Andy Wong/AFP/Getty Images
La superpotencia asiática en surgimiento (cuarta parte)
Continuación de La superpotencia asiática en surgimiento (tercera parte)
Mejorando la relación
Después de la Guerra Fría, Rusia y China se encontraron aisladas y con la necesidad de cooperar una con la otra si iban a sobrevivir. Las uniones políticas y económicas formándose entre las Américas, una Europa nuevamente unida y otros esfuerzos cooperativos de este tipo hicieron necesario que rusos y chinos forjaran una relación positiva.
Incluso antes del colapso del imperio soviético [urss], en 1989 el presidente soviético Mijaíl Gorbachov visitó China para reparar lazos y revitalizar el diálogo sobre las disputas de demarcación que todavía estaban entrampadas en detalles propios del siglo XVII. En 1991, Rusia y China firmaron un acuerdo fronterizo, comenzando un proceso de demarcación práctico. En abril de 1997, China y Rusia (junto con las antiguas repúblicas soviéticas Tayikistán, Kazajistán y Kirguistán) firmaron un acuerdo en Moscú sobre reducción de tropas y medidas de fomento de la seguridad a lo largo de más de 7.500 kilómetros fronterizos entre China y la antigua Unión Soviética.
Como una clara señal de la creciente cooperación entre sus dos países, el presidente ruso Borís Yeltsin y el presidente chino Jiang Zemin firmaron una declaración en noviembre de 1997 terminando las disputas sobre la implementación del acuerdo de 1991. Esto parecía confirmar que Rusia y China, vacilando desde hacía mucho entre una relación histórica de amigos y enemigos, estaban entrando a una nueva era de cooperación en una alianza estratégica para contrarrestar el dominio percibido del poder económico y militar occidental.
Las relaciones chino-rusas mejoraron aún más bajo el liderazgo del sucesor de Yeltsin: Vladímir Putin. En julio de 2001, Rusia y China firmaron un tratado de “cooperación amistosa”.
En agosto de 2003 la cooperación militar entre rusos y chinos dio un salto al siguiente nivel cuando fuerzas armadas de ambas naciones participaron en ejercicios antiterroristas conjuntos bajo la estructura de la Organización de Cooperación de Shanghái (ocs). Desde ese tiempo, ellos han sostenido media docena de ejercicios militares, navales y antiterroristas conjuntos, a menudo incluyendo tropas de otros miembros de la ocs como Kazajistán, Kirguistán y Tayikistán. Muchos ven estos ejercicios como evidencia de un bloque militar emergente que eventualmente podría rivalizar con la otan.
El primer golpe militar de esta superpotencia asiática en ascenso vino en agosto de 2008, cuando Rusia atacó la ex-república soviética de Georgia. Esto marcó el primer paso militar de Putin para revivir el control de Rusia sobre Asia Central.
El 1 de enero de 2010, Putin avanzó aún más en su restablecimiento de la Unión Soviética al construir una Unión Económica Euroasiática con Kazajistán y Bielorrusia. Moscú desde entonces ha estado trabajando en traer otras antiguas naciones soviéticas —como Ucrania, Kirguistán y Tayikistán— hacia la unión. Putin ha dicho que su meta es ampliar la unión para incluir todos los Estados postsoviéticos (excluyendo los tres estados miembros de la Unión Europea Báltica).
Oros tratados económicos y militares importantes han mejorado la confianza y la cooperación. Ambas naciones están cosechando los beneficios, dándose cuenta de que su propia sobrevivencia depende de las buenas relaciones entre sí. ▪
Continúa en La superpotencia asiática en surgimiento (quinta parte)