No hay quien ayude al Estado de Israel
El sitio web del Departamento de Estado de Estados Unidos dice: “Israel no tiene amigo más grande que EE UU”. Si esto es cierto, Israel no tiene ningún amigo.
En febrero, Joe Biden (y el poder detrás de él, Barack Obama) demostró en dos formas evidentes su enemistad hacia el Estado judío. Ese mes, por primera vez desde finales del segundo mandato de Obama como presidente, EE UU traicionó a Israel en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Casi al mismo tiempo, unos comentarios reveladores del embajador de Biden en Israel sugerían una intromisión sin precedentes en los asuntos internos de Israel.
¿Por qué EE UU está abandonando a Israel?
Cómo Netanyahu está creando enemigos
Desde que volvió al poder a finales del año pasado, una de las prioridades del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha sido reformar al activista Tribunal Supremo de Israel, una institución partidista que no rinde cuentas y que lleva años irritando a los conservadores israelíes. Esto le ha generado muchos enemigos en la izquierda israelí. También ha captado la atención de la presidencia activista en Washington.
“Le estamos diciendo al primer ministro —como les digo a mis hijos— ‘pise el freno’, vaya más despacio, intente llegar a un consenso, reúna a las partes”. Ese comentario lo hizo el embajador de EE UU en Israel, Tom Nides, en un podcast del 16 de febrero con el ex funcionario de Obama, David Axelrod.
El comentario condescendiente “como les digo a mis hijos” es coherente con el trato abiertamente desdeñoso de Obama y Biden hacia Israel en general y hacia Netanyahu en particular. Obama llevó infamemente a Netanyahu a la Casa Blanca por una entrada lateral, lo abandonó enfadado durante una reunión y se fue a cenar, y se entrometió en las elecciones israelíes. En 2021, Obama, a través de Biden, socavó las negociaciones de paz entre Israel y Sudán para tratar de impedir que Netanyahu volviera a ser primer ministro.
En una entrevista posterior, Nides dijo: “Realmente creo que la mayoría de los israelíes no quieren que EE UU se mantenga fuera de sus asuntos”. En este caso, “EE UU” (Obama y Biden) quiere que el Tribunal Supremo de Israel siga siendo un órgano que no rinde cuentas y que ejerce un control irracional sobre los demás poderes del Estado. En resumen, quieren que Netanyahu deje de restringir al tribunal para que el tribunal pueda restringir a Netanyahu.
Intervención de EE UU
El 20 de febrero, Obama y Biden demostraron cuanto intervendrá EE UU en los asuntos de los israelíes. El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó una resolución no vinculante que condena los asentamientos israelíes en Cisjordania, la primera resolución antiisraelí que EE UU ha dejado pasar en el Consejo de Seguridad desde que Obama fue presidente.
Esto ocurrió en respuesta a la legalización por parte del gobierno israelí de asentamientos anteriormente ilegales, lo cual vino como resultado de un aumento de los ataques terroristas palestinos. La crítica legítima a la política israelí no está mal. Pero la ONU se destaca por sus resoluciones irracionalmente numerosas condenando a Israel. El año pasado, su Asamblea General aprobó el doble de resoluciones contra Israel que contra Rusia, el mismo año en que Rusia inició la mayor guerra en Europa desde la Segunda Guerra Mundial. Tradicionalmente, EE UU ha defendido a Israel, sobre todo en el Consejo de Seguridad, por los 75 años de historia de Israel y los 56 años de construcción de asentamientos en Cisjordania. Esto parece ser una amenaza velada de EE UU hacia Netanyahu para que “pise el freno” en más de un sentido: empiece a hacer lo que queremos o perderá la poca protección que aún le damos.
Sin embargo, esta “protección” no tiene sentido cuando se considera que EE UU bajo Obama-Biden está empoderando activamente a los enemigos de Israel, mientras trata de pasar lo más desapercibido posible al respecto. El Washington Free Beacon informó el 6 de febrero que el secretario de Estado de EE UU, Antony Blinken, renovó las exenciones de sanciones a Rusia y al mayor enemigo de Israel, Irán. Las exenciones, un vestigio del acuerdo nuclear de Obama con Irán en 2016, permiten a Rusia ayudar a Irán en su programa nuclear.
“Las exenciones (…) proporcionan miles de millones de beneficios a empresas controladas por el Estado ruso, como la compañía nuclear Rosatom, para trabajar en la planta nuclear iraní de Fordow, un controvertido emplazamiento militar sospechoso de albergar el programa de armas nucleares de Teherán”, escribió el Washington Free Beacon. “En este emplazamiento, Irán está enriqueciendo uranio, el componente clave de un arma nuclear, hasta niveles de pureza que los observadores internacionales temen que lo pongan al alcance de una bomba. Los críticos denuncian que, al permitir la cooperación, la administración Biden está permitiendo que Teherán desarrolle su programa nuclear mientras enriquece a Rusia a través de negocios con organizaciones controladas por el Estado.”.
Irán es el principal patrocinador mundial del terrorismo islámico; sus líderes han jurado “borrar a Israel del mapa”. Todo el mundo sabe que algunos de los primeros objetivos que se programarán en un sistema de objetivos nucleares iraníes serán ciudades israelíes. Sin embargo, ¡Obama y Biden están ayudando activamente al régimen terrorista islamista de Irán y poniendo en peligro la democracia parlamentaria de Israel!
Más insólito aún es que la Casa Blanca intentara mantener en secreto las exenciones de sanciones. Ni siquiera se informó al Congreso hasta el 3 de febrero, y sólo después de que el Washington Free Beacon empezara a preguntar a funcionarios del Gobierno al respecto. Facilitar el programa nuclear de Irán mientras se coopera con Rusia, el agresor de Ucrania, se ve mal y es malo. Obama y Biden preferirían que usted no lo supiera, pero incluso si lo sabe, lo aprobarán con tanta fuerza como el acuerdo nuclear de 2016.
La última vez que EE UU fue tan hostil contra Israel fue durante la presidencia de Obama. La política de EE UU en Oriente Medio —especialmente con Irán— ponía activamente en peligro la seguridad de Israel. Obama concluyó su presidencia en 2017 con una traición sin precedentes en la ONU. La presidencia de Biden prolonga la política de Obama. Las recientes disputas entre EE UU e Israel deben interpretarse en el contexto de la campaña liderada por Obama para debilitar y aislar a Israel y a Netanyahu.
¿Por qué EE UU pone en peligro mortal a su país hermano y da poder —con tecnología nuclear— a los islamistas que celebraron el 11-S y que llaman a EE UU e Israel el “gran Satán” y el “pequeño Satán”?
Una profecía bíblica en particular nos aclara este misterio.
Amarga aflicción
“Porque [el Eterno] miró la muy amarga aflicción de Israel; que no había siervo ni libre, ni quien diese ayuda a Israel; y [el Eterno] no había determinado raer el nombre de Israel de debajo del cielo; por tanto, los salvó por mano de Jeroboam hijo de Joás”. (2 Reyes 14:26-27).
Tanto los antepasados del Estado de Israel como de EE UU se remontan al antiguo Israel. Judá (el pueblo judío) era sólo una tribu entre 12. En la profecía bíblica, “Israel” se refiere principalmente a EE UU, Gran Bretaña y el Estado de Israel.
El libro de Reyes forma parte de los profetas anteriores. Se trata tanto de un registro histórico como de una profecía para las naciones modernas de Israel, como explica el redactor jefe de la Trompeta, Gerald Flurry, en su libro Estados Unidos bajo ataque. Los esfuerzos por “raer el nombre de Israel” están causando muchos de los problemas que sufre EE UU, incluyendo el deterioro de su relación con sus hermanos del Estado de Israel. Pero la Biblia también revela que Dios detendrá la destrucción —temporalmente— por la mano de un hombre prefigurado por el antiguo rey Jeroboam ii.
El Sr. Flurry escribió esto en su artículo de septiembre de 2022 “Caen los gobiernos de Gran Bretaña y de Judá, ¿sigue EE UU?”: “Cuando Barack Obama fue presidente, fue terriblemente despiadado con la nación judía de Israel. Pero en el primer mandato del presidente [Donald] Trump, él salvó a la nación judía de Israel (Judá bíblico) de gran parte de la tiranía de Obama. Apoyó a Israel de muchas maneras, incluyendo la eliminación del acuerdo con Irán, el traslado de la embajada de EE UU a Jerusalén y la ayuda a Israel para firmar los ‘Acuerdos de Abraham’ con las naciones árabes de la región. Joe Biden ha llevado a EE UU de vuelta a las políticas de apoyo al terrorismo de Barack Obama”.
La profecía continúa: “Los demás hechos de Jeroboam (…) y cómo restituyó al dominio de Israel a Damasco y Hamat, que habían pertenecido a Judá, ¿no está escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Israel?” (versículo 28).
Dios todavía está en el proceso de salvar temporalmente a EE UU y a las otras naciones del Israel moderno a través de un Jeroboam moderno. Tenga en cuenta que cuando Él lo haga, las victorias de este hombre involucrarán a la nación judía.
Al igual que los estadounidenses, el pueblo judío se encuentra bajo una gran amenaza de enemigos internos y externos. El gobierno actual de EE UU está haciendo todo lo posible para que esta tensión sea mayor. Si alguna vez ha habido un momento en que Israel necesita ser salvado, es ahora.
“La indicación es que Jeroboam reclamó algo para ayudar a Judá, la nación judía”, escribió el Sr. Flurry. “Este versículo vincula la política de EE UU y de Judá”.
La salvación temporal del Estado de Israel aún no se ha materializado. Pero la necesidad desesperada de ello es cada vez más clara. Y este respiro de sus problemas llegará. Comenzará cuando a aquellos que lideran a EE UU y que intentan “raer el nombre de Israel” les llegue el día de rendir cuentas.