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La guerra contra el dólar
El Foro Económico Mundial, otras instituciones globales y regionales, y personas poderosas como Bill Gates están pidiendo un “gran reinicio” de la economía en respuesta a la pandemia. Dicen que esto ayudará a eliminar la pobreza. Los planes incluyen la introducción de impuestos sobre la riqueza, regulaciones gubernamentales y programas de gasto en infraestructuras. Después de cerrar la economía, planean reconstruirla al estilo socialista.
Se trata de un ataque directo al actual sistema financiero mundial, concretamente a su dependencia de Estados Unidos. El coronavirus está siendo utilizado como pretexto.
Un sistema que ya está en marcha pretende sustituir al dólar estadounidense como moneda de reserva mundial. En la década de 1970, se temía que el dólar perdiera su valor. La solución propuesta fueron los derechos especiales de giro (deg) asignados por el Fondo Monetario Internacional (fmi). Los deg se crearon como “el principal activo de reserva del sistema monetario internacional”. Hasta ahora, se han utilizado poco. Pero debido a la pandemia, los deg han cobrado nueva vida.
El economista y escritor estadounidense Jim Rickards advierte que el uso de los deg podría hacer que el dólar dejara de funcionar como moneda de reserva mundial. En su lugar, advierte, se convertiría en una moneda local que ya no se utiliza para determinar el precio del petróleo ni como medio de liquidación y balanza de pagos entre países. Las grandes empresas podrían entonces “publicar sus resultados financieros en deg, no en dólares”.
Desde su creación, los deg sólo se han asignado en cuatro ocasiones. El récord fue de 250.000 millones de dólares, asignados en 2009 durante el gobierno de Obama. Ahora la administración Biden, controlada en gran medida por Obama, ha permitido una asignación de más del doble: el 2 de agosto, el fmi anunció la asignación “histórica” de 650.000 millones de dólares en deg.
Esta medida extrema se tomó supuestamente para ayudar a los países pobres a reponer sus reservas financieras, diezmadas en la crisis del coronavirus. En realidad, la mayoría de las asignaciones van a parar a países económicamente fuertes. Y lo que es peor, cada nación que recibe deg podría técnicamente cambiarlos por dólares de EE UU a bajo coste. Aunque también podrían cambiarlos por euros o renminbi, el dólar es la moneda más favorecida. La mayoría de los países tienen que conseguir dólares para comerciar de todos modos, y los deg son una forma más fácil de conseguirlos.
El senador republicano Marco Rubio escribió el 24 de marzo que “no hay absolutamente ninguna razón para promover una moneda de reserva internacional por encima del dólar de EE UU”. Advirtió que tiranías como Rusia y China podrían hacer uso de los deg asignados y perjudicar a EE UU. Como es lógico, las principales potencias que piden asignaciones de deg son China y Europa.
También cabe destacar que el fmi está considerando una versión digital de los deg. China y la UE también están trabajando activamente en monedas digitales. Por sí solos, China y Europa pueden no tener la fuerza necesaria para sustituir al dólar, pero juntos, conectados a través del fmi, pueden romperle el cuello. Los deg, aunque perjudican al dólar, en realidad fortalecen a las demás monedas de la cesta del fmi. Por ejemplo, los deg pueden cambiarse por renminbis chinos, reforzando así la moneda de China como reserva mundial. A su vez, China podría solicitar al fmi que aumentara la cuota del renminbi en su cesta de monedas y disminuyera la del dólar. En algún momento, el dólar se convertiría en una de las muchas monedas de reserva iguales conectadas a través de los deg.
Es importante que quienes contribuyan a la cesta de monedas también tengan voz y voto sobre quién recibe los deg en el futuro. A medida que EE UU pierda poder, esta tendencia podría intensificarse rápidamente.
Un ejemplo reciente muestra el poder que podría tener pronto el fmi. El 18 de agosto, Reuters informó que el fmi suspendió el acceso de Afganistán a sus recursos, incluidos 440 millones de dólares en nuevas reservas monetarias. EE UU solicitó la prohibición debido a la toma de Kabul por parte de los talibanes. En este caso, pocos criticaron la medida. Pero ¿quién sabe a quién puede excluir el fmi mañana si China y Europa tienen el mando?
Sea como sea, el mundo se está preparando para rechazar el dólar como principal moneda de reserva. Una vez que esto ocurra, EE UU perderá su influencia económica. Esto abriría la puerta para que otra potencia controle el comercio mundial según sus propias reglas y dictados.
Una vez que el dólar sea reemplazado y se establezca una moneda digital, nos despertaremos en un mundo radicalmente diferente. ▪