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La muerte de la confianza
La confianza es una de las cosas más difíciles de recuperar, una vez ésta se pierde. Se requiere sólo un momento para perderla, pero usted podría pasarse una vida entera sin éxito tratando de recobrarla.
Estados Unidos está sufriendo una crisis de la confianza.
¿Confía usted en aquéllos a su alrededor? ¿Confía en el gobierno o la policía? ¿Confía en el sistema financiero? ¿Y qué acerca de los científicos, las autoridades religiosas y los profesores?
Si usted es como la mayoría de los estadounidenses, la respuesta es no; o al menos no tanto como antes solía.
Eso es perturbador porque la confianza es lo que hace que el mundo siga girando. Éste es uno de los factores más importantes que históricamente han diferenciado la sociedad occidental del mundo en vía de desarrollo.
Durante los últimos 17 años, Richard Edelman ha encuestado a personas alrededor del mundo para medir la confianza en varias instituciones. Este año, su firma de mercadeo y relaciones públicas ha advertido, que en muchos países la confianza está “en crisis”.
“Uno puede ver [la falta de la confianza] en todas las cuatro instituciones, y que especialmente se disminuye cuando se trata de los medios de comunicación y el gobierno, las ong [organizaciones no gubernamentales] y las empresas inestables al borde de la quiebra”, él dice. “Hoy en día, estamos hablando de una crisis de confianza que está causando un colapso sistémico. Sólo el 15 por ciento de nuestros entrevistados dijo que confían en el sistema” (énfasis agregado).
Trátese de los grandes medios, el gobierno, la ciencia, la medicina, la religión, las universidades, la industria o la economía, las personas están rápidamente perdiendo la confianza.
Considere la presidencia de Estados Unidos. ¿Qué significa para la nación cuando alrededor de la mitad de las personas no confían en lo que sale de la boca del presidente? ¿Y cuando la mitad de la nación cree que él miente continuamente, que odia a las mujeres, que está conspirando con los rusos para subvertir la democracia, que es un racista que quiere rechazar a todos los musulmanes y que él está usando su posición para enriquecerse codiciosamente?
¿Cuáles son los efectos sobre el público de que repetidamente se le esté diciendo que la sociedad es inherentemente racista, y que todas las personas blancas son racistas, aunque sólo sea inconscientemente? ¿Cuál es el efecto de que se le esté diciendo que la policía es racista, porque las personas negras son arrestadas en mayor proporción que los blancos, que el sistema de justicia es racista porque los afroamericanos y mexicanos constituyen un alto porcentaje fuera de proporción, en la población carcelaria? ¿Y que los maestros son racistas porque los niños de ciertas minorías son suspendidos en mayores proporciones que los niños blancos y asiáticos? ¿Y que EE UU no es la tierra de las oportunidades sino de la represión y la opresión, como el anterior presidente estadounidense lo expresó?
El 6 de junio, el Guardian publicó un artículo titulado: “Por qué no podemos confiar en las revistas académicas para decir la verdad científica”. Este destacó una perturbadora tendencia que tiene a algunos científicos nerviosos: la falta de confianza en los hallazgos científicos.
El setenta y dos por ciento de los científicos conoce de otros que han fabricado resultados para probar su tesis. El catorce por ciento conoce de científicos que han inventado todo un conjunto de datos. El cincuenta por ciento de la investigación científica de la vida no puede ser replicado. El cincuenta y uno por ciento de los hallazgos en los trabajos de economía no pueden ser replicados. Como otros periodistas lo han destacado, más del 40 por ciento de los estudios médicos publicados en revistas del más alto renombre no pueden ser replicados. ¿Causan los teléfonos celulares cáncer? Sí; y luego no. ¿Comer huevos para el desayuno aumenta su riesgo de ataque cardiaco? Sí, y también los reduce. ¿Tomar leche hace a las personas obesas? Sí, y luego no. ¿Ciertas grasas de hecho le ayudan a perder kilos? No, y luego sí.
“Los hallazgos de estos estudios resuenan con el sentimiento de muchos académicos contemporáneos: de que muchos de los hallazgos de investigaciones publicadas podrían ser falsos”, escribió el Guardian. “Así como otras fuentes de información, las revistas académicas podrían contener noticias falsas”.
¿No se puede confiar ni si quiera en la ciencia?
Cada año, Diccionario Oxford selecciona una palabra o expresión que resume el discurso social del año. ¿Cuál fue la elección de 2016?
La palabra, Post-truth (posverdad).
La cual significa: “En relación a, o indicando circunstancias en las cuales los hechos objetivos son de menor influencia en la formación de la opinión pública, que las instancias a la emoción y las creencias personales”.
Ésa es una palabra bastante apropiada para 2016, y bastante alarmante. Cada vez más vivimos en un mundo de posverdad. Y las ramificaciones apenas están comenzando a emerger.
De acuerdo con Richard Edelman, la falta de creencia en el sistema + los temores económicos y sociales + la pérdida de confianza en las instituciones = populismo.
Y cuando el populismo corre sin rienda, la historia muestra que la tiranía no está muy lejos. Líderes dictatoriales toman ventaja del enorme resquebrajamiento de la confianza. Y cuando el sistema finalmente se quiebra, porque la gente falla en resolver la causa de los problemas (piense en la Rusia comunista y Borís Yeltsin), la anarquía es lo que resulta.
Y un nuevo sistema completo es necesario.
Esto es exactamente lo que Estados Unidos necesita. Un nuevo sistema. Uno que traiga felicidad, prosperidad y justicia.
Hay soluciones para los problemas de este mundo. Pero la gente necesita estar dispuesta a escuchar y de hecho hacer las cosas que Dios dice que conducen a la felicidad y a la paz.
Así que, hay unos días oscuros por venir, pero Dios también dice que más allá de la oscuridad hay una luz fantástica.
Y ésa es una verdad en la que usted puede confiar. ▪