(PEDRO PARDO/AFP VÍA GETTY IMAGES)
Los latinos se unen contra Estados Unidos
México es vital para la seguridad de Estados Unidos. Dado que EE UU está protegido por el océano Pacífico en el oeste y el océano Atlántico en el este, su frontera sur representa la parte más vulnerable de su perímetro. Evitar que México y las islas del Caribe se alíen con enemigos extranjeros ha sido siempre vital para la estrategia de Estados Unidos.
Por eso los acontecimientos recientes al sur del Río Grande son tan preocupantes. Joe Biden intentó realizar un espectáculo de unidad hemisférica [hace tres semanas], pero su Cumbre de las Américas fue un desastre absoluto. No invitó a Cuba, Nicaragua o Venezuela a la cumbre debido a su pésimo historial de derechos humanos. Pero descubrió que muchas naciones latinoamericanas son más leales a Cuba, Nicaragua y Venezuela que a EE UU. El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador anunció que no asistiría a la Cumbre de las Américas después de que se conociera la noticia de que la administración de Biden no invitaría a los dictadores socialistas a la reunión.
“No puede haber Cumbre de las Américas si no participan todos los países del continente americano”, dijo López Obrador. “O puede haberla, pero creemos que eso significa continuar con la política de siempre, de intervencionismo, de falta de respeto a las naciones y a sus pueblos”. México de todos modos envió a un representante al evento, pero la ausencia de López Obrador fue un golpe para el plan de Biden. Se suponía que la cumbre debía demostrar que EE UU era una fuerza líder en el hemisferio occidental, pero el jefe del tercer país más poblado del hemisferio no asistió.
El presidente de Bolivia, Luis Arce, tampoco se presentó, ni los presidentes de El Salvador, Honduras o Guatemala. Todos estos líderes le dijeron al mundo que la unidad latina es más importante que las relaciones con EE UU, y los dirigentes políticos de Washington, D.C., deberían estar atentos a este acontecimiento.
Representantes de Cuba y de la Unión Europea acordaron una serie de nuevos proyectos en sectores críticos como la seguridad alimentaria, el desarrollo de las comunidades locales y la conectividad digital. Y el ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, pide a sus colegas de la UE que ratifiquen rápidamente los acuerdos comerciales con Chile, México y el Mercado Común del Sur. México y las diversas naciones latinoamericanas pronto podrían estar mucho más ligadas a una superpotencia europea en resurgimiento que a Estados Unidos.
Ese bloque de poder euro-latino es una amenaza para Estados Unidos. Ninguna potencia puede asediar a Estados Unidos sin una superioridad económica y militar en América Latina. Y esta es la razón por la que muchos rivales históricos de EE UU, desde el emperador francés Napoleón iii hasta el káiser alemán Guillermo ii y el líder soviético Nikita Jruschov, han buscado poner a las naciones latinoamericanas (principalmente México) en contra de Estados Unidos. Más del 40% de todas las mercancías que se importan a EE UU pasan por el Golfo de México, y México sería el mejor punto de partida para que enemigos extranjeros realicen una invasión.
La noción de que ejércitos invadan Estados Unidos puede sonar descabellada, pero la Biblia dice que ocurrirá. En el libro de Apocalipsis, el apóstol Juan tuvo una visión de una bestia que haría la guerra en el tiempo del fin. Nos dice cómo identificar a esta bestia con el siguiente acertijo: “Aquí hay sabiduría. El que tiene entendimiento, cuente el número de la bestia, pues es número de hombre. Y su número es seiscientos sesenta y seis” (Apocalipsis 13:18).
Ha habido muchas teorías de conspiración en torno al número de la bestia desde que el apóstol Juan escribió esas palabras. Sin embargo, la interpretación correcta de este enigma fue dada menos de un siglo después de la muerte de Juan por Ireneo de Lyon, un estudiante del Apóstol Policarpo antes de que se uniera a la Iglesia católica romana.
Hoy en día, cuando la gente cuenta, suele utilizar números indoarábigos. Pero en la antigüedad, la gente utilizaba letras para contar. Muchos todavía están familiarizados con los números romanos, en los que la i es 1, la v es 5, la x es 10, etc. Pero son menos los que saben que los alfabetos griego y hebreo también utilizan letras para los números. El apóstol Juan escribió el Apocalipsis en griego, e Ireneo señaló en su libro Against Heresies [Contra las herejías] que las letras del nombre griego Lateinos (ΛΑΤΕΙΝΟΣ) suman 666; el último de los cuatro reinos vistos por el profeta Daniel era el Imperio latino.
El difunto Herbert W. Armstrong profundizó en esta identificación en su folleto ¿Quién o qué es la bestia profética? Señaló que Lateinos “significa ‘latino’ o ‘el nombre de Latium’, región de donde los romanos tomaron su origen y su lengua. Esta palabra también significa ‘romano’. En griego, la l es 30, la a es 1, la t es 300, la e es 5, la i es 10, la n es 50, la o es 70, la s es 200. La suma de estas cifras ¡es exactamente 666! No es coincidencia que el nombre del reino, así como el de su fundador y primer rey, al igual que el nombre de cada súbdito de ese reino, ¡sume exactamente hasta 666!”.
El rey Lateinos fundó el reino del Latium, que creció hasta convertirse en el antiguo Imperio Romano, se transformó en el Sacro Imperio Romano medieval y se extendió por el océano Atlántico hasta las colonias latinoamericanas del Sacro Imperio Romano. Incluso hoy en día, muchos líderes católicos romanos hacen hincapié en que los diversos grupos étnicos que se encuentran dispersos por Latinoamérica comparten una herencia cultural completamente diferente de la herencia angloamericana.
“La inmigración es la clave de nuestra renovación estadounidense”, escribió el arzobispo de Los Ángeles, José Horacio Gómez, hace apenas dos años. “La historia estadounidense que la mayoría de nosotros conocemos inicia en Nueva Inglaterra. Es la historia de los peregrinos y el Mayflower, el primer Día de Acción de Gracias y el sermón de John Winthrop sobre una ‘ciudad sobre una colina’. Es la historia de grandes hombres como Washington, Jefferson y Madison. Es la historia de grandes documentos como la Declaración de Independencia y la Carta de Derechos. (…) Pero la historia de los Padres Fundadores y las verdades que consideraban evidentes no es toda la historia de Estados Unidos. El resto de la historia comienza más de un siglo antes de los peregrinos. Comienza en la década de 1520 en la Florida y en la década de 1540 aquí en California. Es la historia no de los asentamientos coloniales y de las oportunidades políticas y económicas. Es la historia de la exploración y la evangelización. Esta historia no es anglo-protestante sino hispano-católica. Está centrada, no en Nueva Inglaterra, sino en Nueva España…”.
Esta división cultural que destacó el arzobispo Gómez es la causa fundamental de las tensiones en la Cumbre de las Américas de Joe Biden. Estados Unidos y Canadá comparten una cultura angloamericana que es muy diferente de la cultura latina que une a Latinoamérica y a gran parte de Europa. Este hecho es significativo en la profecía bíblica.
“Herbert Armstrong profetizó durante mucho tiempo que la alianza entre Europa y Suramérica va a volverse extremadamente fuerte, y nosotros así lo esperamos”, escribe el redactor jefe de la Trompeta, Gerald Flurry, en su folleto La visión de Isaías sobre el tiempo del fin. “Los factores más significativos que consolidarán esta conexión son la religión y el lenguaje: el catolicismo romano es la religión dominante de Latinoamérica; y, en seguida del idioma inglés, el español es el segundo idioma más hablado en el mundo. Pero no será una unión de iguales porque ¡los países latinoamericanos se convertirán en Estados vasallos de Europa! Con una Europa dirigida por los alemanes (el rey del norte) que posee un gran poder marítimo, Estados Unidos estará rodeado al este por Europa, y al sur por Latinoamérica. La Biblia contiene muchas profecías de ese poder europeo atacando a Estados Unidos”.
El hecho de que muchas naciones latinoamericanas estén dispuestas a boicotear una cumbre liderada por EE UU porque excluye a la Cuba comunista es un recordatorio de cómo muchos de estos países se están volviendo antiestadounidenses. La Biblia advierte que muchos de ellos probablemente formarán parte de una resurrección del Sacro Imperio Romano en el tiempo del fin. Cualquiera que haya leído la sangrienta historia de este imperio sabe que se trata de una noticia aterradora para el futuro próximo. Sin embargo, como promete Apocalipsis 17:14, “el Cordero (…) vencerá” a este imperio “porque él es Señor de señores y Rey de reyes”.
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