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Los gastos de Biden perjudicarán su bolsillo
A pesar de que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha asegurado que el aumento de los precios es un efecto transitorio de la reapertura de la economía tras los cierres por la covid-19, cada vez hay más gente preocupada por la inflación. El 13 de julio, la Oficina de Estadísticas Laborales informó que el índice de precios al consumidor había subido un 5,4% en los últimos 12 meses, el salto más significativo desde la Gran Recesión. Y según John Williams de shadowstats.com, si la inflación se calculara como se hacía en 1980, la tasa de inflación oficial de los últimos 12 meses sería de dos dígitos (alrededor del 13%).
Durante una conferencia de prensa el 19 de julio, Biden abordó la preocupación por la inflación, diciendo que es necesario que el Congreso apruebe su amplio plan económico para frenar el aumento de los precios al consumidor.
“Si hacemos inversiones prudentes y duraderas para mejorar nuestras carreteras, puentes, sistemas de tránsito, Internet de alta velocidad, y una red eléctrica moderna y robusta, esto es lo que ocurrirá: los cuellos de botella de nuestra economía van a desaparecer”, dijo. “Estas medidas mejorarán nuestra productividad, aumentando los salarios sin aumentar los precios. Eso no aumentará la inflación sino que le quitará presión”.
Este comentario extraño revela que Biden no sabe mucho de economía. Su plan económico incluye más de 500.000 millones de dólares en nuevos gastos de infraestructura y un plan de gastos de 3,5 billones de dólares para ampliar la red de seguridad financiada del gobierno. Este plan no se va a pagar con los dólares de los contribuyentes principalmente. En vez de ello, se va a pagar con 3 billones de dólares de gasto deficitario. Las matemáticas elementales enseñan que el gasto deficitario crea inflación al diluir la oferta monetaria. Sugerir que EE UU puede gastar para salir de una crisis de inflación va en contra de los conceptos matemáticos más básicos.
John Catsimatidis, el multimillonario propietario de la cadena de supermercados Gristedes, entiende estos hechos y espera una tasa de inflación anualizada del 6% para octubre. También predice que las tiendas de víveres no tendrán más remedio que pasar los costes a sus clientes y encarecer los alimentos.
Larry Summers, un funcionario de alto nivel del Departamento de Tesoro de EE UU durante la administración Clinton, predice consecuencias aún más graves.
Desde febrero, Summers ha enfurecido a sus compañeros demócratas al decir que el plan de gastar mucho dinero de Biden crearía un pico de inflación. En una entrevista con el Financial Times en mayo, Summers señaló que la administración Biden está llevando a cabo “la política macroeconómica fiscal menos responsable que hemos tenido en los últimos 40 años. (...) Estamos siendo testigos de un momento que, en mi opinión, difiere tanto cuantitativa como cualitativamente de cualquier otro desde los días de Paul Volcker en la Reserva Federal, y es lógico que eso genere cambios significativos en las expectativas”.
En otras palabras, se está destruyendo la credibilidad antiinflacionaria que la Reserva Federal se ha esforzado por establecer después de haber arruinado su reputación durante la administración Carter. Summers predice que hay una probabilidad de 1 entre 3 de que regrese el tipo de inflación elevada que sufrió EE UU durante la administración de Carter. También prevé una probabilidad de 1 entre 3 de que la Reserva Federal tenga que subir rápidamente las tasas de interés en respuesta a la inflación, ahogando el aumento de los precios, y sumiendo la economía en una recesión.
El líder de la minoría del Senado, Mitch McConnell, agradeció a Summers por enfrentarse en contra de su partido y por advertir sobre los peligros de la hiperinflación. Pero la administración de Biden no parece cambiar de rumbo.
La Oficina Presupuestaria del Congreso predice déficits de un billón de dólares hasta donde alcanza la vista. El valor del dólar seguirá erosionándose hasta que las naciones lo abandonen como la moneda de reserva mundial. Una vez que los gobiernos extranjeros dejen de prestarle dinero a EE UU, el país se verá obligado a depender únicamente de la impresión de dinero para financiar su gasto deficitario, o se verá obligado a recortar drásticamente los programas discrecionales, como el gasto en defensa. La primera opción llevaría a la hiperinflación. La segunda, dejaría a la nación incapaz de defenderse de ataques extranjeros.
Hace cuarenta años, el ya fallecido Herbert W. Armstrong escribió “¿Qué está ocurriendo con la calidad de vida en Estados Unidos y por qué?”. Este artículo abordaba muchos de los problemas económicos que sufría EE UU durante la década de 1970. Pocos hicieron caso a su advertencia en aquel momento, y la mayoría lo olvidó una vez que la administración de Reagan logró estabilizar la economía del país. Sin embargo, este artículo habla sobre las causas fundamentales del declive económico de EE UU. El Sr. Armstrong explicó que Dios bendijo a esta nación con la mayor tasa de ingresos per cápita del planeta debido a una promesa que le hizo a Abraham, y advirtió que Dios le quitaría esas bendiciones a EE UU si se rebelaba en contra Él.
“¿Qué hemos hecho con esta multitud de bendiciones nacionales e individuales que en realidad fueron el regalo del Dios viviente?”, preguntó. “Dios no prometió continuar las bendiciones si nos rebelábamos. Hemos sido rebeldes y no hemos querido ceder a nuestro Dios y a Sus caminos que habrían garantizado paz y prosperidad duradera. Nos hemos vuelto arrogantes y egoístas. Hemos contaminado las tierras fértiles que el Dios viviente nos otorgó. Hemos contaminado el aire, los ríos, los lagos y los océanos. Hemos contaminado nuestras propias mentes y las mentes de nuestros hijos, enseñando la fábula anti-Dios de la evolución. Hemos dado aceptación pública a la erróneamente llamada ‘nueva moralidad’, ¡que no es nada más que inmoralidad pura! Hemos aceptado públicamente la homosexualidad, el sexo prematrimonial y la perversión. Hemos contaminado la institución sagrada del matrimonio, y a través de una tasa de divorcio en constante aumento, hemos iniciado un camino de destrucción del hogar y de la relación familiar, que son la base de cualquier sociedad estable. Hemos llenado nuestras ciudades de crimen y violencia, con corrupción en las esferas más altas del poder”.
La mayoría de estos pecados que el Sr. Armstrong enumeró son mucho más frecuentes en EE UU hoy que hace 45 años.
Los líderes de esta nación creen que pueden resolver nuestros problemas económicos simplemente gastando más dinero. Pero la oleada de gastos de Joe Biden no frenará la inflación ni aumentará los salarios. Sólo exacerbará los problemas hasta que el pueblo estadounidense vea la necesidad de rendirse a Dios y a sus caminos, ¡que garantizan paz y prosperidad duraderas!
Para saber más sobre los peligros del gasto gubernamental fuera de control, solicite su ejemplar gratuito de Estados Unidos y Gran Bretaña en profecía, de Herbert W. Armstrong. ▪
ESTADOS UNIDOS Y GRAN BRETAÑA EN PROFECÍA
La gente del mundo occidental estaría sorprendida y boquiabierta, ¡si lo supieran! Los gobiernos de Estados Unidos, Gran Bretaña, Canadá, Australasia y África del Sur pondrían en marcha gigantescos programas de protección, ¡si lo supieran! ¡Ellos podrían saberlo! ¡Pero, no lo saben! ¿Por qué?