Once bancos grandes inyectan 30.000 millones de dólares a First Republic para detener el contagio
Después de que el banco Silicon Valley Bank se convirtiera en el segundo banco más grande en la historia de Estados Unidos en colapsar, el contagio comenzó a extenderse por los mercados financieros mundiales. Sólo dos días después de la quiebra del Silicon Valley Bank, el banco Signature Bank le siguió. Joe Biden aseguró a los clientes del banco Silicon Valley Bank y del banco Signature Bank que el gobierno estadounidense respaldaría sus depósitos, pero sus garantías no han aliviado los temores financieros.
El 15 de marzo, el Banco Nacional Suizo ofreció a Credit Suisse (empresa de servicios financieros) un salvavidas de 54.000 millones de dólares para mantener su solvencia. Después, el 16 de marzo, 11 grandes bancos crearon un paquete de rescate de 30.000 millones de dólares para el banco First Republic Bank, con sede en California. Este paquete de rescate se diseñó para impulsar la confianza en el mercado financiero, pero muchos analistas temen el colapso de más bancos.
Dominós en caída: el director ejecutivo de BlackRock, Larry Fink, responsable de la mayor firma de gestión de activos del mundo, preguntó en su carta anual a los accionistas si “las fichas de dominó” están “empezando a caer” en el sistema financiero estadounidense. Señaló la quiebra del banco Silicon Valley Bank, el aumento de la inflación y las subidas agresivas en los tipos de interés por parte de la Reserva Federal en el último año. A continuación, advirtió que “ya estamos pagando por años de dinero fácil” y que podrían venir “más incautaciones y cierres”.
El gobierno estadounidense sólo dispone de 125.000 millones de dólares en su fondo de rescate bancario. Bastarían unas cuantas quiebras bancarias más para que el contagio se extendiera al propio gobierno estadounidense, que ya está endeudado en 31 billones de dólares y gasta casi 800.000 millones en intereses de su deuda nacional.
Profecía clave: el difunto Herbert W. Armstrong predijo que una crisis financiera en EE UU sería probablemente el catalizador que impulsaría a Europa a unirse. Concretamente, advirtió en 1984 que una crisis bancaria en Estados Unidos “podría provocar repentinamente que las naciones europeas se unieran como una nueva potencia mundial mayor que la Unión Soviética o Estados Unidos”. (carta de colaborador, 22 de julio de 1984). En otras palabras, una crisis bancaria podría destruir el sistema financiero mundial, asustar a las naciones europeas para que cedieran el control a una autoridad central y crear un nuevo orden mundial en el que Estados Unidos dejara de ser la superpotencia.
Para saber más sobre esta terrible posibilidad, lea “¿Cuándo colapsará el dólar?” y “Cómo la crisis financiera mundial producirá los 10 reyes de Europa”.