(MICHAEL KAPPELER/PICTURE ALLIANCE VíA GETTY IMAGES)
La filtración de conversaciones militares alemanas es parte de un escándalo más grande
“Como prometí, voy a publicar el audio de una conversación entre oficiales de las Bundeswehr [Fuerzas Armadas alemanas] en la que discuten cómo bombardearán el puente de Crimea”, escribió la redactora jefa de RT, Margarita Simonyan, el 1 de marzo. Sin embargo, en la grabación de audio de 38 minutos del 19 de febrero se hablaba de cómo Alemania podría entregar misiles Taurus a Ucrania sin el apoyo de soldados alemanes. Se trata de una gran polémica, porque contradice las razones del canciller alemán Olaf Scholz de negarse a proporcionar los misiles a Ucrania. Pero es sólo una parte de una historia mucho más grande.
“El canciller está mal asesorado o tiene un acuerdo especial con [el presidente ruso Vladimir] Putin”, concluyó el político alemán Roderich Kiesewetter en una conversación con Welt. El redactor jefe de la Trompeta, Gerald Flurry, lleva mucho tiempo apuntando a un acuerdo germano-ruso como la clave para entender las relaciones germano-rusas. El reciente escándalo pone al descubierto la verdad de este acuerdo.
La fecha de la publicación, el contenido y el contexto de la grabación hacen de la filtración una de las revelaciones más explosivas de las últimas décadas.
Traicionar a los aliados
La semana pasada, Scholz dijo respecto a los misiles Taurus: “Se trata de un arma de gran alcance. Y lo que están haciendo los británicos y los franceses en términos de control de objetivos y apoyo al control de objetivos no se puede hacer en Alemania”.
Su comentario reveló que los británicos y los franceses están ayudando directamente a Ucrania.
La declaración de Scholz indignó a los aliados británicos y franceses y planteó la pregunta: ¿Se puede confiar en Alemania? La filtración de la llamada telefónica aumentó su malestar.
El Telegraph escribió: “Alemania filtró accidentalmente secretos militares británicos a Rusia al utilizar tecnología de videotelefonía para hablar de misiles en Ucrania”. El periódico lo calificó de “una de las peores brechas de seguridad de Berlín desde la Guerra Fría”.
En la llamada, el teniente general de la Luftwaffe alemana Ingo Gerhartz reveló detalles adicionales sobre el apoyo británico a Ucrania y añadió casualmente: “Hay numerosas personas allí vestidas de civil que hablan con acento estadounidense”.
Nada de esto es probablemente una gran sorpresa para Rusia. Pero, ¿qué otros secretos militares ha entregado Alemania a Rusia?
Es la prueba del dicho de la Guerra Fría: Si quieres que Moscú sepa algo, dale la información a los alemanes.
Las filtraciones son demasiado numerosas para no ser calculadas.
El momento oportuno
Kiesewetter dijo a la cadena pública zdf que la publicación del audio podría ser un intento de “desviar el discurso público de las revelaciones sobre Wirecard y el funeral de Alexei Navalny”.
El insolvente proveedor de servicios financieros Wirecard está considerado como el escándalo financiero más grande de la posguerra en Alemania; la empresa está vinculada al gobierno alemán y a Rusia. Una investigación conjunta realizada por los periódicos Der Spiegel, zdf, el Standard austriaco y el Insider revelaron cómo el servicio secreto ruso reclutó a Jan Marsalek, director de operaciones de Wirecard.
Marsalek lleva prófugo casi cuatro años, y se ha especulado con que Rusia le ayudó a escapar de la investigación. Der Spiegel informó que sus contactos con el servicio de inteligencia militar ruso comenzaron probablemente en 2014, y hay muchos indicios de que también involucró a Wirecard en actividades del servicio secreto ruso.
Dado que Wirecard estaba involucrada con docenas de empresas internacionales, incluyendo la Oficina Federal de Policía Criminal alemana, Spiegel especuló con la posibilidad de que “información sensible” acabara en manos rusas:
¿Utilizó Marsalek la empresa más importante de Alemania en beneficio de una potencia hostil? ¿Ayudó una empresa Dax a hacer la guerra? ¿Y cómo es posible que los servicios secretos alemanes no estuvieran al corriente de todo esto?
Estas preguntas requieren una seria reflexión, sobre todo si se tiene en cuenta lo siguiente: “Marsalek probablemente instruyó a ayudantes búlgaros para que siguieran a los críticos de Moscú por toda Europa, los espiaran y posiblemente incluso los eliminaran. El complot fue descubierto justo a tiempo por el servicio de inteligencia interior británico MI5”, concluyó Der Spiegel.
Alemania filtró “accidentalmente” secretos británicos a Rusia y “no” sacó a la luz escándalos de corrupción que benefician a Rusia hasta que la inteligencia británica sonó la alarma.
En 2019, el ex ministro de Economía Karl-Theodor zu Guttenberg habló con la entonces canciller Angela Merkel sobre los planes de Wirecard en China, que Merkel apoyó en su viaje a Pekín. “El Ministerio de Finanzas, entonces dirigido por Olaf Scholz, también ayudó”, informó Der Spiegel, “incluso cuando las acusaciones de fraude y lavado de dinero contra Wirecard eran cada vez más fuertes”.
Si Scholz estuvo implicado, probablemente preferiría mantener esos detalles en secreto. Esto continúa una larga historia de dudosa cooperación.
El mejor de los amigos, el peor de los enemigos
“Son los mejores amigos. Son los peores enemigos”, señalaba nuestra revista Trompeta de marzo de 2022. “Ninguna relación entre dos países es más fascinante que la de Alemania y Rusia. Y ninguna relación es más importante para el futuro del mundo”.
Nuestro artículo “Rusia y Alemania: Socios en el delito” dice:
Estos vínculos comerciales y personales ayudaron con frecuencia a Alemania y Rusia a formar alianzas que dominaron y dividieron reiteradamente a Europa entre ellos. Bajo el mandato de Catalina la Grande, Rusia, el estado alemán de Prusia y Austria se repartieron Europa Oriental, cortando partes de Polonia hasta que, en 1795, no quedaba nada. Otto von Bismarck, posiblemente el líder más exitoso de Alemania, bromeó: “¿El secreto de la política? Hacer un buen tratado con Rusia”.
Menos conocida es la forma en que Alemania colaboró con Rusia para intentar volver al poder tras la Primera Guerra Mundial. El 16 de abril de 1922, Alemania y Rusia firmaron el Tratado de Rapallo. El tratado convirtió a Alemania en el principal socio comercial de Rusia en Europa. Pero el alcance total de la cooperación no se descubrió hasta mucho después. Desde entonces se ha revelado que, en pocos meses, el fabricante alemán Junkers estaba fabricando ilegalmente aviones alemanes y artillería Krupp en Rusia. Los industriales alemanes ayudaron a las fábricas de Stalin a alcanzar al mundo occidental.
De forma más secreta, Alemania llevó a cabo en Rusia actividades de investigación, desarrollo y entrenamiento militar (que fueron prohibidas por el Tratado de Versalles al final de la Primera Guerra Mundial). A cambio, Rusia se entrenaba con el Ejército Alemán y compartía los avances militares. Alemania estableció bases secretas, fábricas y aeródromos en Rusia.
Esto fue 20 años antes de que Alemania luchara contra EE UU. Adolfo Hitler, con sólo 33 años, ni siquiera había comenzado su ascenso al poder. Sin embargo, Rusia y Alemania ya estaban conspirando contra Occidente. Esta alianza secreta fue una de las principales razones por las que Alemania pudo irrumpir en el poder una vez que Hitler se convirtió en canciller en 1933.
La cooperación reciente demuestra que la relación continúa. En 2008, el redactor jefe de la Trompeta, Gerald Flurry, advirtió: “Creo que los dirigentes alemanes pueden haber llegado ya a un acuerdo con Rusia, un pacto moderno Hitler-Stalin en el que Alemania y Rusia se reparten países y activos. Este acuerdo permitiría a cada uno fijar sus miras en otros objetivos. ¡Cualquier acuerdo de este tipo que pueda haberse alcanzado entre Alemania y Rusia es un precursor para la guerra!”.
Muchas personas no ven la importancia de las relaciones germano-rusas porque no entienden la profecía bíblica. Lea el artículo del Sr. Flurry “El acuerdo secreto de Alemania con Rusia al descubierto” para entender más.