Más de 100 instituciones judías de Canadá reciben amenaza de bomba
Alrededor de 125 organizaciones en Canadá recibieron un correo electrónico a las 5 de la mañana del miércoles en el que se les decía que se habían colocado explosivos en mochilas negras alrededor de sus edificios y que “estallarían en unas horas”.
Los correos electrónicos se enviaron sobre todo a instituciones judías, como sinagogas y centros judíos, pero también a hospitales y centros médicos de algunas de las principales ciudades de Canadá, como Toronto, Montreal y Ottawa.
Una parte de los correos electrónicos decía:
Acabarán en un charco de sangre; ninguno de ustedes merece seguir viviendo. Todos los que estén dentro del edificio perderán la vida.
Algunas localidades fueron evacuadas. Las autoridades respondieron rápidamente y registraron los lugares, pero no se encontraron bombas. Los funcionarios dijeron más tarde que los correos electrónicos sólo pretendían “perturban sus vidas”.
Aumento del antisemitismo: el Primer Ministro canadiense, Justice Trudeau, calificó las amenazas de “antisemitismo flagrante”. Otros también condenaron el incidente.
En un país en el que todos los ciudadanos deberían sentirse seguros, estas cobardes amenazas pretenden aterrorizar a nuestras comunidades y erosionar nuestros valores canadienses. La incitación que hemos estado viendo casi a diario en todas las ciudades, en todas nuestras calles y en todos nuestros campus de Canadá ha creado este entorno permisivo.
—B'nai Brith, la organización judía independiente de derechos humanos más antigua de CanadáQuieren asustarnos de una forma bastante emocional, bastante visual. Al hacer referencia a cosas repugnantes, el objetivo es intimidar para que la comunidad judía no se sienta segura donde se supone que debe sentirse segura. Es inaceptable, y es también una prueba del creciente antisemitismo en nuestro país.
—Julien Corona, portavoz del Centro para Israel y Asuntos Judíos
Pero el antisemitismo no está aumentando sólo en Canadá. Se trata de un problema mundial y los ataques son cada vez más flagrantes.
Para saber por qué, lea “La minoría que a la sociedad le encanta odiar”.