Reciba nuestro boletín gratis

La guerra civil envuelve a Ecuador

La guerra civil envuelve a Ecuador

El 9 de enero, hombres armados asaltaron el estudio del canal de televisión pública ecuatoriano TC durante una transmisión, intensificando una ola de violencia que ha inundado la nación suramericana en los últimos días. En respuesta, el presidente ecuatoriano, Daniel Noboa, identificó a 22 bandas como organizaciones terroristas y ordenó a sus militares que las persiguieran. Calificó este hecho de “conflicto armado interno”, señalando al mundo que Ecuador está inmerso en una guerra civil.

Varias explosiones han sacudido el país en los últimos días y al menos siete policías han sido secuestrados.

Levantamiento en las cárceles: el líder pandillero Adolfo Macías desapareció de la cárcel el 7 de enero. Tras su desaparición, los presos empezaron a tomar las cárceles y las bandas declararon la guerra a la policía y a los civiles. Los reclusos mantienen como rehenes a más de 130 guardias y personal de prisiones en al menos cinco instalaciones.

En respuesta, Noboa declaró un estado de emergencia de 60 días el 8 de enero.

Noboa, que asumió el cargo en noviembre, ha prometido acabar con la violencia del narcotráfico en Ecuador. Su gobierno cree que los recientes ataques son una represalia por los planes de construir una nueva prisión de alta seguridad para los líderes de las bandas.

¿Quién está detrás del ataque? Las autoridades de Estados Unidos han condenado la violencia. Pero las condenas suenan huecas porque son las adicciones de la población estadounidense las que están financiando a los carteles de la droga.

El problema de la droga en Latinoamérica no podrá resolverse hasta que se erradique la drogadicción en Estados Unidos. Hasta entonces, la decadencia estadounidense seguirá asolando sus propias ciudades y regiones lejanas.

Más información: lea “¿Qué es la libertad verdadera?” en nuestro folleto No hay libertad sin ley.

NO HAY LIBERTAD SIN LEY

En todas partes, la gente lucha y se esfuerza por obtener mayor libertad. Al mismo tiempo, luchan contra la ley. Esto demuestra una peligrosa incomprensión de la naturaleza de la libertad verdadera y de la necesidad de una ley justa. El hecho es que sin ley no hay libertad verdadera. ¿Tiene usted la actitud hacia la ley que conduce a la libertad verdadera?