Herbert W. Armstrong y el profesor Benjamin Mazar inspeccionan la excavación del Monte del Templo.
La familia Armstrong-Mazar
Inmediatamente después de que el Estado judío capturara la Ciudad vieja de Jerusalén en 1967, el arqueólogo de la Universidad Hebrea Benjamin Mazar puso en marcha la excavación más importante jamás realizada en Israel. Tres grandes universidades de Estados Unidos se ofrecieron inmediatamente a apoyar el trabajo del profesor Mazar y solicitaron participar. Pero él optó en cambio por una asociación exclusiva con una pequeña universidad de artes liberales de Pasadena, California, dirigida por un hombre llamado Herbert W. Armstrong.
“Ambassador College acaba de recibir el gran honor y responsabilidad de participar conjuntamente con la Universidad Hebrea de Jerusalén en la excavación arqueológica más importante de nuestro tiempo: ¡poner al descubierto 3.000 años de historia!”. Escribió con entusiasmo el Sr. Armstrong el 10 de diciembre de 1968.
El Sr. Armstrong creía que el proyecto prepararía el camino para la llegada del Mesías a la Tierra. La Biblia dice que Dios escogerá a Jerusalén, convirtiéndola en la capital del maravilloso Mundo de Mañana. Y además del gran trabajo espiritual que falta por hacer antes de la llegada del Mesías, el Sr. Armstrong creía que también había mucho trabajo físico por hacer en Jerusalén para preparar el lugar desde donde gobernará Cristo.
Ambassador College comenzó a financiar el trabajo de Benjamin Mazar a finales de 1968. Al año siguiente, el colegio envió a 60 estudiantes a Jerusalén para trabajar en la excavación. Durante los siguientes diez años, alrededor de 50 o 60 estudiantes de Ambassador viajaban a Jerusalén cada verano para lo que el Sr. Armstrong llamaba “la gran excavación”.
A lo largo de esa década, Herbert Armstrong y Benjamin Mazar desarrollaron una estrecha amistad personal. Era como una relación familiar que condujo al Sr. Armstrong a muchas otras amistades en Israel, incluyendo muchos primeros ministros, presidentes y otros altos funcionarios del gobierno.
Diez años después del inicio de la asociación, el Sr. Armstrong escribió a sus colaboradores: “El 1 de diciembre, el gobierno israelí está planeando una celebración en mi honor, en el décimo aniversario del inicio de nuestra participación en la gran excavación arqueológica, que comienza al sur desde el Monte del Templo. Esta fecha marcará el comienzo de la segunda década de este gran proyecto, que ahora comienza más al sur, en la zona de la antigua Ciudad de David, para descubrir 2.500 años de escombros acumulados (de unos 15 metros de altura) sobre el antiguo palacio y trono del rey David” (21 de mayo de 1978).
Las excavaciones en la Ciudad de David continuaron durante la década de 1980, pero el palacio de David permaneció oculto. Muchos arqueólogos creían que el palacio debía estar situado en algún lugar dentro de las estrechas murallas de la capital antigua.
El Sr. Armstrong murió en 1986, y con él también expiró el apoyo de Ambassador College para levantar las ruinas de la antigua Jerusalén. Poco después, el propio Ambassador College dejó de existir. Pero en 1989 Dios levantó las ruinas de su obra a través de Gerald Flurry. En 2001, abrimos el Herbert W. Armstrong College con la intención de continuar los pasos del Sr. Armstrong.
Aunque Benjamin Mazar murió en 1995, Dios revivió su legado gracias al trabajo dedicado de una fiel discípula: su nieta Eilat. Antes de que su abuelo muriera, Eilat le dijo que ella creía que el palacio de David estaba construido fuera de las murallas del norte de la antigua Jerusalén. Benjamin Mazar animó a su nieta a seguir con su teoría en el campo, pero en los años posteriores a su muerte, Eilat luchó por obtener los fondos y el apoyo necesario para excavar.
No fue hasta el año 2005 cuando finalmente pudo comprobar su teoría. Cuando puso la pala en el suelo, hizo el sensacional descubrimiento de una “casa fantástica”, que tuvo que ser construida por el propio rey David. También encontró un sello del siglo sexto a. C. con el nombre de Jucal, un príncipe de Judea mencionado en Jeremías 37:3 y 38:1.
Poco después de que la Dra. Mazar completara la primera fase de su excavación en el palacio de David, me puse en contacto con ella para ofrecerle estudiantes voluntarios de Armstrong College para la siguiente fase de la excavación. Se alegró mucho ante la perspectiva de retomar la relación Armstrong-Mazar. “Sin el apoyo del Sr. Armstrong y de los embajadores”, me escribió, “las excavaciones del Monte del Templo nunca habrían llegado a ser las más importantes y más grandes de Israel en aquella época”.
Empezamos con algo pequeño a finales de 2006, enviando a tres estudiantes de Oklahoma a vivir en Jerusalén durante cinco meses, excavando durante el día y por la noche continuando sus estudios con clases en línea. En los 14 años transcurridos desde entonces, docenas de estudiantes, ex alumnos y profesores de Armstrong han participado en siete temporadas de excavación. También hemos apoyado el extenso trabajo de la Dra. Mazar fuera de los sitios de excavación, ayudando con la investigación necesaria para procesar sus hallazgos y proporcionando asistencia editorial y apoyo financiero para sus publicaciones.
En la década de 1970, Eilat Mazar caminaba emocionada entre las piedras del proyecto más dramático de Jerusalén mientras estudiantes voluntarios a los que llamaba “los embajadores” levantaban la vista desde sus puestos de trabajo y saludaban, y ayudaban a realizar notables descubrimientos arqueológicos. Ahora estamos en 2021; han pasado muchas cosas. Pero no ha cambiado mucho. ▪
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