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ISTOCK.COM/FPM

Los ciberataques exponen nuestro frágil mundo

Ya no sólo leemos noticias de ataques informáticos paralizantes. Estamos empezando a experimentarlos.

En años recientes hemos escuchado mucho sobre el peligro potencial de los ciberataques. Hemos escuchado escenarios que describen lo que estos ataques “podrían” hacer o “harían”. Hemos visto titulares sobre grandes empresas afectadas. Pero los ciberataques no han afectado directamente a muchas personas de forma que llamen su atención. Hasta ahora.

Una serie de ataques recientes ha demostrado cómo los ciberataques pueden afectar repentina y poderosamente la vida cotidiana del mundo real. No se trata sólo de mantener la seguridad de su ordenador: su automóvil, su suministro eléctrico, incluso su cena están en riesgo.

Combustible

Uno de los conductos energéticos más importantes de EE UU fue interrumpido por un ciberataque del que se informó por primera vez el 8 de mayo. El oleoducto Colonial une las refinerías de petróleo de Houston con el oriente de EE UU. Transporta alrededor del 45% del combustible de la región: 3 millones de barriles al día. Politico calificó a Colonial Pipeline como la “yugular” del sistema de oleoductos de EE UU.

En lugar de arriesgarse a que los piratas informáticos causaran daños permanentes en estas arterias de combustible, Colonial cerró todo su sistema, la primera vez que lo hace en sus 57 años de historia. Los resultados no tardaron en notarse en el mundo real. Los precios de la gasolina se dispararon. Las colas salían de las gasolineras y éstas se quedaron sin combustible.

Antes de que las consecuencias fueran desastrosas, Colonial Pipeline pagó un rescate de 4,4 millones de dólares a un grupo de ciberdelincuentes llamado DarkSide. Se evitó el desastre, pero a costa de informar a los delincuentes de todo el mundo que la ciberdelincuencia puede hacerles muy ricos, muy rápidamente.

Alimentos

Como era de esperar, otro gran ataque se produjo poco después. El 30 de mayo, apagaron las redes informáticas de jbs, una empresa suramericana que controla una quinta parte de la capacidad de sacrificio de carne de vacuno y de cerdo en EE UU. Las plantas en EE UU, Australia y Canadá quedaron inmovilizadas. Decenas de miles de trabajadores se quedaron parados por un ataque lanzado por un puñado de personas a cientos de kilómetros de distancia.

La alimentación no es una industria que parezca inmediatamente vulnerable a un ataque de este tipo. Pero la producción y distribución de alimentos se ha tecnificado mucho. Debido a las restricciones gubernamentales por la covid-19, el mundo se enfrenta a una escasez de microchips. Esto no sólo perjudica a los fabricantes de ordenadores y televisores, sino que también provoca escasez en una serie de otros productos, desde automóviles nuevos hasta papas fritas.

La revista especializada Hoosier Ag Today reportó: “El factor más importante que afecta la capacidad de los agricultores estadounidenses para producir los alimentos que necesitamos no tiene nada que ver con el clima, los mercados, el comercio, las regulaciones o las enfermedades. La escasez mundial de chips informáticos afectará todos los aspectos de la agricultura durante los próximos dos años y más. A medida que los agricultores integran la tecnología en todos los aspectos del proceso agrícola, estos semiconductores altamente sofisticados se han convertido en la columna vertebral de casi todas las operaciones agrícolas”.

No sólo el sacrificio de animales está en peligro. Toda la industria agrícola está bajo amenaza.

Electricidad y agua

Las infraestructuras de electricidad y agua de EE UU también dependen en gran medida de tecnología que es vulnerable a los ataques. El éxito en el cierre de estos sectores podría tener rápidamente efectos catastróficos.

Grupos extranjeros examinan habitualmente la red eléctrica de EE UU en busca de puntos débiles. Associated Press advirtió el 21 de diciembre de 2014: “Hay tantos atacantes escondidos en los sistemas que operan la red eléctrica en EE UU, cuyos propietarios son principalmente los inversores, que los expertos dicen que probablemente podrían atacar a voluntad”.

Advertencias de este tipo de ataques han llegado en forma de incidentes en otras naciones. Por ejemplo, en abril de 2020, Irán atacó la red de acueducto de Israel. Los ataques no tuvieron éxito, pero se temía que los hackers pudieran alterar el control del cloro y potencialmente envenenar el agua. En 2015 y 2016, hackers informáticos respaldados por Rusia interrumpieron la distribución de electricidad en Ucrania, dejando a cientos de miles de ucranianos sin energía en pleno invierno.

Los expertos creen que el ataque a Ucrania podría haber sido mucho peor. “Con la hazaña adecuada, es posible que alguien pueda inutilizar permanentemente los equipos de generación eléctrica o los transformadores enormes y difíciles de reemplazar que sirven como eje central de nuestro sistema de transmisión”, dijo Robert Lee, que asistió a las investigaciones del ataque a Ucrania de 2015 (Wired, 20 de junio de 2017).

“Las personas que entienden la red eléctrica de EE UU saben que puede ocurrir aquí”, dijo. En todo caso, podría ser incluso peor. Ucrania evitó daños peores al pasar a un control manual. Los expertos advierten que esto quizás no sea posible en EE UU.

Mientras tanto, más frecuentemente ocurren ataques que tienen como objetivo datos personales o agencias gubernamentales. Estos también causan un daño real, aunque puede que no afecten su billetera de forma tan inmediata.

Hasta ahora, estos ataques se han atribuido a organizaciones criminales, muchas de ellas vinculadas a Rusia. Rusia da a estos atacantes un refugio seguro, y sus agencias de inteligencia pueden estar ayudándoles. Ante la escasa reacción del gobierno de EE UU, sólo cabe esperar que estos ataques se intensifiquen. Rusia seguirá dañando a EE UU y sondeando sus sistemas civiles y sus defensas para aprender a atacar mejor en el futuro.

¿Qué tan grave puede ser?

Los exitosos ciberataques de los últimos meses son sólo una muestra de lo que seguramente vendrá en el futuro. Una guerra cibernética total podría paralizar a EE UU, o a cualquier otro país importante.

Imagine las posibles consecuencias. La energía se corta. La producción de alimentos se detiene. Las gasolineras se quedan vacías. También los supermercados. Prácticamente de la noche a la mañana, pondría a la nación de rodillas.

Este nivel de ataque a EE UU parece impensable. Pero ninguna potencia o imperio en la historia del mundo ha sido inmune a los ataques. ¿Por qué EE UU debería ser diferente?


Conductores hacen fila en una gasolinera Exxon en Charlotte, NC, el 12 de mayo.
(Crédito: Logan Cyrus/AFP/Getty Images)

La Biblia confirma que esta perspectiva es muy real. Ezequiel 4:3-5 describe un ataque debilitante contra “la casa de Israel”. La línea de tiempo de la historia bíblica hace que este pronóstico sea intrigante, y muy relevante para nuestros días.

La casa de Israel se refiere a 10 tribus de Israel que se separaron de Judá y establecieron su propio reino. Fueron asediados y llevados al cautiverio en 721 a. C. Ezequiel escribió 100 años después. ¿Por qué iba a profetizar sobre algo que ocurrió un siglo antes? Sería como si un escritor moderno pronosticara una derrota alemana en la Primera Guerra Mundial. Sin embargo, este escrito se encuentra entre los muy pocos que se han conservado durante milenios hasta hoy.

Si la Biblia es la Palabra de Dios autorizada, sólo hay una explicación: Ezequiel se refería a un evento en el futuro. El ataque al antiguo Israel fue sólo un precursor de lo que sucedería a sus descendientes modernos. De hecho, ésta es la razón por la que la Biblia registra tanto sobre los eventos que rodean este cautiverio: esa historia es profecía.

¿Pero quiénes son los descendientes del antiguo Israel? En otro lugar, la Biblia profetiza que constituirían “muchedumbre de gentes” (Génesis 17:5), incluyendo “una nación grande y fuerte” (Génesis 18:18), y finalmente “millares de millares” de personas (Génesis 24:60). Dios dijo que estos países estarían entre los más poderosos de la Tierra.

Como demostró Herbert W. Armstrong en su libro gratuito Estados Unidos y Gran Bretaña en profecía, las promesas registradas en la Biblia sólo podían aplicarse a Gran Bretaña y EE UU, junto con un puñado de otros países: los descendientes del antiguo Israel. Eso significa que las funestas profecías de Ezequiel son para nosotros.

Nuestro frágil mundo

Ezequiel 4 describe un asedio de un año contra el Israel moderno. Ofrece detalles gráficos sobre la barbarie a la que se ven reducidos los hombres por el hambre.

Ezequiel 5:1-3 predice que este asedio causará muertes masivas. Aislados del mundo, los problemas sociales estallarán, las ciudades arderán y, finalmente, un tercio de la gente morirá.

El redactor jefe de la Trompeta, Gerald Flurry, escribió: “¡Estas naciones de Israel van a ser literalmente asediadas, excluidas económicamente del comercio mundial! A medida que esto ocurra, los disturbios y la violencia interna serán mucho más frecuentes. Ya en EE UU hoy en día, los casos de disturbios e incendios están ocurriendo con mayor regularidad, a menudo asociados con el odio racial”.

¿Pero, cómo puede este tipo de asedio causar toda esta destrucción? EE UU, Canadá y Australia son exportadores netos de alimentos. EE UU es el mayor exportador de alimentos del mundo.

Los ciberataques recientes dan una respuesta muy plausible. Exponen lo frágil que es nuestra civilización. Un oleoducto o una central eléctrica pueden cerrarse sin que se lance una sola bomba o sin un solo disparo. Es más, las infraestructuras están tan interconectadas que la interrupción puede extenderse rápidamente, causando más trastornos. Sin combustible, por ejemplo, no hay trabajadores, lo que significa que no hay cadena de suministro. Sin microchips no hay papas fritas. ¿De cuántos recursos de todo el mundo dependemos sin siquiera saberlo?

La Biblia no lo dice directamente, pero los ciberataques podrían utilizarse en este asedio profetizado. En la antigüedad, los ejércitos asediaban las ciudades, aislándolas de todo comercio exterior, alimentos y agua. Trabajaban para doblegar la voluntad de los habitantes de la ciudad y forzar su rendición. Se utilizaba cualquier medio. Se lanzaban cadáveres de enfermos por encima de las murallas para intentar propagar enfermedades. La ejecución pública de los prisioneros enemigos debilitaba la moral. La propaganda podía convencer a la ciudad de que la situación era desesperada.

En un próximo asedio, ¿podrían los enemigos de EE UU traspasar los muros con ciberataques para debilitar al país más rápidamente?

Después del asedio vendrá un ataque militar directo. También en este caso, la ciberguerra podría desempeñar un papel. Ezequiel 7:14 advierte: “Tocarán trompeta, y prepararán todas las cosas, y no habrá quien vaya a la batalla; porque mi ira está sobre toda la multitud”.

“Parece que todo el mundo espera que nuestro pueblo vaya a la batalla, ¡pero ocurre la mayor tragedia imaginable!”, escribió el Sr. Flurry. “¡Nadie va a la batalla, aunque se toque la trompeta! ¿Será por culpa de un terrorista informático?” (Trumpet, enero de 1995).

“EE UU es la mayor superpotencia que el mundo ha conocido”, advirtió. “Pero tenemos un punto muy vulnerable en nuestro ejército: nuestro propio talón de Aquiles. Es tan peligroso que me sorprende que no haya recibido más publicidad”.

Todo ejército depende de la comida, el agua, la electricidad y el combustible tanto como cualquier civil. Si se le quitan estos suministros, no puede luchar. Además, el ejército de EE UU depende en gran medida de sistemas de comunicaciones y armas de alta tecnología.

La guerra cibernética pronto podría desempeñar un papel devastador en el futuro de EE UU. Las semanas recientes nos han dado un vistazo a ello.

Pero Dios dice que permite estas maldiciones por una razón maravillosa y poderosa. Es la misma razón por la que ha permitido que los antepasados de los estadounidenses, británicos, judíos y otras naciones sufran ataques y derrotas. En medio de toda esta destrucción, Dios dice repetidamente a Su pueblo “sabrán que yo soy [el Eterno]”. (Vea Ezequiel 5:13; 6:7, 10, 13, 14; 7:4, 9, 27). Nos daremos cuenta de que estamos perdiendo nuestras bendiciones y sufriendo esta destrucción porque nos hemos negado a conocer a Dios, a obedecerle y ser agradecidos con Él. Sin la ayuda de Dios, nos destruiremos a nosotros mismos; pero antes de que Él pueda darnos la solución a nuestros problemas, debemos estar dispuestos a escucharlo. La devastación que se avecina hará que toda la humanidad reconozca finalmente esta realidad ineludible.

La humanidad está hecha a imagen de Dios (Ezequiel 1:26). Él tiene planes increíbles para Su creación. “La humanidad es realmente parte de algo tan espléndido y único que es difícil de describir”, escribió el Sr. Flurry. “El hombre es algo magnífico en potencia. Nos parecemos a Dios, y Él quiere que también desarrollemos el carácter mismo de Dios”. 

EZEQUIEL: EL PROFETA DEL TIEMPO FINAL

El profeta Ezequiel habrá vivido en vano, ¡si la verdadera Iglesia de Dios no proclama su mensaje hoy! Claramente, el libro de Ezequiel es un mensaje del tiempo final. Ese mensaje revela eventos proféticos específicos que están sucediendo actualmente en Estados Unidos, Gran Bretaña y muchas otras naciones de habla inglesa. Ezequiel también revela que estas naciones están dirigiéndose a la peor crisis jamás vista. Mas todo eso es parte del plan maestro de Dios para introducir el maravilloso Reino de Dios.