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La política alemana revela un mundo de mentiras

La política alemana revela un mundo de mentiras

Les dijo a millones de alemanes lo que tenían que hacer, pero parece que mintió sobre su propio pasado para obtener la autoridad que comandaba.

Revelaciones recientes publicadas por Welt, en las que se afirma que el ministro alemán de Sanidad falsificó su currículum en 1995 para obtener un profesorado, una vez más apuntan a un mundo lleno de mentiras. Welt escribió el 13 de marzo: “Lauterbach ha tenido un problema con la sinceridad desde el inicio de su carrera”. Pero no sólo Lauterbach engañó a la gente.

Desde el currículum falso con el que Lauterbach engañó a la Universidad de Tubinga cuando tenía 32 años hasta la crisis del coronavirus, hay un motivo lauterbachiano: no ser tan preciso. En retrospectiva, empezó con la falsificación de datos biográficos. Terminó con su insistencia, mucho tiempo después de ocupar un cargo ministerial, de que las vacunas contra el coronavirus no tenían efectos secundarios.

Welt

Por supuesto, Lauterbach no fue el único que afirmó que los encierros eran buenos y que las vacunas eran seguras. Políticos, científicos y medios de comunicación de todo el mundo dijeron lo mismo. Pero ¿cuántos de los supuestos expertos llegaron a donde están gracias al engaño?

“Existe una crisis grave en el mundo de la educación superior: el gran y creciente número de universidades falsas y títulos falsos”, escriben Allen Ezell y John Bear en Degree Mills: The Billion-Dollar Industry That Has Sold Over a Million Fake Diplomas [Fábrica de títulos: La industria multimillonaria que ha vendido más de un millón de diplomas falsos]. “Hay más de 3.300 universidades no reconocidas en todo el mundo, muchas de ellas auténticas falsificaciones, que venden títulos de licenciatura, maestría, doctorado, derecho y medicina a cualquiera que esté dispuesto a pagar el precio”.

Esta tendencia es preocupante, como destaca nuestro artículo de portada de marzo, “Navegando por nuestro mundo falso”:

En el mundo actual, ninguna nación, pueblo, edad, raza o sexo es inmune. Política, gobierno, medios de comunicación, economía, educación, moda, entretenimiento: hay un elemento de falsedad en todos ellos. Todos se apoyan, hasta cierto punto, en la exageración, el embellecimiento, la mercadotecnia inteligente y la marca, la confusión y la mentira.

Quizá la realidad más notable y trágica sea ésta: la mayoría de la gente ignora la falsedad o se siente cómoda con ella.

Como expone este artículo, vivimos en un mundo lleno de mentiras. Jeremías 7:28 dice que “pereció la verdad”. Esta profecía habla de un tiempo en el que toda la gente “engaña a su compañero, y ninguno habla verdad; acostumbraron su lengua a hablar mentira (Jeremías 9:5). Vivimos “en medio del engaño…” (versículo 6).

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