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La República ha sido ‘hackeada’
Hace casi 245 años, los fundadores de Estados Unidos redactaron un documento que proclamaba: “Sostenemos que estas verdades son evidentes, que todos los hombres son creados iguales, que son dotados por su Creador con ciertos derechos inalienables, que entre ellos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad”. Para garantizar los derechos divinos enumerados en la Declaración de la Independencia, nuestros fundadores idearon un sistema de gobierno en el que el pueblo elige tanto a los senadores como a los congresistas para legislar leyes por el bien del país, y a un presidente para asegurarse que esas leyes se ejecuten fielmente.
Generaciones de estadounidenses han luchado y muerto para obtener la libertad de un autogobierno. Tenemos que agradecer a estos héroes por los centenares de elecciones libres y justas que hemos tenido a lo largo de nuestra historia. Esto hace aún más preocupante que nuestros sistemas electorales estén actualmente bajo amenaza.
Desde que los funcionarios corruptos del condado de Broward, Florida, intentaron robar las elecciones presidenciales de 2000, Estados Unidos ha ido abandonando las papeletas de voto y apostando por las máquinas de votación electrónicas. Se suponía que esta medida haría que nuestras elecciones fueran más rápidas, más precisas y más imparciales. En realidad, esto ha eliminado la transparencia de nuestras elecciones y la ha sustituido por la confianza en compañías de tecnologías electorales plagadas de escándalos y pertenecientes a empresas dudosas de capital privado.
Hackeando la democracia
Dominion Voting Systems [Sistemas de Votación Dominion] es una empresa tecnológica que le proporcionó equipos a 28 estados durante las elecciones presidenciales de 2020 en Estados Unidos. Actualmente, esta empresa está demandando por difamación a figuras claves que apoyaron al presidente Donald Trump y están exigiendo 3.900 millones de dólares. El 8 de enero, Dominion presentó una demanda en el tribunal federal de Washington D.C., acusando a la abogada Sidney Powell de “afirmar falsamente que Dominion había manipulado las elecciones”. [La demanda] solicita que Powell pague más de 1.300 millones de dólares en concepto de daños.
A tres semanas de esta demanda, Dominion presentó otra demanda por difamación en la que acusa a Rudy Giuliani de difundir una “gran mentira” que “se hizo viral y engañó a millones de personas haciéndoles creer que Dominion había robado sus votos y manipulado las elecciones”. También solicita que Giuliani pague 1.300 millones de dólares en concepto de daños punitivos.
Y el 22 de febrero, Dominion demandó a Mike Lindell, director ejecutivo de MyPillow Inc., por más de 1.300 millones en daños. Al igual que en las dos demandas anteriores, Dominion afirma que Lindell acusó falsamente a sus máquinas de votación de haberle robado las elecciones a Donald Trump. La demanda, de 115 páginas, cita diferentes declaraciones de Lindell, incluyendo publicaciones en redes sociales, presentaciones en los medios de comunicación y una película de dos horas de duración que afirma demostrar fraude electoral generalizado. Este documental, titulado Absolute Proof [Prueba absoluta], afirma que un ciberataque chino desempeñó un papel clave en el robo de las elecciones de 2020.
De ser victorioso en los tres juicios, ¡Dominion obtendría una suma 39 veces superior a sus ingresos anuales!
El presidente Trump ya no está en la Casa Blanca, el golpe de estado presidencial de los izquierdistas radicales es un hecho consumado, y Dominion se envalentona para caracterizar estas afirmaciones como una gigantesca mentira de 3.900 millones de dólares. Sin embargo, ni Powell, ni Giuliani, ni Lindell parecen disuadidos. ¿Por qué están tan confiados?
Giuliani dijo: “La demanda de 1.300 millones de dólares por difamación de Dominion me permitirá investigar su historia, sus finanzas y sus prácticas de forma completa. La cantidad que se pide tiene, obviamente, la intención de asustar a las personas de corazón débil. Es otro acto de intimidación por parte de la izquierda llena de odio para acabar y censurar la libertad de expresión, así como la capacidad de los abogados para defender a sus clientes con firmeza. Por ello, investigaremos una contrademanda contra ellos por violar estos derechos constitucionales”. Lindell dijo a la Prensa Asociada que acogía con satisfacción la demanda y que confiaba en que el proceso de descubrimiento le daría la razón: “Adelante, Dominion, porque quiero que todo el mundo lo vea”.
La ironía de las demandas de Dominion es que podrían darle al equipo de Donald Trump una oportunidad que se le ha negado: la oportunidad de demostrar, en los tribunales, una conspiración para robar la presidencia de Estados Unidos.
Objetivos cibernéticos
Chris Krebs, el ex director de la Agencia de Ciberseguridad y Seguridad de las Infraestructuras de Estados Unidos, ha asegurado al pueblo estadounidense que las elecciones presidenciales de 2020 fueron “las más seguras en la historia de Estados Unidos”. Sin embargo, es imposible que su afirmación sea cierta. Las máquinas de votación electrónicas producidas por empresas como Dominion Voting Systems han hecho que las elecciones sean más fáciles de manipular que nunca.
Durante la mayor parte de la historia de Estados Unidos, los votos se contaban a mano o con una máquina mecánica de sumar. Eso hacía que las elecciones estadounidenses fueran difíciles de manipular. Cualquier intento de robar unas elecciones tenía que contar con la colaboración de cientos de agentes distribuidos por los recintos electorales de todo el país. Sólo en los casos en que las elecciones estaban prácticamente empatadas (como en las elecciones presidenciales de 2000 entre George Bush y Al Gore) los votos robados o en desacuerdo en un pequeño número de condados podían marcar la diferencia.
Pero ahora, más del 90% de los votantes utilizan máquinas fabricadas por sólo tres empresas: Dominion Voting Systems, Election Systems & Software y Hart InterCivic. Eso significa que un mal funcionamiento, o un programa malicioso, de las máquinas que producen estas empresas podrían cambiar drásticamente los resultados de unas elecciones, y sólo se necesitaría un pequeño número de personas para llevar a cabo ese robo.
En diciembre de 2019, la senadora Amy Klobuchar, la senadora Elizabeth Warren, el senador Ron Wyden y el representante Mark Pocan le escribieron a Staple Street Capital Group llc en relación con Dominion Voting Systems. Su carta abierta decía:
Nos preocupa especialmente que empresas secretas y “plagadas con problemas”, propiedad de entidades de capital privado y responsables de la fabricación y el mantenimiento de las máquinas de votación y otros equipos de administración electoral, ‘hayan escatimado durante mucho tiempo la seguridad en favor de la comodidad’, dejando así los sistemas de votación de todo el país ‘propensos a problemas de seguridad” (…) Los expertos en seguridad electoral han observado durante años que los sistemas e infraestructuras electorales de nuestra nación están bajo seria amenaza (…) Además, incluso cuando los funcionarios estatales y locales trabajan en la sustitución de las máquinas anticuadas, muchas siguen “funcionando con un programa antiguo que pronto será obsoleto y más vulnerable a piratas informáticos”.
Dominion y otras empresas han respondido a las acusaciones de que sus máquinas podrían ser hackeadas [víctimas de piratas cibernéticos] remotamente insistiendo en que ninguno de sus dispositivos está conectado a la Internet durante las votaciones. Pero un asesor técnico experto del grupo de defensa de la seguridad electoral National Election Defense Coalition [Coalición Nacional para la Defensa de las Elecciones] le dijo al noticiero nbc el 10 de enero que ya había encontrado más de 35 sistemas de votación que estaban conectados en línea durante las elecciones presidenciales de 2020. Y el experto finlandés en seguridad de datos Harri Hursti advierte que muchas máquinas de votación tienen módems u otras formas de conectividad de red que transmiten datos que un pirata cibernético talentoso y determinado podría interceptar. Y esto no incluye el hecho de que conectar las máquinas en línea después que la votación ha terminado todavía expone el proceso de recuento al hacking.
Hursti apareció en Hacking Democracy [Hackeando la democracia], un documental nominado a un Emmy en 2006 en el que expone puertas traseras hasta ahora desconocidas en el programa de las máquinas de votación fabricadas por Diebold Election Systems. Tras la publicación de este documental, Diebold cambió su nombre a Premier Election Solutions. Luego, en 2009, Election Systems and Software compró Premier y vendió sus principales activos a Dominion.
Un portavoz de Dominion le dijo al Wall Street Journal que los puntos débiles descubiertos por Hursti se solucionaron en 2012. Pero Hursti dice que probó el programa actualizado y descubrió que también era vulnerable. En el documental de hbo de 2020 Kill Chain: The Cyber War on America's Elections [La cadena de la muerte: La guerra cibernética contra las elecciones de Estados Unidos], Hursti demostró en un simulacro de elecciones que, modificando unas pocas líneas de código en la tarjeta de memoria extraíble de una máquina de Dominion, podía alterar los resultados. Así que la pregunta no es: ¿Podrían utilizarse las máquinas de Dominion para alterar las elecciones? La pregunta es: ¿Se utilizaron las máquinas de Dominion para alterar las elecciones?
Anomalías estadísticas
El Data Integrity Group [Grupo de Integridad de Datos] es un grupo de científicos, ingenieros y especialistas en aprendizaje automático que están comprobando si se robaron votos digitalmente durante las elecciones presidenciales de 2020. El 30 de diciembre de 2020, Lynda McLaughlin, miembro del grupo, junto con los científicos de datos Justin Mealey y Dave Lobue, testificaron ante el Subcomité Judicial de Elecciones del Senado de Georgia que al menos 30.593 votos fueron eliminados digitalmente de un candidato, y otros 12.173 votos fueron cambiados digitalmente de un candidato a otro. ¿Cuál candidato se benefició de este fraude? Joe Biden. Según la información publicada en el sitio web de Dominion Voting Systems, las máquinas de votación que utiliza Georgia son fabricadas por Dominion.
“[R]ealmente tenemos un fraude que podemos comprobar en estas elecciones”, dijo Mealey, antiguo programador del Centro Nacional de Contraterrorismo. “Hubo fraude en las elecciones de Georgia; podemos demostrarlo con datos. La voluntad de voto del pueblo de Georgia no se refleja en lo que certificó el secretario de Estado”.
Dado que Biden ganó en Georgia por sólo 11.779 votos según el recuento oficial, sólo los 12.173 votos de cambio de los que habla el grupo de integridad de datos habrían sido suficientes para robar el estado.
La situación fue la misma en Pensilvania. Un análisis del Data Integrity Group obtenido por el Epoch Times encontró que 432.116 votos fueron eliminados digitalmente del total del presidente Trump en Pensilvania. En el recuento oficial, Biden ganó Pensilvania por 81.660 votos. En realidad, Biden perdió por cientos de miles.
El Dr. Peter Navarro, un economista que se desempeñó como director de Política Comercial y Manufacturera del presidente Trump, ha hecho una crónica de 136.155 irregularidades en las máquinas de votación en Georgia, 195.755 irregularidades en las máquinas en Michigan y 143.379 irregularidades en las máquinas en Pensilvania. Él no especifica si estas irregularidades favorecieron a Donald Trump o a Joe Biden, pero en el tercer volumen de su estudio, el Dr. Navarro destaca que el “margen de error” en estos estados es mucho mayor que el margen de victoria de Biden.
Es un hecho: ¡Es posible que las máquinas de Dominion hayan sido utilizadas para robar las elecciones al presidente Trump!
Última oportunidad
Como señaló Harri Hursti en Kill Chain: The Cyber War on America's Elections, el hackeo de las máquinas de votación es una guerra cibernética contra Estados Unidos que podrían realizar naciones-estado extranjeros o actores solitarios. Algunos analistas de seguridad, como el ex analista de la Agencia de Seguridad Nacional Kirk Wiebe, incluso advierten que operativos dentro del gobierno de Estados Unidos podrían haber manipulado cibernéticamente las elecciones para forzar la salida del presidente Trump.
La idea de que agentes del gobierno de Estados Unidos manipularon las elecciones de su propio país suena impactante, pero una aleccionadora profecía bíblica revela que este nivel de corrupción existirá en el tiempo del fin. El profeta Isaías escribió: “!Oh gente pecadora, pueblo cargado de maldad, generación de malignos, hijos depravados! Dejaron a [el Eterno], provocaron a ira al Santo de Israel, se volvieron atrás. ¿Por qué querréis ser castigados aún? ¿Todavía os rebelaréis? Toda cabeza está enferma, y todo corazón doliente. Desde la planta del pie hasta la cabeza no hay en él cosa sana, sino herida, hinchazón y podrida llaga; no están curadas, ni vendadas, ni suavizadas con aceite” (Isaías 1:4-6).
Como explica el jefe editor de la Trompeta, Gerald Flurry, en su libro El vigilante de Ezequiel, estos versículos significan que las estructuras de poder de Estados Unidos están enfermas de arriba a abajo. Los agentes del gobierno están enfermos; los legisladores están enfermos; los jueces están enfermos; los financieros están enfermos; los inventores están enfermos; incluso los ejecutivos que cuentan nuestros votos están enfermos. Por eso, una camarilla de oscuros ejecutivos tecnológicos elige a nuestros dirigentes. Los pecados del pueblo han permitido que la enfermedad y la corrupción llenen nuestro gobierno hasta que no queda nada sano en él.
Otra profecía en Amos 7 revela que Dios pasará por Israel del tiempo del fin (que principalmente consiste en Estados Unidos y Gran Bretaña) una última vez para que la gente tenga la oportunidad de arrepentirse de la enfermedad espiritual que ha llevado a tanta corrupción en el gobierno. “[El Eterno] entonces me dijo: ¿Qué ves, Amós? Y dije: Una plomada de albañil. Y el Señor dijo: He aquí, yo pongo plomada de albañil en medio de mi pueblo Israel; no lo toleraré más [la versión King James dice ‘no pasaré más por él’]. Los lugares altos de Isaac serán destruidos, y los santuarios de Israel serán asolados, y me levantaré con espada sobre la casa de Jeroboam” (Amós 7:8-9).
En su artículo “Por qué sigo creyendo que Donald Trump va a volver”, el Sr. Flurry explicó que el presidente Trump es un tipo del rey Jeroboam ii del tiempo del fin, lo que significa que Dios va a pasar por Estados Unidos una última vez. Dios perdonará temporalmente a Estados Unidos del castigo, salvando a la nación por la mano de Donald Trump (2 Reyes 14:26-27).
El presidente Trump va a recuperar el poder en Estados Unidos, posiblemente exponiendo el fraude electoral masivo. “Dios está involucrado en [esto]”, escribió el Sr. Flurry. “Sigo creyendo (…) que Dios está a punto de hacer una exposición masiva de cómo la elección fue robada, y otros crímenes que la izquierda está cometiendo”. Las batallas legales que están en el horizonte entre Dominion y el equipo legal del presidente Trump pueden ser la forma en que se exponga gran parte de esta corrupción! ▪
ESTADOS UNIDOS Y GRAN BRETAÑA EN PROFECÍA
La gente del mundo occidental estaría sorprendida y boquiabierta, ¡si lo supieran! Los gobiernos de Estados Unidos, Gran Bretaña, Canadá, Australasia y África del Sur pondrían en marcha gigantescos programas de protección, ¡si lo supieran! ¡Ellos podrían saberlo! ¡Pero, no lo saben! ¿Por qué?