(THOMAS COLE)
Por qué Dios está castigando a EE UU
“Respeto al matrimonio”. Así caracterizaron los líderes de Estados Unidos un proyecto de ley firmado el 13 de diciembre en la Casa Blanca. El edificio estaba iluminado con los colores del arco iris del movimiento lésbico-gay-bisexual-transgénero-queer-y más que rechaza el uso natural del sexo y el matrimonio. Entre los invitados se encontraba un hombre que viste extravagantemente ropa de mujer y ha glorificado públicamente a los adultos que tienen relaciones sexuales con niños.
En este ambiente, Joe Biden firmó la llamada Ley de Respeto al Matrimonio, anunciando: “Esta ley y el amor que defiende asestan un golpe al odio en todas sus formas”. Esta ley obliga al gobierno federal y a cualquier “persona que actúe bajo el color de la ley estatal” a reconocer plenamente las uniones entre personas del mismo sexo. El resumen del gobierno dice que “deroga y sustituye las disposiciones que definen, a efectos de la ley federal, el matrimonio entre un hombre y una mujer y al cónyuge como una persona del sexo opuesto por disposiciones que reconocen cualquier matrimonio que sea válido según la ley estatal”. El proyecto [ahora ley] permite al Departamento de Justicia interponer una demanda civil y establece un derecho de acción privado en caso de infracción” (énfasis añadido en todo).
De eso se trata esto realmente. Permite al gobierno montar ataques legales contra cualquiera que se oponga a esta perversión del matrimonio. Incluso si usted es dueño de una empresa privada y se niega a respaldar estas uniones, puede ser tratado como un criminal.
Algunos legisladores propusieron enmiendas para proteger los derechos de las personas u organizaciones a actuar según su conciencia o creencias religiosas. Estas enmiendas fueron rechazadas y el proyecto de ley se aprobó con el apoyo de docenas de republicanos. El Senado lo aprobó, con 61 a 36, y la Cámara de Representantes, con 258 a 169 votos. “En una era de polarización y conflicto partidista, este es un extraño voto bipartidista en el corazón de la guerra cultural de EE UU”, escribió Axios con tono de aprobación. Esto es en lo que los legisladores pueden estar de acuerdo: dejar de lado la tradición y las Escrituras, pisotear la libertad religiosa y promover la homosexualidad —que Dios define como pecado— como algo virtuoso. “Comparado con las décadas y décadas que llevó desmantelar las leyes de Jim Crow o asegurar el derecho al voto de las mujeres, el giro de EE UU sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo ocurrió en un abrir y cerrar de ojos” (ibíd.).
Es el rechazo más flagrante de la moral bíblica e incluso tradicional que jamás se haya promovido en la república estadounidense. Los que creen que esto fortalecerá a la nación, y los que piensan que esto no importa realmente, están grave y peligrosamente equivocados.
Colapso moral
¿Qué es el pecado? Hoy en día no se oye esta palabra, pero la realidad es que en EE UU se impone un código moral asombrosamente estricto. Los moralistas de hoy exigen que todo el mundo ignore el fraude electoral, se someta a la ortodoxia oficial de la covid y renuncie a Donald Trump. Ordenan el cumplimiento de normas sexuales, roles y definiciones de género, racismo, multiculturalismo y muchos otros aspectos de nuestras vidas, y lo imponen con fervor religioso. Su código moral, aunque fluido y contradictorio, es estricto e implacable. Condena todas las formas de incumplimiento, especialmente las que ordena Dios Mismo.
Dios tiene opiniones firmes sobre el matrimonio. Él lo creó. Él lo definió. Él casó al primer hombre y a la primera mujer. La presuntuosa redefinición del matrimonio por parte de los legisladores no es más que un ejemplo de sus amplios esfuerzos por arrebatar a Dios la autoridad para definir lo que es correcto y lo que es pecado.
Esto requiere una presunción y una arrogancia pasmosas. Pero estos legisladores no se estarían rindiendo a la minoría radical que ha estado impulsando esta transformación revolucionaria si no fuera por un público complaciente y amoral.
Este proyecto de ley radical y contrario a Dios fue apoyado por la Iglesia Episcopal y más de 40 otras organizaciones religiosas. Una encuesta nacional realizada en septiembre de 2022 por el Grinnell College reveló que el 74% de los estadounidenses cree que el “matrimonio” entre personas del mismo sexo debería ser un derecho. En esta encuesta, el 13% no estaba seguro, y un escaso 13% no estaba de acuerdo. Incluso la mayoría de los republicanos dicen ahora que la ley debería reconocer estas uniones. Cuando Gallup formuló esta pregunta por primera vez, hace 26 años, sólo el 27% de los encuestados la aprobaba. Fue entonces cuando el presidente demócrata Bill Clinton firmó la Ley de Defensa del Matrimonio, que negaba el reconocimiento federal a los matrimonios entre personas del mismo sexo.
Fue un presidente liberal quien firmó protecciones legales para el matrimonio hace apenas cuatro presidencias. Ahora son los legisladores supuestamente conservadores los que votaron a favor de su abolición. La opinión pública sobre este asunto se ha invertido por completo en menos de una generación.
Usted está observando un colapso moral impresionante y precipitado; pero apenas aparece en las noticias. A nadie le importa.
Ésta es sólo una historia en una avalancha que muestra cuán enfermos nos hemos vuelto. Usted literalmente no puede mantenerse al día con todas las formas en que el pecado está ahogando la vida de nuestras naciones.
‘Muestra a Mi pueblo sus pecados’
En diciembre, el Proyecto Veritas expuso a Joseph Bruno, decano de estudiantes de la escuela privada Francis W. Parker, de Chicago, jactándose de que da a los estudiantes de secundaria objetos sexuales utilizados por homosexuales, a lo cual le preguntan: ¿Y cómo funciona esto? Él responde ante la cámara: “Esa es una parte genial de mi trabajo”.
Tras esta revelación, el director de la escuela emitió un comunicado. ¿Despidió al decano? ¿Condenó estos comportamientos? “En Parker, nos preocupamos profundamente por la salud, el bienestar y el desarrollo de nuestros alumnos”, escribió, para luego afirmar: “Estamos desconsolados”. ¿Por qué? No porque los niños a su cargo estén siendo educados en la perversión, sino porque “las palabras de uno de nuestros colegas han sido gravemente tergiversadas con un propósito malicioso. El Proyecto Veritas es un grupo activista de extrema derecha que produce videos editados engañosamente. (…) Los administradores y el Consejo de Administración de Parker apoyan la programación de Parker, la solidez e inclusividad de nuestro plan de estudios y el dedicado y talentoso profesorado y personal que lo imparte. Estamos asqueados de [¿asqueados de qué?] las tácticas engañosas de este grupo (…) y su ataque a la comunidad lgbtq+. Mañana nos reuniremos con los alumnos de secundaria para ofrecerles apoyo y orientación”. Este hombre y muchos educadores de todo el país quieren alimentar a los adolescentes con esta inmundicia. Hacen todo lo posible para asegurarse de que los padres no lo sepan.
Dios ordena en Isaías 58:1: “Clama a voz en cuello, no te detengas; alza tu voz como trompeta, y anuncia a mi pueblo su rebelión, y a la casa de Jacob su pecado”. Por eso esta revista se llama la Trompeta de Filadelfia. ¡Dios quiere que la gente sea advertida de sus pecados y sus consecuencias! Esto es lo que una iglesia que realmente sigue a Dios y la Biblia hará.
“He aquí que no se ha acortado la mano de [el Eterno] para salvar, ni se ha agravado su oído para oír; pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír” (Isaías 59:1-2). Mucha gente ora, pero Dios dice que no escuchará. ¿Por qué? Debido a nuestros pecados.
Lea la acusación de Dios en los versículos que siguen: estamos contaminados con violencia, pecado, mentira y engaño. “No hay quien clame por la justicia, ni quien juzgue por la verdad; confían en vanidad, y hablan vanidades; conciben maldades, y dan a luz iniquidad. (…) No conocieron camino de paz, ni hay justicia en sus caminos; sus veredas son torcidas; cualquiera que por ellas fuere, no conocerá paz” (versículos 4, 8).
Esta es la visión que Dios tiene de nuestras naciones. Necesitamos Su visión, o fácilmente nos volveremos complacientes. Si pasamos suficiente tiempo rodeados de pecado, se convierte en algo normal. Piense en lo rápido que cambió la opinión pública sobre las uniones del mismo sexo.
Dios promete que “toda cosa encubierta” se dará a conocer (Eclesiastés 12:14); y hay muchas cosas secretas que se están dando a conocer hoy. Dios está sacando a la luz tantas cosas, que es realmente asombroso (artículo, página 23). Pero ¿quién informa de ello? ¿Por qué no resuenan los titulares en las principales cadenas de televisión y en los principales periódicos? ¿Por qué sólo se lee al respecto en pequeñas publicaciones marginales? ¿Por qué millones de personas no escuchan y responden?
“Y la verdad fue detenida, y el que se apartó del mal fue puesto en prisión…” (Isaías 59:15). Esto es profecía cumplida: Los que renuncian al mal son atacados. Naciones que tienen una historia con Dios están ahora presionando a la gente, a través de la fuerza de la ley, para que acepten mentiras sobre inyecciones de vacunas, sobre elecciones robadas, sobre cómo dos hombres pueden estar “casados”; y aquellos que no siguen el juego son tachados de extremistas, despedidos de sus trabajos, e incluso encarcelados.
El versículo 15 concluye: “Y lo vio [el Eterno], y desagradó a sus ojos, porque pereció el derecho”. ¡Dios ve nuestros pecados que se multiplican! Está muy enfadado y va a hacer algo al respecto. Este es un aspecto crucial de estas profecías: el hecho de que Dios corregirá estos problemas.
“Y vio [Dios] que no había hombre, y se maravilló que no hubiera quien se interpusiese; y lo salvó su brazo, y le afirmó su misma justicia. Pues de justicia se vistió como de una coraza, con yelmo de salvación en su cabeza; tomó ropas de venganza por vestidura, y se cubrió de celo como de manto” (Isaías 59:16-17). Fijar nuestra mente en este resultado nos ayuda a ver las cosas desde el punto de vista de Dios, y nos proporciona una esperanza segura.
Pecado amontonado
“Debemos recordar que estas profecías son principalmente para el tiempo del fin”, escribe Gerald Flurry, redactor jefe de la Trompeta, en Jeremías y la visión más grandiosa de la Biblia. “Esto significa que son específicamente para la Iglesia de Dios y en general para las naciones de Israel, que tienen una antigua historia de seguir brevemente a Dios y luego rechazarlo. Israel fue la única nación a la que Dios llamó para servirlo a Él. El pueblo de Israel le falló a Dios en la antigüedad y todavía está rebelándose hoy en día. Debido a su historia con Dios, Israel es mucho más responsable ante Dios que otras naciones. (…) Las profecías para Israel físico en este tiempo del fin se refieren principalmente a los pueblos norteamericano y británico. Estas personas han ‘rehusado la corrección’ (Jeremías 5:3)”.
Lea Jeremías 5. En este capítulo, Dios dice: ¡Perdonaré si se puede encontrar a una sola persona que haga el bien! Pero incluso la gente que parece religiosa está atrapada en el pecado. Somos perezosos, ociosos, improductivos, incultos, dependientes del gobierno, abusadores de las drogas, robamos en tiendas por miles de millones, establecemos clubes satánicos después de la escuela, robamos, asaltamos y cometemos otros delitos.
Dios ha dado tanto a esta nación, sin embargo, la gente se ha vuelto contra Él hacia la inmundicia y el pecado sexual desenfrenado (versículos 7-8). Estudios realizados muestran que alrededor del 80% de los hombres y el 45% de las mujeres ven pornografía semanalmente. Continuamente aparecen titulares escabrosos: se nombra a pervertidos sexuales para altos cargos del gobierno y se les da trabajo diseñando programas escolares para pervertir a los niños y mantener a los padres en la ignorancia; un ejecutivo atrae a niñas de 9 años para tener sexo; un casero solicita sexo a inquilinos que luchan por pagar el alquiler; una marca de moda de alta gama utiliza alusiones de pornografía infantil en su publicidad; las principales publicaciones elogian “una obra de teatro sobre pedófilos” como “brillante”.
“¿No los castigaré por estas cosas? declara [el Eterno]; ¿y no me vengaré de una nación como ésta?” (versículo 9; versión English Standard).
Los versículos 27-28 describen nuestra grosería, materialismo, excesos, glotonería, falta de conciencia y ausencia de brújula moral. Y Dios vuelve a preguntar: ¿Creen que no haré nada al respecto? (versículo 29). ¡Dios va a corregir a nuestras naciones! Ante nuestra atroz maldad, sería un error que Él nos dejara continuar indefinidamente mientras destruimos nuestras mentes y las de nuestros hijos. Nuestro pueblo que “como Sodoma publican su pecado” está a punto de conocer a este Dios (Isaías 3:9-11).
Sin embargo, observe algo sorprendente. Dios destruirá, pero dice que medirá la destrucción (Jeremías 46:28). Incluso en la corrección por pecados masivos, Dios no nos destruirá completamente, ¡y la corrección misma es por una razón poderosa y finalmente maravillosa!
Amor eterno
La destrucción que nos acecha no es sólo castigo o venganza. En Isaías 59, el versículo 18 muestra que Dios desatará Su furia sobre aquellos que Lo han desafiado. Pero conducirá a algo hermoso: “Y temerán desde el occidente el nombre de [el Eterno], y desde el nacimiento del sol su gloria; porque vendrá el enemigo como río, mas el Espíritu de [el Eterno] levantará bandera contra él” (versículo 19). Dios dice que vendrá como Redentor, salvando a todo aquel que se aparte del pecado (versículo 20).
Ese es el objetivo último de Dios. Él da estas advertencias para tratar de salvar a la gente.
Este es el Dios vivo de juicio. Es un Dios al que hay que temer, pero nos ha creado porque nos ama y quiere bendecirnos y salvarnos. En el camino están nuestros propios pecados.
Jeremías 30:7 advierte de la peor época de sufrimiento de la historia para nuestro pueblo. Dios dice: Voy a corregirte, ¡con dureza! Esto no va a ser un simple tirón de orejas (versículo 11). ¿Por qué? “A causa de la magnitud de tu maldad y de la multitud de tus pecados” (versículo 14). En el versículo 15, Dios dice: No actúes como que no te lo mereces. ¡Tienes una larga letanía de pecados!
Pero en el capítulo siguiente, leemos la intención última de Dios: “En aquel tiempo, dice [el Eterno], yo seré por Dios a todas las familias de Israel, y ellas me serán a mí por pueblo. (…) Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia” (Jeremías 31:1, 3). Dios ve todo lo que sucede y castigará por el pecado, pero ese castigo es una expresión de Su amor y de Su deseo de ayudarnos.
Los versículos 7-9 describen a nuestros pueblos rescatados del cautiverio extranjero, humillados y arrepentidos. “Los haré andar junto a arroyos de aguas, por camino derecho en el cual no tropezarán”, promete Dios: “porque soy a Israel por padre [hablando de EE UU hoy], y Efraín [Gran Bretaña] es mi primogénito”.
En los versículos 32-34, Dios dice que hará un pacto con este pueblo arrepentido: “… Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice [el Eterno]: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo. Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a [el Eterno]; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice [el Eterno]; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado”. ¡Qué día tan maravilloso será ese!▪