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La masacre de Las Vegas: el problema, la causa y la solución
El mundo moderno en general niega la existencia de lo espiritual, deseando solo explicaciones materiales.
Pero lo que pasó en Las Vegas en la noche del primer día de octubre no se puede entender de esa manera.
Durante 10 largos y aterradores minutos, Stephen Paddock lanzó desde su habitación en el piso 32 de un hotel cercano una lluvia de balas contra la multitud que asistía a un concierto al aire libre. Mató a 58 personas e hirió a 546 más en el tiroteo masivo más mortífero en la historia de Estados Unidos. Luego se suicidó de un disparo.
Los investigadores están fuera de sí tratando de descifrar por qué este hombre cometería un acto tan sangriento.
El mal puro desconcierta a las personas, aún si lo están viendo de frente.
Mientras los medios intentan darle sentido a esto, se enfocan en algunos temas básicos. Uno es que todos parecen estar de acuerdo en cuán buenas eran las personas que fueron atacadas, y cuán buenas fueron las personas que las ayudaron, y cuán bueno es Estados Unidos por ser fuerte frente a semejante maldad. También quieren culpar de esta tragedia al Congreso y al precario control de armas.
Ninguna de estas respuestas evitará más tragedias como esta. De hecho, todas son distracciones que nos impiden enfrentar la enfermedad más profunda en nuestro país.
Pesadillas como ésta son parte de las maldiciones sobre nuestra sociedad sin ley. El profeta Isaías escribió: “Sus obras son obras de iniquidad, y obra de rapiña está en sus manos. Sus pies corren al mal, se apresuran para derramar la sangre inocente; sus pensamientos, pensamientos de iniquidad; destrucción y quebrantamiento hay en sus caminos” (Isaías 59:6-7). Nuestros líderes son incapaces de detener tales ataques. Cuanto más lo intentan, más violenta se vuelve la sociedad, y más claro es que no tienen respuestas. “No conocieron camino de paz, ni hay justicia en sus caminos; sus veredas son torcidas; cualquiera que por ellas fuere, no conocerá paz. Por esto se alejó de nosotros la justicia, y no nos alcanzó la rectitud; esperamos luz, y he aquí tinieblas; resplandores, y andamos en oscuridad” (versículos 8-9).
Los comentaristas no pueden proporcionar ningún contexto o significado real detrás de eventos como este. “Palpamos la pared como ciegos, y andamos a tientas como sin ojos; tropezamos a mediodía como de noche; estamos en lugares oscuros como muertos” (versículo 10).
Simplemente no se le puede encontrar sentido sin la orientación que ofrece la Biblia.
Mucha gente está deprimida por lo que está pasando. Un doctor sugirió en televisión que la solución simplemente es no mirar mucho de eso. Deje de pensar en ello y siga adelante con su vida. ¿Es eso realmente una solución? Puede que ayude un poco durante un corto tiempo, pero no se pueden ignorar las malas noticias por mucho tiempo. ¡Están llenando el mundo cada vez más!
Necesitamos una solución mucho mejor que esa.
La ignorancia no resuelve nada. Debemos buscar entendimiento y verdad. La verdad en realidad proporciona una esperanza genuina.
Jesucristo dio entendimiento sobre la verdadera causa de tragedias como la masacre de Las Vegas. Él habló explícitamente sobre un ser espiritual malvado, “el diablo”, que “ha sido homicida desde el principio” (Juan 8:44). Él lo llamó “el príncipe de este mundo”, reconociendo su influencia maligna generalizada (Juan 14:30). Él sabía que Él mismo sería brutalizado y asesinado por esta “potestad de las tinieblas” (Lucas 22:53).
¿Cuánto sabe usted sobre este peligroso ser? El apóstol Pablo advirtió que, si lo ignoramos, él gana ventaja sobre nosotros (2 Corintios 2:11).
Las Escrituras revelan que Satanás no está solo: él gobierna a millones de demonios. También muestran que, en este tiempo del fin, él y sus demonios han sido confinados a esta Tierra, ¡lo cual trae una terrible aflicción sobre todos los que vivimos aquí! (Apocalipsis 12:9, 12).
¡Piense en las calles empapadas de sangre y lágrimas de Las Vegas Strip para tener una idea de la insondable aflicción que pueden causar estos espíritus diabólicos!
Tristemente, su influencia letal e infernal está creciendo, y ¡va a empeorar! Cada vez más personas están invitando la presencia demoníaca a sus vidas. Están saturando sus mentes de entretenimiento malvado; se están rindiendo al mal, a emociones de odio; se están volviendo adictos a medicamentos recetados en cantidades récord; están tomando otras sustancias peligrosas que alteran la mente, ¡y todo ello hace que para los demonios sea mucho más fácil manipular sus pensamientos! La cantidad de gente inestable en este mundo está creciendo rápidamente.
¡Si usted deja que Satanás lo atrape, puede terminar haciendo cosas abominables!
En Las Vegas, las autoridades están buscando motivos. Éste es el motivo: “¡Porque el diablo ha descendido a vosotros con gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo! ”
Ese versículo tiene malas noticias; ¡pero también muy buenas noticias! ¡El tiempo que le queda a Satanás en la Tierra es “poco”! Él está a punto de ser expulsado de su trono en esta Tierra y desterrado por el Rey de reyes (Apocalipsis 20:1-2).
Sin embargo, a corto plazo, ¡nuestro mundo va a experimentar atrocidades peores y peores mientras la gran ira de Satanás alcanza alturas sin paralelo! Un demoníaco hombre armado disparando a una multitud es solo el comienzo. Mire a su alrededor la explosión de las crisis que azotan nuestro mundo: ¡desastres climáticos, odio racial y desintegración social, volatilidad económica, inestabilidad internacional, proliferación nuclear!
¡Cristo profetizó que estos problemas culminarían en un corto período del peor sufrimiento en la historia humana! (Mateo 24:21).
El mundo sigue buscando explicaciones materiales; ¡incluso mientras se consume en la oscuridad espiritual!
Si usted deja a Dios fuera del cuadro, no solo no podrá comprender los eventos, sino que estos llevarán a un clímax catastrófico: ¡la aniquilación humana! (versículo 22). Ésta es una cruda realidad que los medios y los políticos se niegan a enfrentar. Si no hay Dios, no vamos a sobrevivir.
Pero hay un Dios. ¡Por el momento, Él nos está dejando seguir nuestro propio camino para que podamos ver que somos incapaces de gobernarnos correctamente a nosotros mismos!
Usted sabe, si ha vivido un tiempo, que usted no puede resolver sus problemas. Yo no pude; yo hice de mi vida un desastre tratando de hacer las cosas a mi manera. ¡Tuve que aprender que eso nunca funcionaría!
¿Qué tipo de desastres serán necesarios antes de que las personas aprendan esa lección?
“Mirad también por vosotros mismos”, dice Dios en Lucas 21. ¡Cuídense! No pueden confiar en su naturaleza humana. No pueden confiar en nadie más que en Dios. Presten atención, “que vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día. Porque como un lazo vendrá sobre todos los que habitan sobre la faz de toda la tierra” (versículos 34-35).
Ésta es una promesa de Dios. Las pesadillas no van a estar restringidas a ciudades como Las Vegas y rincones del mundo. La tribulación viene sobre todos aquellos que están en la Tierra entera. ¡Dios va a corregir a todas las personas!
Así que esto es lo que usted debe hacer, y lo que todos debemos hacer: “Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre” (versículo 36).
¡Moffatt traduce ese versículo así: “De hora a hora manténgase despierto”! ¡Manténgase despierto! Están sucediendo muchas cosas en este mundo, ¡y necesitamos prestar mucha atención!
Si hacemos eso y ponemos nuestra confianza en Dios, no debemos temer lo que está sucediendo en el mundo. Necesitamos desesperadamente la visión y esperanza que solo Dios provee.
Por supuesto, somos humanos y podemos ser cobardes. Yo también puedo serlo. Pero sé que, si pongo mi fe y mi confianza en Dios, Él hará exactamente lo que dice. ¡Él cumple Su palabra en todo momento! ¡Y eso incluye su promesa inquebrantable de eliminar y desterrar a Satanás el asesino y establecer su maravilloso Reino en la Tierra! ▪