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La política de Biden en Oriente Medio: Empujando al mundo hacia el retorno de Cristo
¿Cuándo regresará Jesucristo? La respuesta está dentro del manual de instrucciones de la humanidad, la Santa Biblia. Si bien la Biblia dice que las masas serán tomadas por sorpresa, usted no tiene por qué serlo. Usted puede comprender los eventos sorprendentemente detallados que la Biblia profetiza que conducirán directamente al regreso de Jesucristo. De hecho, su vida depende de ello.
Una profecía sorprendentemente detallada se encuentra en Daniel 11. Muchos detalles de esta profecía ya se han cumplido, pero gran parte de ella queda por cumplirse durante nuestra vida. Dios inspiró a Daniel a profetizar la línea de tiempo precisa de los eventos que tendrán lugar directamente antes, y que culminarán en el regreso de Cristo.
Daniel 11:40 dice: “Pero al cabo del tiempo el rey del sur contenderá con él [lo empujará, vkj]; y el rey del norte se levantará contra él como una tempestad, con carros y gente de a caballo, y muchas naves; y entrará por las tierras, e inundará, y pasará”.
Este versículo describe un empuje provocador de una potencia mundial, “el rey del sur”, que motiva una respuesta contundente de una potencia mundial mucho más fuerte, “el rey del norte”. Desde este versículo en adelante, Daniel 11 describe una cascada de eventos que conducen a la guerra mundial y finalmente al regreso de Jesucristo.
La cuenta regresiva comienza con un poderoso empuje del rey del sur.
El rey del sur islamista
Por más de 30 años, el jefe de redacción de la Trompeta, Gerald Flurry, ha pronosticado que el islam radical, liderado por Irán, cumplirá el papel del profetizado rey del sur, y que un bloque europeo de 10 naciones liderado por Alemania cumplirá el papel del rey del norte.
Al comprender la profecía de Daniel sobre el rey del sur, el Sr. Flurry pronosticó en 2001 que Estados Unidos fracasaría en Afganistán, el vecino de Irán al oriente. En repetidas ocasiones enfatizó que era Irán, no al Qaeda, la verdadera cabeza de la serpiente terrorista. En 2015, al Qaeda había trasladado su sede mundial a Teherán, donde opera bajo la atenta mirada de Irán.
En 1994, el Sr. Flurry pronosticó que Irán dominaría al Irak de Sadam Husein, el vecino de Irán al occidente. Cuando EE UU invadió Irak con más de 100.000 soldados en 2003, el Sr. Flurry reiteró que Irán saldría victorioso. En febrero de 2015, predijo que la desaparición del Estado Islámico en Irak permitiría a Irán dominar completamente la nación a través de sus milicias shiíes. Todo eso ha sucedido.
El Sr. Flurry también pronosticó en 1994 que Egipto formaría parte de la alianza del rey del sur, encabezada por Irán. Basó esto en la declaración de Daniel 11:42-43 de que el rey del norte tendrá como objetivo a Egipto junto a Irán, lo que implica una fuerte alianza entre Egipto e Irán. A la luz de eso, el Sr. Flurry profetizó que el movimiento islamista de la Hermandad Musulmana (hm) probablemente se levantaría para dominar la política egipcia. Eso sucedió en 2011 con la elección de su líder, Mohamed Morsi, como presidente de Egipto, quien rápidamente comenzó a orientar a la nación hacia Irán. Morsi pronto fue derrocado por el actual general convertido en presidente de Egipto. Aun así, el Sr. Flurry ha sostenido que ésta es una realidad temporal y que Egipto volverá a ser un aliado de Irán.
Tres décadas de pronósticos precisos por parte del Sr. Flurry y el continuo ascenso de Irán demuestran que la alianza islamista radical de Irán cumple el papel del rey del sur. Y la política exterior agresiva de Irán será el empujón que lleve al mundo a la guerra, y dé inicio a la cuenta regresiva hasta el retorno de Cristo.
Barack Obama y el islam radical
Comprender el papel de Irán en los eventos profetizados revela el enorme peligro de la política estadounidense en Oriente Medio bajo Barack Obama y Joe Biden.
Durante ocho años, Obama buscó cambiar fundamentalmente a EE UU, incluyendo sus alianzas. Él considera que la mayoría de los problemas del mundo son el legado del colonialismo del hombre blanco. Las naciones actuales de Oriente Medio fueron creadas en gran parte por potencias imperialistas después de la Primera Guerra Mundial, potencias que supeditaron la voluntad de los habitantes a la de los líderes británicos y franceses. Más tarde, EE UU se convirtió en la potencia dominante que se inmiscuyó en Oriente Medio y, según esta visión del mundo, sólo causó el mal.
Durante el primer mandato del presidente Obama, cuando el extremismo islámico todavía era un tema importante, se comprometió con Oriente Medio con un mensaje de voluntad popular, donde ningún poder externo, especialmente la nación que él dirigía, tenía derecho a interferir. “Vine aquí a El Cairo para buscar un nuevo comienzo entre EE UU y los musulmanes de todo el mundo”, declaró en un importante discurso en Egipto en 2009, “uno basado en el interés y el respeto mutuo, y en la verdad de que EE UU y el islam no son exclusivos y no necesitan estar en competencia”.
Ese día entre la audiencia no estaba el presidente egipcio Hosni Mubarak, un antiguo aliado de EE UU, cuyas tácticas de mano dura habían mantenido a raya a las fuerzas islamistas como la hm durante décadas. En cambio, sí estaban miembros de la hm. Obama estaba rechazando al aliado tradicional de EE UU y respaldando la posición de la hm.
Dos años después, Egipto estalló en un movimiento popular masivo que aprovechó la bien organizada hm, patrocinadora de Hamás y líder del islamismo suní en todo el mundo. Esto terminó con la renuncia de Mubarak (a instancias de Obama) y la elección de la hm islamista al poder.
Pero en ese discurso, esta declaración del presidente Obama fue aún más peligrosa: “Ninguna nación debería estar decidiendo quién puede o no tener bombas nucleares”. Esto fue cuatro años antes de que anunciara que EE UU estaba entablando conversaciones nucleares con Irán. Sin embargo, su intención ya estaba clara.
“En otras palabras”, escribió el Sr. Flurry, “él cree que Estados Unidos, por sí solo, no debería evitar que otra nación obtenga bombas nucleares. ¡Esta es una señal para el mundo de que Estados Unidos, como superpotencia, está muerto! Eso significa que Estados Unidos no tiene derecho a detener por la fuerza el programa nuclear de Irán, ¡aunque Irán sea por mucho la principal nación patrocinadora del terrorismo en el mundo! (la Trompeta, septiembre de 2009).
La administración Obama no sólo no hizo nada para evitar que Irán obtuviera armas nucleares, sino que redactó un acuerdo para legitimar su camino hacia la energía nuclear y proporcionó incentivos financieros masivos e inmediatos que probablemente salvaron a los radicales iraníes de perder el poder. El acuerdo nuclear del Plan de Acción Integral Conjunto se implementó el 16 de enero de 2016, un año antes de que Obama dejara el cargo.
Esta historia es importante porque muestra dos estrategias principales de la política de Obama en Oriente Medio: primero, fortalecer los movimientos populares islamistas a expensas de gobernantes autocráticos antiislamistas. Segundo, empoderar al régimen radical de Irán.
En términos de la profecía bíblica, la política de Barack Obama era fortalecer el islam radical, liderado por Irán, ¡el rey del sur!
Empoderando al rey
El Estado judío se preocupó profundamente por el discurso de Obama en El Cairo. La favorabilidad del presidente entre los israelíes cayó a un inusitado 4%. Para los israelíes estaba claro que una política de empoderamiento de Irán y otros movimientos islamistas amenazaba directamente a Israel, enemigo número uno de los extremistas musulmanes.
Durante cuatro décadas, las sucesivas administraciones estadounidenses habían hecho del apoyo a Israel la piedra angular de la política nacional en Oriente Medio. Esto reflejaba la voluntad del pueblo estadounidense, que comparte los valores de la democracia y las creencias judeocristianas con los israelíes; además tenía sentido estratégicamente. El apoyo a Israel proporcionó lo que se ha comparado con un gran portaaviones en el centro del descontento mundial.
Esta ventaja se hizo aún más valiosa después de la Revolución Islámica de 1979 en Irán, cuando EE UU permitió que el sha de la nación fuera depuesto y reemplazado por ayatolás que predican regularmente “Muerte a EE UU (y “Muerte a Israel”). La política de EE UU también creó alianzas con líderes árabes que restringieron el islam radical dentro de sus poblaciones. Esto mantuvo la lucha confinada a Oriente Medio y en su mayor parte, lejos de EE UU y sus aliados.
Barack Obama revirtió todos estos avances políticos. ¿Por qué?
Michael Oren, embajador de Israel en EE UU durante el primer mandato de Obama, escribe en su libro Aliado, “Más que de política… con Barack Obama se trataba de ideología, y de una visión del mundo a menudo en desacuerdo con la de Israel” (énfasis agregado).
Obama dijo públicamente que EE UU lo haría de dos formas: usaría a Israel como un aliado de seguridad, pero lo mantendría a distancia diplomáticamente y apoyaría a sus rivales islamistas. Pero la verdad era clara: Obama estaba rompiendo la alianza con Israel.
“A diferencia de Occidente, donde la seguridad se mide en tanques, aviones y armas, la seguridad en esta parte del mundo es en gran parte producto de las impresiones”, escribe Oren. “Un amigo que apoya a sus amigos en algunos temas, pero no en otros, no es realmente un amigo a los ojos de Oriente Medio” (ibíd.).
Debido a su visión del mundo y su ideología, Obama favoreció los levantamientos islamistas populistas sobre los aliados autocráticos, alejó a EE UU de su apoyo a Israel y le indicó al mundo que Irán podía buscar tener armas nucleares. Estos tres cambios masivos en la política estadounidense para el Oriente Medio se produjeron durante los primeros seis meses de su primer mandato.
Durante los siguientes 7 años y medio, los autócratas árabes se debilitaron a medida que surgían los levantamientos islámicos populares. Israel fue atacado y difamado y el régimen iraní se fortaleció y envalentonó. En términos de la profecía la bíblica, Obama estaba empoderando al rey del sur para que empuje cada vez más.
Restringiendo al rey
A juzgar por los frutos, la política de Obama en Oriente Medio debilitó gravemente la posición de Israel y fortaleció las potencias islamistas lideradas por Irán.
Pero algo sucedió a fines de 2016 que de manera inesperada y abrupta detuvo esta tendencia: la elección de Donald J. Trump. Debido a los objetivos ideológicos de Obama para Oriente Medio, la principal promesa de campaña del presidente Trump en materia de política exterior era, especialmente, poner fin al “terrible acuerdo nuclear de Irán”.
Ese acuerdo con Irán y varias otras naciones fue el mecanismo principal que Obama usaba para separar a Estados Unidos de sus aliados tradicionales y enriquecer a Irán a través del reconocimiento internacional, el acceso a mercados abiertos, y pagos directos de grandes sumas en efectivo. Mientras tanto, Irán no estaba obligado a dejar de desarrollar tecnología de misiles balísticos, que podrían llevar una ojiva hasta Europa. (Para saber por qué Obama empoderaría a Irán de esta manera, lea “El misterio Barack Obama” en laTrompeta.es).
Sin embargo, incluso con el apoyo adulador de los principales medios de comunicación, el acuerdo nuclear fue profundamente impopular entre los estadounidenses. La gente se preguntó: ¿Por qué le estamos dando a Irán un montón de dinero por esperar más tiempo para construir bombas nucleares? ¿Por qué de repente estamos negociando con terroristas, por no mencionar al mayor Estado patrocinador del terrorismo mundial? ¿Por qué estamos abandonando a Israel, uno de nuestros aliados más cercanos en el mundo?
Esos estadounidenses comunes, a quienes los medios pro-Obama no pudieron convencer, salieron y votaron por Donald Trump, por decenas de millones.
El presidente Trump practicó una política exterior opuesta a la de Obama. Donde Obama fortaleció a Irán, Trump lo sancionó. Donde Obama proporcionó a las naciones de Oriente Medio motivación (miedo) para apoyar a Irán, Trump proporcionó incentivos para firmar acuerdos de paz con Israel. Donde Obama permitió que los militares estadounidenses fueran humillados, desplegados en bases compartidas con tropas iraníes, y atacados, Trump ordenó la muerte del líder de sus programas terroristas internacionales. Mientras Obama marginó a los autócratas en favor de la Hermandad Musulmana, Trump los fortaleció, incluyendo al presidente de Egipto, Abdel Fatteh al Sisi y las monarquías del Golfo. Mientras Obama apartó a Israel, Trump fue el presidente más pro-Israel en la historia de EE UU, reconociendo los Altos del Golán, declarando que la construcción israelí en Cisjordania no estaba en contra del derecho internacional, y trasladando la Embajada de EE U a Jerusalén.
En términos de la profecía bíblica, los cuatro años de la administración Trump fueron una contención del rey del sur —temporalmente—.
Todos los hombres de Obama
Para la comunidad internacional, mucho dependía de las elecciones estadounidenses de 2020. En Oriente Medio, había pocas dudas de lo mucho que estaba en juego. Si el presidente Trump perdía, EE UU volvería a las políticas destructivas de Barack Obama. Si ganaba, habría esperanzas de contener y quizás incluso remplazar al régimen islamista radical de Irán, patrocinador del terrorismo.
Esto es lo que el presidente Trump deseaba, e incluso la razón por la que buscó conversaciones indirectas con Irán en la Asamblea General de las Naciones Unidas en septiembre de 2019. Sin embargo, Irán las rechazó. Resultó que el ministro de Relaciones Exteriores de Irán ya estaba en conversaciones clandestinas con otros estadounidenses.
El Washington Times informó el 21 de febrero que funcionarios de la antigua administración de Obama, como el exsecretario de Estado John Kerry y el principal negociador del acuerdo con Irán, Robert Malley, mantuvieron conversaciones regulares con los iraníes mientras el presidente Trump estaba en el cargo y mientras no tenían autoridad oficial para tratar con gobiernos extranjeros. Su mensaje era: Resistan. No negocien con Trump. Les haremos la vida más fácil cuando regresemos al poder.
“Lo que quisiera que pasara con Irán, es que me llamaran”, dijo el presidente Trump a los periodistas el 9 de mayo de 2019. “Saben, John Kerry habla mucho con ellos y les dice que no llamen. Él tiene muchas reuniones y muchas llamadas telefónicas, y les dice qué hacer”. Obama no hacía nada menos que dirigir un gobierno en la sombra. Sus hombres estaban llevando a cabo una política exterior clandestina con Irán y coludiendo activamente con el enemigo de EE UU con el fin de socavar al presidente.
Pues bien, regresaron al poder. Ahora Kerry está en el gabinete del presidente Biden, al igual que Malley, quien ha regresado a su puesto de enviado principal a Irán. Y van directamente a trabajar para empoderar a Irán y atacar al principal adversario árabe de Irán, Arabia Saudí.
Cuidado Arabia Saudí
En su último año en el cargo, el presidente Obama indignó a los saudíes al pedirles que “compartieran el vecindario” con Irán. Palabras que suenan tan suaves son típicas del Sr. Obama. Pero acababa de dejar caer más de 100 mil millones de dólares en el regazo del principal enemigo de los saudíes al otro lado del golfo Pérsico.
Ahora que el equipo Obama está de regreso, están usando el poder estadounidense con más fuerza contra Arabia Saudí.
Durante su campaña, Joe Biden habló de la necesidad de hacer que el reino saudí “pague el precio” por los abusos a los derechos humanos y “convertirlos de hecho en los parias que son”. En su primera semana en el cargo, revirtió la designación de los hutíes respaldados por Irán como grupo terrorista y anunció que EE UU estaba terminando su apoyo a la campaña liderada por Arabia Saudí contra los hutíes. Su administración anuló los acuerdos de armas que EE UU había firmado con la nación árabe y permitió a Irán exportar armas a los hutíes poniendo fin a las sanciones de las Naciones Unidas.
La administración Biden también ha ido tras el príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamed bin Salman. Su padre lo nombró en 2017, reemplazando a Mohamed bin Nayef, quien tenía una fuerte relación con la Agencia Central de Inteligencia de Obama. Pero Salman es más firme contra Irán y ha alineado a Arabia Saudí con Israel al aceptar los acuerdos de paz de Israel con Emiratos Árabes Unidos y Bahréin. Ahora, la administración de Biden está intentando sacarlo alegando que él “aprobó una operación en Estambul, Turquía, para capturar o matar al periodista saudí Jamal Khashoggi”.
“Al desacreditar [al príncipe heredero] de esta manera, la administración Biden ha empoderado a sus enemigos de la hm que quieren derribarlo y devolver a Arabia Saudí a un espíritu aún más represivo, así como a la enemistad contra Occidente. ¿Qué perversidad es esta?”, escribió Melanie Phillips el 1 de marzo. “EE UU volverá a convertirse terriblemente en lo que fue bajo el presidente Obama: anti anti-islamista. Lo cual, sin importar si la administración Biden lo quiera o no, lo pondrá del lado de los fanáticos islámicos, ya sean los Hermanos Musulmanes suníes o los ‘Doce’ shiíes que están todos en guerra con Occidente”.
En términos de la profecía bíblica, Biden está usando el poder estadounidense para eliminar toda oposición que amenace la supremacía del rey del sur.
¿Quién detendrá a Irán?
Hasta el presidente Obama, EE UU buscó contener la conquista de la región por parte de Irán. Con EE UU cambiando de bando, sus exaliados tienen dos opciones: seguir el camino de Mubarak, quien vio cómo los islamistas se apoderaban de su país y lo llevaban a los tribunales por crímenes de guerra antes de morir, o pedir ayuda en otros lugares.
Ya hay informes de que Arabia Saudí, los Emiratos Árabes Unidos, Bahréin e Israel están aprovechando los Acuerdos de Abraham de Trump y hablando de estrechar los lazos militares. Según el Jerusalem Post, una fuente bien conectada en Abu Dhabi confirmó que Israel, E.A.U. y Bahréin están listos para construir una alianza, y Arabia Saudí todavía está considerando hacerlo. Tal alianza es probable, teniendo en cuenta que EE UU está facilitando el surgimiento del rey del sur.
Sin embargo, la Biblia afirma que una alianza regional no será suficiente para detener al rey del sur. En cambio, la profecía de Daniel 11, combinada con otra que se encuentra en el Salmo 83, muestra que será una Europa liderada por Alemania, conocida como el rey del norte, la que unirá fuerzas con la alianza anti-iraní.
Lea Daniel 11:40 de nuevo: “Pero al cabo del tiempo el rey del sur [el islam radical liderado por Irán] contenderá [lo empujará, vkj] con él; y el rey del norte [la Europa liderada por Alemania] se levantará contra él como una tempestad, con carros y gente de a caballo, y con muchas naves; y entrará en las tierras, e inundará, y pasará”.
Saber quiénes son el rey del norte y el rey del sur en este pasaje hace que la política actual de EE UU de empoderar a Irán a expensas de sus antiguos aliados sea de una importancia profética suprema.
La administración Biden nos asegura que Oriente Medio no será el centro de su política exterior. Como dijo un asesor informal a Politico el 22 de febrero: “Están actuando con mucha resolución para no dejarse arrastrar a Oriente Medio”. Es cierto, puede que EE UU no sea arrastrado allí, pero le está proporcionando a Irán las municiones necesarias para incendiar no sólo a Oriente Medio, sino al mundo.
En términos de Daniel 11, la política exterior de Barack Obama está empoderando a Irán para la contienda profetizada con Europa. La profecía muestra que cuando eso suceda, habrá una respuesta relámpago de Europa para acabar con este poder islamista radical.
Sin embargo, lo que es más importante, ese empujón de Irán contra Europa es una de las principales señales de que este mundo está en una cuenta regresiva para la venida del Mesías.
¿Cómo puede saber usted que Jesucristo está a punto de regresar? Esté atento a que se cumpla Daniel 11:40.
Esté atento a que EE UU continúe empoderando a Irán. Observe a los aliados abandonados por EE UU formando una asociación y buscando ayuda de Europa. Y observe a Europa volviéndose más resuelta contra los movimientos provocadores de Irán. Estas tendencias preceden directamente al cumplimiento de Daniel 11:40. Y sepa que una vez que se cumpla Daniel 11:40, entonces este mundo estará en una cuenta regresiva para la venida de Jesucristo. ¡Todo comienza con un empujón! ▪
EL ARMAGEDÓN NUCLEAR ESTÁ ‘A LAS PUERTAS’
¡E igualmente lo está el evento más grandioso que ocurrirá en el universo! Mateo 24 fue la profecía más importante de Cristo cuando Él estuvo sobre la Tierra. ¿Por qué entonces los cristianos de este mundo fallan en entenderla?