribe un programa revolucionario que anularía los principios de la Declaración [de Independencia] y destruiría la estructura restante de la Constitución”.
La intención original de Thomas Jefferson, John Adams y Benjamin Franklin era tener una imagen de los reyes anglosajones Hengist y Horsa en una cara del Gran Sello de EE UU y en la otra cara una imagen de Moisés y los israelitas siguiendo una columna de fuego para salir de Egipto. Ellos reconocieron las similitudes entre el derecho consuetudinario anglosajón y las leyes del antiguo Israel, y basaron la Constitución de EE UU en estos puntos comunes en un esfuerzo por hacer realidad las palabras grabadas en la Campana de la Libertad: “Pregonaréis libertad en la tierra a todos sus moradores” (Levítico 25:10).
Contrario a lo que afirman muchos izquierdistas, fue la falta de aplicación de los principios contenidos en los documentos fundacionales de EE UU lo que permitió la existencia de la esclavitud en el país. ¡Y fue el lenguaje de la Declaración de Independencia y las estructuras legales de la Constitución lo que facultó al Congreso para liberar a los esclavos y convertirlos en ciudadanos estadounidenses con derechos!
“Los liberales en el mundo académico y en el poder judicial han luchado durante largo tiempo batallas legales para socavar la constitución de EE UU”, escribió el redactor jefe de la Trompeta Gerald Flurry en su artículo titulado “La verdadera agenda detrás de Black Lives Matter”. “¡La verdad es que la Constitución de Estados Unidos le ha dado más libertad a más gente que cualquier otra carta gobernante en la historia! El sistema que este documento construyó fue lo que permitió que EE UU llegara a ser una de las primeras sociedades en la historia en abolir completamente la esclavitud. La Constitución de EE UU es un documento noble que ha inspirado y permitido a muchos obtener logros que cualquier otro sistema de cualquier otro lugar en el mundo se los hubiera negado!”.
Sin embargo, hoy en día, los teóricos críticos de la raza están intentando destruir la Constitución para poder sustituirla por un nuevo sistema basado en la “redistribución de la riqueza” y una “autoridad burocrática omnipotente”. Estos radicales creen que si pueden convencer a millones de estadounidenses de que las estructuras de gobierno de su nación son sistemáticamente racistas, pueden crear una coalición revolucionaria de los desposeídos con el poder de conquistar a la nación. Sin embargo, tanto la historia como la profecía bíblica muestran que sus esfuerzos por crear una coalición revolucionaria sólo terminarán en una guerra civil.
Durante el apogeo del movimiento por los derechos civiles en la década de 1960, el ya fallecido Herbert W. Armstrong escribió desde una perspectiva única: no desde el punto de vista de blanco ni negro, ni republicano ni demócrata, sino basado en las verdades eternas de la Biblia. El Sr. Armstrong enseñó el camino hacia la verdadera paz e identificó correctamente los problemas que plagaban las relaciones raciales. Sin embargo, también comprendió lo que la Biblia profetizaba sobre nuestro futuro inminente.
En La Pura Verdad de octubre de 1963, él escribió: “¡No se equivoquen! ¡Este no es un asunto menor que se puede pasar casualmente por alto! ¡La guerra racial se acerca! Las tensiones raciales, las pasiones y los odios están siendo alimentados deliberadamente por una planificación organizada. ¡Explotará en una violencia masiva que asombrará a la imaginación! ¡Será atizada en un crescendo acelerado hasta que la sangre humana corra como ríos!”.
Su advertencia puso de manifiesto que la violencia racial en Estados Unidos no se debe a un odio innato entre razas. Está siendo provocado por políticos radicales, muchos de los cuales intentan asustar a la gente para que voten por ellos. En la década de 1960, esta táctica se salió de control cuando cientos de personas salieron a las calles a hacer disturbios. Y está a punto de descontrolarse de nuevo, sólo que de una manera mucho mayor.
En Isaías 1:7 una profecía solemne muestra que el Israel del tiempo del fin (Estados Unidos y Gran Bretaña) será maldecido con problemas raciales como resultado de su rebelión contra la ley de Dios: “Vuestra tierra está destruida, vuestras ciudades puestas a fuego, vuestra tierra delante de vosotros comida por extranjeros, y asolada como asolamiento de extraños”. Este es un pasaje aterrador sobre personas no israelitas amotinadas en las ciudades.
Una profecía relacionada en Ezequiel 5:12 revela que un tercio de la población de Estados Unidos y Gran Bretaña morirá por la pestilencia, el hambre y la violencia que resultará de la guerra civil. Eso es 10 veces más de lo que murió en la devastadora guerra civil desatada por la Revolución Bolchevique de Rusia. (Solicite nuestro libro gratuito El vigilante de Ezequiel para una mayor explicación de esta profecía).
La violencia que se avecina en las ciudades de Estados Unidos son castigos, pero son castigos con un propósito.
Dios utilizará esta violencia para mostrarnos el resultado del pecado y las consecuencias de alejarnos de Él para seguir nuestras propias formas de pensar; la utilizará para acercarnos a Él (Ezequiel 12:17-20). Dios bendijo a Abraham por su obediencia a Su ley, pero sus descendientes no siguieron su ejemplo. Sólo cuando la gente aprenda esta lección, Dios bendecirá a Estados Unidos —y a todas las naciones— con paz, alegría y prosperidad.
Para conocer más sobre cómo las profecías de Isaías, Oseas, Ezequiel, Apocalipsis y otros libros bíblicos aplican a Estados Unidos hoy, lea “Communism in America Today” [El comunismo en Estados Unidos hoy en día, disponible sólo en ingles], por Gerald Flurry. ▪
EL VIGILANTE DE EZEQUIEL
¡El profeta Ezequiel habría vivido en vano si la Iglesia de Filadelfia de Dios no proclama su mensaje hoy! El libro de Ezequiel es claramente un mensaje del tiempo del fin. Revela eventos proféticos específicos que están ocurriendo ahora mismo en los Estados Unidos, Gran Bretaña, y muchas otras naciones angloparlantes. ¡También revela que Alemania está a punto de infligir una destrucción sobre el mundo mayor que lo que hizo en el Primera y Segunda Guerras Mundiales combinadas! ¡Es profecía desarrollándose ante sus ojos! Cada ser humano sobre la tierra va a ser afectado profundamente por estas profecías. Las naciones de Israel se están dirigiendo hacia la peor crisis conocida alguna vez por el hombre. Pero todo esto es parte del plan maestro de Dios para introducir el maravilloso Reino de Dios. Y el pueblo de Dios está invitado a formar parte de este gobierno como la prometida de Cristo-¡el oficio más exaltado que alguna vez será dado a algún ser humano! Herbert W. Armstrong enseñó durante muchos años las profecías de Ezequiel de una manera general. Pero ahora por primera vez, las profecías de Ezequiel son reveladas totalmente a usted a través de este emocionante folleto.