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America, Flag

iStock.com/Davealan

La retirada estadounidense del liderazgo mundial

Una tendencia que está reestructurando el orden mundial.

¿Qué ocurre cuando una superpotencia pierde sus superpoderes? La historia muestra que cuando una superpotencia se debilita, las naciones rivales la desafían para obtener la supremacía mundial. El resultado final casi siempre es la guerra.

Durante siete décadas, el mundo ha tenido una relativa paz y prosperidad sin precedentes. Recientemente, en 2011, el psicólogo Steven Pinker de hecho argumentó que los mejores ángeles de nuestra naturaleza estaban por fin alejándonos de la violencia horrible y brutal que ha dominado la historia de la humanidad. Pero la verdad es que esta larga paz se debe principalmente a un factor: a Estados Unidos. Los historiadores la llaman la Paz estadounidense, o Pax americana.

La intervención estadounidense ayudó a Gran Bretaña y Francia a ganar la Primera Guerra Mundial. El poderío de EE UU ayudó a salvar a Europa de la amenaza nazi y a salvar a China, las Filipinas y el sureste asiático del Japón imperialista. La ayuda y protección estadounidense salvó a muchas de estas mismas naciones de la esclavitud soviética durante la Guerra Fría.

Durante el siglo xx, millones de personas pudieron haber muerto de hambre sin proyectos de Estados Unidos como el Plan Marshall, el Programa del Punto Cuatro, la Alianza para el Progreso y la Iniciativa Alimentos para la Paz. Las sociedades democráticas nunca se habrían extendido por todo el mundo sin los ideales anglosajones de un gobierno con límites, separación de poderes, un Estado de derecho, libertad religiosa y economías de libre mercado, respaldados por el poder económico, político y militar estadounidense.

Aunque tal vez sean poco populares, los hechos muestran que Estados Unidos (y Gran Bretaña antes) hizo más bien que daño a otras naciones. Los pueblos de habla inglesa han sido una bendición para el mundo por los últimos 200 años.

Pero Gran Bretaña ya se desvaneció del poder. Y ahora EE UU se está retirando del liderazgo mundial.

Agobiado por la deuda pública, los disturbios internos y el sentido de culpa por los errores del pasado, Estados Unidos está aislándose del mundo y enfocándose en los problemas internos. Pero si Estados Unidos ya no interviene para manejar las crisis mundiales, ¿quién lo hará? El liderazgo mundial está vacante.

Estamos ante el fin del dominio occidental y una nueva era de competencia entre las potencias emergentes.

Lo extraordinario de esto es que la Biblia predijo la Pax americana hace miles de años. Y así como predijo de qué manera comenzaría este periodo de paz y prosperidad, también anunció cómo terminaría.

Un león entre las naciones

Los presentadores de noticias y los políticos a menudo hablan acerca de los peligros de que Estados Unidos se retire del liderazgo global. Pero no reconocen lo que la Biblia dice acerca de este tremendo evento. Incluso muchos líderes cristianos ignoran el hecho de que la Biblia está llena de profecía, desde Génesis hasta Apocalipsis, y una gran parte de ella habla de esta tendencia moderna.

Una profecía que tiene gran significado hoy se encuentra en Miqueas 5:7-14. Este pasaje es acerca “del remanente de Jacob”. Al patriarca Jacob le fue cambiado el nombre a Israel (Génesis 35:10). Miqueas dice que sus descendientes recibirían gran riqueza y poder de parte de Dios, y dominarían a todas las otras naciones. Pero a diferencia de la mayoría de los otros imperios, ellos usarían su riqueza y poder para salvar y mejorar la vida de los pueblos en todo el mundo.

“El remanente de Jacob será en medio de muchos pueblos como el rocío de [el Eterno], como las lluvias sobre la hierba, las cuales no esperan a varón, ni aguardan a hijos de hombres. Asimismo, el remanente de Jacob será entre las naciones, en medio de muchos pueblos, como el león entre las bestias de la selva, como el cachorro de león entre las manadas de las ovejas, el cual, si pasare, y hollare, y arrebatare, no hay quien escape. Tu mano se alzará sobre tus enemigos, y todos tus adversarios serán destruidos” (Miqueas 5:7-9).

Miqueas escribió estas profecías después de que las 10 tribus del norte de Israel ya habían sido conquistadas por Asiria, así que él no estaba describiendo un periodo de la antigua grandeza bajo el rey David o el rey Salomón. Él estaba describiendo un tiempo futuro cuando Israel alcanzaría un estatus de superpotencia en la escena mundial. Estas escrituras describen la generación de Israel justo antes de que el Mesías regrese.

Esta generación tendría gran poder. Sería como un león entre las naciones, el rey de las bestias. De esta manera, si usted ha comprobado que estamos viviendo en los últimos días, puede identificar a los descendientes de los antiguos israelitas simplemente ubicando a las superpotencias mundiales. ¿Qué naciones han sido como leones defendiendo al mundo de tiranos como Napoleón Bonaparte, Shaka Zulú, el Káiser Guillermo, Adolfo Hitler, Hideki Tojo y Josef Stalin?

¿Qué naciones han sido como lluvias sobre la hierba, distribuyendo comida y difundiendo tecnología, mercados libres y sociedades libres por todo el planeta?

Desde el comienzo del siglo xix hasta ahora, los pueblos de Australia, Gran Bretaña, Canadá, Nueva Zelandia y EE UU han sido quienes han cumplido con este papel. La propia existencia de la Pax Americana es prueba de que estas naciones son Israel.

La Biblia registra en sus páginas que Dios creó a los seres humanos y les dio la oportunidad de obedecerlo, pero ellos escogieron alejarse de Sus leyes y confiar en sus propias creencias de lo que es bueno y malo. Más tarde, cerca de 2.000 años después de que Dios creara al primer hombre y la primera mujer, Él fundó la nación de Israel. Dios le dio a este pueblo Sus leyes para que pudiera ser un ejemplo a todas las naciones. En Levítico 26, Dios hizo un pacto especial con los israelitas. Él prometió que, si ellos le obedecían, los bendeciría con victorias militares y prosperidad económica. Y también prometió que, si ellos le desobedecían, los maldeciría con derrotas militares y ruina financiera.

Destrucción repentina

La promesa de Dios de castigar a Israel por la desobediencia se reitera en Miqueas 5. Aquí Dios explica cómo y por qué el tiempo de Israel siendo una superpotencia mundial llegará a un abrupto final.

“Acontecerá en aquel día, dice [el Eterno], que haré matar tus caballos en medio de ti, y haré destruir tus carros. Haré también destruir las ciudades de tu tierra, y arruinaré todas tus fortalezas. Asimismo, destruiré de tu mano las hechicerías, y no se hallarán en ti agoreros. Y haré destruir tus esculturas y tus imágenes en medio de ti, y nunca más te inclinarás a la obra de tus manos. Arrancaré tus imágenes de Asera de en medio de ti, y destruiré tus ciudades” (versículos 10-14).

De acuerdo con esta profecía, en el momento en que Israel del tiempo del fin alcanza el zénit de su poder, Dios corta sus armamentos de guerra y derriba sus fortalezas. Él quebranta el orgullo de su poder. ¿Por qué? Porque el pueblo se ha apartado de Él para abrazar las “hechicerías” y a los “agoreros”. Esto significa que la gente busca a falsos maestros que rehúsan enseñar los mandamientos de Dios. En vez de eso, promueven el desenfreno y el relativismo moral. Ellos respaldan pecados como el aborto, el adulterio, el abuso de drogas, la homosexualidad, la mentira, el quebrantamiento del Sábado y la promiscuidad sexual. Se complacen en religiones superficiales, falsas doctrinas e incluso en la hechicería real.

Debido a estos pecados, Dios mantiene Su promesa y está despojando el poder que Él les dio a los estadounidenses. Lo mismo ocurre con los británicos. Estas naciones han rechazado indiscutiblemente las creencias de la Biblia, y han perdido el control de las rutas comerciales estratégicas del mundo, cayendo más y más en la deuda y sufriendo serios problemas domésticos.

Los estadounidenses llenaron el vacío de poder que los británicos dejaron después de la Segunda Guerra Mundial. Ahora los estadounidenses también están dejando un vacío de poder.

¿Quién lo llenará?

Tiempo de los gentiles

El profeta más grande de todos los tiempos, Jesucristo, les relató a Sus discípulos sobre el tiempo cuando el mundo estaría dominado por naciones no israelitas.

“Y estando él sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo?” (Mateo 24:3). Jesús no corrigió a estos hombres al respecto y les dijo que el mundo tal como lo conocemos nunca terminaría. Él respondió sus preguntas, detallando acontecimientos específicos que ocurrirían cuando la civilización actual se derrumbe (Mateo 24; Marcos 13 y Lucas 21).

Jesús dijo que la gente de “Jerusalén” caería “por el filo de la espada, y serán llevados cautivos a todas las naciones; y Jerusalén será hollada por los gentiles, hasta que los tiempos de los gentiles se cumplan” (Lucas 21:24).

¿Quiénes son los gentiles? La mayoría de la gente piensa que todos los que no son judíos son gentiles. Pero los judíos son solo una de las 12 tribus de Israel. Hay otras 11 tribus que son israelitas y no gentiles.

El primer libro de la Biblia menciona a las tribus de Israel, y profetiza su destino en “los días venideros” (Génesis 49:1). Génesis dice que los descendientes de Manasés, hijo de José, se convertirían en una “gran” nación y que los descendientes de Efraín, hijo de José, se convertirán en una “multitud de naciones” (Génesis 48:19). Esta profecía es una de muchas pruebas de que Manasés es Estados Unidos, la nación más fuerte en la historia mundial, y Efraín es Gran Bretaña, que gobernó una vasta mancomunidad de naciones.

Jesús dijo que los “tiempos de los gentiles” serían una señal del tiempo del fin. Esto significa que antes de eso tendría que haber lo que se puede llamar los “tiempos de los israelitas”. Este es el periodo al que se refieren Miqueas y otros libros de la Biblia. Los historiadores seculares lo llaman la Pax britannica y la Pax americana.

Pero Miqueas dijo que el tiempo de Israel como un “león entre las bestias del campo” terminaría abruptamente. Y Jesús dijo que el surgimiento de las naciones gentiles sería una señal del fin de este mundo y de Su Segunda Venida.

El retorno de Jesucristo

Estas naciones no israelitas de las que habló Jesucristo causarán estragos inimaginables en la Tierra, hasta el punto en que destruirían toda la vida en el planeta si Jesús no regresa para detenerlos.

Sin embargo, el dramático cambio pasando de Estados Unidos hacia naciones gentiles como China, Irán, Alemania y Rusia es en realidad buenas noticias. Mientras que la influencia de EE UU ha estado declinando por décadas, la Biblia dice que el “tiempo de los gentiles” será muy corto. Y terminará con el retorno de Jesucristo para establecer el Reino de Dios.

“Entonces me fue dada una caña semejante a una vara de medir, y se me dijo: Levántate, y mide el templo de Dios, y el altar, y a los que adoran en él. Pero el patio que está afuera del templo déjalo aparte, y no lo midas, porque ha sido entregado a los gentiles; y ellos hollará la ciudad santa cuarenta y dos meses” (Apocalipsis 11:1-2).

El versículo 2 revela que los tiempos de los gentiles durarán solo 3 años y medio después de la caída de Jerusalén. Lo único que en este momento detiene a las naciones gentiles de conquistar Jerusalén es la alianza entre Estados Unidos, Gran Bretaña y el Estado de Israel. Pero pronto estas potencias israelitas estarán demasiado débiles para evitar un conflicto por “la ciudad santa” que inicie la Tercera Guerra Mundial.

La profecía bíblica también usa a menudo Jerusalén, la capital del antiguo Israel, para simbolizar a todos los descendientes actuales de Israel. Esto significa que todas las naciones que descienden de los antiguos israelitas serán conquistadas y pisoteadas por las potencias gentiles. Pero en especial eso significa que Estados Unidos, Gran Bretaña y el Estado judío serán llevados cautivos.

El patriarca Jacob puso su nombre sobre Efraín y Manasés, dándoles a estas tribus la primogenitura de Israel (Génesis 48:16). Israel, Efraín y Judá caerán juntos en su iniquidad (Oseas 5:5-7).

La Biblia revela que varias naciones gentiles harán guerra unas contra otras por la supremacía mundial. Estas profecías predicen que 10 dictadores se levantarán en Europa, en la región donde una vez dominó el Imperio Romano. Ellos le darán su poder a un archi-dictador, que en escrituras como Apocalipsis 17:12-13 es mencionado como la “bestia”. Este dictador de dictadores hará guerra contra otra potencia gentil, conocida como el “rey del sur”. Entonces esta bestia autoritaria conquistará a las naciones israelitas (Daniel 11:40-44; Oseas 5:5).

Pero incluso entonces, esta guerra mundial no terminará. Las Escrituras dicen que el poder de la bestia atacará a una confederación de hombres fuertes de Asia conocida como los “reyes del oriente”. Estos reyes asiáticos reunirán un ejército de 200 millones de soldados para atacar a Europa (Apocalipsis 9:16; 16:12). Esta batalla final entre Europa y Asia será tan devastadora que Jesucristo tendrá que intervenir para evitar que la humanidad se auto aniquile.

Todos estos eventos se están alineando perfectamente para desarrollarse en precisa conformidad con el esquema profético de la Biblia. Esta es la razón por la que Trompeta observa la balanza del poder geopolítico inclinándose de Estados Unidos hacia las potencias gentiles del mundo. Estados Unidos y Gran Bretaña se están dirigiendo hacia el aislacionismo. Éste es el primer paso que presagia el comienzo del fin del experimento humano de gobernarse a sí mismo.

La humanidad debe reconocer los espantosos resultados que han producido nuestros 6.000 años de autogobierno. El mal que permea al mundo hoy debe ser removido para que la humanidad viva verdaderamente la vida abundante y para que el camino divino de vida pueda cubrir la Tierra. Los horrores de la Gran Tribulación llevarán a la Pax milenio; el gobierno de 1.000 años de Jesucristo. Este será el tiempo más grande de paz y prosperidad que alguna vez haya existido. Hasta entonces, la advertencia debe continuar. ¡El mensaje lleno de esperanza culmina con el establecimiento del venidero Reino de Dios! 

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