Político escocés prominente intenta impedir que Westminster utilice la piedra de la coronación
Tras el anuncio de que el rey Carlos iii será coronado el 6 de mayo, se ha desatado un debate en Escocia sobre si la piedra de Scone debe ser trasladada del castillo de Edimburgo a la abadía de Westminster.
Más de 30 monarcas han sido coronados sobre la piedra de Scone desde que el rey Eduardo i la trajo de Escocia a Inglaterra en 1296. La reina Isabel II la devolvió a Escocia en 1996, en el séptimo centenario de su llegada a Westminster. El plan actual es enviar la piedra a Westminster para que el rey Carlos iii pueda ser coronado sobre ella. Pero el político del Partido Nacional Escocés Ash Reagan le dijo al periódico Scottish Mail on Sunday que hay tiempo para garantizar que la piedra de la coronación se quede en Escocia.
Aunque aprecio la tradición de utilizar la piedra del destino en la coronación, creo que debería permanecer en Escocia como antiguo símbolo de nuestro patrimonio nacional. Sugiero un acuerdo en el que los aspectos de la ceremonia de coronación en los que intervenga la piedra tengan lugar en Escocia para que pueda celebrarse en el lugar que le corresponde sin necesidad de sacarla del país. Este sería un tributo adecuado a la importancia de la piedra en la historia de Escocia, y al mismo tiempo seguiría honrando las tradiciones del Reino Unido de las coronas.
—Ash Reagan
Sólo 3.000 personas han firmado la petición para que la piedra de Scone permanezca en Escocia, por lo que es posible que no afecte al plan actual de devolver la piedra a Westminster para la coronación del rey Carlos.
Una larga historia: las disputas pasadas por esta piedra de coronación han sido sangrientas. El rey escocés del siglo ix Kenneth MacAlpin trasladó la piedra de coronación de la isla de Jonia a la ciudad de Scone para conmemorar sus victorias sobre los pictos. Y el rey inglés del siglo xiii Eduardo i trasladó la piedra de Scone a la abadía de Westminster para conmemorar sus victorias sobre los escoceses.
La historia de la piedra de la coronación se remonta a Irlanda y al Israel bíblico. Los anales escoceses dicen que es la misma piedra que el patriarca bíblico Jacob utilizó como almohada (Génesis 28:18-22) y que fue llevada a la colina de Tara en Irlanda por un príncipe español siglos antes de que el rey escocés Fergus Mor la trasladara a Jonia. Así que la piedra de coronación no le pertenece tanto a Escocia como a la familia real británica (que desciende de los antiguos reyes irlandeses y escoceses medievales coronados en Tara, Jonia y Scone).
Un grave error: después de que la reina Isabel ii enviara la piedra a Escocia, el redactor jefe de la Trompeta, Gerald Flurry, escribió en la Trompeta de Filadelfia de agosto de 1996: “Creo que esta piedra es la cosa física más preciosa de esta Tierra. ¡También creo que la reina Isabel acaba de tomar la peor decisión de su vida! ¡Y el gobierno británico ha cometido el mayor error de su historia! (...) Sus acciones han despreciado al Dios vivo y omnipotente. Y va a haber un castigo aterrador a menos que se arrepientan”.
Hubo un tiempo en que la realeza británica estaba dispuesta a arriesgar su vida por la piedra de la coronación por lo que representaba. Ahora se contentan con dejar que los partidos políticos decidan si la piedra se utiliza en la ceremonia de coronación del rey Carlos iii. Para saber por qué es importante la actitud indiferente de la familia real hacia la piedra de Scone, lea Estados Unidos y Gran Bretaña en profecía, por Herbert W. Armstrong, y El nuevo trono de David, por Gerald Flurry.