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La razón por la que los precios de los alimentos están subiendo
Cada vez más estadounidenses ya no pueden pagar por sus provisiones porque la inflación, las condiciones meteorológicas extremas y los problemas en las cadenas de suministro han provocado un aumento en los precios de los alimentos. El índice de precios del gasto en consumo personal que utiliza la Reserva Federal para medir la inflación ha aumentado un 4,3% con respecto a hace un año, lo que significa que los dólares que usted tiene en su cartera sólo compran el 96% de lo que podrían haber comprado hace 12 meses. Se trata de la tasa de inflación más alta desde 1991, y la situación es peor cuando se trata de productos alimenticios. El precio de la carne de res, las aves de corral, el pescado y los huevos ha subido casi un 6% con respecto a los precios del año pasado y casi un 16% con respecto a los precios anteriores a la pandemia. En su informe trimestral más reciente, Sysco, uno de los mayores distribuidores de alimentos del país, reportó una inflación general de los alimentos superior al 10%.
Esto significa que muchas familias están eliminando la carne y la leche de su dieta en favor de proteínas menos costosas como los frijoles, y muchas otras familias están recurriendo a los bancos de alimentos en busca de ayuda.
Los bancos de alimentos de Estados Unidos están por distribuir 6.500 millones de comidas a 42 millones de personas este año. Esto supone un 20% más que los 35 millones de personas que acudieron a bancos de alimentos el año anterior a la pandemia. Sin embargo, el precio de los alimentos sigue aumentando. “Estamos observando que el costo de los camiones de comida está subiendo por miles de dólares”, dijo la directora general de Care & Share Food Bank, Lynne Telford. “Incluso cuando los alimentos son de donaciones, tenemos que pagar el transporte. Así que todo es más caro”.
Los precios de los alimentos están subiendo al doble de la tasa de inflación porque la sequía generalizada está matando tanto al ganado como a los cultivos, mientras que las interrupciones persistentes de la cadena de suministro están creando escasez de alimentos en muchas zonas. Varios grupos de la industria han advertido a los líderes mundiales de un colapso en la cadena de suministro debido a las restricciones relacionadas con la pandemia.
La Asociación Internacional de Transporte Aéreo, la Unión Internacional de Transporte por Carretera y la Federación Internacional de Trabajadores del Transporte representan a 65 millones de trabajadores. Estas organizaciones enviaron una carta a la Asamblea General de las Naciones Unidas en la que urgentemente les solicitaban a los dirigentes que restablecieran la libertad de movimiento a los transportadores sometidos a encierros. “En todos los sectores del transporte también hay escasez de trabajadores, y se esperan más renuncias como consecuencia del mal trato que han recibido millones de personas durante la pandemia, lo que hace que la cadena de suministro esté en mayor peligro”, afirma la carta. “También pedimos que [la Organización Mundial de la Salud] y [la Organización Internacional del Trabajo] planteen esto en la Asamblea General de la ONU y pidan a los jefes de gobierno que tomen medidas significativas y rápidas para resolver esta crisis ahora”.
Esta carta revela que el aumento de los precios de los alimentos en Estados Unidos es, esencialmente, una herida auto infligida. No hay mucho que el gobierno de Biden pueda hacer sobre la sequía. Sin embargo, el valor del dólar estadounidense se está inflando porque la Junta de la Reserva Federal ha puesto en circulación más de 5 billones de dólares nuevos en los últimos dos años. Y los estantes de las tiendas están vacíos porque las políticas de cuarentena del gobierno han creado una escasez de trabajadores disponibles para transportar los alimentos a donde se necesitan.
Hace dos siglos, el 90% de los estadounidenses vivían en granjas, por lo que las cadenas de suministro eran menos críticas que ahora. La gente comía lo que producía su familia y quizás complementaba sus alimentos con algún producto especial importado de otra región. Pero hoy, sólo un 1% de los estadounidenses viven en granjas. Así que las cadenas de suministro son vitales para la supervivencia de la gente. El colapso sistémico de las cadenas de suministro mundiales crearía condiciones similares a la hambruna en las ciudades al separarlas de las regiones donde se producen los alimentos. Los cierres por la covid-19 ya nos han demostrado lo rápido que pueden desaparecer los alimentos de las tiendas cuando los camiones de carga, los aviones de transporte, y barcos de contenedores se quedan paralizados sin circular.
Los líderes mundiales pueden aliviar esta crisis al escuchar a los trabajadores del transporte y restaurar la libertad de movimiento, pero en última instancia, la Biblia profetiza que se avecina un colapso de la cadena de suministro mundial.
“La profecía indica que la Unión Europea liderada por Alemania pronto unirá fuerzas con Rusia, China y Japón para dejar a Estados Unidos fuera de más y más mercados (vea Isaías 23)”, escribe el redactor jefe de la Trompeta, Gerald Flurry, en Ezekiel—The End-Time Prophet [Ezequiel: el profeta del tiempo del fin]. “A medida que Estados Unidos y Gran Bretaña sean cada vez menos competitivos a nivel mundial, el desempleo aumentará sostenidamente. El hecho de que EE.UU. y Gran Bretaña perdieron el control de las puertas marítimas más estratégicas del mundo (como Panamá, Gibraltar, Suez y Singapur) facilitará a las potencias extranjeras la tarea de asfixiar las líneas de suministro de estas naciones. Dios profetizó en Deuteronomio 28:52 que las naciones de Israel del tiempo del fin ¡perderían estas puertas marítimas si se alejaban de Él!”.
En otras palabras, los problemas en las líneas de suministro que el mundo está experimentando debido a los encierros por la covid-19 se agravarán significativamente en Estados Unidos cuando las naciones extranjeras comiencen a atacar deliberadamente a Estados Unidos por resentimiento. Un asedio comercial tan debilitante como el descrito en Deuteronomio 28:52 haría que los precios de los alimentos se disparen más alto de lo que nunca han estado en la historia estadounidense, dejando a millones de personas sin acceso a carne, leche, frutas o verduras. Esta aguda escasez de comida, alimentará el descontento, la rabia, los disturbios, los saqueos y la guerra a través de las ciudades de Estados Unidos.
Una profecía de Ezequiel 5:12 revela que un tercio de la población de Estados Unidos morirá por el hambre y la violencia causada por la guerra civil. “La pestilencia, o plaga de la violencia, causará muchos problemas de salud que conducirán a la hambruna”, continúa el Sr. Flurry en Ezekiel—The End-Time Prophet. “Se interrumpirá la evacuación de aguas residuales. Las líneas de gas se romperán. Se perderán puestos de trabajo. La sociedad se deshará y el pánico colectivo traerá un desastre bursátil. ¡Se pondrá tan mal que la violencia y la hambruna se cobrarán millones de vidas! (...) Cuanto peor sean la violencia y los incendios, peor será la hambruna. Cuanto peor sea la hambruna, más intensa será la violencia. Se convierte en un círculo vicioso”.
Ahora es el momento de poner su casa financiera en orden y asegurarse de que su relación con Dios sea la correcta.
Dios promete enviar estas maldiciones porque los estadounidenses y los británicos han cambiado Sus juicios por la maldad y han pecado contra Sus estatutos más que los países de su alrededor (Ezequiel 5:6). Pero Dios también revela cómo los individuos pueden ser protegidos de este desastre.
Ezequiel 33:10-11 dice: “Tú, pues, hijo de hombre, di a la casa de Israel: Vosotros habéis hablado así, diciendo: Nuestras rebeliones y nuestros pecados están sobre nosotros, y a causa de ellos somos consumidos; ¿cómo, pues, viviremos? Diles: Vivo yo, dice [el Eterno] el Señor, que no quiero la muerte del impío, sino que se vuelva el impío de su camino, y que viva. Volveos, volveos de vuestros malos caminos; ¿por qué moriréis, oh casa de Israel?”. Sólo hay una manera de que Dios nos proteja. Nuestro pueblo tiene que apartarse de sus caminos malvados. ▪