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Los alemanes quieren más militarismo
Aun antes de los ataques en París, grandes cambios se estaban produciendo en Alemania. Los alemanes se sentían más inseguros de lo que habían estado en una década. Ellos estaban demandando más gastos militares y un mayor rol para resolver las crisis mundiales. Estadísticas publicadas el 26 de noviembre pasado por el Centro de Historia Militar y Ciencias Sociales del Bundeswehr, muestran un dramático cambio en Alemania.
El Centro encuestó a más de 2.500 alemanes durante los dos meses previos a los ataques en París. Los resultados revelaron que más del 51 por ciento de los germanos ahora quiere que Alemania gaste más en su ejército, y solamente el 13 por ciento quería un recorte. Hace dos años solamente el 19 por ciento dijo que quería incrementar el gasto en esta área.
Esta es la primera vez desde que comenzó dicha encuesta a mediados de la década de 1990 que la mayoría de alemanes ha querido incrementar el gasto militar. En 1997, el 40 por ciento quería recortar el gasto, mientras que sólo el 12 por ciento quería incrementarlo. Incluso en 2001, después de los ataques terroristas del 11 de septiembre, sólo un 44 por ciento apoyaba un incremento.
La encuesta preguntaba a los alemanes si su nación necesitaba estar más involucrada en resolver las crisis alrededor del mundo, o si en su lugar necesitaba enfocarse en problemas internos. Dos tercios dijeron que Alemania debía hacer más para ayudar en las crisis y conflictos mundiales; solamente el 27 por ciento quería que Alemania se enfocara en asuntos domésticos. Una vez más, este fue el mayor apoyo para la participación internacional y el más bajo para enfocarse localmente desde que se inició esta encuesta.
Como era de esperar, la forma más popular de resolver estos problemas fueron las negociaciones diplomáticas. Sin embargo, un 57 por ciento estuvo a favor de enviar al Ejército Alemán en misiones militares para arreglar estos problemas. Sólo el 21 por ciento estuvo en contra.
La encuesta también apuntó a un incremento general en el temor y la incertidumbre. Veintitrés por ciento de aquellos que respondieron dijeron que sentían la situación de la seguridad en Alemania como “muy insegura”, “insegura” o “bastante incierta”. A primera vista esta cifra no suena muy alta; la mayoría ve a Alemania como segura. Pero en 2014, esa cifra fue del 6 por ciento. En sólo un año, ese número se cuadriplicó. Ahora está a su nivel más alto desde 2006.
¿Qué ha causado este incremento en la inseguridad? La respuesta más obvia es la crisis de los migrantes, una crisis que no se alejará en el corto plazo. Nuevamente, todo este descontento alemán existía incluso antes de los ataques en París. Todo indica que estas cifras ahora se elevarán dramáticamente.
Todo esto apunta a un cambio histórico en la actitud alemana hacia su ejército. Por décadas, el público germano había sido muy reacio a enviar sus soldados al extranjero. En los últimos años, altos líderes alemanes han hablado a favor de una política extranjera más muscular y han dado algunos pasos importantes en esa dirección. Pero la opinión pública no los había respaldado. Hasta ahora.
Al inicio de 2014, el presidente Joachim Gauck, la ministra de defensa Ursula von der Leyen y el ministro de asuntos exteriores Frank-Walter Steinmeier, se alinearon y proclamaron una nueva actitud de Alemania hacia sus fuerzas armadas y su rol en el mundo. “En mi opinión, Alemania debería hacer una contribución más significativa, y debería hacerla lo antes posible, y más contundentemente si es que va a ser un buen socio”, dijo Gauck. Ahora, la opinión pública está poniéndose al día con las creencias de sus líderes.
“La política exterior alemana acaba de ser dramática e históricamente transformada”, escribió el jefe editor de Trompeta Gerald Flurry sobre el giro de 2014. Y continuó: “Desde entonces, el mensaje que sale de Alemania (de Steinmeier y de von der Leyen, de oficiales de gobierno de bajo nivel, de los medios de comunicación, y de numerosos analistas y grupos de opinión alemanes) ha sido fuerte y constante: El tiempo ha llegado para buscar una política exterior más fuerte, tanto militar como políticamente”.
Desde entonces, ha habido un marcado cambio en la política exterior de Alemania, con la nación enviando pequeñas cantidades de tropas a las zonas activas del mundo.
Pero en 2014, el público no estaba completamente embarcado con este cambio; fue impuesto desde arriba. Ahora la opinión pública ha girado en apoyo a estos líderes. El cambio de Alemania hacia una potencia militar global sólo se intensificará. ▪