La pervertida clase gobernante

Lo que hace unos años parecía una fantasiosa conspiración se ha revelado como un hecho oscuro y enfermizo. Estados Unidos está controlado por líderes que no sólo son corruptos, sino que están personalmente implicados en perversiones sexuales.

Acusaciones de agresión sexual contra Joe Biden, de extorsión sexual contra Hunter Biden, de tráfico sexual y pedofilia contra Jeffrey Epstein, y de adulterio en serie contra Bill Clinton. Escándalos de sexteo contra Anthony Weiner, de prostitución contra Eliot Spitzer, de solicitud homosexual contra Larry Craig, de zoofilia contra Themis Matsoukas. Estos escándalos son una pequeña muestra del libertinaje, la depravación y el comportamiento depredador que ha infectado a las altas esferas de la sociedad estadounidense.

Las élites políticas, económicas y mediáticas utilizan el lenguaje de la tolerancia y la diversidad para maquillar sus viles pensamientos y actos. Pero, en realidad, están ejerciendo su poder para contribuir a una tendencia única que puede, por sí sola, destruir nuestra sociedad.

La gente corriente lo permite porque ha aceptado la mentira mediática de que ese comportamiento es normal, y porque a menudo está atrapada en sus propios vicios sexuales. Así que el ocasional boicot conservador contra una empresa que avala la perversión no supone gran diferencia.

Es asombrosa la rapidez con que las perversiones sexuales se popularizan, se celebran e incluso se imponen. Corporaciones multimillonarias de EE UU —especialmente empresas con grandes presupuestos publicitarios, experiencia en medios de comunicación y otras interacciones a gran escala con el público— han forzado la fornicación, la homosexualidad e incluso la mutilación sexual en la vida cotidiana. Se han convertido en algo prácticamente imposible de evitar.

Amazon. Anheuser-Busch. Bank of America. Etsy. Disney. GoFundMe. Instacart. J.P. Morgan Chase. KitchenAid. PetSmart. Target. Walmart. YouTube. Estas son sólo algunas de las miles de empresas que dan prioridad a planes radicales de ingeniería social por encima incluso de sus propios resultados. Target se enfrenta a boicots por una nueva línea de “vestidos de baño lgbtq amigables” para niños. PetSmart vende collares para gatos con los colores del arco iris, bikinis del “orgullo” para perros y camisetas de tirantes para lagartos. Walmart donó 500.000 dólares a pflag, uno de los mayores grupos de defensa de las causas lésbico-gay-bisexual-transgénero-queer. Y glsen, una organización que tanto Target como PetSmart apoyan económicamente, ha enviado 46.000 “libros de afirmación lgbtq+ para jardín de niños hasta el grado 12” a 4.600 escuelas públicas. El material promocionado por glsen incluye libros que muestran a Boy Scouts viendo a hombres manteniendo relaciones sexuales, libros que detallan las relaciones sexuales entre alumnos de primer grado, libros que animan a los niños a conocer a hombres en bares gais. Sin embargo, los ejecutivos de Target no condenan este material infame.

Hace una generación, el tipo de escándalos en los que se ven envueltas muchas élites políticas, económicas y mediáticas habría sido motivo suficiente para una revolución. Sin embargo, hoy en día, los estadounidenses están siendo insensibilizados ante las perversiones sexuales por una red de empresas “woke” que venden ropa sexualizada a los niños pequeños y ponen a transexuales en los anuncios.

Complejo industrial woke

Muchos conservadores se escandalizaron cuando Budweiser contrató al influencer transexual Dylan Mulvaney para promocionar la cerveza Bud Light. Boicotearon la empresa y las ventas de Budweiser cayeron casi un 25%. Bud Light respondió donando 200.000 dólares a un grupo lgbtq+ sin ánimo de lucro. Está claro que a los directivos de Budweiser les mueve algo más que las ganan y las ventas. Están motivados por el deseo de transformar radicalmente la moral estadounidense, incluso si eso significa recibir un golpe financiero.

Muchos ejecutivos tanto de Target como de Budweiser se educaron sin duda en las mismas universidades izquierdistas, que han sido semilleros de relativismo moral durante décadas. Sin embargo, un artículo publicado el 12 de abril en el New York Post revela que hay otra razón oculta por la que literalmente cientos de otras empresas que cotizan en bolsa están promoviendo desviaciones sexuales a las que se oponen sus clientes. De hecho, se les está intimidando para que lo hagan.

Estados Unidos de Norteamérica tiene lo que podría llamarse un complejo industrial woke. Es lo que el autor James Lindsay ha comparado con “una maquinación de extorsión, como la mafia”. Las empresas que cumplen con la mafia woke son recompensadas con financiación y elogios. Las empresas que la desafían son castigadas y condenadas al ostracismo.

He aquí cómo funciona este complejo industrial. Gran parte del poder que han acumulado los liberales se concentra en el mayor grupo activista lesbiano-gay-bisexual-transgénero-queer del mundo: la Campaña de Derechos Humanos. Este grupo recibe decenas de millones al año de la Open Society Foundation de George Soros, la Silicon Valley Community Foundation y la Planned Parenthood Federation of America. Uno de sus principales proyectos es generar un Índice de Igualdad Corporativa (cei; por sus siglas en inglés), que mide las “políticas, prácticas y beneficios favorables a los empleados lesbianas, gais, bisexuales, transexuales y queer” de una empresa. Las empresas que alcanzan el máximo de 100 puntos cei reciben el título de “Mejor lugar para trabajar por la igualdad lgbtq”.

Este cei sería tan relevante como cualquier otra fórmula inventada por cualquier facción con intereses especiales, salvo que forma parte del modelo empresarial medioambiental, social y de gobernanza (esg; por sus siglas en inglés). Este conjunto de normas evalúa a una empresa en función de cómo sus dirigentes utilizan su poder para cambiar el medio ambiente y la sociedad. Y las personas que inventaron este modelo quieren que la sociedad sea mucho más radical y woke.

Las tres mayores empresas de gestión pasiva de Estados Unidos promueven la ideología esg. BlackRock, el Grupo Vanguard y State Street Corp. gestionan más de 20 billones de dólares en activos y poseen más del 20% de las acciones de la empresa promedio del S&P 500. Tienen un enorme poder para nombrar a los miembros de los consejos de administración y a los ejecutivos de las empresas en todo Estados Unidos y, por tanto, influyen en el gobierno de cientos y miles de grandes empresas y decenas de millones de empleados. Y están utilizando este poder para presionar a las empresas para que apoyen la homosexualidad, la transexualidad y otras perversiones, incluso a costa de sus propios intereses morales e incluso financieros.

El 20 de junio, el O’Keefe Media Group publicó una conversación grabada en secreto entre un periodista encubierto y Serge Varlay, un reclutador de BlackRock, que se jactaba de que BlackRock puede sobornar a políticos y así “dirigir el mundo”. Dijo que los senadores pueden ser comprados y que la cantidad adecuada de dinero puede hacer que, gane quien gane unas elecciones, lleven a cabo los intereses de BlackRock. Esta es una de las principales razones por las que los políticos y ejecutivos de todo Estados Unidos están promoviendo la agenda de la perversión sexual y la ideología comunista.

Portátil escandaloso

El empresario Elon Musk dice estar “cada vez más convencido de que la esg corporativa es el diablo encarnado”. Tiene más razón de la que cree. La esg está diseñada para añadir el poder de las corporaciones al esfuerzo continuo por destruir la familia tradicional. Así que, como el diablo, este sistema finge ser bueno mientras que en realidad está destrozando el núcleo familiar, que es el pilar básico de cualquier sociedad estable.

La gente debería preguntarse por qué personas como los Obama y los Biden se preocupan tanto por las empresas woke acusadas de seducir a menores. Afirman luchar por la equidad y la inclusión. Sin embargo, la biografía Rising Star: The Making of Barack Obama [Estrella emergente: La formación de Barack Obama] señala que la niñera de Obama durante su infancia era un hombre de 24 años que llevaba ropa de mujer y se probaba maquillaje delante de él. Y el portátil de Hunter Biden ilustra gráficamente que la familia Biden forma parte de un sórdido mundo de drogadicción, prostitución y tráfico de personas.

Entonces, ¿la élite pervertida de Estados Unidos lucha realmente por la equidad y la inclusión? ¿O simplemente quieren que todos los demás estén tan trastornados como ellos? Mucha gente cree que la pervertida clase dirigente estadounidense está tratando de normalizar la desviación sexual, o al menos de insensibilizar a la gente, antes de que sus propios crímenes sórdidos salgan a la luz pública.

Este punto de vista se ha afianzado especialmente desde que el portátil de Hunter Biden nos dio una rara “visión a través del agujero” de los tipos de vida que muchas élites viven en la oscuridad, cuando se han quitado sus trajes y piensan que nadie está mirando.

El grupo de investigación Marco Polo recopiló un análisis de 630 páginas del portátil de Hunter Biden en el que se documentaban 459 infracciones de leyes estatales y federales, entre ellas 191 delitos sexuales, 128 delitos de drogas y 140 delitos empresariales. Y los delitos sexuales no son “delitos sin víctimas”. Basándose en el voluminoso historial de navegación por Internet, los correos electrónicos y los mensajes de texto de Hunter, con frecuencia obtenía los servicios sexuales de mujeres de redes de prostitución (algunas de las cuales estaban vinculadas a Rusia) y presionaba a miembros de su personal para que mantuvieran relaciones sexuales con él (por no hablar de los gigabytes de pornografía “legal” que hay en el portátil).

El ordenador portátil muestra que Hunter gastó cientos de miles de dólares en prostitutas, drogas, coches y mucho más, mientras luchaba por evitar la cárcel por 320.000 dólares en impuestos no pagados. Los correos electrónicos del 24 de mayo de 2020 muestran que transfirió 25.000 dólares a una sola prostituta. Algunas de las prostitutas relacionadas con Hunter han sido detenidas, pero nadie se ha atrevido aún a procesar al hijo de Joe Biden por estos delitos atroces. El 20 de junio de este año, tras cinco años de investigación, Hunter fue finalmente acusado de un delito grave relacionado con armas y de dos delitos fiscales menores. Sin embargo, el “Estado profundo” sigue encubriendo sus decenas de delitos sexuales.

Los mensajes de texto recuperados del ordenador portátil muestran que Hunter amenazó con no pagar a una de sus empleadas si no le llamaba por FaceTime para tener sexo. Sin embargo, el sistema judicial y los medios de comunicación corporativos nunca le han pedido cuentas por tal extorsión sexual. En cambio, Brian Stelter, de cnn, calificó la biografía de Hunter, Beautiful Things [Cosas bellas], que pretende contar la verdad sin ambages sobre la adicción a las drogas del primer hijo, como “extraordinaria” e “impresionante”. David Zurawik, del Baltimore Sun, la consideró “poderosa” y “profunda”. Para la escritora de opinión Nicole Hemmer, es “una ventana al alma de Estados Unidos”.

La biografía de Hunter puede ser, en efecto, “una ventana al alma de Estados Unidos”. Pero a través de esta ventana, no vemos “cosas bellas”. Vemos a un desviado sexual alabado por una clase dirigente que nunca le pedirá cuentas porque hay miles de Hunter Bidens entre la élite dirigente de Estados Unidos.

Encubrimiento de Epstein

Más de una década antes del escándalo del portátil de Biden, una investigación del Servicio de Impuestos Internos reveló que miles de burócratas, abogados, cabilderos y políticos de Washington D.C. frecuentaban un servicio de acompañantes administrado por Deborah Palfrey, una mujer más conocida como la “Madame de D.C.”. Sin embargo, el gobierno presionó a los medios de comunicación para que no dieran nombres, y Madame Palfrey se suicidó poco después de su detención en 2008. De hecho, todo el escándalo se desarrolló de forma similar al posterior y más conocido escándalo de Jeffrey Epstein.

Epstein era un financiero multimillonario muy implicado en el suministro de mujeres y niñas a las élites para que las violaran. Al parecer, ya se dedicaba a estos monstruosos delitos en la década de 1980, pero no se dio a conocer públicamente como pederasta hasta 2005, cuando una madre denunció que había violado a su hija de 14 años. Cuando se supo la verdad, Epstein se declaró culpable, fue condenado, sufrió una pena asombrosamente débil y breve, y se convirtió oficialmente en un conocido violador de menores. Los investigadores descubrieron que había abusado de docenas de niñas, y la lista real de sus víctimas a lo largo de las décadas podría ser de cientos o miles.

Epstein fue detenido de nuevo en 2019 por tráfico de menores con fines sexuales. Aproximadamente un mes después, murió en su celda de la cárcel. Al igual que la Madame Palfrey, se ahorcó. Las dos cámaras de seguridad no funcionaban, los guardias se durmieron y su cuerpo fue trasladado en contra de los protocolos: “una tormenta perfecta de meteduras de pata”, como dijo el fiscal general Bill Barr. Esa es la explicación oficial. Muchos creen que fue asesinado por las élites de Washington, que no querían ser descubiertas.

Aunque Epstein ya está muerto, siguen saliendo a la luz revelaciones sobre cuántas personas extremadamente ricas, extremadamente poderosas y extremadamente conocidas siguieron relacionándose con él tras su condena en 2005.

El ex presidente Bill Clinton es quizá el socio más infame de Epstein. Epstein visitó la Casa Blanca 17 veces durante la presidencia de Clinton, y Clinton voló en el avión de Epstein. Los documentos judiciales muestran que Epstein tenía más de 160 asociados poderosos. Entre ellos estaban el príncipe Andrés, la financiera suiza Ariane de Rothschild, el fundador de Microsoft Bill Gates, el primer ministro israelí Ehud Barak, la asesora de la Casa Blanca Kathryn Ruemmler, el consultor empresarial Joshua Cooper Ramo, el consultor de capital privado Leon Black, el presidente del Bard College Leon Botstein, el multimillonario minorista Leslie Wexner, el intelectual estadounidense Noam Chomsky, el multimillonario demócrata Reid Hoffman, el director de la Agencia Central de Inteligencia William Burns y el director de cine Woody Allen.

¿Por qué estas personas de alto nivel se reunían tan a menudo con un delincuente sexual convicto? Desde marzo de 2005 es conocido públicamente que Epstein admitió haber pagado 300 dólares a una niña de 14 años para que se desnudara y le diera un masaje. Sin embargo, tras ser liberado de su condena de 13 meses de prisión en 2009, académicos, magnates de los medios de comunicación, políticos y figuras públicas reanudaron sus negocios con él.

Una mujer llamada Ghislaine Maxwell ayudó a Epstein en sus maldades durante décadas. De hecho, ha sido condenada por ayudar a Epstein en los abusos sexuales. Sin embargo, se desconoce quién violó realmente a las niñas. Sin duda hay docenas de élites en Washington, D.C., y en otros lugares que han abusado de mujeres e incluso de niñas con la ayuda de Epstein, pero ninguno de ellos ha rendido cuentas porque forman parte de una red del “Estado profundo” que protege a los suyos mientras intenta proyectar sus crímenes sobre los inocentes.

¡La camarilla que actualmente dirige Estados Unidos está enferma más allá de lo imaginable!

Abominaciones perversas

Debido a personas como Hunter Biden, Deborah Palfrey, Jeffrey Epstein y Ghislaine Maxwell, alrededor del 15% de los estadounidenses creen que “el gobierno, los medios de comunicación y el mundo financiero de Estados Unidos están controlados por un grupo de pedófilos adoradores de Satanás que dirigen una operación mundial de tráfico sexual de niños”, en palabras de una encuesta de prri. Se trata de una opinión verdaderamente incendiaria. Sin embargo, los hechos indican que podría ser más cierta de lo que la mayoría de la gente racional quiere pensar.

Epstein dijo una vez a un periodista del New York Times que “criminalizar el sexo con adolescentes era una aberración cultural y que en algunos momentos de la historia era perfectamente aceptable”. Sin embargo, cientos de élites gubernamentales, mediáticas y financieras siguieron haciendo negocios con él, incluso mientras trabajaban para convencer a millones de estadounidenses de que la pornografía, la fornicación, el adulterio, la homosexualidad, la transexualidad y otras perversiones eran normales.

Dios quiere que este sórdido mundo de perversiones retorcidas sea expuesto para que el pueblo estadounidense pueda ver cuán lejos han caído del estándar puro que Él estableció para nosotros en la Biblia. El profeta Ezequiel escribió que los líderes del Israel espiritual del tiempo del fin, la Iglesia de Dios, estarían involucrados en “abominaciones perversas” que tienen lugar “en la oscuridad” donde creen que “el Eterno no nos ve”. Parece que pecados similares infectan a las élites del Israel físico del tiempo del fin (Estados Unidos, Gran Bretaña y la nación judía en Oriente Medio principalmente). Las redes de prostitución y pedofilia que florecen en Washington, D.C., cumplen esta profecía como pocas cosas lo han hecho.

En una visión, Dios le dijo al profeta que observara lo que las élites de su tiempo estaban haciendo dentro de las cámaras de poder. “Entré, pues, y miré; y he aquí toda forma de reptiles, y bestias abominables, y todos los ídolos de la casa de Israel, que estaban pintados en la pared por todo alrededor. Y delante de ellos estaban setenta varones de los ancianos de la casa de Israel, y Jaazanías hijo de Safán en medio de ellos, cada uno con su incensario en la mano; y subía una nube espesa de incienso. Y me dijo: Hijo de hombre, ¿has visto las cosas que los ancianos de la casa de Israel hacen en tinieblas [en la oscuridad], cada uno en sus cámaras pintadas de imágenes? porque dicen ellos: no nos ve [el Eterno]; [el Eterno] ha abandonado la tierra” (Ezequiel 8:10-12).

Este pasaje trata de los antiguos, o ancianos, “de la casa de Israel” que adoraban a dioses falsos y realizaban prácticas viles “en tinieblas”, donde el pueblo no podía verlas. No necesariamente infiere perversiones sexuales, aunque muchos de los líderes de Estados Unidos quieren esconder las perversiones sexuales en las que se involucran.

Los líderes de Estados Unidos están haciendo cosas abominables en los pasillos oscuros del poder mientras tratan de imponer su voluntad a la gente. Dios va a tener que exponerlos para que la gente tenga una última oportunidad de arrepentirse. Normalmente, este tipo de purga tomaría una guerra civil, pero Dios promete en 2 Reyes 14:26-28 y Amós 7:8 que Él salvará a Estados Unidos a través de un tipo del rey Jeroboam ii en el tiempo del fin para que la gente tenga una oportunidad de volverse a Él de la manera más fácil. Pero ¡ésta será la última vez que Dios salve a Estados Unidos antes de que nuestros pecados nos sumerjan en una gran tribulación!

Cuanto más se escudriñan los problemas que asolan hoy a Estados Unidos, más feo y retorcido se vuelve el panorama. Realmente explica las acciones inexplicables de estas élites políticas, corporativas y mediáticas, que están conduciendo con éxito a la nación hacia un abismo moral, y que tan a menudo se encubren mutuamente su abominable comportamiento. Pero Dios lo ve todo. Y Él promete exponerlo, vengar a aquellos que han sido explotados, y llevar a cada una de estas personas ante la justicia.

Más allá de eso, ¡Dios promete establecer Su gobierno, exaltando a líderes de carácter incorruptible que le ayudarán a eliminar la perversión, la corrupción, la explotación y el abuso de la Tierra!