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La Jerusalén monumental del rey Salomón

Julia Goddard/aiba

La Jerusalén monumental del rey Salomón

Los Salmos se refieren en repetidas ocasiones a las puertas de Jerusalén, unos de los símbolos más prominentes de la ciudad santa. Al leer estos pasajes, es fácil imaginarse la Puerta de Jaffa o la Puerta de Damasco en la Ciudad Antigua. Pero éstas no son las puertas a las que se referían los salmistas. Hablaban de las puertas de la ciudad original conquistada por el rey David y desarrollada significativamente por Salomón, Ezequías y Josías.

De hecho, conocemos la ubicación precisa de una de estas antiguas puertas, así como su muro recto adjunto y su torre saliente. El análisis de la arqueología de los tres elementos proporciona un impresionante panorama del monumental programa de construcción del rey Salomón en Jerusalén.

El muro

“Ama [el Eterno] las puertas de Sion más que todas las moradas de Jacob” (Salmo 87:2). El salmista creía que Dios se interesaba especialmente por las puertas de la antigua Jerusalén, que estaban situadas en Sión. Sión en la Biblia se refiere a una larga cresta en forma de media luna de norte a sur bordeada al este por el valle del Cedrón y al oeste por el valle del Tiropeo.




En tiempos de Abraham, cuando se estableció por primera vez Jerusalén (entonces llamada Salem), el asentamiento estaba situado en el extremo sur de esta cumbre, centrado alrededor del manantial de Gihón. Este asentamiento seguía existiendo en el mismo lugar seis siglos después, cuando Israel conquistó la Tierra Prometida bajo Josué. Entonces estaba habitado por jebuseos y se llamaba Jebús.

Unos 400 años más tarde, alrededor del año 1000 a. e. c., el rey David y su ejército sitiaron Jebús y tomaron la ciudad. “Pero David tomó la fortaleza de Sion, la cual es la ciudad de David” (2 Samuel 5:7). A partir de entonces, la Biblia se refiere generalmente a la parte más meridional y antigua de Jerusalén como la ciudad de David.

Tanto la arqueología como el registro bíblico muestran que David fortificó la ciudad existente, relativamente pequeña, de Jerusalén en la cumbre de Sion. Su mayor proyecto de construcción fueron los nuevos aposentos reales al norte de esta ciudad, como demuestran las excavaciones realizadas por la Dra. Eilat Mazar (véase la página 26).

Cuando murió el rey David, el reino de Israel era poderoso, seguro y próspero. Esto permitió a su sucesor, Salomón, emprender enormes proyectos de construcción en Jerusalén y a través de todo el reino.

“Salomón hizo parentesco con Faraón rey de Egipto, pues tomó la hija de Faraón, y la trajo a la ciudad de David, entre tanto que acababa de edificar su casa, y la casa de [el Eterno], y los muros de Jerusalén alrededor. … Esta es la razón de la leva que el rey Salomón impuso para edificar la casa de [el Eterno], y su propia casa, y Milo, y el muro de Jerusalén, y Hazor, Meguido y Gezer” (1 Reyes 3:1; 9:15).

“La casa de [el Eterno]”, el espectacular templo de Jerusalén se hizo mundialmente famoso. Pero observe que, además de construir el templo, su propio palacio y numerosas ciudades fortificadas, Salomón construyó “el muro de Jerusalén”. Si fue algo parecido al palacio y al templo, habría sido una estructura impresionante.

El palacio, el templo y el muro formaban parte de Jerusalén y, por tanto, se construyeron en la cumbre de Sión. ¿Dónde? La geografía de Jerusalén revela la respuesta. Los profundos valles al sur, este y oeste de la ciudad habrían forzado lógicamente un nuevo desarrollo más al norte.

La Biblia se refiere a esta parte de la topografía de Jerusalén como el Ofel. El significado de esta palabra es algo oscuro, pero puede definirse como una protuberancia o montículo elevado. La Biblia y la geografía indican que esta expansión hacia el norte es donde Salomón construyó el templo, su palacio y “los muros de Jerusalén”.

¿Qué nos dice la arqueología?

En 2010, las excavaciones realizadas por la Dra. Mazar en el Ofel, patrocinadas por Daniel Mintz y Meredith Berkman, descubrieron una porción de 34 metros de largo (112 pies) y 2,5 metros de ancho (8 pies) de un muro enorme. Este muro fue datado en el siglo X a. e. c. Hasta esta excavación, se creía que esta longitud adicional de muro de la ciudad, también conocida como el “muro recto”, fue construido después de Salomón (posiblemente unos 200 años). Sin embargo, al excavar las capas estratificadas contra la base del muro, el equipo de la Dra. Mazar descubrió que este muro se construyó durante el siglo X.

La puerta de entrada de Jerusalén

El descubrimiento relativamente reciente del gran muro de Salomón complementa otra estructura masiva, una que comenzó a excavarse décadas antes: la Puerta de la Ciudad de Ofel. Aunque la Biblia registra que Jerusalén tenía muchas puertas, la Puerta de la Ciudad de Ofel es la única hasta ahora descubierta y datada con seguridad en el periodo del Primer Templo.

En Israel se han encontrado varias puertas del periodo bíblico. Como ya se ha mencionado, se han excavado puertas de entrada en Hazor, Meguido y Gezer, ciudades enumeradas como parte del programa de construcción de Salomón (1 Reyes 9:15). Las puertas de entrada de estas ciudades son enormes, con seis cámaras cada una. Otras descubiertas tienen cuatro.

Al comparar la Puerta de Ofel en Jerusalén con la Puerta del Palacio en Meguido, la Dra. Mazar observó que las longitudes, la anchura de los pasajes centrales, el grosor de los muros y el tamaño de las cámaras son prácticamente idénticos. Esto “parece indicar que las dos puertas se construyeron siguiendo un plano idéntico, muy probablemente procedente de la misma oficina de arquitectura”, escribió ella (Discovering the Solomonic Wall in Jerusalem [Descubriendo el muro salomónico de Jerusalén]).

Sin embargo, la datación de la puerta de entrada de Ofel ha sido objeto de debate por parte de otros estudiosos, especialmente desde la muerte de la Dra. Mazar en 2021.

Dos artículos académicos publicados en la revista arqueológica Tel Aviv han intentado volver a fechar la puerta de entrada de Ofel de la Dra. Mazar fuera del siglo X. El primero, “The Iron Age Complex in the Ofel, Jerusalem: A Critical Analysis” [El complejo de la Edad de Hierro en el Ofel, Jerusalén: Un análisis crítico], fue escrito por el profesor Israel Finkelstein. Postula que toda la estructura de la puerta de entrada se construyó en el siglo VIII o después.

El segundo documento, “Jerusalem’s Growth in Light of Excavations of the Ofel [El crecimiento de Jerusalén a la luz de las excavaciones del Ofel]”, fue escrito por el Dr. Ariel Winderbaum, que recientemente terminó su tesis doctoral sobre el conjunto de cerámicas de la excavación del Ofel por la Dra. Mazar. Winderbaum opina que si bien los cimientos de la puerta de entrada de Ofel pertenecen al siglo X, la puerta de entrada superior debe datarse en el siglo VIII.

Obviamente, ambos puntos de vista entran en conflicto con la datación de Mazar de toda la puerta de entrada en el siglo X a. e. c. ¿Puede defenderse su datación? Para entender por qué ella fechó toda la puerta de entrada en el siglo X, debemos examinar tres rasgos distintos: el muro oriental, el pasadizo central y la cámara sureste.

En primer lugar, es importante señalar: Mazar encontró en las tres zonas lo que indiscutiblemente es cerámica del siglo X. La Biblia relata que el rey Salomón reinó en Jerusalén durante 40 años, durante los cuales Jerusalén experimentó un desarrollo y un importante crecimiento de población. Esto significa que la cerámica del siglo X que encontró la Dra. Mazar está muy probablemente asociada con Salomón.

Cualquier intento de volver a fechar la puerta de entrada de Ofel fuera del siglo X debe explicar la presencia de cerámica del siglo X en una puerta de entrada que, según ellos, se construyó mucho más tarde.

Examinemos cada una de las tres secciones de la puerta de entrada de Ofel.

El muro oriental

La extensión completa del enorme muro oriental quedó al descubierto en la excavación de 2009-2010. Aunque hay algunas ligeras variaciones en el estilo de construcción del muro, por ejemplo, una hilada correctiva de piedras hacia la mitad del muro, su aspecto y diseño son en general coherentes de arriba abajo. Como todos los muros del periodo del Primer Templo en el Ofel, el muro oriental está construido directamente sobre el lecho de roca.

Tras la construcción del muro oriental, se introdujo un enorme relleno de tierra para elevar el nivel del suelo a la misma altura que la entrada de la puerta. La cerámica encontrada en la parte inferior de este relleno fue datada en la época de Salomón. Utilizando esta cerámica, la Dra. Mazar dató el muro oriental en el mismo periodo.

Un muro separado de 4 metros de altura (13 pies) colinda con el extremo norte del muro oriental. Este muro tiene la misma altura que la entrada de la puerta. La Dra. Mazar interpretó que se trataba de un muro construido para sujetar el relleno de tierra en el interior de la torre saliente que protegía la entrada de la puerta. El hecho de que este muro de soporte alcance la misma altura que el muro oriental en la puerta de entrada es una prueba adicional de que se trataba de una pasarela.

Tanto Winderbaum como Mazar demostraron que la cerámica hallada en los rellenos más bajos contra el muro oriental data claramente del periodo salomónico. Winderbaum cree que las hiladas más bajas del muro oriental se construyeron por separado (y antes) de las hiladas superiores de la puerta de entrada. La Dra. Mazar no estaba de acuerdo, creía que todo el muro oriental era una unidad y se construyó al mismo tiempo. La razón por la que Winderbaum cree que el muro superior se construyó más tarde es que los tiestos de cerámica de las partes superiores del relleno databan de la época posterior.

Pero esto no significa que el muro superior tuviera que construirse por separado. La presencia de cerámica de época tardía en el nivel superior no es inesperada, probablemente se importó con el relleno que se habría traído ocasionalmente para elevar el suelo (que se desgastó con el tiempo). Es importante destacar que los niveles más bajos del relleno no produjeron ninguna cerámica tardía. Winderbaum también cree que el recorrido correccional a media altura del muro es otro indicio de que se trata de una adición posterior.

Sin embargo, la opinión de Finkelstein es diferente. Él escribió, “Si los últimos tiestos en este relleno efectivamente datan de la Edad del Hierro iia, están en contraste con el relleno más bajo debajo de la puerta de entrada”. Esto no aborda el asunto, pero quizás es una ligera admisión de que el relleno contra la pared pertenece al período de Salomón.

Aunque admite la presencia de cerámica del periodo salomónico, Finkelstein tiene una sugerencia plausible, aunque creativa, de cómo pudo llegar hasta el relleno. “De hecho, la tierra para el relleno podría haber sido traída aquí en una fase posterior de la Edad del Hierro a partir de un vertedero de escombros con tiestos del Hierro iia”. Mientras es posible, la gran cantidad de tiestos solomónicos sin un sólo tiesto posterior hace que esto sea extremadamente improbable. Además, si como cree Finkelstein, Jerusalén era una mera aldea tribal en esta época, ¿a qué distancia tuvieron que viajar los constructores para encontrar un relleno que contuviera tanta cerámica del periodo salomónico?

El pasadizo de la puerta de entrada

La excavación del pasadizo central de la puerta de entrada tiene una larga historia. En los dos últimos días de excavación en 1986, la Dra. Mazar examinó una sección transversal del pasadizo situada bajo un muro de época romana temprana. En su excavación de muestra, encontró un “suelo de cal maravillosamente conservado” con cerámica asentada encima. La temporada siguiente (verano de 1987), Mazar y su equipo desmantelaron las estructuras posteriores, dejando totalmente al descubierto el suelo de cal. El suelo de cal se conservó hasta una longitud de 10 metros (33 pies) y una anchura de 1,3 metros (4 pies).

Es importante destacar que la Dra. Mazar descubrió que el suelo de piedra caliza colindaba (literalmente tocaba) los muros fundacionales de la puerta de entrada. El suelo también se extendía por encima del umbral de la garita de la puerta de entrada (el muro oriental descrito anteriormente) y se extendía ligeramente fuera de la entrada la puerta. Esta pequeña porción de suelo que se extendía fuera de la puerta de entrada proporciona una importante visión de la función de esta misma. Demuestra que el relleno masivo contra el muro oriental se utilizó para sostener el suelo de tiza.

Encima del suelo, Mazar encontró restos del último uso de la puerta de entrada (de la época de la destrucción de Jerusalén en 586 a. e. c.). “Estos hallazgos eran una prueba inequívoca de que aquí estaba el suelo original del periodo del Primer Templo, tal y como esperábamos”, escribió tras la campaña de 1987. Crucialmente, este suelo se asentaba aproximadamente 1 metro (3 pies) por encima del lecho rocoso. Esto significaba que había un gran volumen de material fechable bajo el suelo. En la fase de 1987, la Dra. Mazar retiró todas las estructuras posteriores que cortaban el suelo. Mientras tanto, el suelo y el metro de relleno que había debajo no se excavaron por completo hasta la temporada de 2009.

En 2009, cuando la Dra. Mazar volvió a excavar el relleno del pasadizo, no encontró ningún cambio perceptible en la naturaleza del material. Aun así, decidió separar la mitad superior del relleno del material inferior. Esta separación no se basó en nada de lo que ella encontró, fue simplemente una buena práctica arqueológica y una decisión tomada de antemano.

La Dra. Mazar explicó por qué lo hizo en 2011: “El suelo de cal, que se descubrió durante nuestras excavaciones de 1986, constituía el último suelo del pasadizo de la puerta de entrada. En general, los suelos de lugares tan transitados se desgastarían sin duda muy rápidamente y requerirían reparaciones constantes; sin embargo, a diferencia de sus capas superiores, el relleno de tierra más bajo, que se superpone directamente al lecho rocoso, probablemente estaría inalterado y tal vez incluso proporcionaría hallazgos que revelarían cuándo se había construido la puerta de entrada. La idea de dividir la excavación del relleno de tierra bajo el suelo de cal pretendía aislar el relleno original del suelo por encima de las capas de reparación posteriores”.

El razonamiento de la Dra. Mazar aquí fue genial. Al dividir el relleno en dos y separar el material de la parte superior del de la inferior, preservó el material más antiguo y, posiblemente, el más importante. Y como ella esperaba, cuando llegó el momento de excavar, encontró objetos de época posterior en la parte superior del relleno. Mientras tanto, también como esperaba, el medio metro inferior de relleno no contenía objetos del periodo posterior.

Para datar este material, la Dra. Mazar comparó la cerámica que encontró en el relleno del pasadizo con la encontrada en otros yacimientos del siglo X, sobre todo Khirbet Qeiyafa (un yacimiento irrefutablemente datado a principios del siglo X). Basándose en la falta de engobe rojo y de bruñido a torno, así como en otras similitudes con la cerámica hallada en Khirbet Qeiyafa, Mazar pudo datar su material (y la puerta de entrada) en el periodo salomónico. En su informe, Winderbaum coincide con la datación de Mazar de esta capa anterior dentro del pasadizo. Según escribe, el conjunto de cerámica “debería datarse también a principios del Hierro iia”.

Mientras tanto, Finkelstein rechazó la justificación de Mazar para separar el relleno superior del inferior. Afirmó que “todo el relleno debe evaluarse en conjunto”. Utilizando cerámica selecta y otros objetos descubiertos en el relleno superior que sí eran de fecha posterior, Finkelstein dató todo el relleno hasta el lecho rocoso en el siglo VII.

Pero ¿qué ocurre con el relleno y la cerámica del fondo del pasadizo que tanto la Dra. Mazar como Winderbaum dataron a principios del Hierro iia? ¿Cómo explica Finkelstein su presencia? No lo hace, ignora el claro material salomónico hallado en las partes más bajas del relleno.

La cámara del sur

Por último, llegamos a la cámara sur de la puerta de entrada de Ofel. Esta cámara, notablemente bien conservada, fue excavada por primera vez en 1976 y de nuevo en 1986. En esta cámara, Mazar encontró un suelo de tiza blanca similar al del pasadizo central. Este suelo también colindaba con (literalmente tocaba) los muros de la puerta de entrada, y parecía entrar parcialmente en la cámara desde el pasadizo central. Según el informe de Mazar de 1989, tanto los restos del suelo como el relleno de tierra situado inmediatamente debajo (la “composición”) se excavaron juntos. Esto significa que todo el relleno, de arriba abajo, se combinó en la excavación.

Uno se pregunta: ¿Tendríamos una comprensión más clara de esta cámara si Mazar y su abuelo en 1986 hubieran dividido el relleno en dos secciones, como hizo Eilat cuando excavó el pasadizo en 2009?

Aún así, la excavación de los Mazar del relleno bajo el suelo de la cámara produjo algunos resultados espectaculares. Según el informe de la Dra. Mazar de 1989, ella fechó inicialmente la cerámica en el siglo IX a. e. c., después del periodo salomónico. Sin embargo, en este mismo informe identificó claramente tipos de cerámica que empezaron a utilizarse en el siglo X y continuaron en el siglo IX. El informe de 1989 también afirma que algunos tipos de cerámica fueron bruñidos a torno, lo que no es una característica de la cerámica del siglo X.

En 2011, la Dra. Mazar volvió a examinar la cerámica hallada en la excavación de 1986 y modificó su datación de la cámara. Estudiando de nuevo la cerámica y cotejándola con la información de los yacimientos y la cerámica de la que no disponía en 1989, la Dra. Mazar determinó que era imposible deducir si los tiestos habían sido bruñidos a torno o a mano.

En su análisis de 2011, Mazar afirmó que era un error datar la cerámica según su último uso (en el siglo IX) y explicó que, en su lugar, debía datarse según el periodo medio de uso. Esto dataría la cerámica de la cámara sur en el siglo X.

El hecho de que la Dra. Mazar reexaminara y volviera a fechar una excavación anterior no es inusual en la arqueología. De hecho, es buena ciencia reconsiderar hallazgos más antiguos en el contexto de hallazgos y conocimientos más recientes. En este caso, sin embargo, algunos tienen un problema con la reexaminación de la excavación de 1986 por parte de la Dra. Mazar. ¿Por qué? Porque las pruebas indican que la cerámica de esta cámara también data del periodo salomónico.

El informe de Winderbaum sobre esta cámara sur es interesante. Él declaró que “había dos rellenos debajo del suelo, el inferior de los cuales sostenía un suelo anterior que no sobrevivió”. De alguna manera fecha este relleno más bajo a principios del Hierro iib (VIII siglo a. e. c.). Su metodología para dividir el relleno no está clara, especialmente considerando la propia conclusión de la Dra. Mazar sobre el relleno. “La sección del relleno resultó uniforme, sin cambios en el plinto [cimiento] de piedra” (Mazar, 1989). Quizá Winderbaum tenga acceso a más información y datos no incluidos en el informe final de Mazar. No obstante, no se ha referido a la nueva datación de la Dra. Mazar del relleno uniforme al periodo salomónico.

¿Es esta la puerta de entrada de Salomón?

El hecho de que tres arqueólogos de campo profesionales y respetados tengan tres opiniones diferentes sobre la datación de la puerta de entrada de Ofel no es sorprendente, sobre todo si se tiene en cuenta la cantidad de construcciones (y demoliciones) que se han producido en Ofel en los últimos 3.000 años. Arqueológicamente, el Ofel es uno de los lugares de la Tierra más difíciles de comprender.

La Dra. Eilat Mazar, la arqueóloga con más historia en el yacimiento, la que más tiempo dedicó a pensarlo y estudiarlo, creía que toda la puerta de entrada de Ofel debía datarse en el siglo X a. e. c. Winderbaum excavó brevemente en Ofel, bajo la dirección de la Dra. Mazar. Finkelstein no ha excavado en Ofel en absoluto.

¿Qué dice el texto histórico?

El libro de Reyes, que se cree que fue compilado por Jeremías a finales del siglo VII y principios del VI a. e. c., cuando aún se utilizaba la puerta de entrada del Ofel, documenta un impresionante proyecto de construcción en Jerusalén bajo el reinado de Salomón. 1 Reyes 9:10, 15 y otros versículos registran cómo Salomón expandió Jerusalén desde la antigua ciudad de David hacia el norte, hasta la cresta del Ofel. Aquí, en el Ofel, construyó su vasto complejo real, que incluía su palacio, el enorme edificio de la armería, el templo y los muros y puertas de entrada de la ciudad.

“Esta es la razón de la leva que el rey Salomón impuso para edificar la casa de [el Eterno], y su propia casa, y Milo, y el muro de Jerusalén, y Hazor, Meguido y Gezer” (1 Reyes 9:15). El registro histórico es claro y detallado: La construcción en el siglo X de Jerusalén y sus murallas, que incluyen puertas, ¡fue llevada a cabo por el rey Salomón!

Cada lector tendrá que sopesar las pruebas y decidir por sí mismo. Sería útil que dispusiéramos de más datos, más cerámica, más muros y suelos al descubierto, más partes de la puerta de entrada y sus estructuras auxiliares al descubierto. ¡La única forma de conseguirlo es excavando!

Por ahora, nuestra opinión es que cuando se considera el registro bíblico junto con el arqueológico, la opinión de la Dra. Mazar es la mejor. Como ella escribió, “fechar la construcción de la línea de fortificación en el Ofel en algún momento de la segunda mitad del siglo X hace que el rey Salomón sea el mejor candidato para ser su arquitecto”.

La Torre Grande

Además del muro de Salomón y de esta puerta de entrada salomónica, aún queda otra impresionante estructura esperando por ser descubierta.

El gobierno británico envió al capitán Charles Warren a realizar excavaciones en Jerusalén entre 1867 y 1870. Warren quería excavar el Monte del Templo, pero fue imposible. En su lugar, trabajó en el Ofel y excavó una red de pozos y túneles hacia la parte sur del Monte del Templo.

Durante estas excavaciones, Warren descubrió y cartografió las dimensiones de lo que se denomina la Torre Grande. Esta estructura, adyacente y conectada a la puerta de entrada salomónica, es esencialmente un muro secundario de protección. Los arqueólogos han descubierto torres de puertas de entrada similares, como en Meguido y Laquis.

Una torre saliente defiende la puerta y obliga a los que se acercan a hacer un giro en ángulo recto. Las tropas invasoras se encontrarían entonces en un camino estrecho, junto al muro de la ciudad, dando a los defensores una posición ventajosa para apuntar a las tropas invasoras.

Hoy en día, la torre saliente que protege la puerta de entrada no puede verse. No sólo está bajo tierra, sino también bajo la Calle de Ofel, la concurrida vía de Jerusalén que bordea la parte oriental de la Ciudad Antigua. Los ingenieros que construyeron la Calle Ofel pueden dar las gracias al rey Salomón, la Gran Torre en realidad lastra un tramo de unos 50 metros de longitud de la calle, impidiendo que se deslice hacia el valle del Cedrón.

“En el ángulo sureste de esta torre adicional hemos encontrado otro muro que desciende hacia el Cedrón: Tiene 19 pies [6 metros] de largo, y luego toma un giro hacia el suroeste”, escribió Warren en un informe el 2 de octubre de 1868. “No lo hemos seguido más lejos. Se ha examinado hasta una profundidad de casi 40 pies (12 metros), las piedras son sillares bien vestidos; de tamaño aproximado de 1,6 a 2 pies [50 a 60 centímetros] de alto, y de 2 a 3 pies [60 a 90 centímetros] de largo. Una proyección isométrica desde la torre extra y el muro saliente está incluida. Se puede ver que, si los escombros se removieran en el valle, aún quedaría un muro escarpado para Ofel de entre 12 y 15 metros de altura, que sólo queda empequeñecido por la estupenda altura del muro [del Monte del Templo] que hay al lado”.

Más tarde, Warren excavó un pozo hasta la base del muro, revelando que éste tenía una altura de 20 metros (66 pies) y una longitud de 24 metros (80 pies). ¡Las dimensiones que tomó revelaron que esta estructura era tan alta como la parte sobre el suelo del Muro Occidental!

El significado

Comparado con otros muros fortificados, la Torre Grande del Ofel es extraordinaria. Es 6 metros (20 pies) más alta que la parte más alta de la Gran Muralla China. Es 4 metros (13 pies) más alta que las murallas de Nínive, la capital de la antigua Asiria. La parte conservada de la torre saliente de Jerusalén es 6 metros (20 pies) más alta que la parte visible de la Puerta de Istar, la gigantesca puerta de la Babilonia del rey Nabucodonosor y quizá la puerta antigua más famosa del mundo.

Según todos los indicios, la puerta salomónica y su torre saliente son inmensas, casi inimaginables. El tamaño colosal de la torre saliente empequeñece cualquier otro descubrimiento del mundo bíblico hallado en Israel. Los detalles sobre el muro del rey Salomón y la gran puerta de entrada están bien establecidos. La Jerusalén monumental de Salomón existe. Pero tal vez, sólo mediante la futura excavación del tercer elemento, el más monumental de todos, la Torre Grande, la verdadera grandeza de la Jerusalén de Salomón será inevitablemente obvia.